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partes más horrendas y contradictorias de los textos,
para buscar un supuesto mensaje divino subyacente
en ellas y moralmente aceptable. Sin embargo, tanto
unas como otras (fundamentalistas o progresistas)
incurren en el mismo error de fondo: aceptar que
hay una revelación divina (ya sea literal o metafó-
rica). El problema de las progresistas es su arbitra-
riedad: asumen buena parte de la crítica histórico-
científica de los textos bíblicos para desembarazarse
de sus partes más terribles (genocidios, infantici-
dios y otras monstruosidades ordenadas por Dios
mismo), pero hacen un corte arbitrario. Rechazan la
literalidad de ciertos pasajes bíblicos (la creación en
seis días literales, por ejemplo), pero no la de otros
(los milagros de Jesús de Nazaret o su propia resu-
rrección, por ejemplo, o la existencia de Dios en sí
misma). El hecho es que si llevaran el pensamiento
crítico que aplican a ciertos textos a todos los aspec-
tos sobrenaturales e irracionales que aparecen en la
Biblia, y no solo a unos cuantos, acabarían comul-
gando con el naturalismo que utiliza Andrade de un
modo mucho más coherente que ellos.
El libro es completo y abarca todos los textos bí-
blicos y sus pasajes más significativos. Sin embargo,
a veces se ve obligado a hacerlo sin la profundidad
que un examen más riguroso requeriría. Obligación
derivada de la imposibilidad de recorrer suficiente
-
mente toda la Biblia sin que resulte una obra en de-
cenas de volúmenes. Por tanto, su objetivo lo cum-
ple a la perfección, resultando una obra divulgativa
y una excelente introducción al conocimiento y el
análisis crítico de la Biblia. Quien quiera profundi-
zar después tiene a su disposición otras muy bue-
nas opciones, algunas de ellas del propio Andrade,
en la colección
¡Vaya timo!
y en otras obras tanto
especializadas como divulgativas (Andrade señala
algunas de ellas al final del libro).
Una lectura recomendable y amena, especialmen-
te indicada como introducción para quienes alguna
vez hayan pensado en leer directamente la Biblia
con honestidad y sentido crítico.
Andrés Carmona
(publicado originalmente en www.zendalibros.com)
Crédulité et rumeurs. Faire face aux
théories du complot et aux
fake news
Gérald Bronner (texto), Krassinsky
(ilustraciones)
La petite Bédéthèque des Savoirs, nº 24
Ed. Le Lombard, 2018
Hace poco, en París, entré en una tienda de có-
mics con mi hijo de 13 años y descubrí, mientras
él hojeaba los mangas, una colección de pequeño
tamaño (unos 19x14 cm) titulada
La petite bédéthè-
que des savoir
s (en castellano, ‘la pequeña tebeo-
teca de los saberes’), de la editorial belga Le Lom-
bard, la misma que publicaba las aventuras de Tintín
en los años cuarenta del siglo pasado. La menciona-
da colección consta de una treintena de pequeños
tebeos de tapa dura que tratan una miscelánea de
temas (internet, los zombis, el liberalismo, la ado-
lescencia, las abejas, el rugby, el minimalismo...) de
forma introductoria y divulgativa, con el propósito
de atraer la atención del joven lector y motivarlo a
seguir indagando.
Me llamó la atención el número 24, titulado
Cré-
dulité et rumeurs
(‘Credulidad y rumores’), editado
en mayo de 2018. El texto es de Gérald Bronner,
profesor de Sociología en la Universidad Paris Di-
derot, especialista en fenómenos de radicalización y
tesis conspiracionistas, autor de varias obras como
La démocratie des crédules
(‘La democracia de los
crédulos’) o
La pensée extrême
(‘El pensamiento
extremo’). Los dibujos son de Krassinsky, guio-
nista e ilustrador de
Le crépuscule des idiots
(‘El
crepúsculo de los idiotas’), una sátira sobre profetas
y religiones, ambientada en un mundo alegórico de
macacos.
Aunque la colección está destinada a lectores a
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partir de los 16 años de edad, decidí comprar el có-
mic en cuestión para regalárselo a mi hijo. No me
resulta fácil encontrar materiales relacionados con
el escepticismo para chavales de su edad, así que me
pareció que podía tratarse de una oportunidad. Ade-
más, mi hijo lee muchos cómics pero no se animaría
a leer un libro de divulgación científica con mucha
letra y poco dibujo. De hecho, para su educación
escéptica, tras varios intentos fracasados de hacerle
leer libros más «científicos», he recurrido a los có
-
mics de la colección
Rahan: le fils des âges farou
-
ches
(en Francia se sigue editando pero en España,
que yo sepa, solamente se publicó en los años 70,
por la editorial Buru-Lan, bajo el título de
Rahan
1
).
El caso es que le regalé
Crédulité et rumeurs
a mi
hijo, que se había comprado un par de mangas por
su cuenta, sin estar segura de si lo leería (ya se sabe,
lo que compra mamá suele ser un tostón). A la ma-
ñana siguiente me llevé una grata sorpresa cuando
me contó que lo había leído, que le había gustado
mucho y que quería consultarme un par de cosas
que no estaba seguro de haber entendido bien, lo
cual nos permitió entablar un enriquecedor diálogo
sobre cómo nos pueden engañar hasta nuestras pro-
pias percepciones y cómo otros pueden manipular-
nos aprovechándose de nuestra credulidad. Repasa-
mos de paso un poco de matemáticas reproduciendo
dos de los ejemplos del libro.
El librito empieza con una interesante introduc-
ción (que sospecho que mi hijo se saltó) sobre la
aparente contradicción que existe entre la democra-
tización del saber y la multiplicación de los datos,
por un lado, y el aumento de la credulidad y de las
teorías conspiracionistas (como el caso de
Los pro-
tocolos de los sabios de Sion
), por el otro.
El cómic propiamente dicho, de 50 páginas, co-
mienza con un adolescente que se niega a vacu-
narse, convencido de que las vacunas provocan
esclerosis múltiple porque lo ha leído en internet.
Rebotado con sus padres, a quienes considera unos
crédulos aborregados, sale a la calle y se encuentra
con un amigo escéptico. Se establece un diálogo en-
tre ambos, en el que el escéptico va demostrando,
mediante ejemplos concretos, cómo nuestra propia
intuición nos puede llevar a engaño. Para ello, repa-
sa las tres principales limitaciones de nuestra per-
cepción: dimensional (espacial y temporal), cultural
y cognitiva. Demuestra pues que nuestra interpreta-
ción de la realidad está condicionada no solamente
por el lugar, el momento y la cultura desde la que
observamos, sino también por nuestra forma de pro-
cesar los datos. La segunda parte de la conversación
aborda el tema de las teorías conspiracionistas que
abundan en internet. Tras explicar lo que es el sesgo
de confirmación, describe cómo internet amplifica
dicho sesgo gracias a los algoritmos que permiten
personalizar los resultados de búsqueda, acentuan-
do la endogamia y generando la llamada «burbuja
de filtrado». En la tercera parte, el joven escéptico
retoma el asunto de las limitaciones cognitivas en
nuestra percepción de la realidad, ilustrando con
ejemplos de la vida cotidiana fenómenos como la
tendencia a sobrevalorar el coste frente al beneficio,
el sesgo de la negligencia de la regresión a la media,
las profecías autorrealizables, etc.
En definitiva, sin ser exhaustivo, el cómic presen
-
ta de manera atractiva para los adolescentes las pri-
meras claves para tomar conciencia de la fragilidad
de nuestras propias percepciones, de la importancia
de buscar la verdad y de mantenerse alerta para pro-
tegernos de nosotros mismos y de los demás.
Espe-
remos que alguien se anime a editarlo en español
.
Es una buena manera de educar a los adolescentes
en el escepticismo y, para los adultos, de repasar
conceptos disfrutando de una lectura breve y dis-
tendida. Aunque lo mejor del librito, en mi caso, ha
sido la oportunidad que me ha brindado de conver-
sar con mi hijo, un chaval de 13 años.
Mónica Nicolau
Crítica a una sentencia
Julián Rodríguez
Ed. Letrame, 2019, 146 p.
Dieta y cáncer: qué puede y qué no pue-
de hacer tu alimentación
Julio Basulto y Juanjo Cáceres
(con la colaboración de Carlos González)
Ed. Martínez Roca, 2019, 301 p.
«Si quieres cambiar las cosas, debes denunciar y
estar preparada para que no te crean», decía recien-
temente la escritora Mary Karr a propósito de las
mujeres violadas. Lo que se puede aplicar también
al caso de Julián Rodríguez, quien en
Crítica a una
sentencia
nos hace partícipes de sus tribulaciones
a la hora de llevar a la justicia el caso de su hijo
Mario, fallecido por una leucemia tratada con pseu-
doterapias, como ya nos contó en
Homicidio de un
enfermo
(2018).
Como nos dice el propio Julián, el libro es bási-
camente «una crítica a las argumentaciones de un
juez ─que no de la Justicia─ gracias a las cuales
su señoría pudo dictar sentencia absolutoria a favor
de un engañador en temas de salud». No es sino un
ejemplo más del proceder habitual ─y equivocado─
de la justicia en casos semejantes: pensar que una
persona en la situación de vulnerabilidad que supo-
ne el sufrir una enfermedad grave tiene la sangre
fría necesaria para tomar sus decisiones con todo
conocimiento y libre de presiones. Y es que no se
acaba de asumir la ingente cantidad de desinfor-
mación con que uno se encuentra por doquier; en
este caso, las revistas y canales especializados en el
engaño y adoctrinamiento en que cayó la madre, la
pobre Josefa, hasta el punto de que murió poco des-
pués de Mario e igualmente por un cáncer sin tratar.