tuvo que suceder súbita y traumáticamente y en torno a
los siglos XVI-XVII d. de C. Se barajan fundamentalmente
dos hipótesis, el agotamiento de la madera por sobreex-
plotación de este recurso necesario para el transporte y
erección de los moais o el inicio de una guerra civil de
la que emergió una nueva sociedad que no pudo o no qui-
so continuar las tradiciones ancestrales. Si la primera teo-
ría presenta la prueba de la rápida deforestación de la isla,
la segunda se sustenta en las tradiciones locales.
Personalmente me inclino por ésta. El fin de los palme-
rales pudo acabar con la fabricación de nuevas imáge-
nes, pero difícilmente con la rapidez con la que cesó el
trabajo en Rano Raraku. Tampoco explica el que no se
llegaran a pintar los ojos de algunas esculturas. Esos gi-
gantes ciegos quizás sean la prueba de que todo paraí-
so oculta su propia serpiente.
é
NOTA:
1. El espejo del paraíso. Graham Hancock. Traducción
de Toni Hill. Colección Huellas Perdidas, editorial Gri-
jalbo. Barcelona, 2001.
BIBLIOGRAFÍA:
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Traducción de Antonio Ribera. Editorial Juventud.
Barcelona, 1958.
Renfrew, Colin & Bahn, Paul. Arqueología, Teoría, Métodos
y Práctica. Traducción de María Jesús Mosquera Rial.
Ediciones Akal, 1998.
Scarre, Chris. Las setenta maravillas del mundo antiguo.
Los grandes monumentos y cómo se construyeron.
Traducción de Jorge González Batlle & Cristina
Rodríguez Castillo. Círculo de Lectores. China, 2001
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