El Escéptico, la revista para el fomento del pensamiento crítico y la razón, y ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, la entidad que la edita, animan a sus lectores y simpatizantes a escribir relatos de ficción tomando el pensamiento crítico como temática o hilo argumental.
Actividades escépticas
ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) impulsa el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica, el uso de la razón y el laicismo; promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulga la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad cient
La cuenta de Flickr de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico almacena una parte de la historia gráfica de la asociación. En ella se guardan momentos únicos como asambleas, charlas, congresos, entrega de premios, cenas, y otras imágenes curiosas de más de 30 años de escepticismo de la asociación.
Cualquier imagen de socios y simpatizantes será bien recibida.
Las III jornadas sobre ciencia y pseudociencia están coorganizadas por ARP- Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y CEFIRE- Científic, Tecnològic i Matemàtic de la Comunitat Valenciana.
En 1938,en plena Guerra Civil española, cuatro pueblos de la comarca castellonense de El Maestrazgo (Benassal, Ares, Albocàsser y Vilar de Canes) alejados del frente sufrieron un terrible bombardeo que se saldó con, al menos, 39 muertes. Los vecinos nunca supieron quién estuvo detrás del ataque. Casi 80 años después un vecino, gracias una
carpeta del archivo militar de Friburgo, Alemania, descubre que fueron víctimas de un experimento nazi. Los pilotos que perpetraron el bombardeo pertenecían a la Legión Cóndor, enviada por Hitler para ayudar a Franco. En sus manos, los tres primeros modelos del Junkers 87A, conocidos como ‘Stuka’. Los prototipos entraron en España en secreto y debían calibrar si aguantarían una nueva bomba de 500 kilos. El mortífero éxito del experimento fue determinante en la decisión alemana de construir en masa el Stuka para arrasar con él Europa en la todavía insospechada II Guerra Mundial. Esta es la tesis que defiende el documental “Experimento Stuka”, dirigido por Rafael Molés y Pepe Andreu, y que ganó el Premio al Mejor Documental en los recién celebrados Premios del Audiovisual Valenciano. El problema con esta tesis no es que sea falsa, sino que los que la han defendido lo sabían desde el primer momento.
Nos prometieron coches voladores y todo lo que tenemos es Facebook, pero el futuro del transporte se prevé interesante —desde coches que se conducen solos hasta cápsulas por tubos al vacío o incluso cohetes suborbitales para llegar a cualquier lugar del planeta en menos de dos horas. Sin embargo, no todo lo que se cuenta en unos medios de comunicación deseosos de clics, likes y retuits está basado en realidades técnicas. ¿Le dedicamos una mirada escéptica?
El caso de Mario Rodríguez, el chico que dejó su tratamiento médico por indicación de un curandero, causándole la muerte, sigue la vía judicial. Para ello, su padre Julián ha creado una campaña llamada "Justicia para Mario" para recoger el dinero suficiente para llevar a cabo una demanda civil para pedir daños y perjuicios a este curandero.
Para ello se ha habilitado una página web homicidiodeunenfermo.org, y una campaña en gofundme. Paralelamente, Julián ha publicado esta historia en el libro homónimo publicado por Letrame; y que se presentó el pasado viernes abriendo la nueva temporada de Escépticos en el Pub Valencia.
Julián abre el blog con la petición de difusión de esta carta:
Mario Rodríguez, enfermo de leucemia, murió al acogerse a una falsa medicina: la medicina ortomolecular y naturista. Yo soy Julián, su padre, y quiero luchar para se haga justicia con el hombre que engañó a Mario negándole la única vía de salvación. No obstante, no puedo hacerlo solo, necesito tu ayuda. Una ayuda monetaria para conseguir que éste y otros peligrosos charlatanes paguen por sus actos.
En 2013 mi hijo Mario murió. Perdona que te diga esto: no sé cómo te sentirías tú si algo así te ocurriera, que un hijo tuyo muriese, pero a mí me destrozó enormemente y más sabiendo que su muerte podría haber sido evitada. Porque mi hijo murió, entre otras cosas, por el engaño de un timador, de un desalmado que, haciéndose pasar por médico naturista, ofreció curar la leucemia a mi hijo Mario con tratamientos fraudulentos y sumamente caros.