El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 267
(Entrevista a la responsable de la bitácora Mi Anamnesis)
Aula Cultural "Radio Campus" de la Universidad de La Laguna
Para quienes no conozcan la bitácora ¿cómo les presentarías "Mi Anamnesis"?
Mi Anamnesis nació en el 2010 y recopila las cosas más interesantes que iba aprendiendo durante la carrera junto a otras historias curiosas o impactantes relacionadas con la Medicina.
¿Cómo se te ocurrió incluir artículos de divulgación médica?
Bueno, yo no los llamaría artículos de divulgación médica. Cuando abrí el blog estaba en quinto de Medicina, éste era una forma de hablar de las cosas que me interesaban sin aburrir a mis amigos (no estudiantes de Medicina) ni recibir miradas de soslayo en las comidas familiares al sacar temas un poco escatológicos.
En uno de tus artículos, dedicado al mito de la chirimoya como panacea contra el cáncer, ¿por qué crees que en lugar de preguntar al médico muchas personas creen esas afirmaciones anónimas y las reenvían a amigos y conocidos?
Los correos con bulos médicos suelen hablar sobre las conspiraciones de las "malvadas" empresas farmacéuticas para hacernos gastar dinero en medicamentos en lugar de utilizar la, según ellos inofensiva, medicina natural. Es más atractivo creer en esas conspiraciones que en la aburrida versión oficial, más aún cuando la medicina tradicional no puede ofrecerte un
tratamiento curativo y en el correo te están hablando de una solución milagrosa sin efectos secundarios.
¿Por qué en cuestiones relacionadas con la salud la gente prefiere guiarse por los consejos modelo "pues a mí me ha funcionado" que ir a profesionales y asesorarse en cuestiones como la prevención y la vida sana?
El “a mí me funciona” suele derivarse de conversaciones con conocidos que, para muchas personas, son de mayor confianza que los médicos. Si a eso añadimos que, normalmente, los remedios del “a mí me funciona” suelen estar impregnados de ese halo de “lo natural” (que parece dotarlos de poderes sobrenaturales), tenemos como consecuencia gente curándose el insomnio con pastillas de azúcar. De todos modos creo que, gracias a Internet, la gente está cada vez más informada, y el “a mí me funciona” ahora es más visible (homeopatía, reiki, flores de Bach...), pero no más común que hace 50 años.
¿Crees que herramientas como tu bitácora pueden contribuir a que sus lectores vean más cercano a un colectivo como el médico, al que por lo común se suele percibir como distante?
Los blogs, no sólo de médicos, sino también de enfermeras, psicólogos, fisioterapeutas y otros profesionales sanitarios, pueden ayudar a los pacientes a encontrar información médica de calidad en Internet y a resolver las dudas que surgen antes y después de la consulta. Creo que la presencia de los profesionales en las redes sociales y el contacto con algunos pacientes por correo electrónico ayudan a mantener una buena relación médico-paciente.
¿Qué opinas de las pseudoterapias que se han colado en ámbitos como el colegial o el académico como la homeopatía, las flores de Bach, el reiki...?
Ninguna de ellas ha demostrado ser eficaz en estudios serios y la mayoría van en contra de principios básicos de la ciencia. En mi opinión, su difusión atiende a intereses económicos, con corporaciones farmacéuticas vendiendo productos cuya eficacia no ha sido probada y universidades creando cursos e incluso másters sobre ellas porque hay demanda, la
gente los paga.
En tu opinión ¿se hace buena divulgación médica en los medios de comunicación?
Creo que hay un poco de todo. Es cierto que muchas veces se busca más un titular que atraiga a muchos lectores/espectadores que la veracidad de la noticia y hay programas en radio y televisión que dan demasiada importancia a terapias pseudocientíficas. También, hay otros que intentan tratar estos temas de una manera rigurosa, como por ejemplo “Escépticos”, emitido por la televisión vasca hace un par de años.
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