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l naturismo es una doctrina que considera eficaces
los remedios elaborados a base de extractos de pro-
ductos naturales solo por el hecho de ser naturales.
Suele promoverse bajo términos tales como ‘medicina na-
turopática’, ‘natural’, ‘tradicional’, ‘alternativa’ o ‘verde’.
No se considera aquí la acepción muy extendida en Europa
del naturismo como sinónimo de movimiento nudista.
Los partidarios del naturismo asumen que el uso tradi-
cional de los preparados naturales es garantía suficiente
como para asumir su validez como medicamento, a pesar
de que su eficacia nunca haya sido comprobada a la luz de
los criterios contemporáneos. De ahí que por regla general
los naturistas soslayen los estudios clínicos y preclínicos a
que se somete hoy día cualquier producto con posibilidades
terapéuticas. Tales estudios permiten determinar su acción
médica y bioquímica en el organismo, su eficacia, la ausen-
cia de componentes nocivos o el cociente daño/beneficio si
los hubiera, la fórmula de los compuestos químicos respon-
sables, las dosis adecuadas, contraindicaciones, reacciones
adversas e interacciones con otros medicamentos.
A veces se invoca el naturismo como argumento a fa-
vor de supuestos ‘sistemas curativos’ ajenos a la ciencia,
tales como la terapia floral, la medicina bioenergética o
la homeopatía. La terapia floral es una doctrina curativa
del siglo XX, de indiscutible carácter religioso cristiano e
inspiración divina, según reconoció su propio autor.
1,2
La
medicina bioenergética, aunque hoy día se presenta con ro-
pajes muy diversos, se basa en conceptos religiosos chinos
o hindúes muy antiguos; sus partidarios tienden a deformar
o tergiversar conceptos bien establecidos por las ciencias
naturales, atribuyendo a la energía un sentido espiritual.
3
La homeopatía considera la inexistente ‘memoria del agua’
como fundamento de su pregonado poder curativo, junto a
supuestas ‘leyes’ apócrifas, ajenas a la ciencia y postuladas
por un médico alemán a principios del siglo XIX.
4,5
La comunidad científica internacional no reconoce el na-
turismo como ciencia; es solo una doctrina, tal como pue-
den serlo las ideologías políticas o cualquier religión. Una
ciencia debe cumplir una serie de características esencia-
les entre las que se encuentra poseer un sistema de valores
basados en la claridad, la exactitud, la profundidad, la co-
herencia y la búsqueda de la verdad. Debe tener relación
con otras ciencias y basarse en teorías, hipótesis y datos
actualizados, comprobables mediante procedimientos in-
teligibles, revisables, controlables, analizables, criticables
y explicables o justificables, en primer lugar mediante el
método científico.
6,7
Se comprueba con facilidad que el
naturismo no cumple estos requisitos. En primer lugar, sus
propuestas nunca se someten a ensayos clínicos, que no es
más que la forma que adopta el método científico en las
ciencias médicas, requisito universal en la actualidad para
comprobar la eficacia real de cualquier medicamento o te-
rapia y proteger al paciente de posibles abusos y daños.
8
Naturismo y fitoterapia
No se debe confundir el naturismo con la fitoterapia. La
fitoterapia es la ciencia del uso extractivo de plantas me-
dicinales o sus derivados con fines terapéuticos. Aunque
tiene su punto de origen en las experiencias de prueba y
error heredadas de generaciones pasadas, cuando se prac-
tica correctamente toma en cuenta en primer lugar la far-
macognosia, que estudia sustancias con posibles propie-
El
naturismo
a la luz de
la ciencia contemporánea
A. González Arias y F.A. Horta Rangel
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dades terapéuticas como tóxicas así como otras sustancias
de interés farmacéutico que puedan tener un uso más bien
tecnológico que terapéutico. Pero en la actualidad la fito-
terapia va mucho más allá, pues además toma en cuenta los
aspectos farmacodinámicos y farmacocinéticos, así com
los estudios preclínicos y clínicos de los productos que se
derivan de los productos naturales, tanto de origen vegetal
como animal.
La farmacodinámica estudia los efectos bioquímicos y
fisiológicos del producto sobre el organismo, sus mecanis-
mos de acción y su dependencia con la concentración. La
farmacocinética investiga qué le sucede al producto desde
que es administrado hasta su total eliminación del cuerpo.
Comprende estudios sobre la liberación del producto acti-
vo, su absorción y distribución en el organismo, su metabo-
lismo y la eliminación de los residuos.
Resulta bastante obvio que estos no son estudios que se
realicen en un par de días, sino que más bien requieren
de un considerable gasto de tiempo, esfuerzos y recursos,
además de los conocimientos de personas con formación
científica en diversas especialidades.
Desde hace mucho, la comunidad médica internacional
considera la necesidad de identificar los componentes ac-
tivos de cualquier producto natural, sea vegetal o animal,
para separar los componentes benéficos de los dañinos, si
los hubiere. Una vez identificados, los componentes be-
néficos se pueden extraer, emplear por separado y admi-
nistrarlos en las dosis adecuadas para que su eficacia sea
mayor y, a la vez, evitar posibles daños colaterales. Una
vez conocida la fórmula química del componente activo,
se puede obtener de forma sintética y organizar su pro-
ducción a gran escala, lo que hace mucho dejó de ser un
Los partidarios del naturismo asumen que el uso tradicional de
los preparados naturales es garantía suficiente como para asu-
mir su validez como medicamento
(foto: Ryan Somma, www.flickr.com/photos/ideonexus/, CC)
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problema para la química moderna. Dos ejemplos muy
conocidos de productos naturales que pasaron por este fino
tamiz son la aspirina, que proviene de la corteza del sauce;
y la penicilina, producida por un moho, ambas hace mu-
cho sintetizadas, con sus efectos y contraindicaciones bien
conocidas.
Comenzando en la edad antigua, la fitoterapia ha sido
una fuente importante de principios activos usados para
elaborar medicinas de todo tipo, y sin dudas lo seguirá
siendo en el futuro. Sin embargo, el naturismo promueve
prácticas que quizás fueran habituales en la Edad Media o
desde mucho antes, pero que nada tienen que ver con los
avances de la ciencia, la ética y la protección al paciente
en los últimos 100 años. Si en el siglo XIX determinar los
compuestos químicos contenidos en un extracto vegetal
podía llegar a ser un trabajo muy arduo, técnicas químico-
físicas conocidas desde principios de los 1900 tales como
la cromatografía gaseosa y la espectrometría de masa per-
miten hoy día determinar con rapidez y precisión la com-
posición de los extractos vegetales o animales. El uso de
estas tecnologías posibilita la identificación expedita de
los principios activos de los productos naturales y de las
moléculas responsables, así como los posibles componen-
tes tóxicos. Diversas series policiacas contemporáneas de
TV se han encargado de divulgar y popularizar con cierto
éxito la aplicación de estas y otras técnicas más recientes
para identificar sustancias desconocidas.
9
Llama la atención que, tras 100 años de la existencia de
las técnicas de análisis químico-físico, los partidarios del
naturismo no hayan logrado concretar con exactitud hasta
qué punto son eficaces muchos remedios naturales cono-
cidos de antaño, ni siquiera identificar sus componentes
activos y sus correspondientes fórmulas químicas. Que en
tantos años no aparezcan resultados concluyentes sugiere
falta de honestidad en los reportes de sus investigaciones
y el ocultamiento de los resultados desfavorables, ante-
poniendo razones comerciales, políticas o de creencias a
las científicas. Que en este mismo intervalo de tiempo la
humanidad haya aprendido a volar, llegar a la Luna y los
planetas, hacer trasplantes de órganos y miembros de for-
ma habitual, curar o prevenir un sinnúmero de enfermeda-
des, lograr la comunicación global de imágenes, develar el
mapa del genoma humano y crear seres vivos transgénicos
con cualidades mejoradas y capaces de reproducirse por sí
mismos, es algo que también dice mucho en contra de los
partidarios del naturismo y sus creencias anticientíficas.
Riesgos del naturismo
En la actualidad, muchas personas sienten predilección
por los preparados vegetales en vez de por los medicamen-
tos convencionales de fórmula química conocida, cuyos
efectos han sido estudiados y comprobados en miles de pa-
cientes y poseen mucha mayor fiabilidad. Incluso en los
extractos vegetales administrados con fines terapéuticos
que poseen cierta validez, el perfil de eficacia y seguridad
es claramente desventajoso frente al que cabe atribuir a sus
principios activos en forma pura.
10
Aun así, hay quienes se
han quedado estancados en el pasado e insisten en compor-
tarse como si estuviéramos en el siglo XIX, contra toda ra-
zón y solo en perjuicio de los pacientes. En muchas de las
sustancias usadas en la actualidad como ‘medicina verde’,
a 200 años de haber sido publicada la Analecta Pharmacog-
nostica de Seydler en 1815, los supuestos principios activos
aún no aparecen. En ocasiones solo se llevan a cabo los
estudios elementales de farmacognosia, ya conocidos en el
siglo XIX, y la investigación se detiene ahí. Otras veces
ni siquiera se llevan a cabo esos estudios y se publicita el
producto sin que se conozca la toxicidad de los compo-
nentes o los posibles efectos colaterales a mediano o largo
plazo. O peor aún, a pesar de haber sido bien estudiadas
las propiedades de una determinada planta y estar descritos
en la literatura científica los daños que puede causar, los
partidarios del naturismo cierran los ojos ante esa realidad
y la recomiendan o comercializan para diversas dolencias
–a veces el mismo producto sirve para males tan diversos
como mejorar la digestión y acelerar la curación de he-
ridas-. No obstante, los defensores del naturismo suelen
alegar que sus propuestas están basadas en conocimientos
científicos, como se verá más adelante.
En lo que se refiere a las investigaciones con personas,
resulta grotesco alegar fundamentos científicos en el si-
glo XXI usando criterios de la ciencia y la ética del siglo
XIX, cuando aún no existían el código de Núremberg y la
Declaración de Helsinki y no se habían sistematizado los
ensayos clínicos y el empleo de grupos de control.
11,12,13
El
código de Núremberg surgió a fines de la II Guerra Mun-
dial, a iniciativa de los países vencedores, como respuesta
a los crímenes y abusos cometidos por los médicos nazis
en los campos de concentración, e incluso sobre su propia
población de ancianos, impedidos físicos, débiles mentales
y otros incapacitados. De un total de 20 médicos juzgados
en el ‘juicio de los doctores’, 7 fueron condenados a muer-
te y 9 a diversas penas de prisión.
14
Los criterios actuales
No se debe confundir el naturismo con la fitoterapia. La fitotera-
pia es la ciencia del uso extractivo de plantas medicinales o sus
derivados con fines terapéuticos.
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sobre los aspectos éticos y científicos que deben cumplir
los ensayos clínicos fueron publicados por la Organización
Mundial de la Salud en 2010 en un libro dirigido tanto al
personal de la salud como al público en general (ver la nota
número 8).
El movimiento de la Medicina Basada en Evidencias
(Evidence Based Medicine, EMB), iniciado en 1992 por un
grupo de trabajo en la universidad de McMaster en Onta-
rio, tiene hoy alcance mundial.
15,16,17
El objetivo principal
de la EMB es lograr que la actividad médica cotidiana se
fundamentase en datos científicos y no en suposiciones o
creencias. Sus herramientas básicas son la lectura crítica de
la literatura biomédica y los métodos racionales de toma de
decisiones clínicas o terapéuticas. Entre sus antecedentes
se encuentran los trabajos del epidemiólogo británico Ar-
chie Cochrane (1909-1988), quien en 1972 llamó la aten-
ción sobre la enorme dificultad para acceder a la investi-
gación clínica de quienes debían tomar decisiones sobre la
salud, e inició en 1974 un registro de ensayos clínicos sobre
la atención al embarazo y al parto. La actual Colaboración
Cochrane, surgida como consecuencia de la creación del
grupo de Ontario en 1992, es una organización sin ánimo
de lucro que reúne a investigadores de ciencias de la salud
en más de 90 países, aplicando un riguroso y sistemático
proceso de revisión de las publicaciones sobre temas médi-
cos. Los resultados de su actividad se publican regularmen-
te en la Biblioteca Cochrane.
18
Es muy posible que un producto natural cause alguna
mejoría en un padecimiento específico; sin embargo, el
análisis reciente de otros productos naturales, considerados
como eficaces por la tradición popular, ha demostrado que
no aportan beneficio alguno. Los efectos atribuidos a algu-
nos de ellos por los partidarios del naturismo simplemente
no existen.
19
También puede suceder que la supuesta plan-
ta, tallo, raíz curativa o producto animal incluya compo-
nentes que a la larga produzcan serios perjuicios y causen
o empeoren algún otro padecimiento, pues una sustancia
aparentemente benéfica para una dolencia puede ser perju-
dicial para otra.
En cuanto a los componentes nocivos de los productos
naturales, es conocido que hay muchos de efecto inme-
diato, pero lo es menos que otros pueden ser dañinos a
mediano o largo plazo; también es común que quienes ala-
ban el naturismo no tomen en cuenta esto último. La reco-
mendación de cualquier desconocido papanatas sobre un
producto natural en una enciclopedia web de libre acceso
o en cualquier otro sitio naturista, es suficiente para que
otros comiencen a pregonar sus supuestos beneficios, e in-
cluso se dediquen a producirlo y comercializarlo como si
fuera un medicamento comprobado. A veces esta conducta
se ve estimulada por supuestas consideraciones político-
económicas, criterios de autoridad o posiciones de poder.
Paradójicamente, quienes gustan de aplicar remedios na-
turales casi siempre insisten en que al paciente hay que
tratarlo ‘como a un todo’, bajo un punto de vista ‘holísti-
co’.
20
Sin embargo, pierden de vista el hecho de que todos
los componentes de un producto natural actuarán sobre el
sujeto, no solo el desconocido y supuesto agente benéfico.
Tampoco toman en cuenta que el producto actuará sobre
todo el organismo, no solo sobre el órgano o sistema con
problemas.
Un ejemplo notorio muy reciente es el de las plantas del
género Aristolochia usadas en la medicina tradicional chi-
na para bajar la fiebre y también para provocar la mens-
truación; en altas dosis, la planta es abortiva. Un estudio
publicado en el Science Translational Medicine y reseñado
en 2013 en el periódico El País muestra el resultado de una
búsqueda de la huella genética de la planta en personas en-
fermas. Al ser analizado el ADN, se encontraron mutacio-
nes típicas de las células expuestas a la aristoloquia, que
según los autores bastan para causar cáncer. Algunos car-
cinomas atribuidos al tabaco tenían en realidad la huella de
la planta, que se asocia a tumores en el tracto urinario, los
riñones y el hígado.
21,22
Otro ejemplo de consecuencias nefastas del naturismo
es el de pacientes que dejaron de asistir a sus tratamientos
regulares de diálisis en favor de la ingestión de productos
naturales promovidos por un curandero, con resultados fa-
tales.
23
Un último ejemplo es el del Aloe vera (Aloe barbadien-
ses o Sábila), considerado por muchos como eficaz para
preparar jarabes o ungüentos y para ser ingerido o apli-
cado externamente en forma natural.
24
Cuando se revisa
la literatura web popular como Wikipedia, Ecured y simi-
lares se encuentran reportes de infinidad de propiedades
medicinales, entre ellas: regulador de la mucosa intestinal,
bueno para disminuir la acidez y las úlceras duodenales y
estomacales, neutralizador de toxinas microbianas, alivia
el estreñimiento, refuerza el sistema inmune, analgésico,
antifebril, con efecto cicatrizante, ablanda los tumores y las
durezas en la piel, antiséptico y antiinflamatorio.
Sin embargo, no fue posible encontrar las correspondien-
Que en tantos años no aparezcan resultados concluyentes su-
giere falta de honestidad en los reportes de sus investigaciones
y el ocultamiento de los resultados desfavorables
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La recomendación de cualquier desconocido papanatas sobre
un producto natural en internet es suficiente para que otros co-
miencen a pregonar sus supuestos beneficios, e incluso se de-
diquen a producirlo y comercializarlo como si fuera un medica-
mento comprobado.
tes referencias de estudios científicos que avalen lo que
allí aparece. Pero sí se encontraron reportes indicando que
los productos derivados del gel de la planta de aloe no han
sido comprobados como efectivos para ninguna enferme-
dad o condición cuando se toman oralmente.
25
Un comen-
tario sobre un artículo publicado en 2007, reportando que
los extractos del Aloe consumidos en exceso son tóxicos,
considera que por esa razón no abundan las investigaciones
rigurosas sobre sus posibles efectos benéficos al ingerirlo.
26
Otros estudios muestran que no existe evidencia de que la
planta tenga importantes efectos medicinales en dermatolo-
gía; por el contrario, la aplicación externa puede retardar
significativamente la curación de heridas en comparación
con los tratamientos más usuales.
27,28,29
Naturismo, prensa y cultura científica
¿Deben, los que saben, proteger al que no sabe? La res-
puesta parece obvia. Pero en el campo de las pseudocien-
cias y los remedios alternativos no siempre es positiva. El
28 de enero de 2012 las sociedades cubanas de física, quí-
mica y matemáticas, a las que se añadieron posteriormente
las de Bioingeniería y la de Oncología, Radioterapia y Me-
dicina Nuclear, emitieron un documento en el que, en una
de sus partes, se afirma:
“Las sociedades científicas firmantes sostenemos que,
aunque toda persona puede utilizar los medios que esti-
me convenientes para mejorar su salud y bienestar, las
instituciones oficiales sólo deberían patrocinar, financiar,
invertir recursos del estado o respaldar de cualquier for-
ma la reproducción a escala social de conocimien-
tos, conductas y hábitos si, y solo si, se hace evidente que
están basados en el método científico.”
30
Pero como la promoción de supuestos medicamentos na-
turistas es muy abundante, la declaración anterior, aunque
positiva a favor de la ciencia, deja mucho que desear como
protección al ciudadano. Hubiera sido necesario añadir
que, antes de utilizar los medios que estime conveniente,
es necesario garantizar que la persona reciba información
veraz antes de hacer su elección, pues no puede existir libre
albedrío sobre la base de informaciones falsas.
Para muchas personas el naturismo suele ser muy atrac-
tivo y convincente, pues al igual que sucede con otras te-
rapias ilusorias, las propuestas naturistas siempre vienen
envueltas en un ropaje suntuoso: se prometen múltiples
beneficios sin efectos colaterales, con muy poca inversión
de recursos y escasas molestias al paciente. A falta de en-
sayos clínicos valederos, no es raro que los partidarios de
estos remedios divulguen afirmaciones falseadas sobre su
supuesta eficacia. Muchas veces no son los naturistas, sino
la prensa internacional, quien de manera gratuita se encar-
ga de publicitar la información anticientífica. Dos ejemplos
son los siguientes.
Un artículo publicado en 2014 en el periódico Granma
sobre la estación experimental Dr. Juan Tomás Roig, única
de su tipo en el país, describe la producción de decenas de
variedades de plantas medicinales en unas 13 hectáreas de
las 17 que posee, con el fin de “brindarle a la población pro-
ductos naturales que favorezcan su salud y contribuir con
Figura 1. Molécula de 1-Isopropil- 4-metilbiciclo(3.1.0)hexano-
3-ona (alfa-tujona). Tóxica para el hígado y el cerebro en dosis
elevadas. Se reportan interacciones negativas con algunos trata-
mientos para el sida.
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el quehacer científico del país” (sic). Uno de los ejemplos
mencionados es el de la Artemisia annua, “con la cual se
está haciendo una formulación para la fiebre”.
31
Sin embar-
go, la revisión de la literatura que existe al respecto arrojó
el siguiente resultado:
Aunque existen unas 180 especies, no necesariamente
con idénticas propiedades, y de muchas de ellas reporta-
das como medicinales, las sustancias activas típicas de los
extractos del genero Artemisia son las tujonas alfa y beta,
de acción estimulante y convulsivante, de elevada toxici-
dad. Son capaces de inhibir los receptores que activan las
neuronas, causando espasmos musculares y convulsiones.
En algunos casos, como en el de Artemisia afra, su concen-
tración en la planta ha sido determinada con gran precisión
mediante cromatografía gaseosa. El extracto de su aceite
esencial contiene un 68% de tujonas, además de no menos
de otros 11 componentes, reportados como típicos de los
extractos del género Artemisia.
32
Otros reportan que algunas especies de artemisa se usa-
ban en Europa como hierba protectora mágica en la edad
media, porque se decía que inducía sueños lúcidos y viajes
astrales. Se suponía que fumar o consumir la planta antes
de dormir incrementaría la intensidad del sueño, el nivel
de control sobre el mismo y sería de ayuda para recordarlo
al despertar. Dado su olor aromático y por ser capaz de in-
ducir sueños evocativos en estado de conciencia, se usaba
mezclada con otras hierbas como sustituto del tabaco o de
la marihuana. Con las especies de mayor contenido de tu-
jonas se preparaba el ajenjo o absenta, bebida espirituosa
muy popular en Francia a finales del siglo XIX y principios
del XX, hasta que se prohibió su producción en 1915 por
causar alucinaciones. En la actualidad, el ajenjo está pro-
hibido en algunos países y permitido en otros, pero estable-
ciendo un límite máximo al contenido de tujonas en el licor.
El artículo de Granma también hace alusión a la semilla
de calabaza, a partir de la cual se obtuvo un supuesto medi-
camento para la inflamación de la próstata,
33
“actualmente
en estudio clínico en la consulta de urología del hospital de
San Antonio de los Baños” (sic). Pero la revisión biblio-
gráfica produjo como resultado que el aceite de semilla de
calabaza es un remedio alternativo alemán, no una medici-
na convencional reconocida. El artículo de prensa no men-
ciona los estudios preclínicos que hubieran sido necesarios
para proteger al paciente de cualquier efecto secundario e
identificar el supuesto principio activo de la semilla o de
su aceite, su fórmula química y la supuesta relación con
la próstata. Tampoco menciona en cuál de las fases del
ensayo clínico se encuentra el proyecto, en el caso que real-
mente hubiera pasado alguna de sus cuatro fases.
34
Todo
parece indicar que el fundamento teórico de este supuesto
medicamento reside en que alguien oyó o leyó en algún
lugar que era ‘bueno para la inflamación de la próstata’ y
eso fue suficiente para comenzar a producirlo y ‘ensayarlo’
en las personas.
Por otra parte, la referencia a “estudios clínicos” realiza-
dos en una sola consulta en un solo hospital, sin especificar
períodos o mencionar tasas de casos con resultados favo-
rables y desfavorables, no justifica los “buenos resultados”
que se mencionan. Parece bastante obvio que tales estudios
no han sido sometidos al análisis crítico de la comunidad
No existe evidencia de que el Aloe vera tenga importantes efec-
tos medicinales en dermatología; por el contrario, la aplicación
puede retardar significativamente la curación de heridas en com-
paración con los tratamientos más usuales.
Figura 2. Artemisa vulgaris
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científica, y que las decisiones sobre el supuesto medica-
mento se han tomado a partir de la imperfecta valoración
de unas pocas personas.
En los ensayos clínicos realizados acorde a las reglas
mundialmente reconocidas en la actualidad, es usual que
se involucren decenas o cientos de especialistas y cientos
o miles de pacientes en las diferentes fases y que sus resul-
tados sean públicos. Y solo después de realizar los corres-
pondientes estudios preclínicos. También que transcurran
diez o más años antes de que se pueda emitir un veredicto
confiable sobre la base de comparaciones estadísticas con
grupos de control; con posterioridad se debe mantener el
seguimiento del producto. Surgen dudas adicionales sobre
la real contribución de la estación experimental al quehacer
científico del país al leer que allí además se elaboran gotas
homeopáticas, ajenas por completo a la ciencia contempo-
ránea y cuya ineficacia ha sido comprobada repetidamente
en múltiples ensayos clínicos.
35,36,37,38,39
Todo lo anterior
también genera escepticismo acerca de la efectividad de los
restantes medicamentos que se producen en ese centro de
investigación.
El segundo ejemplo se refiere a otro artículo publicado en
el sitio WEB internacional Cubadebate acerca de las propie-
dades del VIMANG, un producto natural muy publicitado y
comercializado, elaborado a partir de la cáscara o la corteza
del mango, aunque no fue posible encontrar especificacio-
nes a partir de cuál o cuáles de las 54 especies conocidas del
género Mangifera se obtiene el extracto. En el artículo se
afirma que gracias a ese medicamento,
“El escritor y Premio Nacional de Literatura Humberto
Arenal... no tuvo que operarse del cáncer de próstata y no
hizo metástasis en huesos, lo común en esa dolencia... Claro
él también tenía un seguimiento con medicina alopática
40
.”
41
Sin embargo, en esa misma publicación, un comentario
posterior de un lector que solo se identifica como “Josué”,
sugiere que el tratamiento naturista nada tuvo que ver con
la supuesta cura:
“Lo común en el cáncer de próstata es que NO tenga me-
tástasis en hueso al momento del diagnóstico. Suele tener
una evolución favorable e incluso una de sus estrategias es
solo la OBSERVACIÓN. Aún con metástasis los pacientes
tienen una supervivencia de varios años. Los linfomas por
el mismo estilo suelen ser buenos respondedores a las tera-
pias estándar en cualquiera de sus estadios… por ejemplo,
en nuestros niños tiene una supervivencia de más de 90 %”.
(N. del A. Las mayúsculas están en el original).
En el artículo se narran otras anécdotas (Ojo: anécdo-
tas, no ensayos clínicos) como supuesta prueba de que el
producto sirve para curar a los desahuciados por cáncer y
que además posee propiedades tan disímiles como ser un
analgésico y antiinflamatorio eficaz, capaz de lograr em-
barazos, curar las infecciones por giardias y prever (¿pre-
venir?) el envejecimiento. Sin embargo, los pacientes con
cáncer que recibieron el medicamento y fallecieron en el
tiempo previsto (o antes) no se mencionan. Esto es muy
típico de la propaganda pseudocientífica: reportar solo los
casos favorables, aunque solo sea uno en miles, ocultando
los desfavorables. En ocasiones la propaganda es de una
magnitud tal que salta a la vista el interés comercial ajeno
a la salud pública de la población; así sucede cuando se
afirma que el VIMANG previene el envejecimiento. Todo
aquel que no quiera llegar a viejo (¿quién lo desea?) será
un buen candidato para adquirir el producto; desde luego,
la demostración de tal afirmación ilusoria está por verse.
Pero hay más. La mangerina a que se refiere el artículo de
Cubadebate, supuesto elemento activo del VIMANG, no
aparece en la búsqueda realizada en Google ni en Google
Scholar; mucho menos sus propiedades. Esto da a pensar
que la tal mangerina no es un compuesto químico real, sino
un nombre ficticio ideado solo con el ánimo de dar veraci-
dad a criterios que carecen de fundamento científico.
Por regla general, estos medios de prensa, aparte de
mostrar gran desconocimiento acerca de cómo funciona la
ciencia, nunca reconocen su error ni publican artículos de
corte contrario, aunque reciban pruebas contundentes que
demuestren lo falso de sus afirmaciones. No es posible pro-
mover así la ciencia y la cultura entre la población.
42
Publicitar el uso de productos naturales a costa de repor-
tar anécdotas, falsos resultados y beneficios inexistentes,
así como violar normas científicas y éticas reconocidas uni-
versalmente y recomendadas por la Organización Mundial
de la Salud, no puede ser la forma adecuada de favorecer
la salud pública bajo ningún régimen político, ni aún en las
peores condiciones económicas.
Notas:
1- Bergado Jorge A. Medicina sin apellidos, p. 22-23, en Medicina
sin apellidos; un debate sobre la medicina natural y tradicional en
Cuba. Coordinador Osvaldo de Melo. Editorial UH, La Habana, 2013.
El fundamento teórico de las semillas de calabaza reside en
que alguien oyó o leyó en algún lugar que era ‘bueno para la
inflamación de la próstata’ y eso fue suficiente para comenzar a
producirlo y ‘ensayarlo’ en las personas.
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2- Edward Bach. Heal Thyself; an explanation of the real cause
and cure of diseases. Ed. CW Daniels, 1931. Puede leerse una
versión electrónica en http://goo.gl/4hFNZ4
3- Use and misuse of the concept energy, Lat. Am. J. Phys. Educ.
Vol. 6, Suppl. I, August 2012. Versión en español: Proceedings del
VII Congreso Internacional Didácticas de las Ciencias, La Habana,
Cuba, Sello editor Educación Cubana, Marzo 2012.
4- Álvarez González Julio L. Homeopatía: una ilusión más allá del
número de Avogadro. Rev. Cub. Fis., vol. 25, No. 1, 2008 p. 38-44
5-Díaz Moreno Rogelio M. El agua, una polémica insoluble por
naturaleza. Premio Pinos Nuevos. Editorial Científico-Técnica, La
Habana, 2012
6- Bunge Mario. Las pseudociencias, vaya timo. Ed. Laetoli,
2010, pp. 70-75, 130-133.
7- ¿Qué es la ciencia? Ecured, Ene. 2013. http://goo.gl/hQ4Re5.
También en Lat. Am. J. Phys. Educ. Vol. 5, No. 3, Sept. 2011
8-Evans Imogen, Thornton Hazel y Chalmers Iain. Cómo se
prueban los tratamientos: Una mejor investigación para una mejor
atención de salud. Organización Panamericana de la Salud, Ofi-
cina Regional de la Organización Mundial de la salud, 2010, p.45.
Accesible en el sitio http://goo.gl/9S0YnC.
9-Por ejemplo, las series televisivas Bones (http://www.fox.com/
bones/) y CSI (http://www.cbs.com/primetime/csi/).
10- Planta medicinal. Enciclopedia Kiwix, versión 0.9 beta 5.
2012.
11- Estévez Rams E. Esta discusión es primero ética que cientí-
fica. P.117 en Medicina sin apellidos, un debate sobre la medicina
natural y tradicional en Cuba. O. de Melo, coordinador. Editorial
UH, 2013.
12- El código de Núremberg. Accesible en http://goo.gl/dmhkue;
también en http://goo.gl/dosR3k
13- Declaración de Helsinki. Accesible en http://www. wikipedia.org
14- El juicio de los doctores. http://www.wikipedia.com con mu-
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15- Gérvas J, Pérez Fernández M. Uso apropiado de la medi-
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16- Sackett DL, Rosenberg WMC, Muir Gray JA, Haynes RB, Ri-
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17- http://jama.ama-assn.org/cgi/content/summary/268/17/2420
18- La colaboración Cochrane. http://www.cochrane.org/docs/
descrip.htm
19- Ver, por ejemplo, http://www.sld.cu/fitomed/index.htm
20- El holismo tampoco es ciencia, sino una filosofía de tintes
idealistas cuyos partidarios califican al método científico de ‘reduc-
cionista’ en forma peyorativa, sin proponer otro método en su lugar.
Fue introducida por el sudafricano Jan Smuts en su libro Holismo y
evolución a inicios del siglo pasado.
21-Aristolochia y cáncer. Accesible en http://goo.gl/IuYpGo
22-Aristolochia. Accesible en http://goo.gl/aFVmnr
23-Bacallao Méndez R. A. Testimonio en el 1er Taller Pensamien-
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26-Final report on the safety assessment of aloe andongensis
extract, aloe andongensis leaf juice, aloe arborescens leaf extract,
aloe arborescens leaf juice, aloe arborescens leaf protoplasts, aloe
barbadensis flower extract, aloe barbadensis leaf, aloe barbaden-
sis leaf extract, aloe barbadensis leaf juice, aloe barbadensis leaf
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