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verano 2015
EUROPA LAICA CONDENA EL ATENTADO CONTRA CHARLIE HEBDO
Y PIDE FIRMEZA EN LA DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Y DE LA LAICIDAD EN LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO.
Para Europa Laica es un atentado que busca censurar la libertad de expresión, amparándose en
motivos religiosos y minar así la laicidad que es la garantía de los derechos civiles.
Europa Laica condena de forma enérgica y rotunda el atentado contra la revista Charlie Hebdo
y muestra su más solemne pésame a las familias de las víctimas mortales, así como su solida-
ridad con el pueblo francés.
Para Europa Laica, como organización laicista que defiende la libertad de conciencia y los
derechos humanos, este atentado no puede entenderse solamente como una brutal violación
del derecho a la vida de los trabajadores de Charlie Hebdo, que por supuesto también, sino
como algo de mayor calado, supone un ataque a la libertad de expresión, a los derechos civiles
universales y a la laicidad del Estado.
Los terroristas, con actos de esta naturaleza, pretenden limitar la libertad de expresión ampa-
rándose en motivos religiosos: atacando vilmente a quienes la ejercen, tratando de imponer la
censura y la autocensura del miedo a quienes posteriormente quieran ejercerla.
De esta forma, este atentado ataca uno de los fundamentos de la República francesa que se
remonta a la Revolución de 1789 y la Ley de Separación de Iglesias y Estado de 1905, como es
la laicidad del Estado y sus instituciones, devenida principio constitucional desde la IIIª República
Francesa.
Es la laicidad de la República la que garantiza la libertad de conciencia mediante la separación
entre política y religión, de forma que los derechos ciudadanos queden a resguardo de injeren-
cias desde ámbitos religiosos.
Los integrismos religiosos pretenden justo lo contrario: convertir la religión en norma política,
en limitación de los derechos ciudadanos, reinstaurando el pecado como delito, vulnerando la
libertad de conciencia y rompiendo la separación entre política y religión.
La República francesa, como República laica, garantiza la libertad de conciencia y de expre-
sión de su ciudadanía, sin más limitación que el orden público, lo que protege el derecho a la crí-
tica, también a la crítica de las religiones, incluso en forma de sátira o parodia, y que es el dere-
cho que ejercía la revista Charlie Hebdo cuando ha sido cobardemente atacada por eso mismo.
Ante este brutal atentado contra las personas, la libertad de expresión y la laicidad del Estado,
la respuesta debe ser contundente por parte de la sociedad francesa y sus instituciones y tam-
bién en el ámbito internacional.
Pese a las amenazas y los ataques del integrismo religioso, la respuesta debe ser la reafirma-
ción y el fortalecimiento de las libertades y los derechos, y de la laicidad que es su condición de
posibilidad. Los Estados deben proteger el ejercicio libre de los derechos de sus ciudadanas y
ciudadanos y para eso es necesario remarcar la separación tajante entre política y religión y no
ceder al miedo ni la censura por ejercer los derechos.
Al mismo tiempo, la repulsa total de este atentado, y del terrorismo religioso e ideológico en
general, no puede servir de excusa para reducir las libertades ni alimentar la segregación, el
racismo o la xenofobia.
La laicidad, como principio integrador y unificador, es incompatible con la discriminación en
cualesquiera de sus formas, y no se opone sino que protege la libertad de creencias y de in-
creencias en igualdad. A lo que se opone es a la injerencia religiosa en los asuntos políticos, a la
limitación de las libertades ciudadanas y de conciencia por motivos religiosos, ya sea la libertad
de expresión o la libertad de interrupción del embarazo o cualquier otra.
La solución contra el integrismo religioso no pasa por políticas excluyentes, segregadoras o
represoras, sino por el reforzamiento y la profundización de la laicidad del Estado y de sus ins-
tituciones.