EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2009 - Número 5 (231) - 2 de mayode 2009
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Por la boca muere el pez)
Me entero de que un conocido anda en líos de magistratura e intentando pillar a los desaprensivos que le contrataron, le timaron y se fueron corriendo con la pasta. La cosa es que él estaba de comercial vendiendo esas ecobolas que se han puesto de moda últimamente y que son el último berrido en ... hacer el gilipollas.
Supuestamente, esa bola hueca con pinta de cerámica o plástico no convencional, evita que tengas que poner en la lavadora detergente. Las explicaciones de cómo funciona varían según el modelo, pero el timo es el mismo: ni se desprenden iones ni eso estabiliza energías del agua ni pollas en vinagre. No hace nada, más que dar vueltas con la ropa. Por supuesto, como pasa siempre, a veces simplemente con agua y meneando se van muchas manchas. Otras no, y para eso inventó la humanidad hace muchísimo el jabón y en general los detergentes, con esas moléculas polares tan preciosas que nos contaban en clase de química, con su ladete hidrófobo (lipófilo, una cadena larga con afinidad por la grasa, que es la mancha más resistente siempre) y su ladete hidrófilo (lipófobo por el contrario, una parte polar que se posiciona muy bien con las moléculas de agua)... Como Internet, afortunadamente, se está poblando de gente maja que explica muchas cosas, sobre esto de cómo funciona un detergente uno puede visitar muchos sitios (1, 2, 3 ...) y hacerse una idea de que, mal que bien, lo de usar estas moléculas no es una veleidad ni simplemente se trata de un atentado al medio ambiente. Realmente los detergentes limpian la ropa aislando la partícula grasa y separándose del tejido.
Las ecobolas ökoballs, oikobols o demás mistificaciones, no. Son una tomadura de pelo. Evidentemente, como se sigue usando una máquina lavadora, el meneíllo dado a la ropa funciona como mano de santo (cualquier ama de casa sabe, ay, que el frotar nunca se va a acabar en lo que se refiere a la limpieza, por más que la publicidad prometa maravillas). En las ecobolas te recomiendan, qué cucos, usar menos detergente que el recomendado. Y el ingenuo que ha pagado por la bolita hueca, rellena de piedrecillas o cosas así (a los bebés les encanta porque es como un sonajero que mamá usa atontada, más atontolinada que nada convencida de hacer el bien por el planeta... en fin), convencido se queda de que la limpieza estupenda sigue siendo cosa del invento que le recomendó su vecino, o que le vendió este conocido...
Pues no: lo cierto es que yo llevo poniendo en la lavadora desde siempre más o menos la mitad de lo que recomienda el paquete de detergente malísimo-super-contaminante-etc y salvo esos jodidos lamparones que caen justo en la barriga de los polos debido a cuestiones gravitatorias (y que siempre se descubren al planchar y nunca antes) que no se quitan con nada.
Para los que no hayan oído hablar de la nueva revolución en el mundo del lavado pueden visitar los tramposos sitios como okoballoficial ecobolaes ecobolanet y así hasta ciento. Lo de Ökoball fue lo primero que leí, y ahora se anuncian como la oficial y que rechaces imitaciones.
La sarta de estupideces que dicen en esas páginas daría para un artículo mucho más largo, pero no merece la pena. La original, la de la o con diéresis, afirma disponer de un par de imanes (¡¡¡la hostia!!!, los imanes, eso ya... eso ya demuestra intención de tomar el pelo y engañar, con la cosa de los campos magnéticos... que no, que el agua no se imanta más allá de 10-8 segundos, así que malamente sirve de nada). En su interior dice tener "bolitas infrarrojas" (con "gran acción de rayos infrarrojos y mucha liberación de iones". Lo de la emisión IR sin duda, es cierto, a 40 grados o incluso a 15 en frío, el agua emite un montón de radiación infrarroja. Y la ecobolita también. Pero eso no libera iones. Si no, mal andaríamos, todo el día sometidos a carcinogénesis y mutaciones varias... los IR no son radiaciones ionizantes. Y punto. Dice tener también "bolitas esterelizantes" (sic), que esterilizan y desinfectan. En otra página rival veo que directamente hablan de acción antibacteriana. Impresionante. Pero en otra hablan de un efecto "que no es milagroso, sino el resultado de un profundo desarrollo científico en torno a la bioelectricidad". Que, traducido al román paladino quiere decir: le ponemos a un tipo con bata blanca y le cobramos más porque usted es tan ignorante que no se da cuenta de que es un churrero y ni siquiera un precario en la universidad. El profundo desarrollo científico consiste en montar la estructura empresarial y venderlo a más de 30 euros cada una. Veo en otra que también te venden ya el "Pack ECO+", donde además de la ecobola, te ponen la ecoducha (uuuf en las barbaridades del invento incluso afirman que alivia la psoriasis, qué morro, qué sinvergüenzas, qué alucinante que esto se venda con toda la impunidad...) y un "perlizador" (¿loquéee? simplemente un dispositivo para colocar en el extremo del grifo y que mezcla agua con aire, haciendo que el chorro sea más ancho y entonces, así somos la gente, abrimos un poco menos el grifo, disminuyendo el caudal y gastando menos, pero no lean aquí tampoco nada de energías sutiles o imanes... que es pura física y psicología)
En fin, que según estoy escribiendo todo esto me cabreo más por el conocido este, que no tenía ninguna culpa de nada, salvo de estar en paro y necesitar dinero, y lo mismo un día estaba vendiendo una enciclopedia que luego le colocaron un montón de ecobolas para vender. Y un día desaparecen, y no le han pagado, ni han cotizado ni leches. Y cuando las 30 personas que estaban en las mismas se ponen a mirar ven que la empresa, denominada Universal Ediciones y Colecciones está embargada en un montón de comunidades, que montan el chiringuito, se llevan la pela y desaparecen y ahí te quedas... Y ante eso, claro, lo de menos es que además vendan timos para ingenuos con buena intención (todo estamos deseosos de consumir menos y contaminar menos, sobre todo si eso nos supone un ahorro). Lo de más es la situación de estas personas. Qué triste. Que sinvergonzonería.
Actrualización 23/4/9
Siguiendo con el tema, la columna de hoy, MILENIO, del Diario de Noticias:
La Timobola
Si alguien consiguiera liberarnos de la tiranía de tener que lavar la ropa sería todo un avance. Quien lava, sabe que eso de que el frotar se va a acabar era un cuento chino para vendernos un detergente. Ahora sabemos que las nanotecnologías podrán proporcionarnos tejidos autolimpiables, o inmanchables. Quién sabe. Pero mientras tanto, dependemos del jabón. Y del movimiento que le da al conjunto de ropa sucia, agua y detergente la lavadora. Si uno se fija (a cualquiera se le ha olvidado un día rellenar el cajetín), las más de las veces sólo con el agua y el meneo podríamos alcanzar un razonable grado de limpieza. No para todas las manchas, pero también sabemos que algunas ni siquiera con los más abrasivos productos logramos eliminarlas.
Entonces nos aparece un amigo diciendo que ha probado una bola maravillosa, que evita gastar detergente, es completamente “ecológica” y además ahorras un pastón. ¿No es maravilloso? Y todo por treinta euros, si sabes dónde pillar la bolita. Normalmente, al llamado de algo que se vende como natural, ecológico, o de nuevas energías, el común de los mortales suspende el juicio crítico y cae rendido, como si fuera bueno por ser natural. Algunos menos ingenuos nos preguntamos por qué venden estos productos hablando de ionizaciones, magnetismos y demás estupideces que sabemos que no son verdad. O por qué se ponen a afirmar mentiras como lo de los efectos antibacterianos de algo que no los tiene.
Sin embargo, esos amigos siguen afirmando que vale, a pesar de que la Ciencia Oficial (siempre dicen algo así) decrete que eso no funciona, a ellos les va bien. Les pido siempre que prueben a hacer el ahorro final: no meter siquiera la timobola esa. Y verán que funciona todo igual. Eso sí, la mancha cabrita esa de la pechera, esa siempre se queda. Lo que pasa es que cuando uno desea que le engañen, es muy difícil que no lo hagan. Con los timos y con la política siempre funciona así.