el escéptico
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El escepticismo en el Año de la Ciencia
LA ARQUEOASTRONOMÍA,
QUINTAESENCIA DE LO MULTIDISCIPLINAR
El lector podrá encontrar el original en: http://suplementos.laopinion.es/ciencia/material/pdf/2007/12/01122007.pdf.
César Esteban López
E
n una época de hiperespecialización
como la que vivimos actualmente
en ciencias, resulta paradójico que
un campo de investigación multidisciplinar
como la Arqueoastronomía se encuentre
en pleno auge. Su corta historia ha estado
repleta de controversias, especulaciones y
descubrimientos asombrosos, pero en las
últimas décadas, con la aparición de trabajos
de alta calidad científi ca, se está logrando un
reconocimiento cada vez mayor en el campo
de la Arqueología tradicional.
No resulta extraño encontrarnos con contenidos
arqueoastronómicos en cursos, seminarios
y congresos dedicados a Arqueología,
Prehistoria o Historia Antigua, e incluso
existen colaboraciones entre arqueólogos
y astrónomos en distintos proyectos de
investigación.
La Arqueoastronomía, o como se suele
denominar actualmente, la Astronomía
Cultural, es un campo de investigación
multidisciplinar. Su objetivo es conocer cómo
las culturas prehistóricas y de la antigüedad
se relacionaron con los astros y qué tipo de
Astronomía desarrollaron. Los datos pueden
ser muy diversos, desde documentos escritos
o artístico-simbólicos (como, por ejemplo,
inscripciones, pinturas o grabados rupestres) a
orientaciones de monumentos arqueológicos.
La Astronomía Cultural no es todavía una
disciplina académica diferenciada o una
especialidad de una carrera determinada, sino
que los investigadores que trabajamos en
ella, provenientes de muy distintos campos
de conocimiento: Astronomía, Arqueología,
Antropología, Historia de la Ciencia... nos
hemos puesto de acuerdo en denominar
así a nuestra actividad. Los primeros
arqueoastrónomos fueron astrónomos o
ingenieros que, a principios del siglo XX,
se dedicaron al análisis de las orientaciones
de monumentos arqueológicos, mientras que
en la actualidad encontramos cada vez más
investigadores del campo de las humanidades
que se especializan en el tema. Esta diversidad
de puntos de vista es extremadamente
enriquecedora, pero genera unas metodologías
de trabajo diferentes que hacen de la
Arqueoastronomía un campo de investigación
todavía en proceso de defi nición.
A fi nales de los años 70 del siglo XX
se produjo una auténtica revolución en
el campo, pues aparecieron dos revistas
especializadas arbitradas que todavía siguen
su andadura y donde se publican los trabajos
arqueoastronómicos más relevantes:
Archaeoastronomy. The Journal of Astronomy
in Culture publicada en EE.UU. y la británica
Journal for the History of Astronomy, que
durante un tiempo publicó un suplemento
anual dedicado exclusivamente a la
Arqueoastronomía.
A partir de los 80 se celebraron los primeros
congresos internacionales sobre estos
temas, como los de la serie Oxford (uno de
ellos celebrado en La Laguna en 1999), que
pusieron en contacto dos formas diferentes
de hacer Arqueoastrononía, la americana,
dedicada sobre todo al estudio de las
culturas mesoamericanas y con un enfoque
marcadamente antropológico y la europea,
dedicada principalmente al megalitismo y
preocupada por los problemas de la precisión
de las orientaciones. En la actualidad
caminamos hacia la convergencia de ambas
aproximaciones que se plasman en las nuevas
tendencias de la Astronomía Cultural.
En 1992, el astrónomo Carlos Jaschek y
un grupo de investigadores que se reunían
periódicamente en Estrasburgo crearon la
primera sociedad científi ca internacional
de investigadores en Arqueoastronomía: la
Société Européene pour l’Astronomie dans
la Culture (SEAC, www.archeoastronomy.
org) que engloba a más de 100 especialistas
y celebra un congreso anual, dos de los cuales
se han celebrado en España (Salamanca:
Artículo
1996, La Laguna: 1999). En la actualidad,
su presidente es nuestro compatriota Juan
A. Belmonte, investigador del Instituto de
Astrofísica de Canarias. En 1998 se creó
una nueva organización profesional mundial
dedicada a la promoción del desarrollo
académico de la Arqueoastronomía y la
Etnoastronomía: ISAAC (International
Society for Archaeoastronomy and Astronomy
in Culture) radicada en EE.UU.
En España, los investigadores dedicados
a la Astronomía Cultural son todavía muy
escasos pero con un gran volumen de
trabajos y, algunos de ellos, con importante
reconocimiento internacional.
En particular, el grupo radicado en el Instituto
de Astrofísica de Canarias, al que me honro
en pertenecer, ha realizado investigaciones,
además de en España, en muy distintas partes
del mundo como el Norte de África, América
Central y del Sur e incluso las Islas del
Pacífi co.
Uno de los primeros trabajos arqueo-
astronómicos que realizamos hace ya más
de quince años fue el de las orientaciones
astronómicas de las Pirámides de Güímar
(Tenerife). Estos enormes y atractivos
montones de piedras han sido fruto de
especulaciones calenturientas de grupos
esotéricos, estandartes del aborigenismo
independentista y hasta puntos de escala
intermedios para teorías hiperdifusionistas
trasnochadas, como la formulada por
el fallecido explorador noruego Thor
Heyerdahl, que montó junto al empresario
Fred Olsen el parque etnográfi co que ahora
las alberga. Resulta bastante descorazonador
ver como nuestro trabajo arqueoastronómico,
absolutamente fuera de nuestras intenciones
y conclusiones, ha sido utilizado como
argumento para defender el pretendido origen
prehispánico de dichas construcciones y,
en defi nitiva, alimentar una visión falsa e
interesada de la prehistoria canaria.