el esc
é
ptico
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Otoño 2019
Es mejor incluir alimentos para tomar a menudo y ali
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mentos esporádicos. Según la OMS (2007) las eviden
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cias de la relación entre el control de peso y el índice
glucémico (razón que se suele decir para eliminar de-
terminados alimentos) son limitadas.
5. Exageran o distorsionan la realidad de un nutrien
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te. Los nutrientes de forma aislada no producen mara
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villas. Su realidad «científica» no puede distorsionarse
ya que no es ni ético, ni científico y además es ilegal.
6. Incluyen o se basan en el consumo de preparados
que casualmente, vende quien promueve el tratamien-
to dietético.
7. Los preparados son carísimos, comparados con
el coste de los alimentos comunes que darán los mis-
mos resultados: frutas y verduras de la zona tienen los
mismos antioxidantes, ácidos grasos esenciales o vi-
taminas.
8. Incluyen relatos, historias o testimonios para
aportar credibilidad. Famoso/a
vs
. comité de expertos.
9. Contienen afirmaciones que contradicen a la co
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munidad científica. Mala señal, si además contradicen
el sentido común.
Pedagogía y psicología, condenadas a entenderse
Patricia Largo Baraja
Licenciada en Psicología
Dado que la pedagogía y la psicología comparten
áreas de conocimiento, y aplicación práctica, cada vez
más se observa que determinados aspectos de la psi-
cología se malinterpretan a la hora de aplicarlos en el
aula. En la charla se expusieron tres temas (ninguno de
manera detallada) relacionados con asunciones poco
científicas que se involucran en el espectro educativo:
El término
altas capacidades
aparece, cada vez más,
en diferentes medios, calando en el imaginario común
de padres y profesorado. Se trata de explicar que tal con
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cepto no tiene correlato con ninguna línea de investiga-
ción seria en psicología básica ni en psicología clínica.
La educación sexual en la adolescencia es un tema
de incuestionable necesidad, pero pretender am-
pliarla a la infancia requiere valoraciones mucho
más delicadas. Por otra parte, aunque la salud y la
educación son derechos humanos fundamentales,
al intervenir sobre estos se podría coartar al alumno
su libertad sexual individual (derecho inalienable).
Por último, se deposita sobre la neurociencia un ni
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vel de confianza muy superior a las certezas que esta
área puede ofrecer a día de hoy. Además, su aplicación
práctica en el aula resulta inverosímil, pues conllevaría
en caso extremo sustituir cada pupitre por una máqui-
na de resonancia magnética funcional.
El rol de las fuentes de información en la alfabe
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tización científica
Francisco Conca
Estudiante del Máster Interuniversitario en Histo-
ria y Comunicación de la Ciencia de la UA-UMH-UV,
miembro de la Asociación de Divulgación Científica de
Alicante
John Dewey, Benjamin Shen y Jon D. Miller traba
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jaron durante el siglo XX en la definición del concepto
de alfabetización científica. La definición que más im
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pacto ha tenido en la literatura académica es la del se-
gundo, que entiende la alfabetización científica como
«la comprensión de la ciencia y sus aplicaciones para
poder aprovechar sus beneficios y evitar sus riesgos».
A raíz del acuñamiento del concepto han surgido
numerosos estudios que tratan de arrojar luz sobre
los factores que lo determinan. La reciente investi
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gación publicada por la experta en estudios sociales
de la ciencia y la tecnología Belén Laspra concluye
que el uso de las fuentes de información es un factor
que incide positivamente (hasta un 27%) en el nivel
de alfabetización científica. Los medios de comunica
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Rocío Pérez