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el escéptico
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Guía Digital
U
n amigo me confesó hace tiempo que debía sus
conocimientos de informática a un famoso en-
gaño. “Aprendí muchos trucos de hacker sobre
fallos de seguridad informática. Lo hice con el único ob-
jetivo de hacer daño a los tipos que criaban y vendían
gatitos-bonsai”.
¿Qué internauta empedernido no ha
oído hablar de los gatitos-bonsai?
En el año 2000 apareció un sitio
web en el que se explicaba cómo in-
troducir un minino recién nacido en una pequeña botella
y lograr que permaneciera vivo en su interior. Al crecer,
su cuerpo apretujado adoptaba, supuestamente, la forma
del recipiente.
Una de las secciones principales está dedicada a “las diez
mejores bromas universitarias de todos los tiempos” (en-
tre las que se halla, por supuesto, la del embotellamiento
gatuno arriba mencionada). Otro apartado trata sobre ca-
melos famosos a lo largo de la historia, desde los perpe-
trados en la Edad Media en el seno
de la Iglesia hasta el falso estudio
sobre el cociente intelectual de los
presidentes de EEUU, que asigna-
ba a George Bush una escasa pero
verosímil puntuación de 91. Muy divertidas son también
las “cien mejores bromas del uno de abril de todos los
tiempos” (el uno de abril equivale en varios países a
nuestro Día de los Santos Inocentes). Encabeza la lista
la gran cosecha de espaguetis de 1957, con imágenes de
granjeros suizos recolectando la filamentosa pasta de los
EL MUSEO DE LOS ENGAÑOS
Ernesto J. Carmena
Este sitio web es desde 1997 uno de los luga-
res de referencia sobre embustes más impor-
tantes de la Red.
Museum of Hoaxes (Museum of Hoaxes)
Tan cruel artesanía provocó el horror y la indignación de
miles de personas y varias organizaciones defensoras de
los animales. Incluso el FBI investigó el asunto. Pero los
gatitos-bonsai no existían; se trataba de una broma muy
elaborada, creada por un grupo de universitarios.
Como muchos otros camelos memorables que el ser hu-
mano ha elaborado a lo largo de la historia para poner a
prueba la credulidad del prójimo o sacarle los cuartos,
este caso de los gatitos fascina a Alex Boese, creador y
“conservador” del Museum of Hoaxes (Museo de los En-
gaños). Se trata de un museo virtual, y no de un edificio
real con sus paredes y sus vitrinas, aunque mucha gente
lo cree así al ver la fachada de la institución... que no es
más que un montaje fotográfico. Este sitio web (www.
museumofhoaxes.com
) es desde 1997 uno de los lugares
de referencia sobre embustes más importantes de la Red.
Alex Boese es estadounidense, historiador de la ciencia y
autor de dos libros sobre grandes engaños (además de un
tercero sobre experimentos científicos estrambóticos).
En su opinión de experto, hay engaños “malos” que sólo
crean miedo y malestar, pero también engaños “buenos”
que cumplen una importante función social: la de ense-
ñarnos y advertirnos sobre nuestra propia credulidad.
El Museum of Hoaxes es un sitio de estructura tradicional,
con sus secciones temáticas, pero adaptado con una porta-
da tipo bitácora o blog que muestra novedades ordenadas
cronológicamente. Este sistema permite la publicación de
comentarios de los lectores y la navegación cómoda en el
archivo de historias que están clasificadas por categorías
(falsos emails, teorías de la conspiración, gnomos...)
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el escéptico
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árboles; y en el número 21, por abundar en el tema agrí-
cola, está la creación biotecnológica de zanahorias-sil-
bato, genéticamente modificadas para que piten cuando
llegan al punto óptimo de cocción. La sección titulada
Tall Tales (que son leyendas con un toque fanfarrón) in-
cluye un buen catálogo de criaturas extrañas, animales
que recorren un espectro que va desde la pseudociencia
criptozoológica hasta la broma más descarada y absurda.
Podemos documentarnos sobre las truchas lanudas de los
fríos lagos de Norteamérica, cuyo pelaje muestran or-
gullosos los pescadores como trofeo. O detectar haggis,
simpáticos animalillos similares al ornitorrinco, con la
ayuda de las cámaras conectadas a internet que en varios
lugares de Escocia se han colocado para tal menester.
A veces resulta complicado acceder a una determinada
sección en el Museum of Hoaxes. El mapa del sitio, en
la columna de la derecha, nos ayudará a encontrar, por
ejemplo, la galería de montajes fotográficos o los cues-
tionarios, con los que pondremos a prueba nuestra capa-
cidad para detectar engañifas. Quizá nos servirán para
corregir cierto hiperescepticismo: muchos casos sospe-
chosos son, en realidad, reales, valga la redundancia.
Hoaxipedia (Hoaxipedia)
Los gallos gigantes están trucados, pero ¿y los conejos
gigantes?
El sitio cuenta también con un foro de discusión muy
concurrido, donde se comentan leyendas urbanas, bro-
mas o noticias dudosas, y donde día tras día se resuelven
y se desenmascaran nuevos misterios y montajes.
El Museo de los Engaños está actualmente en plena re-
construcción. Gran parte de su contenido está siendo
trasladado a una wikipedia (enciclopedia abierta y creada
por voluntarios, cuya colaboración se facilita por medio
de una tecnología especial que permite añadir o corregir
artículos utilizando tan sólo el navegador de internet).
Esta enciclopedia de los engaños se llama, obviamente,
Hoaxipedia, y podemos acceder a ella en dirección www.
museumofhoaxes.com/hoax/Hoaxipedia. Si a las salas
del museo se le añade finalmente una gran biblioteca,
mejor que mejor.
Recursos: 9 Enlaces: 8 Presentación: 6