El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 274
Ricardo Campo Pérez
(Artículo publicado originalmente en La Provincia - Diario de Las Palmas).
A finales del año pasado, el "psíquico" israelí Uri Geller ofreció sus saldos recalentados en una televisión privada. Dobló una cuchara y todos se sintieron emocionadísimos por el estúpido portento. Esto de doblar cucharas lo hacía James Randi cuando Geller tenía dientes de leche, e incluso antes, pero como es lógico, Randi no se presentó nunca en sus espectáculos como un "psíquico", "dotado" o cualquier otra de las maniobras engañabobos con que suelen presentarse sujetos como Geller.
"El 30 de diciembre va a pasar algo increíble en vuestras casas", decía Geller, y por si fuera poco, pararía el reloj de la puerta del Sol. Y Geller no dejaba de reírse con Motos, el mirmecólogo que presenta el programa. Son las cosas de la decadencia: a mediados de los 70, cuando estuvo tomándole el pelo del bigote a José María Íñigo, Geller se mostraba serio, igual que cuando Johnny Carson, famoso presentador televisivo norteamericano y mago aficionado, lo puso en evidencia en uno de sus programas; porque Geller siempre se traía sus trastos ordeñados de casa, y aquel día Carson no se lo permitió. Geller tenía que adivinar en qué recipientes de metal de los que tenía delante había agua sin tocarlos, sólo con el "poder" de su mente. Y Geller no dio una, claro.
El canadiense James Randi es uno de los más reputados magos escapistas e ilusionistas desde mediados del siglo pasado, y un incansable promotor del pensamiento crítico y del escepticismo ante las afirmaciones paranormalistas, fabricantes de paradojas y misterios nacidos de simples estrategias comerciales. Randi es capaz, como cualquier buen mago especializado, de doblar cucharas, llaves y otros objetos que se pongan a su alcance; también mueve objetos con el "poder mental" sin tocarlos, truco clásico explotado a conciencia por los presuntos dotados en la historia de la parapsicología, entre otras sorprendentes capacidades.
Randi y su fundación ofrecen, desde hace ya muchos años, un millón de dólares a quien, bajo condiciones controladas, sea capaz de reproducir cualquier habilidad paranormal. Aún sigue desierto (en España y Europa tenemos el premio equivalente Sisyphus, que otorga un millón de euros: http://www.circuloesceptico.org/elretodelmillon/index.html). Para conocer un poco a Randi basta con buscar y ver en Youtube un documental titulado Más allá de la ciencia, que emitió hace años Cuatro (sí, esa misma cadena cuyo programa de misterios se ríe de la credulidad del personal). En él podrán ver cómo la gente del "misterio" suda la gota gorda delante de un investigador escéptico.
¿Qué debemos pensar si un mago puede reproducir, por medio de la magia y el ilusionismo, cualquier capacidad que algún psíquico diga poseer? ¿Quién es más respetable? ¿Por qué, después de que Randi retara a Geller y este sólo fuera capaz de responder mediante demandas, sigue apareciendo en las televisiones como si fuese un dotado paranormal cuando no lo es? ¿Es tan difícil darse cuenta de que si esas capacidades sobrenaturales fuesen reales todos vendríamos con ellas de serie, gracias a su enorme utilidad adaptativa? ¿Cómo es que, según algunos, se perdieron a lo largo de nuestra historia, siendo tan útiles para la supervivencia? ¿Y si hubiésemos perdido el pulgar oponible debido a su inutilidad? Que Geller aparezca en el medio televisivo como estrella invitada da idea de cuáles son las coordenadas culturales de un programa televisivo en 2013 y hoy en día: hay que ahorrar; no se nos ocurre nada mejor y recurrimos al pienso a granel; traemos a un farandulero semiolvidado y nos ponemos a dar gritos de admiración cuando el tipo doble una llave. Una llave que, o bien ha sido doblada de antemano o bien fue doblada sobre la marcha de forma nada paranormal. Y si no me creen, pregunten a James Randi.
URL: http://www.laprovincia.es/opinion/2014/01/16/geller-cucharas-james-rand…Volver al sumario