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A

l noroeste de Roma, tras una hora de viaje por ca-

rreteras estrechas llenas de baches, se encuentra la 

Tuscia, la región italiana que abarca los territorios 

de influencia etrusca anterior a la conquista romana. Uno 

de sus más famosos monumentos forteanos es el Parco dei 

Mostri (el ‘Parque de los Monstruos’), situado en un bosque 

bajo el castillo de los Orsini, en Bomarzo. En la actualidad 

recibe cientos de visitantes, tras su restauración en los años 

setenta del pasado siglo. Sus monstruosas estatuas (muchas 

de ellas de tamaño superior al natural) no parecen seguir 

ningún plan racional, como si su propósito no fuese agradar 

sino provocar asombro. Como sugiere una inscripción: “Sol 

per sfogare il Core” (‘Solo para desfogar el corazón’).

Pero no era este el lugar que me había llevado hasta Italia. 

Visita de ensueño al 

museo del ovni de Tuscia (Italia)

 

Luis R. González

No se engañen: la invasión alienígena ya está en marcha.

http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/

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Mi búsqueda de un tesoro ufológico me había atraído hasta 

Bagnoregio, un encantador pueblecito de unos 4000 habi-

tantes rodeado de abundantes yacimientos arqueológicos, la 

mayoría tumbas etruscas excavadas en los acantilados de la 

zona. Centrado en la agricultura y el comercio, junto con 

algo de industria ligera y servicios, su nombre deriva de los 

muchos manantiales de aguas sulfurosas y ferruginosas que 

lo rodean, creados por la continua actividad volcánica del 

territorio. 

Mi guía era Giancarlo D’Alessandro, un coronel médico 

de la Fuerza Aérea Italiana en la reserva, que primero me 

llevó a visitar otro pueblo cercano, Montefiascone. Famosa 

propiedad papal durante siglos, la antigua residencia de ve-

rano del Sumo Pontífice, situada en lo más alto de la coli-

na sobre la que se erige la población, ofrece un maravilloso 

panorama de 360 grados de los alrededores, en especial del 

mayor cráter volcánico del país, donde se embalsa el llama-

do lago Bolsano. Según un grupo contactista local, en una 

de sus islas, llamada Bisentina, se abriría una de las pocas 

“puertas estelares” conocidas. El panorama durante mi visita 

era sugerente: un tempestuoso frente se acercaba con rapi-

dez, con rayos y truenos saltando entre las nubes y a tierra, 

hasta cubrir todo el horizonte sobre el lago. Sin embargo, en 

honor a la verdad, no puedo garantizar la existencia de ese 

“artefacto” alienígena.

Ya en Bagnoregio, mi primera sorpresa fue descubrir una 

pequeña pirámide negra de unos doce metros de altura, ro-

deada de unos cuidados jardines en el centro de una plaza. 

Mi guía despejó cualquier ilusión de conexión extraterres-

tre. Según me explicó, se trataba de un osario erigido en el 

siglo XIX en honor de unos cuantos seguidores de Garibal-

di que fueron masacrados en una de las batallas de la época 

fundacional de Italia.

Los orígenes volcánicos de la región han creado un pai-

saje extraño y fascinante. Merece la pena la visita al valle de 

los calanchi (acantilados de arcilla bellamente erosionados) 

y ver sus espectaculares formas. Junto a Bagnoregio, solo se-

parada de ella por una tremenda sima, se encuentra la aldea 

de Civita. Las leyendas locales aseguran que un tremendo 

terremoto en la Alta Edad Media habría separado ambos 

municipios, pero los historiadores han documentado un 

proceso mucho más gradual durante los siglos XIV y XV 

por la acción erosiva de las aguas, las inundaciones y los 

derrumbes de ladera.

Civita es casi inaccesible con medios modernos de trans-

porte. Para llegar a ella tienes que ascender lentamente por 

un empinado y estrecho puente suspendido a unos 300 me-

tros sobre el nivel del valle, aunque parece incluso más alto. 

En algunas mañanas neblinosas, el pequeño conjunto de 

casas sobreviviente en lo alto de la colina parece casi flotar 

sobre las nubes en una visión que no dudaría en calificar 

de surrealista. Para las almas sensibles podría considerarse 

como un portal de acceso al mundo sobrenatural. De noche, 

el silencio es palpable.  

Bagnoregio ha sido cuna de diversos santos a través de la 

historia, siendo el más conocido el franciscano san Buena-

ventura (1221-1574). Pese a su reducido tamaño, ofrece dos 

museos a sus visitantes. El primero, dedicado a un famoso 

piloto italiano de carreras de los años 30, Piero Taruffi, al-

berga diversos coches y microcoches antiguos posteriores a 

la Segunda Guerra Mundial. Su visita puede resultar útil 

para imbuirse del espíritu de aquellos tiempos, como pre-

Giancarlo ha recogido todo aquello que tuviese la más mínima 

relación con los platillos volantes, como si padeciese un “síndro-

me de Diógenes” ufológico.

Primera portada en la que aparece el término “platillos volantes” en un te-

beo  italiano  (1950).http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-

museo-ovni-de-tuscia-italia/

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Además de cualquier sello jamás puesto en circulación que 

pueda relacionarse en cualquier forma con el fenómeno, su co-

lección incluye monedas, postales, tarjetas de teléfono, etc.

ludio de la principal atracción para los seguidores de Char-

les Fort: el Museo UFO, creado por el propio Giancarlo 

D’Alessandro a partir de su colección personal (visitas, solo 

con cita previa, a la dirección ascaris@tin.it).

Según palabras de D’Alessandro, su inspiración fue el es-

critor turco Orhan Pamuk, ganador del Nobel de Literatura 

en 2006, quien usó parte de lo ganado para recrear el Museo 

de la inocencia, de su novela del mismo título. Donde Pamuk 

exhibe una colección que evoca la vida cotidiana y la cultura 

de Estambul durante la época que describe en su novela, 

D’Alessandro pretende preservar, de alguna manera, la cul-

tura de la ufología. Desde finales de los años 70, cuando 

empezó a investigar el misterio de los ovnis, Giancarlo ha 

recogido todo aquello que tuviese la más mínima relación 

con los platillos volantes, como si padeciese un “síndrome 

de Diógenes” ufológico. Cualquier cosa que se le ocurra (y 

muchas que no), él la tiene; suficientes para llenar un museo.

Los objetos exhibidos ponen de relieve el grado de pe-

netración que el meme alienígena ha alcanzado en muchas 

esferas diferentes (y algunas inesperadas) de la cultura ac-

tual. No obstante, este “museo ovni” es muy distinto de to-

dos esos semejantes que proliferan por el mundo. No podrá 

ver en él todas esas fotos falsificadas, maquetas, modelos 

o dioramas tan abundantes en otros lugares (aunque tam-

bién tienen aquí su hueco). En su lugar, centenares de piezas 

grandes y pequeñas llenan a rebosar las estanterías de la sala 

principal; desde vajillas hasta muñecas hinchables, cual-

quier artilugio imaginable ha tenido su versión alienígena. 

Desde finales de los años 90, la parafernalia alienígena ha 

llegado a convertirse en universal, especialmente la icónica 

cara “gris”. Pero el museo también incluye material mucho 

más antiguo, remontándose al inicio mismo de la locura 

platillista en junio de 1947. En la década de los 50, el ico-

no por antonomasia era el platillo de Adamski, con su tren 

de aterrizaje compuesto por tres semiesferas bajo la panza. 

Productos alimenticios, caramelos, juegos, juguetes, radios y 

relojes, perfumes y cosméticos, objetos de diseño y acceso-

rios de moda (hasta ambientadores para el coche), no existe 

área comercial que no haya explotado la idea de los ovnis.

Una sala lateral contiene el material impreso y sonoro. 

El visitante podrá encontrar en ella todos los libros ufoló-

gicos publicados en Italia (incluyendo traducciones), más 

una abundante representación de revistas y cómics. Exis-

ten también muchos CD y vinilos con canciones donde se 

mencionan los extraterrestres o sus naves. Entre los planes 

para un futuro próximo, está previsto que puedan escuchar-

se por el público. Hay también un espacio para los carteles 

de películas ufológicas, y en un rincón podemos encontrar 

Primer abducido en un tebeo italiano, http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/

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una pequeña colección de exvotos mexicanos de inspiración 

platillista y otros ejemplos diversos de arte contactista.

En la primera planta del edificio, Giancarlo guarda el 

material ufológico más genuino: sus propios archivos con 

investigaciones sobre el terreno, revistas ufológicas, recor-

tes de periódicos y revistas, así como una buena colección 

de tebeos y novelas de ciencia ficción. Incluso así, debido 

a la falta de espacio, debe guardar en su casa una de sus 

principales atracciones. Me refiero, claro está, a la mejor co-

lección temática de sellos ufológicos existente en el mundo, 

catalogada en su propia página electrónica: www.philcat.it 

(en italiano). En la actualidad, se encuentra trabajando en 

su traducción al inglés, aprovechando para añadir todo el 

material recogido desde aquella primera versión. Además 

de cualquier sello jamás puesto en circulación que pueda re-

lacionarse en cualquier forma con el fenómeno, su colección 

incluye monedas, postales, tarjetas de teléfono, etc. Siempre 

insatisfecho, Giancarlo está recopilando ahora los membre-

tes de todos los grupos ufológicos que en el mundo han 

sido. Así que ya saben, si formaron parte de algún pequeño 

grupo de investigación ovni que solo llegó a diseñar un bello 

logo y a pelearse por los cargos directivos, compártanlo.

Junto a la sala de exhibiciones, se encuentra un peque-

ño apartamento completamente equipado para visitantes; 

pero... ¡Cuidado! Una de las noches que pasé allí, me des-

perté con un repentino y tremendo dolor en la pantorrilla 

izquierda, como si me hubiesen pinchado con una aguja 

ardiente. No era visible la menor marca, pero durante los 

siguientes días anduve a trompicones. No recuerdo nada, 

pero me niego a ser hipnotizado… por si acaso.

Contento de que mi peregrinación hubiese terminado, 

agradecí de todo corazón a D’Alessandro y su esposa su 

hospitalidad. Entonces, una revelación final dio paso a un 

nuevo desafío. Giancarlo me confesó que la suya no es la 

mejor colección de material relacionado con temas ufoló-

gicos existente en manos privadas. Para visitarla, debería 

viajar al norte, a Turín… pero esa es otra historia.

Para cerrar este círculo forteano de forma elegante, debo 

mencionar que D’Alessandro produjo en el año 2000, 

Enthusiasmòs, un cortometraje de 28 minutos dirigido por 

su esposa Carla Vittoria Rossi, y basada en la idea de que 

el Infierno de Dante, tal y como lo describía en su famosa 

Divina Comedia (1321), podría ser el mapa de un lugar real: 

los jardines de Bomarzo que mencionaba al principio. Sí, es 

cierto que se dice que fueron construidos años más tarde, en 

el siglo XVI, pero…

Para un sugerente vistazo previo al museo, recomiendo el 

vídeo realizado por uno de los mejores ufólogos escépticos 

italianos, Maurizio Verga

1

. La banda sonora es impagable.

Para terminar, mencionaré uno de las muchas piezas in-

teresantes de la colección de D’Alessandro: La primera vez 

que se utilizó el término dischi volanti (‘platillos volantes’) 

en la portada de un tebeo italiano fue en junio de 1950, 

cuando Onofrio Bramante dibujó y publicó “Qual’è il mis-

tero dei dischi volanti?” (‘¿Cuál es el misterio de los platillos 

volantes?’). La trama incluye un cadáver alienígena cabezón 

recuperado de un platillo estrellado en México y trasladado 

a los Estados Unidos, donde se le hace la autopsia. Asimis-

mo, tenemos un piloto que es abducido y transportado hasta 

una “nave nodriza”.

Notas:

1

 Disponible en: www.youtube.com/watch?v=zi6F5jd5_vY

Cadáver alienígena recuperado de un platillo en un tebeo italiano, http://factorelblog.com/2015/08/28/visita-de-ensueno-al-museo-ovni-de-tuscia-italia/