Sierra que este asunto sea tema de
portada de un próximo número
de su revista!
Dejando a un lado el cachon-
deo
–no hay otra forma razonable
de abordar
esto–, el asombro me
lleva a preguntarme cómo es posi-
ble que álguien pueda presentar
una historieta tan burda como una
noticia y quedarse tan tranquilo.
¿Cómo se puede pretender que
nos tomemos en serio los conteni-
dos de una revista que plantea la
posibilidad de que un ser humano
haya sido transformado en un tu-
bérculo? Señor Sierra, un consejo:
desplácese a su videoclub favorito
y alquile
El ataque de los tomates
caníbales. Al lado de su revista, esa
película es un documental de
Na-
tional Geographic.
JULIO ARRIETA
Benítez oye ‘voces’
C
C
uando llegó a mis manos, su
portada me hizo creer en un
primer momento que estaba ante
el típico panfleto de la Iglesia de
Cienciología. Pero no. Se trataba
del último libro de Juan José Be-
nítez, la más delirante
–hasta el
momento, que nadie se confíe
–
de las obras del autor navarro.
Al
fin libre es la demostración en 89
páginas de que el creador de
Ca-
ballo de Troya será siempre capaz
de sorprendernos a quienes cree-
mos que ha llegado al techo del
disparate.
“Quizá no lo sepa –dice la pu-
blicidad de la contraportada
–,
pero hay
otro J.J. Benítez. Además
del investigador y narrador, hay
un J.J. Benítez que
pinta con las
palabras. Un
buzo audaz e incan-
sable de las profundidades huma-
nas. Un
alpinista de la Verdad. Un
alquimista del pensamiento y un
Robin Hood de la esperanza”. Va-
mos, que no nos habíamos ente-
rado y estamos ante un gigante de
la filosofía que, en este libro, “da
un triple salto mortal sobre sí
mismo y cae, de pie e impecable,
sobre la muerte. Nadie, hasta hoy,
se atrevió a quitarle la máscara a
esa gran desconocida. Si usted
teme a la muerte, atrévase con el
otro J.J. Benítez. Este cruzado, este
capitán Trueno de lo imposible, le
hará libre...”.
¿Qué nos revela el escritor en
el libro? Nada que se corresponda
con el rimbombante párrafo ante-
rior. El contenido de
Al fin libre
parece salido de un parvulario,
aunque el autor se lo atribuya a
comunicaciones recibidas de su
padre tras su muerte a comienzos
del verano de 1999. Dieciocho
charlas que son variaciones del
mismo guión memo de los mensa-
jes del más allá de los médiums o
de los de los extraterrestres que
tanto han marcado a Benítez,
quien ahora atribuye a su falle-
cido padre una colección de sim-
plezas que van desde la concep-
ción clásica de un Dios bonda-
doso que no ha creado el infierno
hasta la adaptación del credo re-
encarnacionista como un camino
de superación que se plasma en el
nacimiento del sujeto en mundos
cada vez más espirituales, pasando
por la confirmación del escritor
como uno de los
elegidos: “Dios te
tiene un especial cariño. Y yo
ahora me siento feliz y orgulloso
por ello”
, escribe poniendo las pa-
labras en boca de su fallecido pa-
dre.
Este libro no desdramatiza la
muerte, por mucho que lo diga
Benítez. Al contrario. La rodea de
un halo terrorífico. A mí, por lo
menos, me da pánico el conoci-
miento que le ha sido transmitido
al ufólogo desde el más allá: si
fuera cierto, demostraría que,
aunque hubiera otra vida tras la
muerte, la inteligencia se con-
vierte en polvo. Sinceramente, a
pesar de mis limitaciones, tengo
un especial afecto a mis neuronas.
Por eso, además de por el carrerón
del autor, no me creo de ninguna
de las maneras que la
voz que dice
Benítez que
escuchó durante una
temporada fuera la de su desapa-
recido progenitor, aunque no seré
yo el que niegue que el escritor
oye
voces.
L. A. G.
44
el esc
é
ptico
(Verano 2000)
el circo paranormal
ERNESTO J. CARMENA
Juan José Benítez.