Fernando Cuartero ha sido finalmente absuelto de la condena que le obligaba a pagar 204 € por llamar "vulgares estafadores" a unos espiritistas invitados al II Seminario Vida después de la Vida, que se celebró en las dependencias de la Universidad Castilla La Mancha (UCLM).
Cuartero, profesor de la institución, dio la voz de alarma cuando tuvo conocimiento de que se iba a celebrar este espectáculo - encubierto con nombre de seminario - dentro de la misma y utilizando su logotipo, además de cobrar una entrada de 45 €. En una carta al vicerrector se preguntaba "¿por qué hacen uso de la imagen de la UCLM de manera indebida? Aquí me permito recordarte que es eso precisamente lo que buscan. Este tipo de vulgares estafadores, por el módico pago de unas tasas, obtienen, mediante una mala práctica, un pretendido amparo académico que es completamente falso."
Con su protesta consiguió que se retirara el uso de las siglas de la UCLM para promocionar el evento, aunque el mismo llegó a celebrarse. Es más, el organizador del acto exigió a Cuartero una disculpa, que se negó a realizar considerando ridícula la cuestión, y sin saber para su sorpresa que luego iba a ser objeto de una demanda por injurias y calumnas que acabaría en un veredicto en el que la juez entendía que era innecesario denominar "estafadores" a los espiritistas.
En su artículo historia de un despropósito publicado en el último número de El Escéptico (nº 34), él mismo lo relata así: "Lo lógico sería que al ser condenado por lo penal, aun no siendo firme, me destituyeran inmediatamente, y así ocurriría si se tratara de una condena por cualquier otro motivo. Por el contrario, autoridades, compañeros investigadores o personal de servicios, estudiantes, no han parado de mostrar su solidaridad y apoyo en cuanto se han enterando. Curiosamente, no he tenido ni una sola crítica. Y si bien una condena debería llevar aparejado un desprestigio, en mi caso, al contrario, el prestigio no ha parado de aumentar."
Tras la apelación se ha producido la absolución de Cuartero, aunque el proceso ha sido anulado por prescripción del mismo, no dando lugar a enmienda alguna de la sentencia. Él explica así el incluir este motivo en su defensa: "Por varias razones, en primer lugar, por consejo de mi abogada, que sabe de leyes y de procesos más que yo; en segundo lugar, porque era un hecho cierto que había prescrito y era un alegato válido, por lo que parecía una tontería renunciar a un arma poderosa; y en tercer y último lugar, pero no menos importante, porque era una salida fácil para que la justicia pudiera enmendar su error sin llamar demasiado la atención."