EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2010 - Número 3 (237) - 3 de abril de 2010
Cuando aún no se han apagado los ecos del papelón que los Gobiernos estatal y autonómico canario han hecho a cuenta del proyecto de telescopio extremadamente grande para la isla de La Palma. Cuando en el Congreso ha entrado la homeopatía, cuando en el Parlamento británico ha quedado patente que carece de cualquier fundamento científico. Cuando Iker Jiménez vuelve a hacer de las suyas dando gato por liebre y vistiéndose con los ropajes universitarios y Miguel Blanco ensucia con sus magufadas la radio pública, los científicos españoles salen a la calle para protestar por el recorte operado en los presupuestos para investigación del año 2010. Las buenas palabras de los próceres públicos han quedado diluidas y lo que se ha dado en llamar I+D (añadidos o no lo de i+d) que siempre ha sido el pariente pobre en España, queda reducido aún más. Si la actividad científica es menospreciada de semejante forma ¿no es comprensible que el mensaje de la Ciencia cale con tanta dificultad, cuando quienes escamotean unas inversiones más que necesarias pierden el tiempo debatiendo sobre pseudomedicinas?