EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2009 - Número 4 (230) - 4 de abril de 2009
José Manuel Nieves
(Noticia publicada originalmente en el diario ABC)
Un grupo de investigadores del Acuario de la Bahía de Monterrey acaba de resolver un misterio biológico que traía de cabeza a los científicos desde hace más de medio siglo: la razón por la que un pez, Macropinna microstoma, tiene la cabeza completamente transparente. Este curioso animal está equipado con ojos tubulares que son extremadamente sensibles a la luz y que pueden rotar en cualquier dirección en el interior del fluido transparente del interior de su cabeza.
Descrito por primera vez en 1939, se pensaba que los extraordinarios ojos de esta criatura de los abismos marinos estaban firmemente anclados a su cabeza (como sucede con otras especies de aguas muy profundas) y le proporcionaban, debido a su forma tubular, una visión muy limitada de su entorno, parecida a la que tendríamos cualquiera de nosotros si observáramos el mundo a través de un largo tubo de cartón. Esta característica, sin embargo, resulta muy útil a diferentes criaturas de las profundidades, donde la luz sólo brilla por su ausencia y las “herramientas” para capturarla se han perfeccionado hasta extremos impensables.
De hecho, esta clase de “ojos tubulares” resultan especialmente adecuados para captar la tenue fluorescencia de la que, en medio de la negrura abisal, hacen gala muchas de las presas (o depredadores) potenciales. Pero todo tiene un precio y este animal, se pensaba, sólo sería capaz de ver los objetos situados en la vertical de su propia cabeza.
Está equipado con ojos tubulares que son extremadamente sensibles a la luz y que pueden rotar en cualquier dirección en el interior del fluido transparente del interior de su cabeza
Nada, sin embargo, más lejos de la realidad. En efecto, un nuevo estudio recién publicado por Bruce Robison y Kim Reisenbichler, del citado Acuario de la Bahía de Monterrey, revela que los ojos de Macropinna son capaces de moverse en cualquier dirección, proporcionando a su propietario una visión excelente de todo cuanto le rodea. Eso sí, los ojos están dentro del “escudo” que cubre por completo su cabeza. Y ese es, precisamente, el motivo por el que este “escudo” es transparente.
Utilizando cámaras de vídeo montadas sobre minisubmarinos, Robinson y Reisenbichler estudiaron a sus anchas varios ejemplares de Macropinna microstoma a más de 800 metros de profundidad, en las costas de California. Son las imágenes, y el vídeo, que acompañan a estas líneas y que los propios investigadores facilitaron a ABC.
Como se puede apreciar en el vídeo, que es el primer documento filmado en el que se puede ver con detalle a esta especie, el pez es perfectamente capaz de mover los ojos a voluntad. La transparencia de su cráneo le facilita esta función, sin necesidad de tener que renunciar a las ventajas ya descritas que proporciona la visión tubular. Así que, un misterio más resuelto y otro milagro, vivo, de la naturaleza…
URL: http://www.abc.es/20090224/nacional-sociedad/resuelto-misterio-cabeza-t…