La solución a los problemas que nos han llevado a esta situación debería ir encaminada a conseguir una medicina pública menos masificada y más humanizada. Debería encaminarse hacia un concepto que, capitalizado por los terapeutas alternativos, tampoco es original suyo: la medicina holística. Una medicina que trate al enfermo, y no sólo la enfermedad. Estas tendencias deseables suponen un doble problema. Por un lado,exigen un incremento en la dotación presupuestaria a la sanidad pública, cosa que no siempre es posible por causas económico-políticas. Por otro lado, exige cierto cambio de mentalidad entre los profesionales de la medicina, o una reestructuración de su trabajo profesional. Los pacientes demandan un trato más general y personalizado, mientras los avances en la medicina científica exigen una cada vez mayor especialización por parte de los profesionales de la misma. Un proceso reduccionista dentro de la investigación médica no siempre es fácilmente compatibilizable con un ejercicio clínico holista. Lo cierto es que no es fácil encontrar un método adecuado para conseguir el avance de la medicina científica, y el abandono de otras pseudoterapias, sin atacarlas frontalmente mediante recursos legales. La organización escéptica holandesa SKEPSIS estudió el tema y elaboró una serie de sugerencias al respecto, como punto de partida para un estudio más riguroso. Estas sugerencias son:
- No parece muy útil hablar directamente con miembros del Parlamento Nacional o del Parlamento Europeo, dado que muchos votantes de los Estados Miembros tienen todavía confianza en la homeopatía.
- Parece útil solamente acercarse a los presidentes de organizaciones tales como el Deutsche Forschungs Gemeinschaft o el Instituto Max Planck, siempre que este acercamiento esté avalado por una literatura válida.
- La legislación sobre medicamentos en los Estados Miembros debe seguir las directrices de la Unión Europea. Las actuales reglas son más tolerantes con los medicamentos homeopáticos de lo que se considera deseable en Holanda, pero dado que muchos Estados Miembros las aceptan, poco se puede hacer contra ello.
- Resulta útil recoger informes críticos sobre homeopatía, pero no se debe sobreestimar su efecto. Nos referimos, por ejemplo, a la excelente tesis sobre homeopatía de D.K. de Jong, que no tuvo posterior influencia.
- La publicación de los resultados satisfactorios que algunas personas creen haber tenido tras someterse a un método homeopático parece surtir más efecto en la comunidad que los artículos explicando que los productos homeopáticos no tienen efectos farmacológicos.Han quedado presentados todos los elementos para el análisis, y ha quedado suficientemente clara la opinión de los autores y del colectivo al que representan. Cualquier decisión al respecto debe ser tomada por las autoridades políticas y sanitarias competentes, aunque la solución no es sencilla.
El único método perfectamente válido y deseable, como corresponde en un estado democrático, consiste en la formación e información del público en general quien, en su ignorancia, suele ser siempre el principal perjudicado.
Y, en cualquier caso, hay una idea que debemos tener siempre muy clara: