Dos miradas hacia el mundo de la ciencia
por Javier Armentia
El panorama editorial español
parece irse abriendo a la reflexión científica.
Ámbito reservado hasta hace bien poco al terreno de
las traducciones, unas cuantas editoriales están empezando
a apostar por textos originales. Hoy recogemos en esta sección
dos ejemplos de ambas tendencias: por un lado el libro de
Robert L. Park Ciencia o Vudú (Grijalbo, colección
Arena Abierta) y por otro el de Jesús Mosterín
Ciencia Viva (Espasa Forum).
Ambos
llevan la palabra "ciencia" en el título,
y ello puede responder a una primera caída de un velo
que hacía de la ciencia algo muy específico
para aquellos que se dedican a ella, a la investigación
o a la docencia. Ahora este término parece vender,
y muchos se apuntan a incluirlo como marchamo de respetabilidad
de lo que hacen. Esto es precisamente uno de los puntos de
partida del libro de Park. Curiosamente, su título
original, traducido es Ciencia vudú, un término
acuñado por el autor para referirse a actividades que
bajo el manto de la ciencia realmente son fraudes, errores,
pseudociencias o puras elucubraciones sin sentido. No entendemos
por qué se ha cambiado el título incluyendo
esa "o" que parece incluir una duda sobre si algunas
de las historias que se plantean son o no ciencia realmente.
En cualquier caso, Robert L. Park es posiblemente
una de las personas más preparadas para contarnos estas
historias de científicos chuscos, de investigaciones
sin sentido o de puras actuaciones comerciales en nombre de
la ciencia que ocultan intereses sectarios, alucinados o malévolos.
Es catedrático de Física en la Universidad de
Maryland (EEUU) y desde hace casi veinte años ostenta
la representación ante los medios de comunicación
de la Asociación Americana de Física, la principal
agrupación de estos profesionales en Estados Unidos.
Con motivo de este trabajo, y también por sus numerosas
colaboraciones en medios de comunicación, Park viene
defendiendo el pensamiento científico frente a los
ataques de que es objeto, principalmente en los medios de
comunicación de masas.
A veces son ataques perpetrados por científicos:
uno de los temas estrella de esta ciencia vudú es para
Park la fusión fría. En 1989, dos químicos
de la Universidad de UTA, Stanley Pons y Martin Fleischmann,
hicieron ante los medios de comunicación el anuncio
del hallazgo de una nueva forma de energía. El mismo
día que salía en la prensa este bombazo informativo
compartía primera página con el desastre del
petrolero Exxon Valdez en Alaska. Posiblemente esto consiguió
popularizar un anuncio realizado de manera bastante heterodoxa,
pues no se había publicado artículo científico
alguno, se ocultaban los datos que permitirían un reanálisis
por parte de otros expertos. Lo cierto es que aunque incluso
hoy, doce años después, sigue existiendo una
especie de fraternidad internacional que apoya la fusión
fría, está suficientemente comprobado que de
las afirmaciones de Pons y Fleischmann nada había de
científico.
Muchos otros temas son diseccionados por Park,
narrados de manera amena, a veces incluyendo la propia implicación
del autor en el desenmascaramiento o en la explicación
de la versión científica: máquinas de
movimiento perpetuo, poderes insólitos del magnetismo
o del agua, platillos volantes y conspiraciones militares
o viajeros en el tiempo. Cierto es que el libro se nos queda
a veces un poco lejano: aunque algunos casos han tenido repercusión
internacional, e incluso en otros la chaladura se ha importado
en España, es preponderante una componente local norteamericana.
Quizá en el futuro alguien se anime a contar epónimos
de la fusión fría genuinamente españoles,
como ese presunto motor de agua que, anunciado hace tres años
a bombo y platillo por la Universidad de Valencia como solución
a los problemas energéticos del país desapareció
tras unos meses sin siquiera producir un solo artículo
científico en una revista de referencia seria.
El
libro Ciencia Viva plantea otra mirada, no menos necesaria
que la de Park. Subtitulado "Reflexiones sobre la aventura
intelectual de nuestro tiempo", el filósofo Mosterín
analiza las relaciones entre ciencia y filosofía en
nuestra época, es decir, plantea el debate clásico
entre ciencias y humanidades, proporcionando una interesante
visión: el progreso científico y la reflexión
sobre el conocimiento y nuestra sociedad no son actividades
disjuntas. Cada vez menos: los avances en el mundo de la biología,
las aplicaciones tecnológicas de las nuevas ciencias
o la revolución de ciencias básicas como la
astronomía, la física o incluso las matemáticas
han coincidido con una época, el posmodernismo, que
en el mundo de las ideas ha llevado a cierta sensación
de colapso de ideologías anteriores, o incluso de agotamiento
y derrota.
Mosterín realiza un ameno paseo por
el mundo de la ciencia, presentando y denunciando a veces
cómo a veces se plantean juegos ilícitos, ese
"todo vale" o "si puede hacerse, se hará",
ante los que sólo una serena reflexión informada
puede enfrentarse con posturas éticas y progresistas.
El libro está distribuido en tres partes: "Ciencia,
Filosofía y Sociedad", "Biología"
y "Astronomía, Física y Matemáticas".
El estilo, aunque denso, no deja de tener el afilado y ameno
carácter de los artículos de opinión
científica de Jesús Mosterín en diversos
medios de comunicación.
"Vivir bien es, entre otras cosas, vivir
despierto, vivir con los ojos abiertos, darse cuenta de quiénes
somos y dónde estamos, practicar la virtud de la lucidez".
Esta frase con la que abre su "Ciencia Viva" Mosterín
no sólo sería sin duda suscrita por Park, sino
que resume muy bien la actitud de ambos autores ante el mundo
contemporáneo.
PENSAMIENTO CRÍTICO
La defensa del método científico y del análisis
crítico de la realidad, una postura activa de la que
ambos libros son un buen ejemplo, es una constante desde la
Ilustración hace casi cuatro siglos. Algunos científicos
y pensadores han considerado fundamental este trabajo, paralelo
al de la investigación o la docencia, y paralelo también
a la reflexión filosófica sobre la ciencia.
Más enmarcada en la concepción
kantiana de la cultura como "acción", estos
intelectuales plantean una verdadera modificación de
la sociedad, para intentar asumir los dictámenes de
la razón en todos los aspectos de la vida diaria. El
auge de los medios de comunicación de masa, con su
capacidad de penetración social, y la progresiva trivialización
del discurso que presentan son vistos por estos intelectuales
como una citación de inercia que podría dar
al traste con la era Moderna, la del progreso ligado a la
ciencia. Lo anunciaba hace unos años el astrónomo
y divulgador Carl Sagan comparando a la ciencia con una llama
de una vela que ilumina la oscuridad, pero que fácilmente
puede ser apagada si no es defendida.
En nuestro país, ARP-Sociedad
para el Avance del Pensamiento Crítico, entidad que
preside actualmente Félix Ares de Blas, director de
Miramón Kutxaespacio de la Ciencia, trabaja desde hace
quince años en este sentido, publicando una revista
trimestral, "el escéptico", en la que se
dan cita escritores, periodistas, científicos y filósofos
debatiendo sobre temas que intentan defender ese pensamiento
racional. Su web: www.arp-sapc.org
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