Carta abierta a RTVE
La Ley 4/1980, de 10 de
enero, de Estatuto de la Radio y la Televisión
dice en su Art. 1.2º que la radio y la televisión
son servicios públicos cuya titularidad corresponde
al Estado, añadiendo a continuación en
tales servicios uno de los principios rectores será
(sic) la objetividad, veracidad e imparcialidad
de las informaciones (Art. 4.a) A partir de
este primigenio texto normativo, otros posteriores han
intentado adaptar la legislación vigente al atribulado
panorama radiotelevisivo de este país, así
como a las exigencias de la pertenencia a la Unión
Europea. En cada caso siempre ha existido el objetivo
primordial de configurar unos medios de comunicación
de y para la sociedad regidos por los principios de
objetividad, veracidad y respeto a los valores de igualdad
y convivencia. Un mero paseo por la variopinta oferta
televisiva bien podría hacernos reflexionar sobre
el valor real de la legislación vigente, pero
en determinadas ocasiones, la paradoja deja paso a la
incredulidad, razón por la cual se ha elaborado
el presente manifiesto.
Los abajo firmantes criticamos
profundamente la decisión de RTVE de financiar
y emitir a través de la Primera la serie de programas
“documentales” Planeta Encantado,
dirigidos por el escritor Juan José Benítez.
El producto, cuyo coste se estima en unos ocho
millones de euros intenta presentar como hipótesis
válidas o como realidades lo que desde un punto
de vista histórico y científico son únicamente
leyendas, cuando no burdas falsedades.
Los temas tratados en los programas emitidos hasta ahora
se han centrado en misterios que lo son solamente en
la mente del creador de este cúmulo de despropósitos
al que se ha pretendido dar la pátina de divulgación
científica. En los distintos espacios, Benítez
ilustra sus peregrinas teorías acerca de una
humanidad que convivió con los dinosaurios cuando
hay una diferencia temporal de sesenta y cinco millones
de años entre los lagartos terribles y las personas;
del “enigma” de los moais de la isla de
Pascua cuando las investigaciones arqueológicas
han demostrado que la talla y transporte de estos monumentos
tenía poco de extraño y mucho de actividad
humana. Extractamos sólo dos ejemplos sobre muchos
posibles, que moverían –y mueven- a la
risa si no fuera porque han sido pagados del bolsillo
de todos los ciudadanos de este país. Vaya por
delante que respetamos profundamente el derecho que
el señor Benítez tiene de creer o no creer
en lo que estime oportuno, pero resulta inaceptable
que intente propalar un cúmulo de vulgares supercherías
con dinero público.
Por consiguiente, los que
adscribimos el presente documento queremos:
Primero.-
La retirada inmediata de la programación de RTVE
del programa Planeta Encantado.
Segundo.-
En su defecto, la emisión de una previa advertencia
en la que se haga constar a la audiencia que buena parte
–por no decir todo- lo que van a escuchar ha sido
refutado válidamente por la ciencia.
Tercero.-
El cese inmediato del responsable de la contratación
y posterior emisión del citado programa.
Como conclusión,
compartimos la preocupación de nuestros gobernantes
por el lamentable estado de la televisión
en España, pero creemos igualmente que
la labor regenerativa de este medio de comunicación
social debe iniciarse a través de la predicación
con el ejemplo. En unos ámbitos donde
la ley exige expresamente objetividad y rigor no hay
sitio para la superchería.
Las personas interesadas
en adherirse a esta carta pueden enviar un mensaje con
su nombre, profesión y número de DNI a
la siguiente dirección: lcapote@ull.es
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