el esc
é
ptico
24
anuario 2020
La respuesta fue similar a la que se vio en otras
partes del mundo que se tomaron el problema en
serio: improvisar a salto de mata con la informa-
ción que se tenía en ese momento para intentar
controlar la primera ola, y después ya se vería
M
e llega un
de Manuel Castro el 2 de
octubre, preguntándome si puedo escribir
unas líneas para una edición de
El Escéptico
especial COVID-19. Justamente el día anterior el go
-
bierno provincial de Quebec imponía nuevas restric-
ciones en Montreal, donde me encuentro. En este artí-
culo intentaré explicar brevemente cómo se ha vivido
por aquí la respuesta al virus. Como la memoria es
frágil, y más en un año que parece querer concentrar
demasiados acontecimientos históricos, tiraré de he-
meroteca allí donde vea que mi cabeza no llega.
En el momento de sentarme a escribir, 4 de octubre,
Canadá ha tenido 164
.
471 casos y 9462 muertes, se-
gún los datos del gobierno
1
. La población total es de
unos 35 millones de personas, y aproximadamente un
tercio se reparte entre Toronto, Montreal y Vancouver.
Como en el resto del planeta, la primera ola llegó
primero poco a poco, y después de golpe. En febrero,
cuando todavía pensábamos que 2020 iba a ser un año
convencional, con su película de James Bond y sus
ejecuciones sumarísimas en Estados Unidos, a lo más
que llegábamos en mi trabajo era a recargar cada cin-
co minutos la web del Johns Hopkins
2
y a preguntar,
Crónicas víricas
desde Montreal
José María Mateos
ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico
O dicho de otro modo, en todas partes cuecen habas
Imagen de Francis Mariani en Flickr: www.flickr.com/photos/designwallah/
Anti-máscaras desfiguran una campaña de arte urbano
pro-seguridad en el Trinity Bellwoods Park en Toronto
el esc
é
ptico
25
anuario 2020
medio en serio medio en broma, si había algún plan
previsto por si el virus cruzaba el océano. Luego llegó
a Italia y a mediados de marzo nos encontramos traba
-
jando desde casa; desde que nos dijeron que podíamos
teletrabajar si queríamos al cierre total de la oficina no
pasó ni una semana. Reconozco mi situación privile-
giada: ni mi empresa ha quebrado (de momento) ni ha
tenido que reducir sueldos ni plantilla.
La respuesta tanto del gobierno federal como de las
distintas provincias y territorios
3
fue similar a la que
se vio en otras partes del mundo que se tomaron el
problema en serio: improvisar a salto de mata con la
información que se tenía en ese momento para inten-
tar controlar la primera ola, y después ya se vería. A
nivel económico, la administración de Justin Trudeau
puso en marcha el CERB / PCU (
Canada Emergency
Response Benefit
/
Prestation canadienne d’urgence
),
un subsidio de 2000 dólares al mes para todo aquel
que hubiese perdido su trabajo a causa de la pande-
mia. Desde su entrada en vigor hasta junio de este año
(luego tuvo varias prórrogas) lo solicitaron ocho mi-
llones de trabajadores. Las medidas federales también
incluyeron préstamos con una parte a fondo perdido
a negocios, subsidios para pagos de salarios y varios
programas más
4
.
El confinamiento en Quebec, que fue el que yo
viví, fue estricto, pero no llegó a los límites vistos en
España. Se detectó el primer caso en la provincia el
12 de marzo y el día 16 se anunció el cierre de es-
cuelas y universidades. A la semana llegaron medidas
más duras. Las limitaciones incluían el cierre de todo
negocio no esencial (los restaurantes podían seguir
abiertos, pero únicamente para recogida de pedidos
o envío a domicilio), la prohibición de reuniones tan-
to en interior como en exterior de personas que no
estuviesen ya viviendo en la misma casa y cierre de
parques infantiles (pero no parques en general), entre
otras. Al menos se podía salir a la calle y dar un pa-
seo, lo que es muy importante en una región en la que
durante varios meses al año no se puede estar en la
calle más que unos minutos debido al intenso frío. Los
montrealeses viven prácticamente en balcones, jardi-
nes, terrazas y parques desde el deshielo primaveral
hasta que el otoño se recrudece allá por noviembre.
La peor parte se la llevaron las residencias de an-
cianos. La situación fue de un descontrol tal que tuvo
que intervenir el ejército, que posteriormente publi-
có un informe que subrayaba la falta de medios
5
. En
mayo, el 82 % de las muertes en Canadá se había dado
en residencias
6
.
La gestión de la pandemia ha dejado imágenes in-
usuales. Doug Ford, el primer ministro de Ontario,
que es posiblemente la cosa más parecida a Trump que
tenemos por estas tierras
7
, controló la situación inicial
sorprendentemente bien, aunque sus decisiones pos-
teriores le han devuelto a sus orígenes
8
. Hablamos de
un político tan nefasto que durante la última campaña
electoral el Partido Conservador hizo esfuerzos para
dejarlo al margen, como si la cosa no fuese con ellos.
Y luego, claro está, aquí también tuvimos nuestra
inevitable ración de
conspiranoia
, que básicamente
ha sido un refrito de todos los grandes éxitos que to-
can nuestros vecinos del sur. Si ha habido algún tema
nuevo, no lo he oído: que si las mascarillas no fun-
cionan, que si son una afrenta a la libertad individual,
que si la vacuna va a ser un método de control, que
si el 5G, que si Bill Gates, que si 1984. No les voy a
contar nada que no hayan visto ya. El primer ministro
de Quebec, François Legault, comentó en una rueda
de prensa que debe de ser el mismo tipo de gente que
cree que Elvis vive.
¿Y ahora, qué? Ahora, a esperar la segunda ola y ver
si durante este tiempo hemos aprendido algo y hemos
sido capaces de prepararnos y de asignar más recursos
allí donde hacen falta. Durante el verano la situación
se normalizó en la medida de lo posible; incluso al-
guna arteria comercial del barrio se ha peatonalizado
para promover el consumo en terrazas y que la gente
pueda pasear con más espacio libre. Ahora que la cur-
va está subiendo otra vez, y como dije al principio del
artículo, se ha comenzado a aplicar una nueva tanda
de restricciones en Montreal: las reuniones vuelven a
estar prohibidas; bibliotecas, bares, cines y museos,
cerrados; restaurantes solamente para llevar, etc. Los
colegios, no obstante, siguen abiertos, pero se espe-
ra que mañana se anuncien nuevas restricciones que
afectarán a actividades deportivas y gimnasios.
Cuídense allí donde estén. No quiero dejar pasar
la oportunidad para remarcar, a pesar del medio que
publica esto, que lo de Trump tiene pinta de que ha
sido el karma.
Y por si se lo están preguntando: sí, aquí también
se terminó el papel higiénico. La barbarie no conoce
fronteras.
1. https://www.canada.ca/en/public-health/services/diseases/
coronavirus-disease-covid-19.html
2. https://coronavirus.jhu.edu/map.html
3. Canadá se divide en 10 provincias y tres territorios; la
diferencia entre una denominación u otra depende de qué
mecanismo se emplea para transferirles competencias. el poder
en las provincias parte de documentos constitucionales, mientras
que en los territorios depende del parlamento.
4. https://www.canada.ca/en/department-finance/economic-
response-plan.html
5. https://www.theglobeandmail.com/canada/article-military-
report-reveals-critical-care-gaps-in-quebec-nursing-homes/
6. https://www.thestar.com/politics/federal/2020/05/07/82-of-
canadas-covid-19-deaths-have-been-in-long-term-care.html
7. https://www.ctvnews.ca/politics/doug-ford-doesn-t-like-
trump-comparison-but-praises-his-policies-1.3839493
8. https://www.thebeaverton.com/2020/07/i-finally-feel-like-me-
again-says-ford-after-introducing-anti-tenant-legislation-blaming-
young-for-covid-spike/
The Beaverton
es un medio satírico, el
equivalente a
El Mundo Today
por aquí, y que muchas veces
conviene consultar para saber por dónde van los tiros.