el esc
é
ptico
36
otoño-invierno 2015
A
l noroeste de Roma, tras una hora de viaje por ca-
rreteras estrechas llenas de baches, se encuentra la
Tuscia, la región italiana que abarca los territorios
de influencia etrusca anterior a la conquista romana. Uno
de sus más famosos monumentos forteanos es el Parco dei
Mostri (el ‘Parque de los Monstruos’), situado en un bosque
bajo el castillo de los Orsini, en Bomarzo. En la actualidad
recibe cientos de visitantes, tras su restauración en los años
setenta del pasado siglo. Sus monstruosas estatuas (muchas
de ellas de tamaño superior al natural) no parecen seguir
ningún plan racional, como si su propósito no fuese agradar
sino provocar asombro. Como sugiere una inscripción: “Sol
per sfogare il Core” (‘Solo para desfogar el corazón’).
Pero no era este el lugar que me había llevado hasta Italia.
Visita de ensueño al
museo del ovni de Tuscia (Italia)
Luis R. González
No se engañen: la invasión alienígena ya está en marcha.
http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/
el esc
é
ptico
37
otoño-invierno 2015
Mi búsqueda de un tesoro ufológico me había atraído hasta
Bagnoregio, un encantador pueblecito de unos 4000 habi-
tantes rodeado de abundantes yacimientos arqueológicos, la
mayoría tumbas etruscas excavadas en los acantilados de la
zona. Centrado en la agricultura y el comercio, junto con
algo de industria ligera y servicios, su nombre deriva de los
muchos manantiales de aguas sulfurosas y ferruginosas que
lo rodean, creados por la continua actividad volcánica del
territorio.
Mi guía era Giancarlo D’Alessandro, un coronel médico
de la Fuerza Aérea Italiana en la reserva, que primero me
llevó a visitar otro pueblo cercano, Montefiascone. Famosa
propiedad papal durante siglos, la antigua residencia de ve-
rano del Sumo Pontífice, situada en lo más alto de la coli-
na sobre la que se erige la población, ofrece un maravilloso
panorama de 360 grados de los alrededores, en especial del
mayor cráter volcánico del país, donde se embalsa el llama-
do lago Bolsano. Según un grupo contactista local, en una
de sus islas, llamada Bisentina, se abriría una de las pocas
“puertas estelares” conocidas. El panorama durante mi visita
era sugerente: un tempestuoso frente se acercaba con rapi-
dez, con rayos y truenos saltando entre las nubes y a tierra,
hasta cubrir todo el horizonte sobre el lago. Sin embargo, en
honor a la verdad, no puedo garantizar la existencia de ese
“artefacto” alienígena.
Ya en Bagnoregio, mi primera sorpresa fue descubrir una
pequeña pirámide negra de unos doce metros de altura, ro-
deada de unos cuidados jardines en el centro de una plaza.
Mi guía despejó cualquier ilusión de conexión extraterres-
tre. Según me explicó, se trataba de un osario erigido en el
siglo XIX en honor de unos cuantos seguidores de Garibal-
di que fueron masacrados en una de las batallas de la época
fundacional de Italia.
Los orígenes volcánicos de la región han creado un pai-
saje extraño y fascinante. Merece la pena la visita al valle de
los calanchi (acantilados de arcilla bellamente erosionados)
y ver sus espectaculares formas. Junto a Bagnoregio, solo se-
parada de ella por una tremenda sima, se encuentra la aldea
de Civita. Las leyendas locales aseguran que un tremendo
terremoto en la Alta Edad Media habría separado ambos
municipios, pero los historiadores han documentado un
proceso mucho más gradual durante los siglos XIV y XV
por la acción erosiva de las aguas, las inundaciones y los
derrumbes de ladera.
Civita es casi inaccesible con medios modernos de trans-
porte. Para llegar a ella tienes que ascender lentamente por
un empinado y estrecho puente suspendido a unos 300 me-
tros sobre el nivel del valle, aunque parece incluso más alto.
En algunas mañanas neblinosas, el pequeño conjunto de
casas sobreviviente en lo alto de la colina parece casi flotar
sobre las nubes en una visión que no dudaría en calificar
de surrealista. Para las almas sensibles podría considerarse
como un portal de acceso al mundo sobrenatural. De noche,
el silencio es palpable.
Bagnoregio ha sido cuna de diversos santos a través de la
historia, siendo el más conocido el franciscano san Buena-
ventura (1221-1574). Pese a su reducido tamaño, ofrece dos
museos a sus visitantes. El primero, dedicado a un famoso
piloto italiano de carreras de los años 30, Piero Taruffi, al-
berga diversos coches y microcoches antiguos posteriores a
la Segunda Guerra Mundial. Su visita puede resultar útil
para imbuirse del espíritu de aquellos tiempos, como pre-
Giancarlo ha recogido todo aquello que tuviese la más mínima
relación con los platillos volantes, como si padeciese un “síndro-
me de Diógenes” ufológico.
Primera portada en la que aparece el término “platillos volantes” en un te-
beo italiano (1950).http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-
museo-ovni-de-tuscia-italia/
el esc
é
ptico
38
otoño-invierno 2015
Además de cualquier sello jamás puesto en circulación que
pueda relacionarse en cualquier forma con el fenómeno, su co-
lección incluye monedas, postales, tarjetas de teléfono, etc.
ludio de la principal atracción para los seguidores de Char-
les Fort: el Museo UFO, creado por el propio Giancarlo
D’Alessandro a partir de su colección personal (visitas, solo
con cita previa, a la dirección ascaris@tin.it).
Según palabras de D’Alessandro, su inspiración fue el es-
critor turco Orhan Pamuk, ganador del Nobel de Literatura
en 2006, quien usó parte de lo ganado para recrear el Museo
de la inocencia, de su novela del mismo título. Donde Pamuk
exhibe una colección que evoca la vida cotidiana y la cultura
de Estambul durante la época que describe en su novela,
D’Alessandro pretende preservar, de alguna manera, la cul-
tura de la ufología. Desde finales de los años 70, cuando
empezó a investigar el misterio de los ovnis, Giancarlo ha
recogido todo aquello que tuviese la más mínima relación
con los platillos volantes, como si padeciese un “síndrome
de Diógenes” ufológico. Cualquier cosa que se le ocurra (y
muchas que no), él la tiene; suficientes para llenar un museo.
Los objetos exhibidos ponen de relieve el grado de pe-
netración que el meme alienígena ha alcanzado en muchas
esferas diferentes (y algunas inesperadas) de la cultura ac-
tual. No obstante, este “museo ovni” es muy distinto de to-
dos esos semejantes que proliferan por el mundo. No podrá
ver en él todas esas fotos falsificadas, maquetas, modelos
o dioramas tan abundantes en otros lugares (aunque tam-
bién tienen aquí su hueco). En su lugar, centenares de piezas
grandes y pequeñas llenan a rebosar las estanterías de la sala
principal; desde vajillas hasta muñecas hinchables, cual-
quier artilugio imaginable ha tenido su versión alienígena.
Desde finales de los años 90, la parafernalia alienígena ha
llegado a convertirse en universal, especialmente la icónica
cara “gris”. Pero el museo también incluye material mucho
más antiguo, remontándose al inicio mismo de la locura
platillista en junio de 1947. En la década de los 50, el ico-
no por antonomasia era el platillo de Adamski, con su tren
de aterrizaje compuesto por tres semiesferas bajo la panza.
Productos alimenticios, caramelos, juegos, juguetes, radios y
relojes, perfumes y cosméticos, objetos de diseño y acceso-
rios de moda (hasta ambientadores para el coche), no existe
área comercial que no haya explotado la idea de los ovnis.
Una sala lateral contiene el material impreso y sonoro.
El visitante podrá encontrar en ella todos los libros ufoló-
gicos publicados en Italia (incluyendo traducciones), más
una abundante representación de revistas y cómics. Exis-
ten también muchos CD y vinilos con canciones donde se
mencionan los extraterrestres o sus naves. Entre los planes
para un futuro próximo, está previsto que puedan escuchar-
se por el público. Hay también un espacio para los carteles
de películas ufológicas, y en un rincón podemos encontrar
Primer abducido en un tebeo italiano, http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/
el esc
é
ptico
39
otoño-invierno 2015
una pequeña colección de exvotos mexicanos de inspiración
platillista y otros ejemplos diversos de arte contactista.
En la primera planta del edificio, Giancarlo guarda el
material ufológico más genuino: sus propios archivos con
investigaciones sobre el terreno, revistas ufológicas, recor-
tes de periódicos y revistas, así como una buena colección
de tebeos y novelas de ciencia ficción. Incluso así, debido
a la falta de espacio, debe guardar en su casa una de sus
principales atracciones. Me refiero, claro está, a la mejor co-
lección temática de sellos ufológicos existente en el mundo,
catalogada en su propia página electrónica: www.philcat.it
(en italiano). En la actualidad, se encuentra trabajando en
su traducción al inglés, aprovechando para añadir todo el
material recogido desde aquella primera versión. Además
de cualquier sello jamás puesto en circulación que pueda re-
lacionarse en cualquier forma con el fenómeno, su colección
incluye monedas, postales, tarjetas de teléfono, etc. Siempre
insatisfecho, Giancarlo está recopilando ahora los membre-
tes de todos los grupos ufológicos que en el mundo han
sido. Así que ya saben, si formaron parte de algún pequeño
grupo de investigación ovni que solo llegó a diseñar un bello
logo y a pelearse por los cargos directivos, compártanlo.
Junto a la sala de exhibiciones, se encuentra un peque-
ño apartamento completamente equipado para visitantes;
pero... ¡Cuidado! Una de las noches que pasé allí, me des-
perté con un repentino y tremendo dolor en la pantorrilla
izquierda, como si me hubiesen pinchado con una aguja
ardiente. No era visible la menor marca, pero durante los
siguientes días anduve a trompicones. No recuerdo nada,
pero me niego a ser hipnotizado… por si acaso.
Contento de que mi peregrinación hubiese terminado,
agradecí de todo corazón a D’Alessandro y su esposa su
hospitalidad. Entonces, una revelación final dio paso a un
nuevo desafío. Giancarlo me confesó que la suya no es la
mejor colección de material relacionado con temas ufoló-
gicos existente en manos privadas. Para visitarla, debería
viajar al norte, a Turín… pero esa es otra historia.
Para cerrar este círculo forteano de forma elegante, debo
mencionar que D’Alessandro produjo en el año 2000,
Enthusiasmòs, un cortometraje de 28 minutos dirigido por
su esposa Carla Vittoria Rossi, y basada en la idea de que
el Infierno de Dante, tal y como lo describía en su famosa
Divina Comedia (1321), podría ser el mapa de un lugar real:
los jardines de Bomarzo que mencionaba al principio. Sí, es
cierto que se dice que fueron construidos años más tarde, en
el siglo XVI, pero…
Para un sugerente vistazo previo al museo, recomiendo el
vídeo realizado por uno de los mejores ufólogos escépticos
italianos, Maurizio Verga
1
. La banda sonora es impagable.
Para terminar, mencionaré uno de las muchas piezas in-
teresantes de la colección de D’Alessandro: La primera vez
que se utilizó el término dischi volanti (‘platillos volantes’)
en la portada de un tebeo italiano fue en junio de 1950,
cuando Onofrio Bramante dibujó y publicó “Qual’è il mis-
tero dei dischi volanti?” (‘¿Cuál es el misterio de los platillos
volantes?’). La trama incluye un cadáver alienígena cabezón
recuperado de un platillo estrellado en México y trasladado
a los Estados Unidos, donde se le hace la autopsia. Asimis-
mo, tenemos un piloto que es abducido y transportado hasta
una “nave nodriza”.
Notas:
1
Disponible en: www.youtube.com/watch?v=zi6F5jd5_vY
Cadáver alienígena recuperado de un platillo en un tebeo italiano, http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/