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el escéptico (Junio 1998)
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omo era de esperar, Internet ha po-
sibilitado la difusión casi sin límites
de las más alocadas ideas
irracionales, y se ha convertido en el
mejor escaparate para el negocio de la
pseudociencia, pero también en un medio
ideal para la divulgación del pensamiento
crítico. La cantidad de información dispo-
nible es tal que ni siquiera dedicando la
revista entera al escepticismo en Internet
podríamos tratar el tema con la suficiente
profundidad. Afortunadamente, la mayoría
de las web de contenido escéptico o racio-
nalista están muy bien interconectadas, y
basta comenzar por acceder a algunas de
ellas para encontrar abiertas todas las puer-
tas. En esta primera guía digital, vamos a
examinar dos lugares virtuales rebosantes
de información y enlaces de interés para los
lectores de EL ESCÉPTICO.
Un diccionario imprescindible
para el nuevo milenio
Entre los sitios web más interesantes y úti-
les sobre escepticismo, destaca The
Skeptic’s Dictionary & Guide for the New
Millennium, del filósofo Robert T. Carroll,
una magnífica colección de definiciones es-
cépticas y ensayos sobre los temas más va-
riados. Podemos acceder a ellos por orden
alfabético, o bien mediante un índice de ma-
terias que los agrupa en once grandes blo-
ques : ETs & ufos, Alternative medicine,
Cryptozoology, occult & supernatural, The
paranormal & the psychic, Junk science &
pseudoscience, Frauds & hoaxes, New age
Nirvana, Who I am?, A skeptic’s Halloween 
y Logic, science & philosophy. Este último
apartado quizá sea uno de los más intere-
santes, ya que disecciona con profundidad
e ironía las falacias lógicas a las que nos
tienen acostumbrados los charlatanes, los
mecanismos psicológicos relacionados con
la credulidad, y conceptos de imprescindi-
ble dominio para el pensador crítico, tales
como efecto placebo, estudio controlado, na-
vaja de Occam, etcétera.
    El diccionario, por supuesto, no está
exento de la opinión de Carroll, una opi-
nión siempre bien fundamentada. Así, si nos
dirigimos a acupuntura, por ejemplo, encon-
tramos una tajante separación entre el con-
cepto de acupuntura como tal y la acción de clavar agujas
en el cuerpo. La primera es, según Carroll, una teoría meta-
física, imposible de contrastar empíricamente, acerca de
la manipulación de la energía chi con el objeto de equili-
brar el Ying y el Yang. La segunda, es decir, la inserción
de agujas, no puede usarse para validar la acupuntura,
tenga los efectos (ligeramente anestésicos, por lo visto) que
tenga. Y podemos asistir a un interesante debate con un
lector sobre este punto, ya que en este diccionario no falta
el debate: Carroll publica los comentarios (generalmente
duros) de lectores (generalmente crédulos) y sus corres-
pondientes réplicas.
Esta página es una fuente inagotable de frases
demoledoras, irónicas o ingeniosas para coleccionar, pe-
gar en la nevera o colocar al final del texto en un emilio
(mensaje de correo electrónico). Pero, además del rigor y
el ingenio del autor, encontramos bibliografía y cientos de
enlaces
la esencia de inernet
que nos permiten profundi-
zar en cada asunto acudiendo a otros lugares de la red o a
diferentes publicaciones. Incluye también un interesante
FAQ (Frecuently Asked Questions) con respuestas a las pre-
guntas más frecuentes de los lectores.
    Más ventajas: el sitio se actualiza regularmente aña-
diendo más temas y enlaces, y podemos bajarnos el dic-
cionario completo para disfrutarlo tranquilamente sin es-
tar conectados. Un grupo de internautas escépticos tra-
baja en la actualidad en la traducción de la web de Carroll
al castellano. De momento, y para quien le venga bien,
existe ya una versión en portugués. La velocidad de carga
de The Skeptic’s Dictionary no es muy alta, pero sí más
que aceptable. En realidad, lo único malo que tiene este
guía digital
Primeros ‘pantallazos’
C
ERNESTO CARMENA
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sitio es la longitud de su dirección: http://wheel.ucdavis.
edu/~btcarrol/skeptic/dictcont.html.
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La mayor organización
escéptica del mundo
El Comité para la Investigación Científica de los Supues-
tos Hechos Paranormales (CSICOP) es la mayor organiza-
ción escéptica del mundo y tiene también un excelente
sitio en Internet (http://www.csicop .org). Noticias de ac-
tualidad, artículos y enlaces, son los principales recursos
que nos ofrece.
La página principal incluye la portada del último nú-
mero de The Skeptical Inquirer, la revista del CSICOP. Para
disfrutar de esta publicación bimestral
en papel
−,
tene-
mos que subscribirnos, cosa que podemos hacer por
Internet, al igual que afiliarnos al CSICOP. Pero, de todas
maneras, algunos artículos de cada número son accesi-
bles a través de esta
página web. Entre és-
tos, cabe destacar por
ejemplo, la entrevista
a un modesto Martin
Gardner, veterano del
escepticismo, en el
número correspon-
diente a marzo-abril
de este año; o el de-
tectivesco análisis de
un caso de combus-
tión espontánea hu-
mana, en el que una
mujer murió quema-
da en extrañas cir-
cunstancias tras e-
char llamaradas por
la boca, como un dra-
gón; o el artículo de
David E. Thomas so-
bre el código secreto
de la Biblia. 
Thomas ha estado investigando y jugando a las sopas
de letras con el ordenador, y, a partir de un capítulo del
famoso libro El código de la Biblia, de Michael Drosnin, ha
extraído los siguientes mensajes ocultos: “The code is a
silly snake-oil hoax” (“El código es un estúpido fraude de
pócima curalotodo”), y  “The code is evil” (“El código es
maligno”), que evidentemente deben de estar ahí por algu-
na razón, ¿o no? Analizando un tocho de Isaac Asimov
sobre ciencia, Thomas encuentra siete ocurrencias váli-
das de la palabra nazi cuando sólo una es esperable por
azar. La explicación racional, a éste y a otros muchos enig-
mas de revista de pasatiempos, la tenemos en el mencio-
nado artículo y en otro mucho más extenso y repleto de
ejemplos, publicado en el número de The Skeptical Inquirer
de noviembre-diciembre del año pasado, y disponible en
este sitio.
El boletín tri-
mestral The Skep-
tical Briefs, que re-
ciben los socios del
CSICOP, también
es publicado par-
cialmente, e inclu-
so totalmente en el
caso de algunos
números, en Inter-
net. En un artículo
correspondiente al
número de marzo
obra, de Joe Nic-
kell, asistimos a la
desmistificación de un supuesto caso de re-
encarnación que describe en su libro la pro-
pia reencarnante, una podóloga inglesa cuyo
elevado cociente intelectual
es miembro de
la asociación de genios Mensa
no le impi-
de creer que un día fue una campesina ir-
landesa o que una muchacha nepalí será el
siguiente asiento de su alma de culo inquie-
to.
Otras secciones de esta web están dedi-
cadas, respectivamente, a las últimas noti-
cias, a los acontecimientos de interés es-
céptico
actividades, congresos, etcétera
,
a una lista de correo no excesivamente ac-
tiva
algo que muchos internautas agrade-
cen, por otro lado
, a la inscripción en el
CSICOP con vídeo introductorio incluido, a
la charla virtual
que no hemos tenido oca-
sión de disfrutar, seguramente por haberlo
intentado en horas poco apropiadas
, y a
una extensa lista de enlaces a otros recur-
sos escépticos en Internet. Éstos incluyen
páginas web de otras organizaciones escép-
ticas y recursos por materias. Señalamos,
por ser poco conocidas, la página de los
creadores ingleses de círculos de trigo
( h t t p : / / w w w . h e a d - s p a c e . c o m /
circlemakers/), en la que se nos explican
los secretos de tan artesanal labor y algu-
nos sucesos extraños que les ocurrieron a
estos chicos durante sus operaciones clan-
destinas de decoración en los campos de In-
glaterra, y la página titulada Bad Astrono-
my (http://smart.net/~badastro/bad.
html), en la que se exponen y corrigen mal-
interpretaciones, errores y disparates de uso
común o aparecidos en los medios de co-
municación, relacionados con la astrono-
mía.
La web del CSICOP tiene una buena ve-
locidad de carga, una presentación sencilla
y agradable, con toques de humor bajo la
forma de un gris
categoría de extraterres-
tres humanoides
que nos guía a través de
las páginas. Su estructura permite una na-
vegación muy cómoda. Pero lo mejor, por
supuesto, es el contenido.
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Recordatorio: la virgulilla (~) se escribe pulsando la tecla Alt y,
sin soltarla, 126 en el teclado numérico.
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