EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2009 - Número 5 (231) - 2 de mayode 2009
EDITORIAL
Cuando estamos casi en el ecuador de los años de la Astronomía y de Darwin, va haciéndose patente entre la sociedad que 2009 no va a pasar a la historia tanto por esas conmemoraciones como por haber sido testigo de una de las crisis económicas más feroces que se recuerdan. En una época de desesperación, donde la realidad ha dado una buena trompada a las previsiones de muchos gobernantes, las pseudociencias y el pensamiento mágico parecen medrar de forma inusitada. La presencia de pseudoterapias y mancias varias se multiplica y se filtra por lugares donde no debería estar. Como en otras crisis (sociales, económicas, sanitarias) amplios sectores de la sociedad se agarran a clavos ardiendo. Lo que no resulta tan comprensible es el hecho de que instituciones donde la mentalidad científica debe imperar empiecen a introducir tratamientos pseudomédicos dentro de sus servicios. Esto, al igual que el tratamiento informativo y las desaforadas reacciones surgidas como consecuencia del asunto de la gripe que vino de América, son claros indicativos de que el pensamiento escéptico aún no ha calado lo suficiente en el común de los mortales.