Invierno 2002 y Primavera 2003
el esc
é
ptico
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De repente se ha puesto de moda dudar que los esta-
dounidenses llegaran a la Luna.
Lo que más me sorprende es el esquema de propa-
gación del mito.
La primera vez que lo oí fue una semana después de
haber llegado el Apolo 11 a la Luna. Fue de los labios
de un conocido ya fallecido, el meteorólogo y ufólogo
gallego Óscar Rey Brea. Nos dijo que todo lo de la lle-
gada a la Luna había sido un montaje de la NASA, que
todo era mentira. Su postura no era única; había
muchas personas que no creían del todo que el viaje
hubiera tenido lugar.
No me sorprende que en aquellos primeros momen-
tos algunas personas dudaran; sobre todo si tenemos en
cuenta que se estaba en plena Guerra Fría y que los
estadounidenses necesitaban una victoria espacial
sobre los rusos. Pensar en una campaña propagandísti-
ca en aquello momentos tenía un cierto sentido. Pero
con el transcurso de los meses y de los años, los argu-
mentos perdían fuerza. Las pruebas se fueron acumu-
lando. Hubo más viajes. Se trajeron piedras. Se dejaron
espejos para reflejar láser... y sobre
todo, nadie lo desmintió. Y algunos
sabemos que una mentira en la que
han tenido que participar cientos de
personas de varios países es insoste-
nible. A la larga, la verdad sale a la
luz pública.
Hasta hace poco pensaba que el mito estaba supe-
rado, a pesar de que algunos grupos marginales siguie-
ran creyendo en él.
Pero de repente, el mito adquiere una virulencia inu-
sitada. Se hacen reportajes de televisión, de prensa... e
Internet se llena de páginas demostrando que todo es fal-
so. La mayor parte de los argumentos se basan en ana-
lizar las fotos que dio la NASA del alunizaje y buscar-
les fallos.
El mito creció tanto que hasta la agencia espacial es-
tadounidense pensó en hacer un libro explicando la ver-
dad detrás de los supuestos fallos de las fotos. Después
se arrepintieron, probablemente porque desmentirlo se-
ría dar más pábulo al mito.
Yo mismo escribí un articulillo explicando los fallos
de los buscadores de fallos.
Lo que más me ha sorprendido es que, a raíz de su
publicación, he recibido correos electrónicos de dos per-
sonas, con un tono paternalista, en el que más o menos
se me decía: “Vaya, pobrecillo, así que usted es de los
ilusos que todavía creen que los estadounidenses llegaron
a la Luna”.
Me gusta que la gente sea crítica y que la gente se
haga preguntas antes de creer. Pero me sorprende que
la gente sea crédula con ciertas críticas: acríticos con la
crítica. No entiendo muy bien que un viejo mito renaz-
ca de sus cenizas como un Fénix. ¿Será verdad aquello
que he dicho tantas veces de que un buen mito nunca
muere?
é
Félix Ares de Blas
DE OCA A OCA
NUEVOS
VIEJOS
MITOS
Imagen del astronauta estadounidense
Neil A. Armstrong, comandante del
Apolo XI, descendiendo por la
escalerilla del primer módulo lunar que
aterrizó en nuestro satélite, antes de
dar su primer paso en la Luna. Esta
imagen en blanco y negro está
extraída de la señal de televisión
emitida por la cámara de superficie
lunar del Apolo XI durante una
actividad extravehicular. La barra
negra que corta la imagen es una
anomalía en la señal recogida en el
centro de seguimiento de Goldstone.
NASA