INFORME OFICIAL SOBRE LESIONES
Y MUTILACIONES DE CADÁVERES BOVINOS
El Servicio Nacional de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)
difundió hoy el informe encomendado a la Universidad
Nacional del Centro (UNICEN), de Tandil, donde se
concluye que los estudios efectuados sobre animales
muertos y mutilados determinan que los decesos se
produjeron por causas naturales y las lesiones
fueron provocadas por animales predadores,
entre los que se destaca un ratón del género
Oxymycterus, conocido como hocicudo rojizo,
cuya población ha crecido recientemente y ha
cambiado sus hábitos alimentarios.
El informe destaca que
la muerte de los 20 animales estudiados, procedentes
de 15 establecimientos agropecuarios de los partidos
bonaerenses de Olavarría, Tandil, Tres Arroyos,
Coronel Pringles, Coronel Dorrego y Balcarce responde
a causas naturales y se debió a enfermedades
metabólicas o infecciosas de altísima
incidencia para la época, según
afirmó el rector de la UNICEN, Dr. Néstor
Auza.
Auza participó
de una conferencia de prensa en la sede del SENASA
encabezada por su presidente, Bernardo Cané,
junto a. Alejandro Soraci, decano de la Facultad de
Ciencias Veterinarias de la UNICEN; Ofelia Tapia,
técnica toxicóloga de la Facultad de
Ciencias Veterinarias de la UNICEN, y. Ernesto Odriozola,
técnico del Departamento, de Producción
Animal del INTA-Balcarce.
Las conclusiones de los
estudios descartan el registro de radioactividad
en los lugares donde aparecieron los animales estudiados,
y la acción de narcóticos sobre los
mismos, de acuerdo a informes técnicos de las
facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Farmacia
y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), que también participaron de los análisis.
El informe señala
que por observación directa y bajo lupa
estereoscópica se pudo constatar que las
lesiones producidas en la piel y órganos de
los animales estudiados fueron ocasionadas por depredadores
como roedores y zorros.
Además se demostró
mediante estudios histológicos la ausencia
de participación en los cortes de elementos
especiales (calor-cauterización).
Observaciones en campo
demostraron la presencia de roedores alrededor
de los cadáveres, dentro de los mismos y en
el momento de ingerir tejido de los animales.
Se atraparon algunos de esos roedores los cuales sometidos
a pruebas de laboratorio, demostraron una especial
voracidad por los órganos suministrados
para la experiencia.
Las características
de los roedores responden a una especie tradicionalmente
poco desarrollada en nuestro ámbito, del género
Oxymycterus, pero que ha proliferado significativamente
en los últimos tiempos, al igual que los zorros,
según datos registrados en anteriores estudios
por el grupo de fauna y biología de la UNICEN.
El informe concluye que
es indudable que han existido una serie de factores
ambientales, de manejo y producción, que impactan
de diferentes maneras en el eco-sistema, con desequilibrios
evidentes entre especies, así como en los hábitos
de las mismas.
Las observaciones realizadas
por los técnicos permitieron constatar que
los animales estudiados presentaban, en términos
generales, lesiones con un mismo patrón;
una fuerte asociación de las lesiones con aberturas
naturales, como boca, orejas, glándulas mamarias,
recto, vulva, y, en casos muy excepcionales y generalmente
con más tiempo de muertos, en abdomen.
A los efectos de obtener
información adicional se colocaron animales
recientemente muertos, sin lesiones, en lugares elegidos
para observarse la acción de predadores,
constatándose que las lesiones producidas fueron
exactas a las del resto de los animales estudiados
y que habían sido encontrados muertos.
Cané señaló
queen el inicio de los estudios no descartamos
la acción humana pero se ha probado que no
la hubo porque no hay presencia de elementos narcotizantes;
quedó demostrado, en animales muertos recientemente,
que los cortes no son tan precisos sino aserrados
y los estudios nos indican que los animales murieron
por causas naturales y no en forma provocada
al tiempo que aseguró todos los organismos
públicos concluyen en esta afirmación.
El funcionario agregó
que se analizaron los casos de animales muertos
y mutilados más recientes posibles, con la
mayor rigurosidad. Esta es una prueba concreta. Esto
es lo que se probó.
Por su parte, la Dra Tapia
señaló que la dieta de los ratones
normalmente es de lombrices e insectos, pero evidentemente
ha ocurrido un cambio en este hábito ante la
falta de insectos y lombrices. Nosotros estamos pensando
que hay una modificación en las poblaciones
normales de la fauna del hocicudo rojizo, pero la
explicación de por qué estos roedores
pueden haber cambiado el habito alimenticio mes parte
de otro estudio más amplio.
Los estudios y análisis
que contribuyeron a la confección del informe
final estuvieron a cargo de un equipo interdisciplinario
del que participaron investigadores de entidades científicas
y técnicas públicas del ámbito
nacional y contaron con la colaboración de
profesionales del ámbito privado.
Intervinieron en los estudios las facultades de Veterinarias
y de Ciencias Exactas de la UNICEN; el INTA-Balcarce,
las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de
Farmacia y Bioquímica de la Universidad de
Buenos Aires. Además se realizó intercambio
de información con las facultades de Ciencias
Veterinarias de las Universidades de Río Cuarto,
Córdoba, y General Pico, La Pampa.
Buenos Aires, 1º
de julio de 2002