Nuestro socio Manuel Toharia es físico de formación, periodista y divulgador científico. Pionero en la divulgación científica, pionero en el escepticismo organizado, tiene energía y futuro para seguir durante muchos años en la brecha: tiene energía como para distribuirla entre varias generaciones posteriores.
Su figura es un referente para españoles de distinta edad y formación. Preguntad a cualquiera de vuestro entorno por Manuel Toharia, y todos os hablarán de él; os lo describirán como “el hombre del tiempo”, como ese divulgador de la televisión, como ese científico que sale en la radio. Destacarán su conocimiento y su decir incisivo. También es muy conocido por su trabajo en el Museo de las Ciencias de Valencia, del que ha sido director técnico entre 1999 y 2014. Si algo caracteriza a Manuel Toharia es su capacidad para conectar con públicos muy diversos.
Manuel Toharia es también un escritor prolífico. Una revisión somera de su bibliografía nos señala que es autor de 42 libros, 133 artículos y nueve colaboraciones en obras colectivas. Os recomiendo una visita al recurso Dialnet (dialnet.unirioja.es) para que veáis la amplitud de conocimientos e intereses de Manuel Toharia. Y, cómo no, haced una búsqueda en la página web de nuestra asociación: http://www.escepticos.es/search/node/Toharia
En este rincón de la página de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, iremos colgando algunos escritos sueltos de nuestro compañero Manuel Toharia; escritos que resultan difícilmente clasificables para plataformas como Dialnet, pero que son imprescindibles para quienes sientan interés en el pensamiento crítico.
Estrenamos este espacio con la respuesta que da Manuel Toharia a la carta de un farmacéutico indignado con él por sus declaraciones en el programa No es un día cualquiera (RNE), sobre la venta de objetos ajenos a la medicina y, en particular, de productos homeopáticos. Copiamos la carta de respuesta firmada por Manuel Toharia, donde se reproducen –en cursiva- algunos fragmentos de la carta del farmacéutico.
Abril de 2015
Estimado señor:
Me ha sorprendido desagradablemente su misiva. No es bueno que un escuchante se sienta agraviado. La he leído, pues, con mucha atención y le confieso mi perplejidad; sobre todo cuando me da la razón en todo lo que yo dije, y sin embargo me solicita al final que rectifique y pida disculpas... ¿por qué? ¿por decir la verdad aunque ésta, obviamente, a usted no le guste?
Voy a retomar su carta línea a línea para mostrarle, si lo tiene a bien, en qué me baso. Dice usted:
Me fue francamente desagradable -por injusto- escuchar el pasado sábado sus comentarios acerca de las farmacias. No tengo tiempo ni ganas de hacer un análisis exhaustivo de todo lo que dijo. Simplemente algunas puntualizaciones:
- La generalización de sus comentarios los descalifica.
No sé por qué. Las generalizaciones son eso, generalizaciones. O sea, afirmaciones basadas en promedios que, obviamente, subestiman los casos menos frecuentes. Por ejemplo, es cierto que en Galicia llueve mucho más que en Andalucía. Pero, ¿tendríamos que descalificar esa generalización por el hecho de que en una zona andaluza, como Grazalema, llueva mucho más que en muchas zonas gallegas? No, porque en general sí llueve más en Galicia. Y punto. Generalizar impide precisar, sin duda. Pero no por ello es descalificador.
- Las farmacias comunitarias en España están dirigidas y atendidas por profesionales altamente cualificados.
Por supuesto, la ley les obliga a ello. Pero usted sabe bien que en las oficinas de farmacia los que atienden al público en general no son casi nunca esos profesionales altamente cualificados; de hecho, tampoco haría falta... para buscar en un estante una caja, meterla en una bolsita y cobrar su precio. Que ésa es la actividad habitual de una oficina de farmacia en España. Muy pocas farmacias elaboran fórmulas magistrales en su laboratorio... ¿Estoy generalizando injustamente una vez más, o simplemente describo una realidad cotidiana?
- La ciencia no lo es todo. La farmacia comunitaria tiene una parte fundamental de ASISTENCIAL.
Por supuesto. Lo que no sé es por qué contrapone usted lo científico a lo asistencial. Espero que no esté usted insinuando que lo asistencial no tiene que ver con la ciencia... O, peor aún, que no esté intentando vendernos la idea de que la homeopatía es defendible porque cumple un supuesto fin asistencial. Porque en este caso estaría usted amparando -y seguro que sabe que lo hacen muchas farmacias- el fraude científico y económico de la homeopatía; espero que no, porque eso le descalifica a usted como interlocutor. Con magos, adivinos y falsarios yo no discuto. Mi tiempo vale más que eso.
- Vender un chupete en la farmacia no tiene nada de científico pero ponerlo a disposición del que lo necesite, incluido en horario de madrugada, tiene mucho de asistencial y de servicio al ciudadano. Chupetes, compresas higiénicas, pañales, jabones, dietética infantil y un larguísimo etcétera son productos que comenzaron a llegar a los usuarios a través de la farmacia por lo que tienen que ver con la salud y la higiene, y poco a poco se han ido distribuyendo a través de otros canales, con la única condición de que les sean rentables.
¿De verdad pretende usted convencerme de que vender un chupete o una plantilla del Dr Scholl -o un cepillo de dientes, un potito o lo que sea- es una labor asistencial de primera necesidad que requiere horarios de madrugada? Desde luego vender todo eso es un servicio al ciudadano; como también lo es cualquier supermercado o parafarmacia donde se venden esas cosas. Pero ustedes tienen un plus de credibilidad, precisamente por la preparación y conocimientos del titular de la farmacia, que no deberían poner al servicio de cualquiera que luego, en su publicidad, insiste en que es "de venta en farmacias", como si eso fuera una especie de garantía (aunque ese producto se pudiera vender exactamente igual en cualquier otro establecimiento). Por cierto, me sorprende su frase "productos que tienen que ver con la salud y la higiene". En realidad, en esa generalización -que según usted le debería descalificar- podríamos incluirlo prácticamente todo, por ejemplo, la vestimenta, la comida y la bebida: ¿hay algo que tenga más que ver con la salud que el hecho de vestirnos para no pasar frío, y comer y beber para no perecer de inanición? Ya puestos, pocas cosas son más esenciales para la higiene moderna que la distribución de agua potable a los domicilios. ¿Pretende usted decir que si algún día un farmacéutico monta un negocio de captación, potabilización, distribución y depuración de agua potable eso estaría justificado, como farmacéutico, por "tener que ver con la salud y la higiene"? En ese sentido, podríamos considerar que el Canal de Isabel II en Madrid es como una farmacia del agua... Exagero, sin duda; pero no me negará que usted también.
La diferencia es que el 98% de los ciudadanos españoles tienen a su disposición una farmacia a menos de diez minutos andando desde su casa con un amplio horario que incluye servicio nocturno y sin necesidad de pedir cita, donde le atienden profesionales, le facilitan productos incluso de rentabilidad más que dudosa, le proveen de la información que precise de cada uno de ellos así como de los problemas de salud que le afecten, todo ello con una indudable vocación de servicio en los ámbitos científico, profesional, social y asistencial.
Conozco bien los problemas de las oficinas de farmacia, por familiares y amigos que son farmacéuticos y que, créame, mantienen un lenguaje bastante más agresivo que el mío respecto a muchos de sus colegas. Conozco bien los problemas, añadidos, que sufren algunas farmacias como la Rialto de Madrid por llevar una lucha denodada contra el fraude de la homeopatía, tan aceptado por muchos otros de esos "profesionales altamente cualificados", como usted dice, que luego venden tan a gusto (para sus bolsillos) agua con nada dentro, o bolitas de harina o azúcar, contraviniendo todo lo que estudiaron y aprobaron en la universidad, lo que les descalifica como profesionales altamente cualificados... Ya no lo son, abdican ellos mismos.
Bien, pues precisamente porque conozco bastante bien la problemática de las oficinas de farmacia soy capaz de apreciar todo lo bueno que -por ley, no lo olvide usted, no por altruismo, las farmacias no son ONGs, ni tienen por qué- nos ofrecen a los ciudadanos las oficinas de farmacia.
Pero eso no excluye que siga criticando que se venda homeopatía o artículos de parafarmacia o supermercado porque, supuestamente, eso les otorga una falsa garantía suplementaria.
Espero que rectifique y pida disculpas sobre sus irreflexivas diatribas en similares tiempos, formas y vehemencia.
Ya se habrá dado cuenta de que no sólo no rectifico nada -usted mismo me da la razón, aceptando que es cierto cuanto dije- sino que me ratifico incluso, si cabe, con mayor vehemencia. Y seguiré denunciando en voz alta, mientras pueda hacerlo, el fraude homeopático al que se someten, por razones estrictamente mercantiles -nada que ver con lo asistencial ni, por supuesto, con lo científico-, muchas oficinas de farmacia.
Atentamente
Manuel Toharia