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el escéptico (Verano 1999)
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La evolución bioló-
gica ha sido supri-
mida de los progra-
mas escolares de
Kansas como mate-
ria de obligatorio
conocimiento por
decisión del Consejo
de Educación de ese
Estado. Aprobada
por seis votos a fa-
vor y cuatro en con-
tra, la medida cons-
tituye toda una vic-
toria para los gru-
pos religiosos crea-
cionistas, colectivos
ultraconservadores
de gran influencia
en varios Estados
norteamericanos
que sostienen que la
evolución es un
fraude científico y
que elevan a la cate-
goría de ciencia la interpretación
literal de la Biblia. “No puedes ir
a un laboratorio y al campo y
hacer el primer pez” argumenta
Tom Willis, director de la
Asociación para la Ciencia de la
Creación del Medio Oeste y uno
de los redactores de la nueva
normativa, recurriendo a un
repetido tópico creacionista.
Los miembros del Consejo de
Educación de Kansas que han
votado a favor de tal medida la
consideran “un paso adelante”.
Para los presidentes de seis uni-
versidades estatales
que han
escrito una carta de protesta al
Consejo
, se trata de un retroce-
so de cien años. Y, para el
gobernador del Estado, Bill
Graves, es una “solución terri-
ble, trágica y vergonzosa a un
problema que no existía”.
Aunque la nueva normativa
no prohíbe la enseñanza de la
evolución en la escuela, ninguna
prueba o examen podrá incluir
preguntas sobre la teoría formu-
lada por Darwin. El conocimiento
de la evolución no será exigible a
los alumnos y, además, su elimi-
nación del currículo supone que,
si un profesor quiere introducir la
evolución por su cuenta, el con-
sejo de su
escuela po-
drá impedír-
selo. Cada
centro, por
tanto,
elegirá
l i b r e m e n t e
qué enseñar:
el hecho evo-
lutivo y la
teoría cientí-
fica que lo
explica o su
alternativa,
la pseudo-
ciencia crea-
cionista.
Se man-
tienen dentro de las exigencias
curriculares los temas referentes
al cambio genético gradual en
las poblaciones de especies con-
cretas
los fenómenos llamados
microevolutivos
, que, aunque
de forma muy restringida, son
aceptados por los creacionistas.
Pero muchos alumnos ni estu-
diarán el origen del hombre a
partir de antepasados no huma-
nos ni sabrán de nuestro paren-
tesco con el resto de los seres
vivos.
Los estudiantes de Kansas
sufrirán, por consiguiente, una
seria desventaja en
los exámenes de
ingreso a las uni-
versidades y más
allá si eligen estu-
diar ciencias bioló-
gicas, ya que el
hecho evolutivo y la
teoría sintética de la
evolución funda-
mentan tanto la
biología básica co-
mo la aplicada. Wi-
llian Wagon, miem-
bro del Consejo
contrario a la nor-
mativa, ha compa-
rado al estudiante
de ciencias sin co-
nocimientos de la
evolución con un
corredor al que se le
han amputado las
piernas.
Lo más probable,
ha indicado Miguel
Ángel Lerma en la
lista escéptica de
correo electrónico,
es que la normativa
sea desafiada en los
tribunales como un
nuevo caso de vio-
lación de la Primera
Enmienda, que es-
tablece la separa-
cion entre Iglesia y
Estado. “Otros re-
cursos similares
prosperaron en el
pasado, pero los
creacionistas están
intentando ataques
más y más sutiles cada vez.
Ahora, no se dice explicitamente
que no se pueda enseñar la evo-
lución ni que haya que enseñar
creacionismo, sólo que la evolu-
ción no será materia obligatoria.
A base de ganar en sutileza, los
creacionistas pueden acabar
ganando una primera batalla”.
En 1987, el Tribunal Supremo
impidió que en Luisiana se in-
corporara el creacionismo a la
enseñanza pública como teoría
equiparable a la de Darwin.
ERNESTO J
.
CARMENA
primer contacto
Los fundamentalistas echan a Darwin
de las escuelas públicas de Kansas
Antón vio así, en el diario ‘El
Correo’, la expulsión de
Darwin (a la derecha) de las
escuelas de Kansas.