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recen restos impresionantes del
Bronce Medio y del Hierro II -el
periodo del reino de Judá-, pero
los que hay del Hierro I, en el
que se situarían los reinados de
David y Salomón, sugieren una
ciudad de dimensiones muy mo-
destas. Todo lo cual lleva a pen-
sar que el periodo floreciente de
Israel fue el de la dinastía omrita
y que se proyectó hacia atrás
dando lugar a la imagen de los
reinos de David y Salomón.
Para completar la catástrofe
historiográfica, Herzog señala
algo que también era bastante
conocido en ámbitos especiali-
zados. A saber, que frente a la
imagen de un Israel como pue-
blo dedicado a Yavé, al que daba
culto único, y que sólo esporádi-
camente, e influido por las po-
blaciones circundantes, caía en
la idolatría, el panorama que te-
nemos es el de un pueblo polite-
ísta. Efectivamente, una serie de
inscripciones votivas encontra-
das en Kuntillet ‘Ajrud, de ini-
cios del siglo VIII aC, aparece
dedicada al dios YHWH... y a su
consorte, Ashera, diosa cana-
nea, lo que nos pondría ante un
culto politeísta a Yavé y a su
consorte, la diosa Ashera.
Junto a este tipo de inscrip-
ciones, aparecen otras dedicadas
al dios Yavé seguido de un deter-
minativo toponímico. Por ejem-
plo, las que se refieren al
“YHWH de Samaria” o al
“YHWH de Teman”, siguiendo
el modelo de las dedicaciones a
Baal o a El. Ello indica que a
Yavé se le percibía y se le rendía
culto en una forma semejante a
los dioses vecinos Baal o a El. Es
decir, a Yavé, como a aquéllos,
se le rendía culto bajo diferentes
formas y manifestaciones, a las
que estaría asociado como señor
y dios de un lugar determinado.
En suma, el artículo de Ze’ev
Herzog no dice nada nuevo, ni
ésa era su pretensión. Simple-
mente, resume lo que se conoce
hoy en día sobre la arqueología
sirio-palestina en lo tocante a
los inicios de la historia de Is-
rael. Sin embargo, dado que los
datos mencionados son desco-
nocidos por el gran público y
desmienten los relatos de un
texto sagrado que sirve como
fundamento para las reivindica-
ciones territoriales de un grupo
étnico y su constitución en Es-
tado, se prefiere que el conoci-
miento histórico se sacrifique en
el ara de supuestos “intereses su-
periores”. Por desgracia, esto es
aún menos nuevo.
XOSÉ A. FERNÁNDEZ CANOSA
Los consejos
escolares de
Kansas y Colorado,
galardonados con
sendos Ig Nobel
El Sander’s Theatre de la
Universidad de Harvard aco-
gió el pasado 30 de septiem-
bre la ceremonia anual de en-
trega de los célebres premios
Ig Nobel. Estos galardones
buscan, en palabras de sus
promotores, “honrar a aque-
llos individuos cuyos logros
no pueden o no deberían ser
reproducidos”, y se otorgan
siempre en diez categorías
que, a diferencia de sus herma-
nastros, los Nobel, pueden va-
riar en función de las candida-
turas presentadas. Los Ig No-
bel suelen tener dos vertien-
tes, una crítica y una cómica,
premiándose en este caso al
autor de algún artículo de in-
vestigación o algún invento
divertido. En 1999, se distin-
guió con el Ig Nobel de Educa-
ción Científica a los consejos
escolares de Kansas y al de Co-
lorado, por su empeño en si-
tuar la teoría creacionista a la
misma altura que la evolución,
la gravitación o la teoría elec-
tromagnética de Maxwell.
El premio de Física fue a pa-
rar al doctor Len Fisher, de la
Universidad de Bath (Inglate-
rra), por determinar la forma
óptima de untar una galleta y
al profesor Jean-Marc Vanden-
Broeck, de la Universidad de
East Anglia, por calcular la
forma de construir una tetera
que no gotee. Siguiendo con el
campo de las ciencias, el Ig
Nobel de medicina fue conce-
dido al doctor Arvid Vatle, de
Stord, Noruega, por recolec-
tar, clasificar cuidadosamente
y contemplar la variedad de
recipientes empleados por los
pacientes para entregar mues-
tras de orina. El ganador del
premio de Química fue Ta-
keshi Makino, presidente de la
Agencia de Seguridad de De-
tectives de Osaka, japón, por
su participación en el desarro-
llo de S-Check, un spray de de-
tección de infidelidades que
las esposas pueden aplicar a la
ropa interior de sus maridos.
En los premios Ig Nobel, no
se olvidan los inventos prácti-
cos que ayudarán, sin duda, a
mejorar nuestra calidad de
vida, como el caso del traje
auto-perfumable, inventado
por Hyuk-ho Kwon, de la
compañía Kolon, de Seul (Co-
rea), galardonado con el Ig
Nobel de Protección Me-
dioambiental. El premio de
Biología fue para el Instituto
del Chile de la Universidad
del Estado de Nuevo Méjico,
concretamente al doctor Paul
Bosland, director del mismo,
por cultivar una variedad de
chile jalapeño que no pica.
Premiando la innovación, Ge-
orge -a título póstumo- y
Charlotte Blonsky, de Nueva
York y San José, California,
fueron distinguidos con el pre-
mio a la Atención Sanitaria,
por inventar un dispositivo
para ayudar a las mujeres en
los partos. Se sujeta a la mujer
a una mesa circular, y ésta se
hace girar a gran velocidad.
En el campo de las letras, el
primer contacto
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premio de Literatura corres-
pondió al Instituto Británico
de Standards, por su descrip-
ción de la manera correcta de
preparar una taza de té en seis
páginas (BS-6008). Steve
Penfold, de la Universidad de
York en Toronto, fue galardo-
nado con el premio de Socio-
logía, por su tesis doctoral so-
bre la sociología de las tiendas
canadienses de donuts. Y, fi-
nalmente, el Ig Nobel de la
Paz correspondió a Charl Fou-
rie y Michelle Wong, de Jo-
hannesburgo (Sudáfrica), por
desarrollar un coche a prueba
de ladrones, equipado con un
circuito de detección y un lan-
zallamas diseñado de tal forma
que no daña la pintura de la
carrocería.
La divertida ceremonia
contó, como de costumbre,
con la presencia de premios
Nobel como Sheldon Glas-
gow, Dudley Herschbach, Wi-
lliam Lipscomb y Robert Wil-
son. Este último realizó una
exhibición sobre cómo prepa-
rar una taza de té. Se estrenó,
asimismo, la Opera Sembrada,
una mini ópera basada en la
leyenda del pionero en la clo-
nación humana Richard Seed,
con los papeles estelares de la
diva milenaria Margot Button,
el tenor biotecnológico Ma-
thew Campbell y los premia-
dos con el Nobel.
BORJA MARCOS
Casi dos millones
de internautas en
busca del
extraterrestre
perdido
Sin duda alguna, uno de los
grandes éxitos de la divulga-
ción científica a través de In-
ternet durante 1999 ha sido
el proyecto SETI@home. Este
programa que usa la Red y los
ciclos ociosos del procesador
de nuestros ordenadores para
buscar señales de vida inteli-
gente en otros mundos se ha
convertido también en en el
más exitoso experimento de
computación distribuida.
Después de once meses de
funcionamiento, el proyecto
SETI@home había capturado
el entusiasmo de la comuni-
dad internauta de todo el
mundo. No en vano, casi 1,9
millones de personas de 224
países se habían apuntado
hasta abril a sintonizar la ra-
dio del Cosmos a través de
Internet en busca de civiliza-
ciones inteligentes.
Hasta finales del año pa-
sado, se había rastreado casi
la totalidad de material gra-
bado en el radiotelescopio de
Arecibo desde diciembre de
1998 hasta mayo de 1999 y se
habían analizado sólo las se-
ñales más prometedoras, unos
100 millones, que poseen
gran intensidad y banda es-
trecha. El próximo paso será
investigar estas señales can-
didatas en busca de pautas de
repetición, descartando las
de origen natural y las inter-
ferencias humanas. Es en esta
fase donde se podrían descu-
brir señales de vida extrate-
rrestre.
No es de extrañar que
SETI@home haya sido víc-
tima de su propio éxito. En
las primeras semanas, un fallo
informático hizo que todos
los participantes procesaran
repetida y continuadamente
un mismo paquete de señales.
Subsanado este error, otras
muchas complicaciones se
han tenido que salvar, sobre
todo la capacidad de los ser-
vidores del proyecto. Aún
así, el esfuerzo común de
computación realizado por
todos los ordenadores del
mundo se estimaba a media-
dos de abril en casi 250.000
años. Gracias a la capacidad
de esta enorme red de cál-
culo, los responsables de
SETI@home han decidido re-
alizar búsquedas de nuevos ti-
pos de señales no previstos en
el diseño original. Para ello,
a comienzos de este año, se
lanzó la versión 2.0 del pro-
grama analizador.
SETI@home también se
ha convertido, como no, en
el punto de mira de las cons-
piraciones universales. Así,
muchos potenciales usuarios
no han instalado el programa
por temor a que sus datos per-
sonales fueran a parar a ma-
nos de la CIA o a que el pro-
grama se convirtiera en un
caballo de Troya disponible
para las más secretas necesi-
dades de los gobiernos de
todo el mundo.
VÍCTOR R. RUIZ
Los psíquicos
norteamericanos
volvieron en
1999 a fallar en
sus predicciones
¿Recuerdan los 90? Fue la dé-
cada en la que los científicos
debían haber descubierto la
droga antienvejecimiento
que prolongaría nuestras vi-
das hasta los 150 años, la dé-
cada en la que Madonna
alumbraría quintillizos, los
terremotos trasformarían San
Diego y Los Angeles en islas
y la
Super Bowl tendría que
haber sido cancelada debido
a que serían tantos deportis-
tas sancionados por dopaje
que no habría suficientes
para formar los equipos.
O al menos eso es lo que
debería haber ocurrido si los
principales psíquicos del
mundo hubieran estado en lo
cierto. La gente puede haber
primer contacto