Edición 2012 - Número 255
El Paleofreak
(Artículo publicado originalmente en Amazings.es)
¿Es cierto que el oso polar es mucho más antiguo de lo que se pensaba ya que existe desde hace 600.000 años? ¿Debemos preocuparnos por tratarse de una especie que se adapta demasiado despacio? Eso afirmaban ayer las noticias de diversos medios de todo el mundo, tanto generalistas como los especializados en divulgación científica.
Se referían al trabajo publicado en Science* por Frank Hailer y otros. Estos investigadores han comparado secuencias de ADN de varios osos de distintas especies (oso polar, oso pardo y oso negro). Sus conclusiones contradicen totalmente las hipótesis previamente aceptadas sobre el origen del gran depredador del Ártico.
El modelo previo, cuyas principales pruebas consistían en estudios con ADN mitocondrial, establecía que el oso polar está más emparentado con algunas poblaciones de osos pardos que con otras, y por tanto está “dentro” de la ramita genealógica de los osos pardos. Se trataría de una especie (o quizá mera subespecie de oso pardo) que evoluciona muy rápido y en una fecha muy reciente: hace entre 111.000 y 166.000 años.
Es decir, que cuando nuestros antepasados africanos ya llevaban un tiempo siendo Homo sapiens anatómicamente modernos, unos osos pardos estaban adaptándose al frío extremo y a la nieve, haciéndose a toda pastilla blancos, hipercarnívoros, de pie ancho y antideslizante, etcétera, etcétera.
El nuevo estudio, que utiliza datos más completos y del genoma nuclear, concluye por el contrario que todos los osos pardos de la actualidad están más emparentados entre sí que con el oso blanco. Por tanto los osos polares quedan *fuera* del clado (ramita) de los osos pardos. La existencia de hibridación, sostienen los autores, confundía al modelo anterior. Además, estiman que los linajes de ambos tipos de oso, pardo y polar, se separaron hace 600.000 años.
Y éste es un dato que ha sido malinterpretado.
Veamos: a esos 600.000 años se le llama técnicamente tiempo de divergencia, en este caso tiempo de divergencia entre osos pardos actuales y osos polares actuales. Es una estimación de la fecha en la que vivió el antepasado común más reciente entre ambos grupos de poblaciones. Pero no es la fecha en la que surge ninguna de las dos especies.
Es decir, que no es necesariamente la fecha en la que empiezan a existir los osos polares (como dicen El País y otros medios). Un tiempo de divergencia tan antiguo significa que la adaptación al frío pudo producirse de forma más lenta de lo que se pensaba, y que el oso polar tal y como lo conocemos pudo realmente ser mucho más antiguo. Pero se trata de eso, de una posibilidad. De momento, con los datos disponibles, no podemos saber cuánto tiempo llevan los osos polares existiendo como tales. Y, por supuesto, tampoco podemos deducir que se trate de una especie “de adaptación lenta” (como dice Scientific American) o afirmar gran cosa acerca de su habilidad para adaptarse o no, en el futuro, a un clima más cálido.
Para entender que tiempo de divergencia entre dos especies no es lo mismo que fecha de origen, veamos ejemplos que nos tocan más directamente.
La fecha de divergencia entre los humanos actuales y el hombre de Neandertal se ha estimado recientemente en medio millón de años, pero está bien probado que en esa época aún no existía ningún neandertal y tampoco ningún humano moderno (sí existían antepasados de ambos, más primitivos). Varios estudios estiman que los linajes del ser humano actual y del chimpancé divergieron hace unos 4-5 millones de años.
¿Significa esto que el Homo sapiens lleva 4 millones de años existiendo sobre la Tierra? Claro que no.
Sigamos: el tiempo de divergencia entre el hombre y el orangután sería todavía más antiguo; aproximadamente de 13 millones de años. ¿Es ésa la fecha en la que nosotros, o los orangutanes, “evolucionamos”?
El tiempo de divergencia entre nosotros y las vacas podría ser de 90 millones de años. Entonces ¿había humanos, y vacas, conviviendo con los tiranosaurios en el Cretácico? Y así podríamos seguir quizá hasta nuestra divergencia con esa “primera bacteria” que, según Punset, soltaba señales químicas preguntándose si había alguien más…
Para leer más: nota de prensa de BiK-F (aunque no ayuda con el malentendido); post de Ed Yong en Not Exactly Rocket Science, con excelentes esquemas.
URL: http://amazings.es/2012/04/20/osos-polares-divergentes/