Edición 2010 - Número 7 (240) - 3 de julio de 2010
El verano llega bien calentito, entre noticias vinculadas a la crisis, reformas laborales que hacen pagar el pato del desastre económico a quien no tiene culpa y una sensación de sálvese quien pueda que es difícil dejar de lado. En estos tiempos tan malos para la lírica, la picaresca del Siglo de Oro asoma el hocico y se cuela en la forma de medio millón de euros de las arcas públicas comunitarias para financiar la fantochada de un centro de interpretación de las caras de Bélmez, ante el bochorno y la indignación de cualquier persona con dos dedos de frente. Los programas de astrología televisiva campan por sus respetos en la madrugada, ofreciendo falsas esperanzas a las personas incautas. Todo vale, con tal de escapar de la quema y ganar unos euros, aunque sea a costa del carácter más o menos pánfilo de algún sufrido prójimo. Entre todas estas cosas, a lo tonto a lo tonto, el Escéptico Digital se acerca a su décimo cumpleaños que será para el mes de agosto. De antemano, las personas que participamos en la elaboración del boletín queremos agradecerles la paciencia, la fidelidad, las mil y una recomendaciones, sugerencias y colaboraciones... y nos tomamos la confianza de abusar un poco más de su ídem, pidiéndoles que, si lo desean, envíen sus reflexiones en torno al Escéptico Digital a lo largo de este mes, para participar en el número especial conmemorativo. Recuerden que, como dijo el filósofo, lo importante es participar y divertirse.