Sueños del futuro
por Luis Alfonso Gámez
"Si
la divulgación científica tiene mala prensa
entre los científicos, puede parecer una herejía,
incluso mayor, reivindicar como destacable el importante papel
de un nivel incluso más 'degradado' en el difícil
y necesario empeño de llevar la ciencia y la tecnología
al gran público",escribe Miquel Barceló
(Mataró, 1948) en referencia a la narrativa de ciencia
ficción. Barceló logra, sin embargo, llevar
a buen término la empresa en su nuevo libro. 'Paradojas:
ciencia en la ciencia ficción' es una obra tan amena
como instructiva, en el que se han recopilado sus contribuciones
a dos revistas españolas fusionadas ahora bajo la cabecera
de 'Tribuna de Astronomía y Universo'.
El profundo conocimiento del género
que atesora el autor, director de una colección especializada
desde mediados de los años 80, y su actitud vigilante
respecto a los avances de la tecnociencia son una garantía
a la hora de poner en su sitio -realidad, posibilidad o imposibilidad-
el teletransporte, las guerras interestelares, el viaje en
el tiempo, la existencia de los universos paralelos y un largo
etcétera de temas tocados en las novelas, pero que
también han sido objeto de especulaciones por parte
de los científicos. Ciencia y ciencia ficción
han caminado juntas desde que Mary Shelley creó al
monstruo de Frankenstein, y la segunda, a pesar de buscar
ante todo la diversión, ha especulado en ocasiones
con acierto sobre un porvenir que, en algunos casos, ya ha
llegado. Porque la ciencia ficción es mucho más
que naves espaciales combatiendo cual cazas de la Segunda
Guerra Mundial, con la única variación de batallar
en el espacio y de usar rayos láser. Esa imagen popular
es la distorsionada por el cine y la televisión de
un género cultivado por científicos y divulgadores
-como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Gregory Benford o David
Brin- que han explorado las implicaciones de la clonación,
la superpoblación, la generalización de la informática,
la destrucción del medio ambiente... y, por supuesto,
de la exploración espacial y el contacto con otras
inteligencias.
Autor de la novela 'Testimoni de Narom' (1998)
y de 'Ciencia ficción: guía de lectura'(1990)
-una obra imprescindible cuya reedición actualizada
saldrá este año-, Barceló explora en
su último libro los temas más habituales del
género y usa la ciencia ficción como bastón
en el que apoyarse para hacer divulgación. "La
versión dramatizada de las consecuencias de la ciencia,
incluso de la 'ciencia imposible' de alguna ciencia ficción,
puede servir para transmitir ideas científicas",
asegura. Y él lo hace, siempre con un lenguaje llano
-totalmente comprensible, aunque se hable de física
cuántica- y con un tono irónico que aleja la
erudición de la pedantería y que convierte los
sesenta pequeños capítulos de 'Paradojas: ciencia
en la ciencia ficción' en un continuo descubrimiento.
El lector puede adentrarse en el mundo que apasiona a Barceló
por donde quiera -ya sea empezando por la amenaza de colisión
de un asteroide con la Tierra, los errores divertidos del
género o la 'terraformación' planetaria- y tomar,
en cada momento, el camino que más le apetezca. Y no
tendrá la sensación de estar aprendiendo algo
nuevo -aunque así sea-, sino de estar divirtiéndose,
que es lo mejor que puede decirse de cualquier obra concebida
con el fin de acercar al lego tanto la ciencia como un género
injustamente marginado.
Miquel Barceló: Paradojas: Ciencia
en la ciencia ficción. Equipo Sirius.
Madrid 2000. 223 páginas. 2.500 pesetas.
© Copyright Luis Alfonso Gámez,
2001
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