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el esc

é

ptico

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Otoño-Invierno 2017

H

emos de empezar este editorial hablando de 

varias pérdidas —y desgraciadamente nos 

empieza a resultar habitual—. Una es la de 

un gran intelectual y racionalista español, Jesús Mos-

terín, fallecido recientemente, y al que Juan Manuel 

Sánchez Ferrer dedica un artículo que ayudará a mu-

chos a conocer la importancia de su trayectoria. Se 

suma a la pérdida de otros, como fueron nuestros so-

cios de honor Gustavo Bueno o Gonzalo Puente Ojea, 

lo que nos lleva a pensar si hay en la actualidad otros 

referentes que cubran sus huecos.

Pero no ha sido la única pérdida reciente. Hemos 

tenido otra, esta no humana sino de tiempo, aunque 

puede tener consecuencias para la salud de mucha 

gente. Nos referimos a lo ocurrido en la Comisión de 

Sanidad del Congreso del pasado septiembre, en la 

que se debatieron unas Proposiciones no de Ley pre-

sentadas por distintos grupos y que buscaban legislar 

y poner coto al ejercicio de las pseudomedicinas en 

España. Una serie de circunstancias, asociadas entre 

otros factores a la situación política que atraviesa el 

país, hicieron que todo quedara en un enorme fiasco, 

como nos comenta brevemente Elena Campos, presi-

denta de la APETP, en nuestra sección Primer Con-

tacto. Entendemos que es inevitable, por mera cohe-

rencia, que tarde o temprano la ley acabe con este tipo 

de prácticas o, al menos, les retire todo tipo de aval 

oficial,  sea  tácito  o  explícito.  Pero  como  decimos, 

estamos perdiendo un tiempo precioso a costa de la 

salud de muchos.

Porque todos sabemos que el área de la salud es 

una de las prioridades actuales del movimiento es-

céptico. Sin embargo, hay otros muchos aspectos 

que reclaman nuestra atención. Uno de ellos, aún no 

abordado quizá con suficiente detalle, y en el que la 

pseudociencia ha encontrado un terreno propicio para 

establecerse, es la 

educación, y a ello dedicamos el 

dossier de este número.

Así, Andrés Carmona empieza reclamando el de-

sarrollo de una «Educación Basada en la Evidencia», 

a semejanza de esa corriente que reivindica en las 

ciencias de la salud el marcar diferencias con concep-

ciones puramente ideológicas, místicas o religiosas. 

Para ello será necesario, como cuenta Soledad Luce-

ño, aclarar ese enorme cacao existente en el mundo 

de la pedagogía, y que ella achaca a la pobre comuni-

cación existente entre científicos y educadores. Estos 

últimos se encuentran con un sistema absolutamente 

desfasado, que no responde a las necesidades actua-

les, y con toda su buena voluntad intentan aplicar casi 

cualquier propuesta que les llega. Por ello, se dejan 

llevar con frecuencia por neuromitos propios de los 

libros de autoayuda (la inteligencia emocional o la 

compartimentación neta de los hemisferios cerebra-

les, en busca de la sacralizada creatividad, como nos 

explica Patricia Largo); por campañas de publicidad 

que presentan novísimos y milagrosos métodos para 

aprender matemáticas y conseguir que nuestros hijos 

sean poco menos que unos Einstein (y que no son ni 

nuevos, ni milagrosos… ni inocuos, según Irene Fe-

rrando y Carlos Segura); o incluso por movimientos 

sectarios que se cuelan en las aulas (la especialidad de 

nuestro compañero Emilio J. Molina), y que acaban 

siendo una peligrosa invitación a dejar de pensar con 

la excusa de un mejor desarrollo emocional.

Pero no todo peligro viene de lo novedoso, así que 

echaremos también un vistazo, gracias a Víctor Pas-

cual, a esas corrientes ultrarreligiosas que también 

quieren  su  pedazo  de  pastel  escolar;  porque  si  bien 

aquí asuntos como el creacionismo no han consegui-

do calar —aún—, sí que hay quienes han intentado 

hacer ruido enarbolando la bandera de la homofobia.

Podemos concluir con todo ello que, si queremos 

que nuestras jóvenes inteligencias se puedan desen-

volver en el mundo con mejores herramientas, hemos 

de recelar de ciertas corrientes en las que cualquiera 

se presenta como experto y reclamar más ciencia y 

más visión ética en la educación.

Esperemos que disfruten de este número, que tiene 

además cierto sabor alemán, pues a Alemania dedica-

mos nuestro repaso de la Red Escéptica Internacional, 

y de allí procede Brednich, etnólogo que nos hablará 

de las leyendas urbanas como la versión moderna de 

lo que antes se llamaba tradición oral. Hasta pronto.

E

ditorial

  

Juan A. Rodríguez