Hola. En otro sitio he documentado los temas tratados en la propia asamblea de socios, que servirán para redactar el acta de la misma, así que aquí me limitaré a comentar, en clave de humor, lo que ocurrió antes, durante las pausas y después de la propia asamblea.
Abro el ojo y son las 9:30. ¿No ha sonado el despertador? Sí, pero ni lo he oido. Anoche llegué muy tarde.
Corriendo me ducho y me visto. Suerte que el Hotel Persal está muy cerca. Llego justo a las 10:00. Entro al salón pero está vacío:
Vuelvo a salir a la calle y por fin veo al primer grupo de arpíos. Pienso en que, a pesar de llevar más de diez años en la asociación, es la primera asamblea a la que asisto y que, de los pocos socios a los que conozco personalmente, ninguno va a venir. Por suerte la camiseta atea permite identificar fácilmente a Guillermo.
Por fin pasamos abajo, y comenzamos a preparar la sesión: identificación, firmas de los que somos miembros de la Junta, conectar el portátil y comprobar el wifi, etc. Comienza la asamblea 2011...
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... Termina la sesión matinal y nos vamos a comer. Aunque a media mañana hicimos un receso para tomar la necesaria cervecita y montadito en un todo a 1€, ya va apretando un poco el hambre, en especial a los que han madrugado para coger el tren o aparcar el coche en la zona donde tendrá lugar el Escépticos en el pub y luego venir en metro a la asamblea.
El lugar del almuerzo resulta ser una nueva catacumba, fielmente bautizada como la Grotta. Esta vez las filas de sillas en paralelo dan paso a una disposición en U (se intentó convertir en cuadrado pero sin éxito), en la que los personajes importantes tomamos asiento en la zona central mientras que los laterales de la U quedaron por un lado para los veteranos y por otro para los andaluces solteros, que se agrupaban en un extremo más allá de los telecos. El ovolactovegetariano queda naturalmente relegado a una esquina remota.
Ismael oficia de maestro de ceremonias y ordena, antes de comer, que todos se levanten por turnos (incluso los andaluces) y se presenten e indiquen sus méritos arpíos, de forma que pongamos cara a los nicks, hashtags y buzones varios. Todos obedecemos puntualmente, empezando por nuestro vicepresidente, unos remarcando más su labor profesional o escéptica y otros su estado civil.
Juan Soler logra, mientras se presenta, desviar todas las miradas a la cubertería que se va plegando a sus deseos en su mano derecha. Quizás todo sea un truco para ocultar algún oscuro secreto.
Corre el vino, pero logramos alcanzarlo. Chema propone un brindis, que todos secundamos, aunque nadie logra averiguar a qué brindamos.
Se incorpora la mujer de Eustoquio y más tarde su hija, que resulta ser soltera para regocijo de algunos, y psiquiatra.
La comida transcurre sin contratiempos, salvo las habituales disputas por los platos compartidos, que astutamente ha planificado Chema para fomentar de este modo las relaciones intrasocios.
En mi esquina se debate sobre la terrible, y a veces incluso orgullosamente exhibida, ignorancia científica y tecnológica de periodistas, intelectuales y otros ilustres ilustrados. Mientras Inma cuenta chistes, Guillermo, Ismael y yo aprovechamos para dar cuenta de la ensalada superproteínica.
Dado que vamos bastante retrasados sobre el horario previsto, Guillermo propone irnos ya y tomar el café en el Hotel Persal. Quizás sea la letra escarlata que cruza su pecho e impone disciplina, pues como todas sus propuestas del día se acepta por unanimidad.
En el hotel resulta que ya no traen cafés a nuestro salón, por lo que algunos socios se encargan de recopilar los pedidos (muchos se piden directamente dos cafés, para aguantar). Al final los cafés, incluido el manchao de Eugenio, los terminan trayendo Antonia e Inmaculada [nota de Antonia: Chema y Miguel también se dieron un buen tute
].
Se inicia la sesión de la tarde...
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...Termina la asamblea 2011.
Mientras los jefazos se quedan un rato más en el hotel para hacerle la entrevista a Eustoquio, los demás vamos poniéndonos en marcha para acudir al Escépticos en el Pub.
De camino al metro, nos fijamos en un bonito local de esoterismo y brujería. En su fachada dos carteles escritos con bolígrafo, a cual más divertido:
- Se busca dependienta. Con ganas de trabajar.
- Se ofrece recompensa 3.000€ por información del robo acaecido recientemente en este local.
Tras la coña generalizada aún nos esperaba en plena Puerta del Sol un grupo evangelista compuesto de: quena, charango, bombo, y predicador vociferante.
Al final, la comitiva arpía se dividió inadvertidamente, quedándome en compañía de Sergio Gil y Juan Soler, por lo que hicimos el viaje nosotros tres. El tema de conversación fue, supongo que para consternación de Juanso, los juegos de rol de tipo vampiros jugados por correo electrónico.
Al poco llegamos al destino: The Irish Corner. En verdad era grande, más que suficiente para esta segunda etapa del evento.
Allí esperamos al resto del público, degustando ya las pintas de cerveza locales.
Aviso para futuros asistentes: no conviene despistarse. Te pones a saludar a arpíos y conferenciantes, y cuando subes a la planta alta, donde tiene lugar la conferencia, ya está todo lleno, las sillas ocupadas y los buenos sitios cogidos.
Eustoquio estuvo impecable en su charla, pese a que el micrófono le intentó jugar alguna mala pasada un par de veces. Si bien la presentación contenía bastantes gráficas y datos, no abundó en ello en exceso, para no aburrir, y dejó bien claro el fondo del mensaje: el calentamiento global antropogénico es un hecho avalado por datos y aceptado por la comunidad científica. Ahora toca a los políticos tomar las medidas, y evitar la desinformación que algunos grupos con intereses en el asunto intentan vertir.
[Vídeo de Escépticos en el Pub de abril 2011: http://www.youtube.com/watch?v=kVVlCfR-cNA]
El turno de preguntas fue bastante extenso (me pareció, aunque es mi primer EEEP), con varias preguntas exponiendo dudas o pidiendo aclaraciones sobre los argumentos de Eustoquio, quien no las esquivó, sino que las respondió bastante satisfactoriamente.
El local es muy adecuado para este tipo de eventos, la decoración y el ambiente están muy bien, y el personal es correcto. Quizás por buscarle un pero hay que decir que no es barato (6€ la pinta).
Tras las preguntas, y en medio de muchas charlas y tertulias distendidas, se dispuso la cena. Además de casi todos los socios que habíamos asistido a la asamblea había bastantes simpatizantes y habituales de los EEEP, muchos conocidos en Amazing, twiteros, blogueros, etc.
Tras la cena aún hubo tiempo para echarse alguna copita (por mi parte cayó un buen Matusalén) antes de pillar de nuevo el metro para irse a dormir. Por último me despedí de Jorge Frías, sería la 1:00, en una animada calle cerca de Sol, llena de señoritas también bastante animadas. Espero que llegara bien a su hotel ;D