background image
el escéptico
14
Hace 20 años...
LA ALTERNATIVA RACIONAL (LAR) Nº 12
Del editorial (mayo 1989)
«
Estimados amigos, esta vez me ha tocado a mí escribir esta editorial. Desde el último número
de LAR han ocurrido demasiadas cosas que quisiera refl ejar adecuadamente pero que me va a
ser imposible. A título de ejemplo señalo dos hechos importantes: uno, que la secretaría ha sido
asumida por Luis Miguel Ortega Gil, y dos: que se ha celebrado la Asamblea Anual de ARP en Bilbao.
Cualquiera de las dos cosas requeriría mucho más espacio del que voy a dedicar; pero no es posible
por muchos motivos. Espero que sepáis disculparme.
[…]En Bilbao se acordaron varias cosas:
1.- Cambiar el formato de impresión de LAR. Ya veis que este número se ha impreso en Bilbao en
vez de San Sebastián y que su presentación es diferente.
2.- Se eligieron los cargos para un año más. La Junta Directiva ha quedado así:
Presidente: Félix Ares de Blas
Vicepresidentes: Alvaro Fernández y Alberto Hidalgo
Secretario: Luis Miguel Ortega Gil
Vicesecretario: Jesús Martínez Villaro
Tesorero: Gabriel Naranjo
Vocales: Víctor Sanz Larrínaga y Mario Bohoslavsky
»
.
Resumen del contenido
El editorial del nº 12 lleva la fi rma Félix Ares en
sustitución de Luis Alfonso Gámez —que por motivos
personales tuvo que abandonar la secretaría y gran
parte del trabajo que realizaba.
Coincidiendo con la asamblea anual, celebrada ese
año en Bilbao, se conformó una nueva directiva, tal
y como aparece en el texto. Además de los cambios
en la dirección, en dicha asamblea se gestaron otras
decisiones importantes, como el cambio de formato de
la revista, o la creación de subcomités especializados en
los temas más demandados, como ovnis o educación.
Con ello se pretendía dar respuesta tanto a medios
de comunicación como a los distintos organismos
e instituciones que pudieran estar interesados en la
opinión de ARP en los mencionados temas.
Además de los subcomités, en la sociedad funcionaban
los grupos territoriales, que variaban en actividad según
los socios. Por ejemplo, el grupo catalán ARP/GEC
llegó a contar con una publicación, «La Navaja», que
pretendía ser un boletín interno para los socios de esa
comunidad. Solo pudieron salir a la luz dos números
de «La Navaja», cuya aparición se vio truncada con el
fallecimiento de su máximo responsable, el recordado
Mario Bohoslavsky, a fi nales de 1995.
La revista comienza con un extenso artículo titulado
«la gran explosión de Tugunska», fi rmado por Félix
Ares de Blas, Luis Alfonso Gámez Domínguez y Jesús
Martínez Villaro. Se trata de un completo informe
sobre el impacto del meteorito que, en la madrugada
del 30 de junio de 1908, cayó en un apartado lugar de
la inhóspita Siberia.
La colisión, uno de los mayores sucesos de los que se
background image
el escéptico
15
Portada Original.(Archivo)
tiene documentación, «arrasó más de 2 200 kilómetros
cuadrados de bosque e incendió miles de árboles
cercanos al lugar del presunto impacto. La onda de
choque dio dos veces la vuelta a nuestro planeta
».
Como cuentan sus autores, el hecho de que cayera
en una zona de tan difícil acceso evitó que ocurriera
una catástrofe: «Por suerte, y dado lo desolado del
lugar, las únicas víctimas que se cobró la explosión
fueron renos. Si se hubiera hecho a propósito, habría
sido muy difícil encontrar en todo el globo terráqueo
una zona donde los daños hubieran sido menores. Si
hubiera caído en el mar, los maremotos resultantes
habrían sido catastrófi cos. Recordemos lo acontecido
con la erupción del Krakatoa, en la que una sola ola
arrasó 165 poblaciones de Java, quitando la vida
a más de 36 000 personas. Testigos situados entre
30 y 60 kilómetros del presunto punto de impacto
sintieron una repentina ráfaga de calor que atravesó
sus abundantes ropajes. La sacudida provocada por
la explosión fue registrada como un terremoto por
varias estaciones meteorológicas siberianas. La onda
expansiva rompió ventanas, hizo volar campamentos
enteros, mató renos e hizo que personas cayeran al
suelo. El 30 de junio de 1908 quedo grabado durante
años en la memoria de los habitantes del Norte de
Europa porque el cielo no se oscureció en el transcurso
de toda la noche. Durante los dos días siguientes, el
polvo suspendido en la atmósfera fue tan abundante
que hizo posible leer el periódico en las calles de
Londres a altas horas de la madrugada
».
El artículo continúa relatando las cuatro expediciones
organizadas por Leonid A. Kulik, que tuvo que pasar
por todo tipo de vicisitudes burocráticas y políticas de
la Rusia de principio de siglo. Todo ello unido a las
difi cultades orográfi cas y climáticas del terreno y los
graves problemas de salud que tuvieron que padecer
los expedicionarios. Las expediciones terminaron con
la llegada de la segunda guerra mundial, y la muerte
en el frente del propio Kulik por parte de los nazis.
Mas fue tras el suceso que puso fi n a la contienda, el
lanzamiento de las bombas atómicas en Japón, cuando
un autor de ciencia fi cción, Alexander Kazantzev,
llamó la atención sobre el parecido entre los paisajes
desolados de Tugunska e Hiroshima. En uno de sus
cuentos especula con la idea de que el cráter fuera
provocado por la explosión de una nave espacial
marciana, sugerencia que fue muy bien recibida dentro
del por entonces creciente mundo de afi cionados al
fenómeno OVNI. Otras teorías disparatadas sugieren
que la responsabilidad de la explosión la tuviera
un agujero negro, o un trozo de antimateria. Como
concluye el artículo, «Dejemos a un lado naves
extraterrestres, antimateria, agujeros negros... La
explosión ocurrida en Tunguska en 1908 parece que
fue ocasionada por un fragmento del cometa Encke y
devastó una zona limitada de Siberia Central
».
Efectos documentados de la onda expansiva de la Explosión
de Tugunska.(Archivo)
background image
el escéptico
16
Con «Apuntes sobre Astrología», Álvaro Fernández
hace un breve resumen de su historia y critica a sus
supuestas virtudes. «Para explicar los extraños
infl ujos de los astros no existe ninguna hipótesis
medianamente razonable. Los seguidores de la secta
recurren a "fl uidos" u otras acciones misteriosas más
propias de la fe, del ansia de creer, que de la ciencia.
El socorrido argumento de la infl uencia de la Luna
en las mareas que es real, pero que no tiene nada
que ver con aptitudes o "destinos", se derrumba en
nuestro caso cuando comprobamos mediante sencillos
cálculos de física que el llamado "efecto de marea"
ocasionado por la masa de la Luna en el recién
nacido es 2 000 000 de veces menor que el producido
por la masa de la comadrona que, está muy cerca.
Que nosotros sepamos, los astrólogos nunca han
considerado en sus cálculos el grado de obesidad de
la comadrona
».
persona a muchos ufólogos que nos hemos estado
carteando durante años. Sin embargo, Vicente-Juan
Ballester Olmos tenía que aportar su grano de arena.
El resultado fue que, de una agradable reunión de
amigos comentando cosas alrededor de una mesa, se
pasó a una multitudinaria asamblea de personajes de
las más variadas tendencias y opiniones
». A pesar de
lo heterogéneo del grupo, las carencias eran comunes:
falta de colaboración y coordinación entre ufólogos,
escasez de dinero, y ausencia de un método serio de
trabajo. Para paliarlas se plantearon varias iniciativas,
como crear una organización que agrupe al resto,
unifi car las bases de datos, o elaborar un manual
de investigación serio. El autor concluye que, «lo
importante es documentar los casos y concretamente
los negativos, porque pueden ayudarnos a conocer la
mente humana y fenómenos sociales, atmosféricos,
geológicos... desconocidos. Si, además, queda un
residuo inexplicado, pero al mismo tiempo extensa y
profundamente documentado
lo que yo no creo,
tampoco seremos los ufólogos los encargados de su
análisis, sino aquellos científi cos cuyas especialidades
mejor se adapten a ellos
».
El llamado «efecto de marea» ocasionado
por la masa de la Luna en el recién nacido es
2 000 000 de veces menor que el producido
por la masa de la comadrona que está muy
cerca. Que nosotros sepamos, los astrólogos
nunca han considerado en sus cálculos el
grado de obesidad de la comadrona”.
Fernández continúa: « El único argumento
medianamente serio avanzado por los creyentes en
la astrología es el de la concordancia estadística,
que dicen haber encontrado, entre sus predicciones
y la realidad», a lo que concluye que «también hacen
agua las estadísticas astrológicas, incluso las serias
citadas
no he mencionado las miles de tonterías
que escriben muchos de ellos
y puede afi rmarse
que no existe ningún estudio de este tipo que no haya
sido severamente criticado por los matemáticos; en
forma similar, por otra parte, a lo que sucede con las
estadísticas en parapsicología
».
Luis R. González Manso hace unas «refl exiones
sobre el seminario de ufología celebrado en Segovia
en octubre de 1988» en el artículo «un encuentro
desfasado». Ya en el editorial Félix Ares, Luis
A. Gámez y Jesús Martínez se excusaban de no
poder asistir a dicho encuentro, porque coincidía en
fechas con la llegada de James Randi a España. «Al
principio, la idea del encuentro objeto de estas líneas
se limitaba a dar una oportunidad de conocernos en
Vicente-Juan Ballester Olmos, en su despacho enseñando los
archivos desclasifi cados del Ejército del Aire.(Archivo)
background image
el escéptico
17
El mismo autor, en clave de humor, escribe a
continuación una «Epístola a los escépticos – “Más
Allá”… de toda duda razonable». Bromea que, en
pleno viaje, «una revista llevada por el viento me
golpeó haciéndome caer de mi montura. Fue un
mensaje divino, una revelación. En el momento en que
posé la mirada en su titulo, "Más Allá", la vida cambió
para mí. Ahora CREO
». Ese epistolario le hace creer
en todo tipo de barbaridades, como que Colón era un
judío de Ibiza o «que el zodiaco tiene una existencia
metafísica, con cuyas esencias el Dios de nuestro
sistema solar creó el mundo y nada tiene que ver con
las constelaciones que los científi cos les atribuyen
». La
broma termina con un ataque de lucidez: «Finalmente
RAZONO y concluyo que el golpe debió suspender
temporalmente mis facultades intelectuales, y lo único
que de verdad CREO es que el Dr. Jiménez del Oso
ha logrado un nuevo récord Guiness a la revista con
la mayor densidad de tonterías, incongruencias y
patochadas por centímetro cuadrado
».
Miguel Ángel Lerma aborda el tema de las mal
llamadas medicinas alternativas con el trabajo «¿Es
la homeopatía un fraude pseudocientífi co?». Tras
una breve introducción a la supuesta disciplina y sus
principios (ley de similitud, dosis infi nitesimales,
individualización del paciente y del remedio), y la
conclusión lógica de que «la Homeopatía, hoy por
hoy, carece de base teórica racional y de apoyo
experimental
», el autor se pregunta si debería
prohibirse dicha práctica: «Toda terapéutica implica
una cierta fi losofía de la vida, que como la religión,
ni puede imponerse ni puede prohibirse. Sin embargo,
para evitar fraudes y engaños, los pacientes deberían
disponer de información sufi ciente sobre los métodos
terapéuticos que se les ofrece y su base (o carencia
de base) científi ca. Por otro lado, los médicos y
farmacéuticos deberían evitar, como una cuestión de
ética, cualquier colaboración con una práctica que
contradice su formación y titulación científi cas. Es
contra toda ética usar un titulo científi co para avalar
una práctica claramente pseudocientífi ca
».
Por último, el LAR nº 12 concluye con el comentario
de algunos libros publicados por entonces, como
«El animal divino» de Gustavo Bueno, «Self-
contradictions of the Bible
», de Williams Henry
Burr, y «Las tecnologías alternativas», de Mario
Bohoslavsky. Además de algunos artículos publicados
en revistas nacionales y extranjeras como «Explicando
lo imposible» de Carlo Frabetti, publicado en la revista
Algo, y sendos artículos sobre la Sábana Santa escritos
por Luis Alfonso Gámez para El Correo Español, y
junto a Félix Ares, Víctor Sanz y Jesús M. Villaro,
para la revista Interviú.
El Dr. Jiménez del Oso —el segundo por la izquierda — participando en el congreso de ufología celebrado en Logroño en los
años 80(Archivo)