Edición 2011 - Número 250
María Sevillano (Noticia publicada originalmente en el Diario Público) Tras 30 días de trabajo y tensión, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón ha decidido elevar a 7 la gravedad del accidente nuclear de la central de Fukushima, alcanzando el máximo valor en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES) del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Ahora, el incidente nuclear provocado por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo tiene la misma categoría que el accidente de Chernóbil (Ucrania), de 1986, reservado para accidentes graves con liberación al exterior de materiales radiactivos con amplios efectos en la salud y el medio ambiente que requieren de la aplicación de medidas paliativas prolongadas. Durante este tiempo, según ha explicado la Agencia, los reactores dañados por el tsunami han liberado grandes cantidades de sustancias radiactivas al aire hasta corresponderse con el nivel 7 de la escala INES, que se utiliza para "comunicar al público de manera rápida y coherente la importancia desde el punto de vista de la seguridad de sucesos asociados a las fuentes de radiación", según ha explicado el Organismo Internacional de Energía Atómica. Las consecuencias de los sucesos nucleares y radiológicos son medidas según el impacto que tienen en tres áreas: sobre las personas y el medio ambiente, barreras y controles radiológicos (impacto en instalaciones) y defensa en profundidad (no afecta al primer área sino a lo que ocurre si el conjunto de medidas diseñadas para prevenir accidentes falla). Los índices de gravedad se gradúan del 0 al 7, siendo el valor más bajo para incidentes que no son significativos para la seguridad y 7 el más alto, para accidentes graves. Incialmente, el escape nuclear de Fukushima fue catalogado como de nivel 4, aplicable a accidentes con consecuencias de alcance local por una liberación menor de materiales radiactivos. Según explica el INES, conlleva al menos una muerte por radiación, se produce una fusión de combustible o se liberan cantidades considerables de radiación dentro de la instalación, pero no suelen ser necesarias las contramedidas, salvo los controles locales de alimentos. Japón ya había vivido un accidente a este nivel en 1999, en Tokaimura, al igual que Francia en 1980 en Sant Laurent des Eaux. Siete dias después el escape avanzó en la escala y alcanzó el nivel 5, correspondiente a accidente con consecuencias de mayor alcance, cuando se produce una liberación limitada de materiales radiactivos al exterior o se registran varias muertes por radiación, y también si el reactor sufre daños graves (como fue el caso de Fukushima) o si produce una liberación de grandes cantidades de materiales radiactivos dentro de la instalación. Este caso sí suele requerir la aplicación de contramedidas. También se habían producido dos sucesos de grado 5: los accidentes de las centrales de Windscale-Sellafield en Liverpool (Reino Unido), en 1957, y Three Mile Island, en Harrisburg, Pensilvania (EEUU), en 1979. Y este martes, la gravedad del incidente de Fukushima ha alcanzado el máximo nivel (7), el de mayor gravedad, después de que se haya producido la liberación al exterior de materiales radiactivos con nocivas repercusiones para el entorno. Como ya ha empezado a ocurrir, será necesaria la aplicación de medidas paliativas prolongadas durante un tiempo indefinido. Fukushima, sólo al 10% de Chernóbil Hasta el momento, Chernóbil era el único incidente de la historia registrado en el nivel 7, el accidente más grave conocido que había marcado el techo de la escala, que podría elevar, al igual que sucede en la escala de magnitud de los terremotos, el número de niveles si un incidente mayor requiriera otra calificación. Por el momento, el puesto ahora lo comparte con Fukushima. Sin embargo, la Agencia ha querido separar ambos hechos y ha recordado que las emisiones radiactivas de la central de Fukushima son un 10% de las que se liberaron durante el accidente de Chernóbil, que se produjo cuando el reactor operaba a máxima capacidad, mientras en Japón las operaciones se habían detenido a causa del terremoto. El portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear, Hidehiko Nishiyama, ha dicho que, a diferencia de Chernóbil, en Fukushima el nivel de radiación, pese a ser alto, permite que los operarios trabajen en las instalaciones para estabilizar las cuatro unidades más dañadas. Además, ha insistido en las diferencias al explicar que, mientras que en Chernóbil explotó el núcleo del reactor, en Fukushima las detonaciones de hidrógeno afectaron al edificio externo de las unidades. El aumento de la gravedad del accidente en la escala internacional está basado en los cálculos provisionales de la agencia nuclear japonesa, que ha detectado altas concentraciones de cesio y yodo radiactivo en la zona. Según Nishiyama, las emisiones de yodo 131 desde el inicio de la crisis superan los 10.000 terabecquerel, por debajo de los cientos de miles de terabecquerel que se emitieron en Chernóbil (Ucrania). Ayer lunes, el Gobierno decidió, además, que ampliará las zonas de evacuación a otras zonas fuera del perímetro de veinte kilómetros desde la central, entre ellas el pueblo de Iitate, a cuarenta kilómetros de distancia. URL: http://www.publico.es/internacional/370855/fukushima-alcanza-el-maximo-…