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importante labor: la selección de las ilustraciones, que
muchas veces ha exigido encontrar el original men
-
cionado en el texto.
Gracias a la editorial Coliseo Sentosa, de Santiago
de Chile, por darnos a conocer a este curioso persona
-
je que es Martin S. Kottmeyer, al que pueden seguir
en https://www.facebook.com/la.wan.3538
Félix Ares de Blas
Vanesa Lozano
Hágase tu voluntad
Editorial: SinFicción
Año: 2020
Sinopsis
Patricia Aguilar fue captada con 16 años por una
secta sexual a través de internet. A los 18 dejó a su
familia en Elche y viajó a Perú para convertirse en una
de las esposas del Príncipe Gurdjieff. El libro repasa
el descenso de Patricia a los infiernos diseñados por
Félix Steven Manrique, junto con la lucha de su fami
-
lia para traerla de vuelta física y mentalmente a pesar
del desamparo constante de las autoridades españolas.
Impresiones
Junto con
Homicidio de un enfermo
, el contenido
de este libro conforma un tándem imprescindible para
entender lo fácilmente manipulables que somos en si
-
tuaciones de alta vulnerabilidad cuando se nos somete
al discurso (in)apropiado por parte de la persona (in)
adecuada. Si el primero lo plasmaba en el ámbito de la
salud y con triste desenlace, el título que ahora reseño
termina con un final que podríamos tildar de feliz, si
bien no deja de ser agridulce por motivos que comen
-
taremos más abajo.
Una mala racha familiar lleva a la adolescente Pa
-
tricia a buscar respuestas para su crisis vital en inter
-
net. Allí cae en las redes cuidadosamente tejidas de
Félix Steven, un joven peruano que irá abonando el
terreno para desligarla cada vez más de la realidad y
de sus seres queridos, encerrándola en la ilusión de
que ella forma parte de un grupo de elegidas que, con
él, tendrán la misión de repoblar el planeta después de
un inminente Apocalipsis.
Sí, dicho así no suena a algo en lo que alguien cree
-
ría de primeras. Pero, obviamente, nunca es así como
lo dicen. El libro cuenta, con pelos y señales, cómo
se urde el engaño poco a poco, con pequeñas píldoras
más o menos fáciles de tragar que van allanando el
camino para conseguir, con el tiempo, que se termine
comulgando con ruedas de molino, al punto de sus
-
traer una cantidad importante de dinero para ponerse
(y, sobre todo, ponerlo) en manos del gurú tras cortar
con todo lazo familiar. También se muestra crudamen
-
te cómo la psicología de Patricia se desmantela para
convertirla en una marioneta que piensa, habla y ac
-
túa según los designios de Félix Steven. Desvela cuán
fácil es hacer parecer a la sociedad que estamos ante
la decisión volitiva de una persona mayor de edad.
Además, explica cómo este simple hecho desarticula
absurda y negligentemente todos los sistemas de pre
-
vención y persecución del problema, pese a existir (y
no gracias a las autoridades policiales, sino al trabajo
incansable de su familia) indicios y pruebas sólidas de
que Patricia se hallaba en un gravísimo peligro.
El libro nos lleva de la mano por cada peldaño en la
degeneración de la situación de Patricia en Perú: cada
paso en el que Patricia asistía a un empeoramiento de
su situación: los malos tratos para con ella y el grupo
captado por «el Chamuco»; los lugares de residencia
en los que cada denostado cuchitril se convertía en un
hotel de cinco estrellas al echar la vista atrás desde el
siguiente destino; su propia situación física, a la que
se sumaba la de su bebé; la indiferencia cada vez más
inhumana del gurú ante estas situaciones... Y también
nos muestra las piezas mentales que entran en juego
para amortiguar las disonancias cognitivas, repletas
de sesgos cognitivos, falacias argumentales y menti
-
ras y manipulaciones de todo tipo.
Hágase tu voluntad
nos abre los ojos a que estamos
mucho más a merced de lo que nos resulta cómodo
pensar de que completos desalmados, entrenados por
pura presión evolutiva, puedan acceder a nosotros o a
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nuestros seres queridos desde la otra parte del mundo,
y desatar el caos y la destrucción en nuestras vidas de
forma completamente impune. A base de ardides de
todo tipo y el silencio de víctimas previas, Félix Ste
-
ven llevaba ingeniándoselas durante años para captar
en redes sociales a todo un ejército de mujeres para
convertirlas con éxito en sus esclavas, en el sentido
más amplio del término.
El libro no escatima en detalles para acercarnos sin
ambages a todas las tropelías a las que el gurú fue
sometiendo al grupo al que llevaba como ganado de
aquí para allá durante los agónicos años que duró el
rapto mental y físico de Patricia. Y también, en para
-
lelo, de las labores de su familia para conseguir traerla
de vuelta.
A diferencia de
Homicidio de un enfermo
, la histo
-
ria «acaba» bien para Patricia, ya a salvo en España
con su hija, recuperándose lentamente de sus heridas
físicas y, sobre todo, mentales, junto con quienes la
quieren incondicionalmente. Pero «acabar» es un de
-
cir, ya que una integrante del grupo ha continuado en
-
ganchada a Félix Steven incluso estando este ya en
la cárcel, operando a través de ella. «El Chamuco»
sigue, pues, tejiendo su letal tela de araña, intentando
enredar a su presa más predilecta y atrapar a cuantas
otras puedan caer. Y sigue sin hacerse nada para evi
-
tarlo.
Estilísticamente, este libro casi podría ser el guion
de una película del estilo de
Kalifornia
(Dominic
Sena, 1993) o
The Invitation
(Karyn Kusama, 2015).
A nivel argumental parece sacado de una película de
Bruce Willis de los noventa o alguna más reciente de
Liam Nesson: si el plan de Manrique no salió bien no
fue precisamente porque los engranajes de las fuer
-
zas policiales o la justicia españolas hicieran lo que
se espera de ellos contra este tipo de criminales, sino
porque cometió el fatídico error de captar a la persona
equivocada, con unos familiares que no iban a dete
-
nerse ante nada ni nadie para recuperar a Patricia.
Vanesa Lozano juega magistralmente con la narra
-
ción en paralelo, en capítulos alternos, de los puntos
de vista de la historia de Patricia, distanciada ya men
-
tal y físicamente, adentrándose más y más en la boca
del lobo, y de su familia, enfrentándose a un enemigo
sin nombre en un entorno desconocido, un contexto
demencial de galimatías esotérico-religiosos y un en
-
tramado de redes sociales y de funcionarios incom
-
petentes.
Patricia (y su grupo, pero sobre todo ella y los ni
-
ños), perdiendo su vida a contrarreloj, cada vez más
maltratada y más débil (y cuando piensas que no se
puede torturar más a una persona, el libro no deja de
lanzarte a la cara otra propuesta maquiavélica más).
Su familia, en la oscuridad, dando un paso para ade
-
lante y dos para atrás (y cuando piensas que no les
puede ir peor la cosa, el libro no deja de lanzarte a la
cara que existen buitres humanos que huelen la de
-
bilidad), avanzando prácticamente a la desesperada,
gracias a algún golpe de suerte. Es por esto por lo que
«casi podría ser el guion de una película», ya que es
-
tos «qué justo que» se verían como
Deus ex machina
baratos en un guion cinematográfico: la realidad no
deja de superar a la ficción en sus absurdas sincronías.
Y, cabe resaltarlo en letras gigantes, avanzando
también gracias a las antítesis de los hiperburocratiza
-
dos y negligentes funcionarios españoles en forma de
dos policías peruanos vocacionales y comprometidos
hasta el punto de jugarse literalmente el pellejo en sus
horas libres por liberar a Patricia. Larga vida y pros
-
peridad a Capcha y Huarcaya.
Las dos historias paralelas, Patricia y su familia, se
condimentan con pequeños
flashbacks
de los mismos
para, por un lado, explicar mejor dónde se crearon las
fallas en las que el gurú metió cuña o las fortalezas
mentales que servían de parapeto al tesón de su fa
-
milia (resaltando de nuevo a la guerrerísima Noelia,
prima de Patricia, y a Alberto, padre coraje), y por
otro lado para servir de duro contraste entre situacio
-
nes pretéritas y actuales, incluso cuando las pasadas
ya fueran de tiempos difíciles.
La anheladísima confluencia entre ambas historias
se cuenta en el tono de la más adictiva de las nove
-
las policíacas, y el epílogo no puede evitar recordar a
cuando, en el momento en que ya crees que el mons
-
truo está bien acabado, levanta una pútrida mano des
-
de su tumba.
Debo confesar que gran parte del libro, más que
leerla, la he escuchado locutada por no tener tiempo
material para la lectura, teniendo que exprimir mo
-
mentos de parque con mis pequeños para avanzar en
la historia. Así que sobre el trabajo editorial solo pue
-
do comentar que las partes que he leído (y el vistazo
en diagonal en general que he echado antes de escribir
esto) muestran un resultado de 10, sin erratas detecta
-
das y con un trabajo de formato y aportación de docu
-
mentación adicional excelente.
Conclusión final
A modo de apunte personal, desde hace un tiempo
tengo el honor de compartir con Noelia el grupo de
lucha contra el sectarismo RedUNE. Mientras leía/
escuchaba el libro (a la vez que cuidaba de mis pe
-
queños), no podía quitarme de encima la angustiosa
sensación de la pesadilla que vivieron (y de la que
forzosamente no habrá cabido en el libro más que una
pequeñísima proporción), hasta el punto de que reco
-
nozco que no pude resistir varias veces el impulso de
comprobar en el grupo que ahí seguían los mensajes
de Noelia, siempre vivaces, enérgicos, optimistas:
«Todo está bien ahora, Patri y Naaomi ya están con la
mejor compañía», me reconfortaba a mí mismo antes
de coger aire para sumergirme de nuevo en el oscuro
abismo del relato...
Este es un libro de gente normal viéndose abocada
a convertirse en héroes y villanos. Un libro en que
cada personaje descubre y muestra de qué pasta está
hecho cuando le vienen mal dadas: del cobarde
escu-
rrebultismo
del pervertido «Chamuco» a la resiliencia
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extrema de Patricia. Del cómodo
escurrebultismo
del
funcionariado español al tesón implacable de la fa
-
milia Aguilar, que tuvo que hacer un trabajo que no
le competía. Puedo copiar la misma frase que usaba
en la reseña de
Homicidio de un enfermo
: este libro
debería servir para pedir responsabilidades a todos los
estamentos disfuncionales (fuerzas de seguridad del
estado, administración, sistema judicial) que, desde
su posición privilegiada, podrían haber hecho mucho
más. O mejor dicho, que podrían haber hecho simple
-
mente algo. Y sin olvidar que todavía hay cosas que
pueden y deberían hacer, que este peligro no ha acaba
-
do aún. Que Félix Steven aún tiene atrapada a Pamela
y a saber a cuántas otras, como la chica del País Vasco
de la que a la «justicia» también le faltó tiempo para
desentenderse.
Igualmente creo que da una imagen preclara de que
este problema no es algo que suceda a tontos, a locos
o a ignorantes, pensamiento que no es más que un au
-
toengaño para creernos que «a nosotros no nos puede
pasar»; más bien al contrario: las sectas tienden sus
trampas buscando a gente capaz, proactiva, bondado
-
sa, intelectualmente inquieta, para exprimirla en toda
su valía aprovechándose minuciosamente de alguna
vulnerabilidad como las que todos arrastramos.
También me veo replicando la frase de que, si de
mí dependiera, esta impecable obra de Vanesa Lozano
sería de obligada lectura para esos estamentos disfun
-
cionales que tuvieran que lidiar en su trabajo con la
supuesta libertad individual. Pero, además, para que
todo el mundo pudiera atisbar por esta mirilla literaria
cómo se vive en primera persona la captación sectaria
y la indefensión suprema en la que se ven envueltas
sus víctimas. Y sobre todo, para evitar que ellos mis
-
mos o sus seres queridos acaben siguiendo sus pasos.
Como con las pseudoterapias, para cada uno de noso
-
tros hay al menos un tipo de secta que tiene sus redes
tendidas a la espera de que pasemos por allí en un
momento complicado de nuestras vidas.
He estado tentado de terminar con mis peores de
-
seos para «el Chamuco» en la cárcel de Perú, pero no
merece siquiera esa atención. Prefiero quedarme con
el pensamiento de que, si alguna vez llega el Apoca
-
lipsis, espero que me encuentre bien cerca de Noelia,
de Alberto y de Patricia. Ellos ya estuvieron en el In
-
fierno y sobrevivieron a él. Bravo por ellos.
E.J. Molina
Notas:
1 https://es.wikipedia.org/wiki/Kenneth_Arnold
2 Aunque desde un punto de vista crédulo, puede verse
un resumen en: «El Incidente Ovni de Boianai, Papúa Nue-
va Guinea», en el blog
Proyecto Signo
. https://proyectosig-
no.com/el-incidente-ovni-de-boianai-papua-nueva-guinea/
3 Medford Shmoos, en Cryptid Wiki. https://cryptidz.fan-
dom.com/wiki/Medford_Shmoos
4 https://en.wikipedia.org/wiki/Shmoo
5 De hecho, escribí un libro, no publicado, sobre el
tema, que titulé
Nuevas caras para los viejos dioses
, y el
asunto me gustó tanto que estudié criminología, aunque
nunca me examiné, para aprender más sobre los proble-
mas del testimonio.
6 Esta es nuestra conclusión fundamental en una obra
de la que somos coautores David G. López y yo mismo
y que recientemente, gracias a los esfuerzos de Vicente-
Juan Ballester Olmos, puede verse en: https://www.acade-
mia.edu/42153967/EL_FENOMENO_OVNI._ANALISIS_
DE_30_ANOS_DE_OBSERVACIONES_EN_ESPANA
7 Fuller, J. G. (1967).
Incidente en Exeter
. Barcelona,
Plaza y Janés.
8 Fuller, J. G. (1968).
El viaje interrumpido
. Barcelona.
Plaza y Janés
9 Pueden ver esos ojos en Wikipedia: https://
en.wikipedia.org/wiki/The_Bellero_Shield
10 La imagen de la nave-cohete puede verse aquí:
https://fourcolorglasses.files.wordpress.com/2013/04/alex-
raymond-streamlined-rocket.jpg
11 https://en.wikipedia.org/wiki/Chiles-Whitted_UFO_en-
counter
12 Ares, F. (2006).
La sábana santa. ¡Vaya Timo!
Pam-
plona. Editorial Laetoli. Pamplona.