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é
ptico
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S
egún Wikipedia, que se ha convertido en la en
-
ciclopedia «de referencia»,
cosmovisión
se de-
fine como «
el conjunto de opiniones y creen-
cias que conforman la imagen o concepto ge-
neral del mundo que tiene una persona, época o cul-
tura, a partir de la cual interpreta su propia natura-
leza y la de todo lo existente. Una cosmovisión define
nociones comunes, que se aplican a todos los campos
de la vida, desde la política, la economía o la ciencia
hasta la religión, la moral o la filosofía
».
Me gustan las iglesias románicas. No sé muy bien
por qué. Del gótico me deslumbran (y nunca mejor
dicho) su luminosidad, sus vidrieras… y el conoci
-
miento implícito de fuerzas y resistencia de materia
-
les digno de un Timoshenko
1
.
Recuerdo una frase de nuestro profesor de «mate
-
riales» que se me quedó grabada. Decía más o me
-
nos así: Una iglesia románica la hace cualquiera. Sus
grandes muros, sus enormes contrafuertes, hacen que
resistir el peso de los muros y del tejado sea muy sen
-
cillo
2
. Lo difícil es el gótico. Hacer que el peso del
tejado se sustente con unos ligeros arbotantes, que
funcionalmente hacen lo mismo que los contrafuer
-
tes del arte románico pero con mucho menos material,
mucho más ligeros y, sobre todo, con mucha más luz,
es impresionante. Ustedes estudian para ingenieros de
teleco
. Hacer una televisión a lo románico, es decir,
con muchos contrafuertes y grandes muros, es fácil.
Cosmovisión
y tecnología 5G
Félix Ares de Blas
¿Cuál es la cosmovisión de las personas que creen que las
ondas electromagnéticas propagan virus?
¿Qué concepto tienen de lo que es un virus o de lo que es
una onda electromagnética?
La Organización Mundial de la Salud se ha vis-
to obligada a decir explícitamente que «Las redes
5G de telefonía móvil NO propagan la COVID-19»,
lo que me ha hecho pensar que esa idiotez está
mucho más extendida de lo que yo pensaba
De oca a oca
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Lo difícil es hacerlo con el mínimo de materia prima.
Con mejores prestaciones, pero con menos materia
-
les. La labor del ingeniero es optimizar. Es decir, tie
-
nen que hacer arte gótico y no románico.
Esta frase de mi profe la he aplicado muchas veces
en la vida. Siempre he tratado de optimizar el uso de
materiales, sean estos físicos, algorítmicos o ideoló
-
gicos. En el fondo es una aplicación de la navaja de
Occam: utiliza el mínimo número de elementos posi
-
bles.
Hacer un sistema de explicación del funciona
-
miento del sistema solar como el de Ptolomeo, con
sus ciclos, epiciclos, ecuantes… es la explicación ro
-
mánica. Funciona. No es nada fácil de construir. El
edificio dura mucho tiempo, los tejados no reventarán
los muros, pero ha usado un exceso de materiales. La
explicación «gótica» llega con Copérnico y Kepler.
Utiliza muchos menos materiales. Predecir predicen
casi lo mismo, pero lo hacen con mucha más lumino
-
sidad, los arcos ojivales y los arbotantes góticos, con
menos materiales matemáticos. La belleza está en la
simplicidad.
No obstante, admiro el gótico, pero me siento ex
-
trañamente atraído por el románico. Sobre todo, por
esos capiteles y esos bajorrelieves en las portadas o
entre los distintos arcos. Las imágenes allí representa
-
das son un mundo para mí insólito. Allí hay de todo,
desde parejas heterosexuales follando, tríos en los que
una hembra es compartida por dos machos, humanos
copulando con animales, imágenes formadas por mi
-
tad humana y la otra mitad un animal mitológico…
Miro y miro esos capiteles y me pregunto una y
otra vez: ¿cuál era la cosmovisión de las personas
que hicieron estas imágenes? ¿En qué creían? ¿Cómo
pensaban que era el mundo? ¿Cómo explicaban el na
-
cimiento y la muerte? ¿Cómo explicaban los rayos, la
sucesión de las estaciones, de días y noches, el arcoí
-
ris, las tormentas?...
No sé la respuesta. Pero no me cabe la menor duda
de que los constructores eran inteligentes, sabían apli
-
car soluciones a problemas complejos, eran capaces
de manejar una logística complicada… No sé la res
-
puesta, pero la busco. Y lo hago por una razón sencilla,
porque mis ideas derivan de las de ellos. No sé cómo
esas «extravagantes» creencias se han transformado
en mis ideas, pero estoy seguro de que han influido.
Huyo de las ideas simplistas anglosajonas en las
que el «gran Newton» lo cambió todo, y todo lo actual
se lo debemos a él. Newton fue un genio, eso no lo
duda casi nadie
3
. Pero tuvo que apoyarse en «hombros
de gigantes». ¿Y si uno de esos gigantes fue Seleuco
de Babilonia
4
? Si fue así —tal como insinúa Russo—,
la ciencia moderna debe más a la Biblioteca de Ale
-
jandría de lo que pudiéramos pensar.
No entender la cosmovisión de las personas que hi
-
cieron las iglesias románicas me plantea muchas du
-
das sobre la naturaleza del ser humano, pero todavía
me crea más incertidumbre no entender la de muchas
personas actuales, de las que voy a poner un ejemplo.
Por las redes han corrido infinidad de bulos sobre la
COVID-19. Uno de los que me llamaron la atención
fue el que decía que los virus de dicha enfermedad
Imagen de ADMC en Pixabay
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se transmitían por las antenas de la telefonía 5G. La
verdad es que me pareció tan absurdo que no le di
importancia. Creía que era una tontería tan grande que
se caería por su propio peso, pero resulta que la Or
-
ganización Mundial de la Salud se ha visto obligada
a decir explícitamente que «Las redes 5G de telefonía
móvil NO propagan la COVID-19
5
». Que la OMS se
haya visto obligada a introducir esta idea entre sus
«Consejos para la población acerca de los rumores so
-
bre el nuevo Coronavirus (2019-nCoV)» me ha hecho
pensar que esa idiotez está mucho más extendida de
lo que yo pensaba. El texto de la OMS dice:
Las redes
5G de telefonía móvil NO propagan la COVID-19
Los virus no se desplazan por las ondas electro-
magnéticas ni las redes de telefonía móvil. La CO
-
VID-19 se está propagando en numerosos países en
los que no existe una red 5G.
La COVID-19 se transmite a través de gotículas
minúsculas de secreciones respiratorias expulsadas
cuando una persona infectada tose, estornuda o ha-
bla. También es posible infectarse si se toca una su
-
perficie contaminada y posteriormente se lleva uno la
mano a los ojos, la boca o la nariz.
Volvamos al primer párrafo:
«Los virus no se des-
plazan por las ondas electromagnéticas ni las redes
de telefonía móvil.»
La redacción es interesante. Menciona explíci
-
tamente las ondas electromagnéticas y las redes de
telefonía móvil. Quiero creer que la OMS sabe que
las redes de telefonía móvil emiten y reciben ondas
electromagnéticas. Y es posible que las hayan tenido
que separar pues debe haber mucha gente que no sabe
que la telefonía móvil utiliza ondas iguales a las de la
radio o la televisión
6
.
¿Cuál es la cosmovisión de las personas que creen
que las ondas electromagnéticas propagan virus?
¿Qué concepto tienen de lo que es un virus o de lo
que es una onda electromagnética? ¿Ya saben que la
radio, la televisión o internet se propagan por ondas
electromagnéticas?
Podríamos asumir que no saben lo que es y que
se trata de ignorancia pura y dura, pero no me quedo
satisfecho. Me da la sensación de que hay algo más
profundo, de que se trata de personas con una cos
-
movisión totalmente diferente a la mía. Utilizan la
tecnología, pero es muy posible que para ellos no se
diferencie de la magia en la que creían en la Edad Me
-
dia. Marcan un número en su móvil y,
mágicamente
,
pueden hablar y ver la cara de otra persona que está
muy lejos. Si la magia permite oír y ver a distancia
—como el espejo de Blancanieves—, ¿por qué no va
a poder transportar virus?
Posiblemente, para ellos, una consulta a alguno de
los motores de búsqueda como Google no sea muy
diferente del espejo mágico de la madrastra de Blan
-
canieves:
Espejito, espejito mágico, dime una cosa,
¿Qué mujer de este reino es la más hermosa?
Y me pregunto qué será más creíble para estas per
-
sonas: ¿la existencia de un complejo mundo de ca
-
bles, satélites, ordenadores, enrutadores… o la de un
espejito mágico similar al de la reina malvada? No sé
la respuesta y me gustaría obtenerla. Por desgracia,
hacer un estudio de esas características está totalmen
-
te fuera de mi alcance.
Un reciente artículo, cuyo primer autor es Axel
Bruns
7
, de la
Queensland University of Technology
,
analiza el origen del mito y su evolución. El origen,
como era de esperar, está en los grupos antivacunas
y anti 5G. Su evolución fue sumamente rápida. La
primera idea, esa de que el 5G propagaba los virus,
era demasiado burda. Muy pronto se transformó en
otras que decían cosas como: 1) Los virus de la CO
-
VID-19 no existen. Todos los síntomas que tienen los
afectados es porque reciben emisiones 5G. De hecho,
con el bulo del virus tratan de encubrir que el 5G es
muy dañino para los humanos. 2) Los virus no exis
-
ten. Se ha dicho lo de la enfermedad para justificar
la vacunación a todo el mundo. Una vez que todos
estén «vacunados», realmente se les habrá inyectado
una molécula dañina que se activará con el 5G. 3)…
Este trabajo me parece muy interesante y da mu
-
chas pistas sobre lo que ocurre en Facebook y otras
redes sociales. Pero no es lo que yo quiero. Yo quie
-
ro entender a los que creen que los virus se pueden
Me pregunto qué será más creíble para estas
personas: ¿la existencia de un complejo mundo
de cables, satélites, ordenadores, enrutadores…
o la de un espejito mágico similar al de la reina
malvada?
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transmitir por las ondas electromagnéticas. Meterme
en sus zapatos y entender por qué creen lo que creen.
De momento estoy sumamente despistado.
No conozco a nadie que crea en la idea primaria y
burda de que las ondas 5G transmiten el virus. Pero
sí conozco a varios que comulgan con sus derivados
conspiranoicos, y quiero dejar muy claras muchas
cosas sobre ellos: 1)
No son analfabetos científicos
.
Dos de ellos tienen más de tres carreras universitarias
técnicas y han sido profesores de éxito en diversos
centros educativos. Las entrevistas que he hecho con
sus alumnos me han demostrado que eran magníficos
profesores. 2) En casi todos los temas de la vida son
absolutamente «normales», conversar con ellos es una
delicia, son cultos, han leído mucho, son adeptos a las
bibliotecas y a las conferencias… 3) No se benefician
económicamente de sus creencias de ningún modo, al
contrario de lo que hacen muchos conspiranoicos con
programas de radio y TV. 3) Tan solo «patinan» en su
creencia de que hay una gran conspiración mundial
que trata de anular nuestras libertades y convertirnos
en autómatas al estilo de las juventudes hitlerianas.
Muchas veces he asistido a reuniones de
conspi-
ranoicos
para tratar de entenderlos. Y he de confesar
que estoy fascinado. La mayoría tienen una educación
muy superior a la media, han leído mucho más, se han
hecho muchas preguntas sobre su papel en la vida, es
-
tán suscritos a revistas con cierto carácter científico:
Science et vie
,
Scientific American
… En la mayoría
de los temas son absolutamente racionales y escépti
-
cos. Me gustaría enormemente hacer un estudio siste
-
mático de sus creencias y las razones que los llevan
a la conspiranoia. Incluso algunas veces he llegado
a preguntarme si el equivocado no seré yo, y ellos
son los que llevan la razón. Casi, casi, comulgo con
Yablokov, citado por Bruns, cuando dice: «
Yablokov
(2015)
8
sostiene que las teorías de la conspiración
“funcionan ayudando a unir a la audiencia como
‘el pueblo’ contra el ‘Otro’ imaginado, representado
como un ‘bloque de poder secreto’”
(p. 302).
No es de
extrañar, entonces, que hayan aparecido tantos que
giran en torno a las intrusiones percibidas sobre la
libertad y las libertades civiles por parte de gobier-
nos, multimillonarios, los medios de comunicación
o expertos médicos. Uno de los más importantes, y
“mainstream”, es la idea de que el cambio climático
es un invento de los científicos del clima, diseñado
para ayudar a asegurar más fondos gubernamentales
para su investigación o, en versiones más nefastas,
para sentar las bases que justifican un solo gobierno
mundial. La rica vena de escepticismo con respecto a
la seguridad y los beneficios de las vacunas funcio
-
na de manera similar y se basa en la sospecha de la
medicina moderna (aquellos que se adhieren a esta
creencia a menudo buscan remedios alternativos,
“naturales”), y hacia la ciencia y la tecnología en
general
».
Tras leer el trabajo de Bruns, me entran más ga
-
nas que nunca de hacer un estudio sociológico sobre
los
conspiranoicos
. ¿Cuál es su cosmovisión? ¿Cómo
influye la misma en su comportamiento y en la selec
-
ción de sus ideas? ¿De dónde proceden sus ideas? ¿De
los padres, de sus profesores, de las redes sociales que
frecuentan, de la iglesia a la que raramente acuden?
Lamentablemente no tengo medios para iniciar ese
estudio y, ¿qué quieren que les diga? Creo que los
constructores de iglesias románicas eran más racio
-
nales que los
conspiranoicos
contemporáneos proba
-
blemente influidos, sin saberlo o sabiéndolo, por la
teosofía de Madame Blavatsky
9
y, en España, de Ma
-
rio Roso de Luna
10
. Este último es un ejemplo típico
de lo que digo, un gran intelectual, conocedor de la
ciencia y que, sin embargo, cae en las garras de la
simplista Blavatsky. ¿Tal vez la simplicidad sea una
de las claves?
Una gran bibliografía sobre el tema de la conspi
-
ranoia, que no he tenido tiempo de leer, puede verse
en el librito de Stephan Lewandowsky y John Cook
titulado
Guía para las teorías de la conspiración
11
».
Notas:
1 En la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de
Telecomunicación (ETSI) simplemente lo llamábamos «El
Timoshenko». Se trata del libro sobre resistencia de ma-
teriales que tuvimos que estudiar. Ni que decir tiene que
no solo se estudiaba en
teleco
, era un «obligado» en casi
todas las ingenierías y en arquitectura. Hoy sigue vendién-
dose.
Timoshenko.
Resistencia de Materiales
(Ingeniería)
.
2 Eso lo decía mi profe. No estoy de acuerdo. Los ar-
cos de medio punto o los techos no eran nada fáciles de
construir y mucho menos de calcular. Los constructores de
iglesias románicas sabían lo que se hacían y tenían una
tecnología muy bien desarrollada.
3 Entre los que lo dudan está Lucio Russo. https://
es.wikipedia.org/wiki/Lucio_Russo
4 Lucio Russo,
Flussi e riflussi
(cartesio-episteme.net)
. Russo habla de Seleuco y de su relación con Newton
en los capítulos 8 y 9. Si tienen ocasión, lean el párrafo
final del libro, ¡magistral!
El título de este libro, sin duda,
es un homenaje a la obra de Galileo:
Discorso del flusso
e reflusso del mare.
«Fundación Aquae publica “Escritos
sobre las mareas”, obra inédita en español de Galileo Ga-
lilei», https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20180226/
fundacion-aquae-publica-escritos-mareas-6650677
5 https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-
coronavirus-2019/advice-for-public/myth-busters
6 Este hecho lo verifiqué personalmente en las charlas
de divulgación que hacíamos semanalmente en el Museo
de la Ciencia de San Sebastián. Cuando explicamos que
la telefonía móvil usaba ondas similares a las de la radio y
la televisión, hubo varios que se quedaron sorprendidos.
Uno de ellos me dijo que él usaba el teléfono celular, pero
que nunca se le ocurrió preguntarse cómo se transmitía la
voz. Y eso en una persona interesada por la ciencia, inteli
-
gente y de éxito.
7 Axel Bruns, Stephen Harrington, & Edward Hur-
combe. (2020) Corona? 5G? or both?: the dynamics
of COVID-19/5G conspiracy theories on Facebook.
Media International Australia
. Vol. 177, Issue 1, Nov.
2020, pp 12-29. https://journals.sagepub.com/doi/
epub/10.1177/1329878X20946113
8 Yablokov I (2015) Conspiracy theories as a Russian
public diplomacy tool: the case of Russia Today (RT).
Poli-
tics
35(3–4): 301–315
9 https://es.wikipedia.org/wiki/Helena_Blavatsky
10 https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Roso_de_Luna
11
Disponible en http://sks.to/conspiracy