Pasar al contenido principal
Inicio
ARP Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico

Navegación principal

  • Inicio
  • Sobre ARP-SAPC
    • Contacto
    • Estatutos
  • Publicaciones
  • Solicitud Ayudas
  • Suscr. revista
  • Asociarse
Menú de cuenta de usuario
  • Iniciar sesión

Ruta de navegación

  1. Inicio

Las farmaceuticas. Lo capital es la salud, no la enfermedad

Por admindrupal, 6 Abril, 2024
Sección
ARTÍCULOS
Traductores

Pagina final
63
pinchar aqui para descargar pdf


Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.

Enlace al artículo en html (en nueva ventana):  Las farmaceuticas. Lo capital es la salud, no la enfermedad
Texto plano (desmaquetado) del artículo :  Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)

Las farmacéuticas:
Lo capital es la salud,
no la enfermedad
Jordi Bozzo Mulet
Doctor en Biología, investigador clínico,
redactor médico profesional y divulgador científico

Porque, por fortuna, las supuestas conspiraciones no son ciertas

E

n el Nº 57 Anuario 2021 de la revista El Escéptico, dedicado a las conspiraciones, se
publicó un artículo del Profesor Rafael Sentandreu titulado «Las farmacéuticas: la enfermedad es la salud del capital. Porque, por desgracia,
existen conspiraciones que sí son ciertas». El artículo,
inquietante, transmite la impresión de que los médicos, y todo el sistema de salud, son meros títeres de la
industria farmacéutica, villanos por antonomasia. Sin
embargo, el artículo describe un paisaje de otra época, cuando no irreal, ya que adolece de obsolescencia
en la mayoría de sus afirmaciones, que se apoyan en
referencias anticuadas o en fuentes poco consistentes.

En la presente réplica se han abordado los mismos
cinco puntos desarrollados en ese artículo, pero aportando información actualizada para que el lector tenga
una imagen más completa sobre la realidad del mundo
de la investigación farmacéutica, sus luces y sombras,
y su evolución en los últimos años.
1. Invención de nuevas enfermedades
Cuesta creer que ninguna compañía farmacéutica
tenga la capacidad de «inventarse» una enfermedad,
máxime cuando esta viene definida por la presentación de unos síntomas y la existencia de unos crite-

Cuesta creer que ninguna compañía
farmacéutica tenga la capacidad de
«inventarse» una enfermedad, máxime cuando
esta viene definida por la presentación de unos
síntomas y la existencia de unos
criterios de diagnóstico

el escéptico 56

Invierno 2024

rios de diagnóstico. Atribuir tal poder de intrusión es,
como poco, un menoscabo, tanto directamente hacia
los médicos y las sociedades médicas, como hacia las
facultades de medicina donde se imparte esta ciencia
y los tratados de medicina que la plasman.
La disfunción sexual femenina (DSF) como ejemplo de enfermedad inventada resulta, si acaso, ilustrativo de justo lo contrario. Revisando la literatura médica existente se constata que el Comité del Colegio
Estadounidense de Obstetricia y Ginecología, en sus
Guías de 2019, describe la DSF como un conjunto de
condiciones patológicas caracterizadas por distintas
afecciones que se tratan de manera diferente según su
etiología1. Los tratamientos incluyen terapia hormonal, toxina botulínica, neuromoduladores, flibanserina
y psicoterapia2. No hace falta ser obstetra ni ginecólogo para concluir que la DSF no es una enfermedad
específica, que se trata tomando un medicamento concreto, que fabrica solo cierta compañía farmacéutica.

Invierno 2024

El concepto de la DSF aparece en artículos médicos
ya en 19753, aunque no es hasta principios de la década de 2000 en que se le empieza a prestar atención. De
hecho, la referencia aportada en el artículo objeto de
la presente revisión es un capítulo de un libro publicado en esa época (2003) pero no por médicos ni científicos, sino por dos periodistas (aunque existe también
un artículo original en inglés4). Si bien en aquel momento de incremento de visualización de la DSF pudiera haber existido una excesiva intervención de las
compañías farmacéuticas implicadas —sin ser ningún
secreto, ya que era percibida por los propios médicos
toda vez que reconociendo la necesidad de tratar el
trastorno5—, en estos casi veinte años transcurridos
desde entonces el criterio puramente científico y la
evidencia empírica han prevalecido, como no podía
ser de otra manera, hasta llegar la estandarización clínica actual de la DSF tal como se ha definido en el párrafo anterior. La realidad es que las indicaciones de

57 el escéptico

los medicamentos se aprueban por los resultados de
los ensayos clínicos, no por la publicidad de las compañías que los fabrican. En efecto, Pfizer, el patrocinador del simposio de París de 2003 mencionado en el
artículo, decidió en 2004 no solicitar la indicación del
sildenafil para el trastorno de la excitación sexual femenina (no para una supuesta DSF genérica), ya que
los ensayos clínicos demostraron su falta de eficacia6.
Asimismo, en el artículo se detallan otros aspectos
a los que supuestamente se ha extendido este procedimiento de «invención» de enfermedades, como estar
cansado, estresado, preocupado, melancólico, etc., sin
dar ninguna referencia bibliográfica de apoyo. Curiosamente, y en contra de lo que pretende, esta lista
de ejemplos incluye el estrés y la preocupación, ampliamente aceptadas por la comunidad médica como
afecciones de la salud mental7, y la melancolía, un
tipo de depresión tratada en el ámbito psiquiátrico8.
Sobra decir que estas condiciones sí acarrean efectos
perniciosos sobre la calidad de vida de las personas,
particularmente serios en el caso de la depresión, incluido el suicidio.
2. Utilización de documentación incorrecta, propaganda y acuerdos ilegales
Nuevamente, el artículo se apoya en hechos acaecidos hace años, entre 2007 y 2012, como fueron los
casos de Purdue y GlaxoSmithKline, por promover
sus medicamentos para usos no aprobados y por no
reportar los datos sobre la seguridad los mismos, y
el caso de Teva Pharmaceutical, junto con otras compañías, por un asunto de acuerdos para fijar precios,
proceder ilícito pero no exclusivo de las compañías
farmacéuticas. En cualquier caso, tales actuaciones se
refieren a unas malas prácticas comerciales concretas,
denunciables y denunciadas, y que fueron oportunamente sancionadas por sus graves consecuencias.
Cabe decir que denuncias de tal índole afectaron y
afectan seriamente a la reputación de la industria farmacéutica, por no mencionar las multas millonarias

que comportan. En consecuencia, en los últimos años
las compañías farmacéuticas han acentuado esfuerzos
para la erradicación de las malas prácticas mediante la
adopción de códigos de conducta y políticas internas
a tal efecto9,10. ¿Significa ello que ya no pueden darse situaciones de dolo o fraude? Evidentemente, no,
pero hay herramientas para reducirlas tanto como sea
posible. Y tienen un efecto: según el informe de 2018
de Public Citizen, una organización estadounidense
sin finalidad de lucro que representa los intereses de
los consumidores, hasta ese año se observa una disminución progresiva y significativa en la cantidad y
el importe de las sanciones contra la industria farmacéutica11. En la actualidad, ninguna industria como la
farmacéutica se halla sometida a un escrutinio tan intenso por parte de autoridades, entidades reguladoras
y asociaciones de pacientes, entidades estas últimas,
dicho sea de paso, con un gran poder de presión, discreto pero efectivo.
3. Relación médico-farmacéuticas y función de
los visitadores
El dato que da el artículo sobre el aumento del gasto en publicidad en la industria farmacéutica (un 4,8 %
en 2018, obtenido no de Kantar Media, como afirma,
sino de un periódico online), es irrelevante, considerando que se podría afirmar, por ejemplo, que el gasto
global mundial en publicidad también aumenta, y en
un mayor porcentaje (un 9,1 % en 2021 y un 8 % previsto en 202212), con el agravante de que la referencia
aportada sobre cómo se destinan los gastos de publicidad es del año 2001. Es más, el artículo olvida decir
que el gasto en investigación también aumenta, tanto
es así, que la farmacéutica es la industria que actualmente más invierte en investigación (entre un 15 %
y un 28 % de los ingresos en las grandes compañías
en 202013). En definitiva, el artículo hace un análisis
simplista de los gastos dedicados a publicidad e investigación, que en cualquier compañía es menos trivial
de lo que sería posible detallar tanto en ese artículo

La realidad es que las indicaciones de
los medicamentos se aprueban por los
resultados de los ensayos clínicos, no por la
publicidad de las compañías que los fabrican

el escéptico 58

Invierno 2024

como en la presente revisión.
Si bien es cierto que en el pasado los visitadores
médicos ejercían un papel desmesurado en la promoción de medicamentos entre la comunidad médica, incluyendo regalos y otros incentivos, su rol ha
cambiado radicalmente en los últimos años. En primer
lugar, hoy día todo medicamento tiene una o más indicaciones aprobadas y una pauta de administración
explícita, que figuran en lo que se conoce como ficha
técnica14. Aunque depende de la legislación de cada
país, actualmente la función de un visitador médico
se limita a proporcionar información del producto y
responder a preguntas sobre el uso de este, sin salirse
jamás de la ficha técnica. La interacción con los médicos a un nivel más profundo la llevan a cabo únicamente profesionales científicos de la compañía, nunca
comerciales, con la misión de proteger los intereses de
los pacientes15,16; sí, proteger los intereses de los pacientes. La entrega de muestras gratuitas tiene un papel tan anecdótico que no merece aquí más discusión.
Además, como medida preventiva sobre posibles

Invierno 2024

procederes poco éticos de esta naturaleza, en 2010
entró en vigor en Estados Unidos la Ley Sunshine de
pagos médicos (Physician Payments Sunshine Act)17,
concebida para aumentar la transparencia en torno a
las relaciones financieras entre médicos y centros de
salud, por un lado, y por otro los fabricantes de medicamentos, dispositivos médicos y productos biológicos. Según esta ley, los fabricantes deben presentar
datos anuales sobre el pago y las transferencias de
valor (es decir, cualquier beneficio material o inmaterial) realizadas a los destinatarios mencionados, los
cuales se publican oportunamente. La tendencia hacia
la transparencia inducida por la Sunshine Act estadounidense tiene un efecto global, que incluye su efectiva
extensión hacia Europa, cuyos estados han adoptado
normas similares o han reforzado la regulación preexistente18.
Por añadidura, toda revista médica que ofrezca
credibilidad, que es donde se deben publicarse los resultados de los estudios farmacológicos, sigue unas
buenas prácticas de publicación bien establecidas (co-

59 el escéptico

nocidas como GPP o Good Publication Practice19).
Según estas guías, se exige a los investigadores una
declaración de conflicto de intereses, en la que deben
especificar si ellos mismos o su empleador, o incluso
un familiar, tienen una relación financiera, comercial,
legal o profesional con otras organizaciones, o con las
personas que trabajan con ellas, que podrían influir en
su investigación (como lo sería, por ejemplo, el patrocinio de una compañía farmacéutica). Es este un asunto muy serio: solo cabe recordar el reciente y publicitado caso del reconocido oncólogo Dr. José Baselga,
por el que su descuido en no declarar la financiación
de sus investigaciones por laboratorios farmacéuticos
le costó su puesto de trabajo como director médico del
prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center
de Nueva York20.
4. Control de las agencias reguladoras
Las farmacéuticas no son los «clientes» de las
agencias reguladoras de medicamentos, análogamente que los contribuyentes fiscales no son los clientes
de hacienda. La acusación de que la FDA americana
o la EMA europea están controladas por la industria
farmacéutica sería de extrema gravedad, si no fuera
porque no tiene ningún fundamento. El propio ejemplo de la aprobación del Aducanumab, en el que se
apoya el artículo, lo demuestra. Antes de nada, hay
que subrayar que es perfectamente lícito y normal que
algunos expertos manifiesten su escepticismo sobre la
efectividad (que no eficacia, como dice el artículo, ya
que son conceptos clínicamente diferentes21) que el
Aducanumab pueda demostrar contra la enfermedad
de Alzheimer; pero al autorizar este fármaco la FDA
no ha incumplido su propia normativa guiada por oscuros intereses, y aseverar tal cosa es desconocer la
operativa de esta institución.
Cada año, la FDA y la EMA evalúan y rechazan solicitudes de indicación de incontables medicamentos.
En el caso de enfermedades graves de amplia preva-

lencia para las que no existe tratamiento, como puede
ser el alzhéimer (que, por cierto, hasta ahora llevaba
veinte años sin recibir la aprobación de medicamento alguno), la FDA cuenta con protocolos de aprobación acelerada, con condiciones22. Por ejemplo, y de
manera muy resumida, en ciertos casos un biomarcador farmacodinámico puede considerarse un criterio
de valoración significativo si sugiere el potencial de
un efecto clínicamente positivo sobre la enfermedad
subyacente. Además, generalmente se espera una demostración convincente del efecto del fármaco sobre ese biomarcador. La aprobación de Aducanumab
cumplió escrupulosamente dichos criterios23, basados
en la probada reducción de la placa de proteína betaamiloide en el cerebro de los enfermos afectados de
alzhéimer leve24. Por su parte, la EMA, cuyos procedimientos no son idénticos a los de la FDA, mostró de
antemano sus reticencias sobre la conveniencia de autorizar el Aducanumbab, por lo que BioGen decidió,
en abril de 2022, retirar su solicitud25. ¿Dónde está,
pues, la conspiración entre farmacéuticas y agencias
reguladoras?
5. Olvido del trabajo de las universidades y centros de investigación; vacunas contra la covid-19
Resulta, si no, curioso que se mencione el olvido
de las universidades y centros de investigación apoyándose en la investigación de las vacunas contra
la covid-19, habida cuenta de que la Universidad de
Oxford jugó un papel fundamental en el desarrollo de
una de ellas, en colaboración con AstraZeneca, siendo
estos últimos quienes aportaron la experiencia para
obtener la aprobación regulatoria y lograr que la vacuna se fabricara y distribuyera a nivel mundial en
el corto plazo necesario. En el artículo se afirma que
el beneficio de la vacuna de Oxford / AstraZeneca
es desconocido; quizá tenga relación con el propio
acuerdo Oxford / AstraZeneca, que estableció que la
vacuna se facilitaría sin fines de lucro en los países en

En la actualidad, ninguna industria como
la farmacéutica se halla sometida a
un escrutinio tan intenso por parte de
autoridades, entidades reguladoras y
asociaciones de pacientes

el escéptico 60

Invierno 2024

desarrollo, mientras que para los más ricos se permitiría una ganancia modesta26.
La vacuna Oxford / AstraZeneca es también un
buen ejemplo de cómo el trabajo de la industria y el
de la academia (es decir, universidades, hospitales y
centros de investigación) se complementan de manera eficaz. En su informe financiero 2020/21, la propia
Universidad de Oxford destaca que el desarrollo de
su vacuna ha demostrado que la colaboración entre la
industria, la academia y los gobiernos es crucial para
encontrar soluciones a los desafíos globales27. Además de con AstraZeneca, la Universidad de Oxford
está generando investigaciones innovadoras con otras
variadas empresas, como Ineos, Novo-Nordisk, Rolls
Royce y Podium Analytics24. Solo hay que revisar la
literatura científica para constatar que el desarrollo de
fármacos a través de los ensayos clínicos sería hoy
día imposible sin la colaboración entre la industria y
la academia.
También se mencionan en el artículo supuestos
acuerdos de protección de las patentes de las vacunas

anticovid-19. Parece mentira que se haya caído en la
trampa de este mito. Primeramente, cabe señalar que
el proceso de producción de cualquier medicamento
es complejo y comprende multitud de procedimientos, reactivos y dispositivos, cada uno con su propia
patente que, además, son compartidos para la fabricación de otros medicamentos. Es decir, que no existe
una patente específica de la fabricación de la vacuna,
o vacunas, anticovid-19, y aunque así fuera, la propiedad intelectual en todas sus formas no representa
una barrera significativa para la distribución global de
vacunas y antivirales28. Asimismo, es preciso recordar que, sin la propiedad intelectual, específicamente
las patentes, no habría vacunas ni medicamentos, ni
otros muchos bienes. En la práctica, la consecución
de derechos no es algo que atañe exclusivamente a la
empresa privada, ya que las universidades también se
benefician de tener garantías sobre el resultado de su
trabajo, precisamente a través de patentes29.
Finalmente, es una fantasía pensar que más compañías fabricarían vacunas anticovid-19 de manera

Imagen de Johaehn en Pixabay

Invierno 2024

61 el escéptico

inmediata si hubiera la transferencia de tecnología y
conocimientos. Tal aseveración manifiesta de nuevo
desconocimiento sobre qué son esas vacunas y cómo
se producen; diríase que las asimila a una simple receta de cocina que puede compartirse sin más. Sencillamente, es imposible empezar a fabricar la vacuna
sin disponer de antemano de instalaciones adecuadas
y, tras ello, es imposible ponerla a punto de manera
segura para los pacientes en los plazos en que sería
necesario30; con especial hincapié en la mención a la
seguridad para los pacientes. Ninguno de los mitos
asociados a las vacunas contra la covid-19 concuerda
con la evidencia.
Conclusiones
El diccionario define la conspiración como un
acuerdo o entendimiento secreto entre varias personas
contra algo o alguien, especialmente contra el poder
establecido. La mayoría de las supuestas conspiraciones que se describen en el artículo que aquí se ha
discutido se refieren más bien a malas prácticas profesionales y éticas que, ciertamente, han existido y
seguramente seguirán existiendo, pero contra las que
actualmente se lucha con una exigente reglamentación. Otras de las supuestas conspiraciones son, directamente, ficción. Así, resulta sorprendente que el
artículo suscriba la existencia de complicidades clandestinas con las autoridades o de un contubernio alrededor de vacunas anticovid-19, que no resisten un
mínimo análisis serio.
Sin duda, las acciones de la industria farmacéutica, y en cierto grado también las de otras afines como
puede ser la alimentaria, están en el punto de mira
prioritario de la opinión pública por su repercusión
en la salud de las personas, lo que es, en principio,
inherentemente deseable. Por ello, la industria farmacéutica inició el «Gran Reseteo» que menciona el
artículo hace ya dos décadas, durante las que se ha
trabajado para reducir, e idealmente erradicar, la mala

praxis, gracias tanto a un incremento de la supervisión
como al reconocimiento de la propia responsabilidad
y asunción de códigos éticos. Toda irregularidad en
ese sentido debe continuar siendo escudriñada, denunciada, investigada y castigada. El resto, es pura
«conspiranoia».
Notas:
1. American College of Obstetricians and Gynecologists’ Committee on Practice Bulletins—Gynecology. Female Sexual Dysfunction: ACOG Practice Bulletin Clinical
Management Guidelines for Obstetrician-Gynecologists,
Number 213. Obstet Gynecol. 2019;134(1):e1-e18.
2. Weinberger JM, Houman J, Caron AT, Anger J. Female Sexual Dysfunction: A Systematic Review of Outcomes Across Various Treatment Modalities. Sex Med Rev.
2019;7(2):223-250.
3. Spano, L, Lamont, JA. Dyspareunia: a symptom of
female sexual dysfunction. Can Nurse. 1975;71(8):22-5.
4. Moynihan, R. The making of a disease: female sexual dysfunction. BMJ. 2003;326(7379):45-7.
5. Tiefer, L. The selling of ‘female sexual dysfunction’. J
Sex Marital Ther. 2001;27(5):625-8.
6. Mayor S. Pfizer will not apply for a licence for sildenafil for women. BMJ. 2004;328(7439):542.
7. Schneiderman, N, Ironson, G, Siegel, SD. Stress
and health: psychological, behavioral, and biological determinants. Annu Rev Clin Psychol. 2005;1:607-28.
8. Bosaipo, NB, Foss MP, Young AH, Juruena MF.
Neuropsychological changes in melancholic and atypical
depression: A systematic review. Neurosci Biobehav Rev.
2017;73:309-325.
9. Code of Practice for the Pharmaceutical Industry
(2021).https://www.codigofarmaindustria.org/servlet/sarfi/
docs/PRODF340802.pdf
10. EFPIA Report on Ethics & Compliance Activities
(2021). https://www.efpia.eu/media/602865/efpia-codereport-2020-20210629.pdf
11. Public Citizen. Twenty-Seven Years of Pharmaceutical Industry Criminal and Civil Penalties: 1991 Through
2017 (2018). https://www.citizen.org/article/twenty-sevenyears-of-pharmaceutical-ind…

Actualmente la función de un visitador
médico se limita a proporcionar
información del producto y responder a
preguntas sobre el uso de este, sin salirse
jamás de la ficha técnica

el escéptico 62

Invierno 2024

12. Houston, P. Global advertising market continues to
deliver steady growth. What’s New in Publishing (2022).
https://whatsnewinpublishing.com/global-advertisingmarket-continues-to-…
13. The Investodeia Team. What Are the Average
Research and Development Costs for Pharmaceutical
Companies? (2022). https://www.investopedia.com/ask/
answers/060115/how-much-drug-companys-spendingallocated-research-and-development-average.asp
14. Agencia Española de Medicamentos y Productos
Sanitarios. Ficha técnica, prospecto y etiquetado (27 de
julio de 2022). https://www.aemps.gob.es/industria-farmaceutica/etiquetado-y-prospectos…
15. Kruse, P. Medical Affairs in the Healthcare Industry:
An Introduction (2015). Create Space Independent Publishing Platform. 1st edition.
16. Navarrera, LF. La industria farmacéutica, vista desde adentro de un departamento médico (2022). Epiciris
- Órgano Oficial de Comunicación del Colegio Médico
Colombiano. https://epicrisis.org/2022/09/19/la-industriafarmaceutica-vista-desde-a…
17. American Medical Association. Physician financial transparency reports (Sunshine Act) (2010). https://
www.ama-assn.org/practice-management/medicare-medicaid/physician-financ…
and%20biologics.
18. Santos, A. The Sun Shines on Europe: Transparency of financial relationships in the healthcare sector.
Health Action International (2017). https://haiweb.org/wpcontent/uploads/2017/03/Sunshine-Act.pdf
19. DeTora LM, Toroser D, Sykes A, Vanderlinden
C, Plunkett FJ, Lane T, Hanekamp E, Dormer L, DiBiasi F, Bridges D, Baltzer L, Citrome L. Good Publication
Practice (GPP) Guidelines for Company-Sponsored
Biomedical Research: 2022 Update. Ann Intern Med.
2022;175(9):1298-1304.
20. Thomas K, Ornstein C. Top Cancer Doctor, Forced
Out Over Ties to Drug Makers, Joins Their Ranks, The New
York Times (2019). https://www.nytimes.com/2019/01/07/
health/baselga-sloan-kettering-astrazeneca.html?action=
click&module=Latest&pgtype=Homepage
21. La eficacia es el grado en que un medicamento

cumple su función en circunstancias ideales y controladas, como sucede en un ensayo clínico, mientras que la
efectividad se refiere a su capacidad de conseguir el resultado deseado en la práctica. De hecho, en la referencia aportada en el artículo se debate la «effectivenes» de
aducanumab, no su «efficacy»
22. FDA. Guidance for Industry Expedited Programs for
Serious Conditions – Drugs and Biologics (2014). https://
www.fda.gov/files/drugs/published/Expedited-Programsfor-Serious-Conditi…
23. FDA’s Decision to Approve New Treatment for
Alzheimer’s Disease (2021). https://www.fda.gov/drugs/
news-events-human-drugs/fdas-decision-approve-newtreatment-alzheimers-disease
24. Salloway S, Chalkias S, Barkhof F, Burkett P, Barakos J, Purcell D, Suhy J, Forrestal F, Tian Y, Umans
K, Wang G, Singhal P, Budd Haeberlein S, Smirnakis K.
Amyloid-Related Imaging Abnormalities in 2 Phase 3 Studies Evaluating Aducanumab in Patients with Early Alzheimer Disease. JAMA Neurol. 2022;79(1):13-21.
25. European Medicines Agency. Aduhelm: Withdrawal
of the marketing authorisation application (2022).https://
www.ema.europa.eu/en/medicines/human/withdrawnapplications/aduhelm
26. The Oxford Vaccine. How expertise and partnerships powered real world impact in the face of a global
pandemic (2022). https://oxford.shorthandstories.com/
innovation-vaccine/index.html
27. University of Oxford. Financial Statements 2020/21.
https://www.ox.ac.uk/sites/files/oxford/Oxford%20
University%2C%20Financial%20Statements%20202021.pdf
28. Gold ER. What the COVID-19 pandemic revealed
about intellectual property. Nat Biotechnol. 2022;40,1428–
1430.
29. Nietzel MT. University of California Ranks First
Among Universities Worldwide for Patents Granted. Forbes (2022). https://www.forbes.com/sites/
michaeltnietzel/2022/09/07/university-of-californiaranks-first-among-universities-worldwide-for-patentsgranted/?sh=b2c8a7218663
30. Lowe F. Myths of Vaccine Manufacturing. In the
pipeline - Science Translational Medicine. 2021 (579).
https://www.science.org/content/blog-post/myths-vaccine-manufacturing

Solo hay que revisar la literatura científica
para constatar que el desarrollo de
fármacos a través de los ensayos clínicos
sería hoy día imposible sin la colaboración
entre la industria y la academia

Invierno 2024

63 el escéptico

autores
El Escéptico Digital
El Escéptico Digital
Página inicial
56
RSS feed
Funciona con Drupal