El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 262
(Artículo publicado originalmente en el diario La Tercera).
Laura Overdock es astrofísica. Trabaja con ONG educacionales y en el Centro Johns Hopkins para Jóvenes Talentosos, en Nueva Jersey. Es una apasionada de las matemáticas desde que sus padres la criaron entre números, para evitarle la ansiedad que sufren muchos niños por este ramo. Tampoco quería traspasársela a sus hijos.
Por eso, y con la ayuda de su esposo, comenzó a darles uno o dos problemas matemáticos cada noche a sus hijos mayores antes de dormir. “Cuando mi tercer hijo, de dos años, comenzó a preguntar por su problema, supimos que habíamos creado algo entretenido”, dice a La Tercera.
La rutina nocturna pronto reemplazó los tradicionales cuentos infantiles. “Lo llamamos ‘bedtime math’ (matemáticas para ir a la cama) porque pensamos que la noche es cuando padres e hijos tienen una rutina. Queremos que la gente haga de las matemáticas un hábito también”, explica.
Pronto sus amigos quisieron replicar el modelo; en febrero tenían 30 familias a quienes les enviaban los problemas por correo. Hoy son 19 mil. En el camino tuvieron que crear un sitio web (bedtimemathproblem.org) y un perfil en Facebook.
“Estudios muestran que los niños ya sienten ansiedad por las matemáticas a los cinco años. Queremos ayudarles a amar las matemáticas antes del colegio”, dice.
Ejercicios
Para la aplicación de los ejercicios, Laura primero relata la misma historia a sus tres hijos. Por ejemplo, de cómo los castores construyen sus represas. Tras el relato, vienen las preguntas: al menor, ¿cuántos castores entran en una casa, si en una caben cuatro adultos y seis pequeños? Para los más grandes, si estos animales resisten 15 minutos bajo el agua y han estado ocho minutos sumergidos, ¿cuánto tiempo más pueden permanecer bajo el agua?
Las preguntas se complejizan según la edad: los castores botaron cuatro árboles y cada uno tiene 85 ramas, ¿cuántas ramas tendra la represa?
Según un estudio de la U. de Cambridge, la ansiedad infantil a las matemáticas puede generar problemas en su estudio futuro. Para evitarlo, dice Overdock, los padres deben hacerlas parte del día a día, así como leerles un cuento para incentivar la lectura. “Deberíamos leer libros para nuestros hijos todos los días, pero ¿qué pasa con las matemáticas? Deberíamos practicarla todos los días también”.
Aunque Overdock hace la mayoría de los problemas, la ayudan dos investigadores. “Muchos padres me han dicho que ahora le gustan las matemáticas”.
URL: http://diario.latercera.com/2012/09/09/01/contenido/tendencias/16-11803…