el escéptico
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El Escol
arp
Nº6
Una contribución de
ARP - SAPC a la educación
Coordinado por José Luis Cebollada y Jorge J. Frías
Enero - Agosto
2010
EDITORIAL
P
ese a su gran capacidad para hacernos refl exionar, el humor suele quedarse fuera de los recursos educativos.
Sin embargo, una viñeta o un chascarrillo pueden ser el comienzo de una refl exión, de una redacción o de un
debate. Desde
El Escol
arp
queremos sugerir algunas páginas muy interesantes de las que se pueden extraer
recursos con humor para el aula.
El EscolARP se puede descargar gratuitamente desde la página de ARP-SAPC
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http://www.escepticos.org
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y desde Astrotienda
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http://www.astrotienda.com
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CRÍTICOS, PERO CON HUMOR
Sidney Harris
La página del conocido artista gráfi co S. Harris —que
podemos encontrar en sciencecartoonsplus.com—
contiene gran cantidad de viñetas de todos los temas.
Destacan los chistes sobre ciencia, que ha ido
publicando en prestigiosas revistas científi cas. Está en
inglés.
Mark Anderson
Las viñetas de Mark Anderson, o como él las denomina, andertoons, han ilustrado las páginas de revistas como
Reader’s Digest, The Wall Street Journal o Forbes. Su página
andertoons.com
abarca gran cantidad de temas:
medicina, ciencia, justicia, escuela…
Martín Favelis
El humorista argentino actualmente publica su blog «Favelis
a cuadros» en las páginas del diario El País. Como él afi rma,
«la tarea del humorista consiste en decir lo contrario de lo que
habitualmente dice la mayoría de la gente», y sus viñetas así
lo atestiguan. Acaba de publicar «Planeta Favelis» (Grupo
editorial 33, 2010). En Internet:
martinfavelis.com
.
Corne
Santiago Cornejo «Corne» ha publicado en numerosas revistas de todo el mundo,
y su humor ha sido traducido al inglés, alemán, italiano o chino. Puede verse parte
de su obra en
cornecartoons.com
.
Gómez de la Serna
¿Y qué hay del humor sin imagen? Las greguerías son, tal como las defi nió su
creador, Ramón Gómez de la Serna, la conjunción de humor y metáfora. En la red
pueden muchos ejemplos, tanto de él como de otros autores que han seguido sus
pasos.
Gregería: El niño intenta sacarse las
ideas por la nariz.
Nota: Cada ilustración es © de sus respectivos autores.
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Q
uién no ha realizado el experimento de hacer
germinar una lenteja! ¡Y quién no se ha
encontrado irreparablemente mustia aquella
planta que olvidamos regar! El agua y la luz son
imprescindibles para el correcto crecimiento de una planta
hasta el punto de que son los responsables de la mayoría
de los tropismos del mundo vegetal. Ahora vamos a
preguntarnos qué otras cosas infl uyen en el crecimiento
de las plantas —y que podrían infl uir también en otros
seres vivos, como los humanos.
Los experimentos con tropismos son muy fáciles de
realizar con semillas de las legumbres más frecuentes
de nuestra despensa, como las lentejas o las habichuelas.
Con pocos recursos (un poco de algodón, un vaso de
plástico y agua) podemos hacer que germinen en las
condiciones ambientales que les procuremos.
LAS HABICHUELAS MÁGICAS
Para el profesor
Cleve Backster estaba convencido de que las plantan sentían,
tenían inteligencia e incluso que escuchaban a los humanos.
En su delirio ideó una máquina para registrar su actividad
cognitiva. (Archivo) .
¿Y tú, qué propones?:
Ya sabéis que podéis mandarnos vuestras
propuestas y sugerencias a
docentes@arp-sapc.org
Imanes, Bach y conjuros
¿Qué le ocurriría a una planta si la exponemos al campo
magnético de un imán? ¿Y si le ponemos musiquita de
Bach durante unos minutos? O mejor, les sometemos
a un conjuro mágico para que crezcan mejor. Hay mil
condiciones disparatadas a las que podemos someter las
plantas y mirar si provocan un efecto en las mismas.
Cantidad y calidad
Podemos responder a las preguntas anteriores con una
sesuda revisión bibliográfi ca, pero también podemos
poner manos a la obra y experimentar. Eso sí, como una
golondrina no hace primavera, conviene usar un número
signifi cativo de experimentos.
Acertar tres veces seguidas si va a salir cara o cruz en una
moneda no te convierte en adivino. Por eso es interesante
ver cómo se dispersan los valores respecto a la media
(varianza), y cómo es probable que algunas plantas
tengan un desarrollo anómalo pese a estar tratadas como
el resto.
Es mejor repetir varias veces el experimento a hacer uno
demasiado engorroso. No está mal empezar variando un
único factor entre dos valores: con imán/sin imán; con
música/sin música…
Llega el doble ciego
Si hemos sido rigurosos a la hora de diseñar y realizar
el experimento, también hemos de serlo a la hora de
obtener resultados. No es lo mismo tomar datos de las
plantas que hemos estado cuidando durante estos días
que registrarlos de una planta de la que no conocemos
su régimen. Sería interesante contrastar las conclusiones
que pueden obtener los propios cuidadores de las que
pueden llegar otros que solo participan en la medición y
análisis de los datos.
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Para el alumno
Busca por ahí el resto del relato, que aquí te vamos a hablar de otros cuentos… chinos. ¿Se puede conseguir que
crezcan mejor las plantas poniéndoles música? ¿Y hablándoles? ¿Sería nocivo para ellas someterlas a la acción de un
campo magnético? ¿Qué otras cosas afectan a una planta? ¿Acaso un conjuro?
Para nuestro experimento necesitarás un buen puñado de legumbres: habichuelas, lentejas, alubias o similares. Cada
semilla la introduciremos dentro de un vaso de plástico con algodón.
Hasta aquí hay que procurar que todas se planten de la forma más parecida, porque ahora vamos a diferenciar dos
grupos: A uno de ellos le suministraremos bastante agua, mientras que para otro seremos muy tacaño. Las dosis hay
que suministrarlas con una jeringuilla graduada, para asegurarnos de darles siempre la misma cantidad.
Ya que estamos hechos unos señores agricultores, vamos a volver a plantar otras semillas, pero ahora el experimento
lo haremos suministrándoles a todas la misma cantidad de agua, pero alterando otros parámetros para uno de los
grupos.
Aquí tienes una sugerencia:
– Haced dos grupos iguales de 20 legumbres y ponlos en cajas separadas.
– El investigador “A” se encargará de regar con el mismo número de gotas las 40 macetas, utilizando un
cuentagotas.
– El investigador “B” ha de elegir uno de los dos grupos en secreto, y siempre al mismo, realizar este conjuro una
vez al día (hay que alzarlas al cielo para que sea efectivo —dicen):
«Fuerzas de luz, yo (tu nombre) os pido que al igual que el sol se alza en el horizonte, esta planta se alce en la
tierra, al igual que la vida se alza en derredor. Así mi vida experimentará un renacimiento dejando el sufrimiento
en que estaba inmerso».
– El investigador “C” medirá a los 20 días el crecimiento de cada planta, desde la raíz hasta el ápice de la rama más
alta. Presentará los resultados sin decir qué tabla de mediciones corresponde a qué grupo.
– Por último toca hacer el análisis estadístico: Media, varianza, desviación típica... ¿Se amontonan los datos sobre
la media? ¿Cómo son de pronunciadas las desviaciones a la media? ¿Se puede intuir qué grupo de plantas ha
sido sometido al conjuro?
¿Conoces el relato de Juan y las habichuelas?
Cuenta que su madre le mandó a vender la única
vaca que tenían, pero por el camino se encontró
con un embaucador que le cambió el animal por
unas habichuelas, supuestamente mágicas. Al
llegar a casa, la madre se echó las manos a la
cabeza al ver el pésimo cambalache que había
realizado su hijo, y las arrojó por la ventana. Al día
siguiente las legumbres habían germinado de tal
manera que sus tallos llegaban al cielo. Curioso,
Juan decidió trepar por la planta, hasta llegar a un
peculiar país.
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El Escol
arp
El rollo del cine
Título:
Willie Wonka y la fábrica de chocolate
Director: Mel Stuart
Año:
1971
Intérpretes:
Gene Wilder, Jack Albertson, Peter Ostrum, Roy Kinnear,
Julie Dawn Cole, Leonard Stone, Denise Nickerson, Ursula
Reit, Nora Denney, Paris Themmen.
Duración: 100 m.
Sinopsis:
Basada en el cuento de Roald Dahl, el pequeño y humilde Charlie es uno de los
afortunados niños que han sido seleccionados para visitar la fabulosa fábrica de
chocolates Wonka. En compañía de su queridísimo abuelo irá adentrándose en
el edifi cio, que resulta ser un auténtico derroche de ingenio, fantasía y golosinas,
con ríos de chocolate, y caramelos gigantes. Pero el genio de Wonka guarda un
secreto que va a amargar la dulce visita a más de uno de los visitantes.
Claves para comentar y discutir:
* En la fábrica hay aparatos muy curiosos, tanto en el modo de funcionamiento como en su propósito ¿Tan disparatados
son?
* En el edifi cio viven unos curiosos personajes: los oompa loompa. Sugieren un tema que está dando mucho que
hablar, la clonación.
* Un gran río de chocolate recorre la fábrica ¿Es posible realizar uno de verdad? ¿Flotaría uno mejor o sería más fácil
ahogarse?
* El chuparrico perpetuo es el caramelo que todos los niños desearían. El hombre moderno piensa en quimeras
parecidas, como las fuentes de energía inagotables.
Textos para otros comentarios
Simplifi cando enormemente la situación, podemos considerar que, por lo que hace al vampirismo, existen tres tipos de actitudes entre las
tendencias góticas.
En el primer grupo se encuentran aquellos a quienes gusta ingerir sangre de terceros; disfrutan con ello o simplemente están convencidos de
la necesidad de hacerlo. Suelen organizarse de manera que puedan contar con donantes voluntarios. El intercambio de sangre no suele ser
considerable en volumen, puesto que se cree que una pequeña cantidad contiene ya una gran cantidad de “energía psíquica” o vida.
El segundo grupo lo forman precisamente quienes se consideran vampiros psíquicos, que en lugar de consumir sangre se nutren directamente
de una supuesta y totalmente inexistente energía vital.
El tercer grupo, el más numeroso, lo constituyen quienes disfrutan de la estética gótica, desde los que se limitan a frecuentar clubes y
discotecas especializados con el aderezo necesario a quienes condicionan toda su vida al pensamiento gótico, llegando a dormir, por ejemplo,
en ataúdes.
Un grupo totalmente independiente, no conectado normalmente con los góticos pero a veces confundido con ellos por la opinión pública, lo
constituyen los jugadores de rol que simpatizan con la estética del vampiro. Aunque pueden practicar en algunos casos juegos de rol en vivo
y disfrazarse como sus personajes preferidos, tienen muy claro que se trata meramente de un juego.
El texto está sacado de Los Vampiros ¡vaya timo!, de Jordi Ardanuy, editorial Laetoli ISBN: 978-84-92422-08-1.