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P

arece evidente que la Universidad, como prin-

cipal ámbito intelectual y académico para la 

búsqueda de la verdad mediante la ciencia y la 

razón, debe oponerse activamente a la pseudo-

ciencia y la anticiencia. 

UNI Laica nació en defensa de la laicidad en la 

Universidad pública frente al confesionalismo católi-

co imperante, y desde el principio tuvo claro que había 

que hacerlo defendiendo y promoviendo la racionali-

dad y el pensamiento crítico. El adoctrinamiento ca-

tólico tiene precisamente un fuerte contenido de irra-

cionalidad y de dogmatismo, de pseudociencia y de 

anticiencia. Pero estos los encontramos asimismo en 

otras creencias caracterizadas generalmente no como 

religiosas sino meramente pseudocientíficas (aunque 

a veces también tienen componentes religiosos), de 

modo que también nos oponemos a su difusión en la 

Universidad.

Pero empecemos por lo más obvio con una breve 

introducción histórica.

La religión en la Universidad española desde el 

siglo 

xix

Para entender el panorama actual del confesiona-

lismo en la Universidad española, hay que analizar el 

protagonismo histórico que ha tenido en ella la Iglesia 

Católica. Y para comprenderlo, no olvidemos que la 

Iglesia se interesa por el cuidado de —en su lengua-

je— las 

almas

. Pero del 

cuidado

 se pasa de hecho al 

control

 de las almas. Esto se traduce en el ejercicio del 

poder sobre las conciencias, para lo que resulta más 

que conveniente, necesario, el control de las 

arcas

… y 

de las 

aulas

. Podríamos añadir el control de las 

armas,

 

cuando históricamente ha hecho falta.

En definitiva, la Iglesia se ha esmerado en controlar 

la economía y la educación a lo largo de la historia. Y 

no solo la educación en la escuela (para adoctrinar con 

eficacia las mentes más indefensas), sino también en 

la Universidad, persiguiendo poder intelectual, social, 

político y económico.

En un desarrollo extenso del título del epígrafe, ne-

cesitaríamos detallar como mínimo los eventos y leyes 

clave que se recogen en el recuadro, con sus avances y 

retrocesos. Pero aquí, para entender la situación actual 

que comentaré después, vamos a dar meramente unas 

pinceladas sobre algunos de ellos.

La primera se refiere a una de las importantes actua

-

ciones de Manuel Ruiz Zorrilla, ministro de Fomento 

durante el gobierno provisional de 1868. Entre otros 

Confesionalismo y 
pseudociencias

 

en la Universidad.

 

La experiencia UNI Laica

Juan Antonio Aguilera Mochón. Universidad de Granada

La  Universidad  pública  debe  ser  una  instancia  científica  y 
aconfesional. Por consiguiente, no debe prestarse a la pro

-

moción de doctrinas o creencias; ni de dogmatismos religio

-

sos, ni de otros dogmatismos pseudo- o anticientíficos, que 
al fin y al cabo consisten en creencias, y por tanto se pueden 
considerar formas de confesionalismo no religioso y una in

-

vitación a reflexionar.

Dossier

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avances,  en  1868  suprimió  la  Facultad  de  Teología, 

dejando esta enseñanza a los seminarios. Parecía que 

la propia Iglesia prefería organizar con libertad la en-

señanza en sus seminarios, aunque matizaremos lue-

go.

Hubo otros avances ocasionales frente al poder 

eclesial en la Universidad. El más claro fue, obvia-

mente, el que se produjo durante la II República, épo

-

ca de florecimiento intelectual y moral que incluía una 

defensa clara de la laicidad del Estado, incluyendo la 

educación universitaria. Sin embargo, no se llegó lo 

lejos que se pretendía, en este caso a una universidad 

laica, debido a la sublevación militar que condujo a lo 

que Jaume Claret llama «el atroz desmoche», cuando 

«la ciencia quedó sometida a la ideología nacional-ca-

tólica y se procedió a asesinar, cesar, encarcelar, tras-

ladar, inhabilitar y sancionar a decenas de profesores».

Ya en la posguerra, se promulgó en 1943 la Ley de 

Ordenación de la Universidad Española. Lo que se 

conformó fue una Universidad plenamente católica, al 

servicio de la Iglesia y de un adoctrinamiento feroz. 

El ministro de Educación, Ibáñez Martín, escribió en 

la 

Revista Nacional de Educación

 (nº 38-39, 1944) re-

flexiones como esta: «Queremos una ciencia católica, 

esto es, una ciencia que por sometida a la razón supre-

ma del universo, por armonizada con la fe…».

Se instauraron las «tres marías», asignaturas uni-

versitarias obligatorias que correspondían a Religión, 

Gimnasia y Política (Formación del Espíritu Nacio-

nal), de modo que iban de la mano las (de)formaciones 

religiosa, física y patriótica. Al caer en el hazmerreír, 

fueron desapareciendo entre 1974 y 1976.

En 1953 se firmó con la Santa Sede un Concordato 

que reafirmaba el nacional-catolicismo del Estado. En 

1979, los acuerdos leoninos (y de hecho pre- y anti-

constitucionales) con la Santa Sede actualizaron aquel 

Concordato, dando un golpe duro a la educación, so-

bre todo a la primaria e infantil, pero también a la uni-

versitaria. 

Después de todo esto, ¿cómo está hoy el confesio-

nalismo universitario, con los Acuerdos de 1979 plena 

y vergonzosamente vigentes? Pueden hacerse una idea 

de que la situación no será muy buena, ya que en 2011 

se vio la necesidad de crear la Asociación por una Uni-

versidad Pública y Laica, UNI Laica.

El repaso que voy a hacer a continuación está basa-

do, precisamente, en el «Manifiesto por una Univer

-

sidad pública y laica»

1

 que esa asociación promovió 

en 2011, y que ya recoge unas 11 000 firmas. Pondré 

solo algunos ejemplos ilustrativos de lo más relevante, 

y me centraré en la Universidad de Granada (UGR) 

simplemente porque la conozco mejor.

Centros y cátedras confesionales en la Universi

-

dad pública

Uno de los aspectos más escandalosos que denun-

ciamos son los estudios confesionales en la Universi-

dad, algunos de los cuales involucran estructuras aca-

démicas propias.

En los últimos años destaca la proliferación de las 

«cátedras», que se conciben como «alianzas estraté-

gicas estables con empresas e instituciones públicas 

Ilustración humorística sobre lo que 
supondría dar cancha a la pseudo y 
anticiencia. Autor: Sidney Harris, 1985

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o privadas para el desarrollo de actividades de forma-

ción, de generación, divulgación o transferencia del 

conocimiento en una determinada área»

2

. Pero algu-

nas veces, esas actividades son más que dudosas. Por 

ejemplo, en 2015 se creó en la UGR la «Cátedra Cons

-

ciencia y Desarrollo» en la que proliferaba la pseu-

dociencia y la charlatanería. UNI laica la denunció y 

felizmente desapareció sin ruido, aunque los promo-

tores siguen presumiendo en su web

3

 del respaldo de 

la UGR.

Una cátedra mucho más resistente e insidiosa es la 

de Teología, no en vano fue promovida en 2011 por 

el entonces rector de la UGR, Francisco González 

Lodeiro, que firmó un acuerdo con los jesuitas de la 

Facultad de Teología (una facultad privada de la Igle-

sia, al margen de la UGR). Esa cátedra pública está 

dirigida por la Compañía de Jesús, de modo que su 

confesionalidad católica está fuera de toda duda. Otras 

cátedras similares se gestaron en La Laguna y Alme-

ría, pero parecen poco activas. Recordemos que la teo-

logía católica salió de las aulas públicas en 1868 y no 

volvió ni en el franquismo, pero ha regresado, para 

vergüenza de un Estado supuestamente aconfesional, 

siglo y medio después. La rectora actual ha seguido 

defendiéndola, pese las continuas denuncias de UNI 

Laica. Finalmente, puede que la cátedra granadina por 

fin se vaya, por propia iniciativa, con otra (universi

-

dad), la jesuita de Loyola, como corresponde. 

Otras instancias confesionales adscritas a varias 

universidades públicas son diversos centros de la 

Iglesia, generalmente de Magisterio. En Madrid, por 

ejemplo, están el Centro Universitario Cardenal Cis

-

neros, de los Hermanos Maristas, adscrito a la Uni-

versidad de Alcalá; el Centro Universitario La Salle, 

adscrito a la Universidad Autónoma de Madrid; y el 

Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Univer-

sidad Complutense de Madrid. El Sagrado Corazón es 

un centro de Magisterio adscrito a la Universidad de 

Córdoba. El Centro Universitario María Inmaculada 

de Antequera está adscrito a la Universidad de Mála-

ga. Y en Granada tenemos adscrito a la UGR el Centro 

La Inmaculada, de la archidiócesis.

En el caso de los centros de Magisterio, las corres-

pondientes universidades públicas ya tienen los su-

yos,  por  lo  que  es  un  sinsentido  que  acojan  centros 

confesionales en un ámbito tan sensible como el de 

la preparación de las futuras maestras y maestros. Sin 

embargo, el asunto es aún más grave, pues el confe-

sionalismo educativo está instaurado en los propios 

centros públicos.

Asignaturas de religión católica ofertadas por la 

Universidad pública

Aunque parezca mentira, pues ya vimos que la reli-

gión obligatoria salió junto a las otras dos «marías» de 

las universidades públicas en los años setenta, sigue 

habiendo en las mismas asignaturas de religión cató-

lica; eso sí, voluntarias (faltaría más) y dirigidas solo 

a maestros/as.

Asombrosamente, las titulaciones (grados) que 

forman a las maestras/os de Infantil y Primaria (que 

educarán a las niñas y niños hasta los 12 años) ofer-

tan cuatro asignaturas de religión católica que distan 

de ser estudios científicos sobre las religiones. Por el 

contrario, son un total de 240 horas que servirán para 

transmitir contenidos de carácter pseudo- y anticientí-

fico (como el creacionismo y la creencia en milagros), 

además de preceptos morales que a menudo colisionan 

con valores democráticos. La confesionalidad de esas 

asignaturas es palmaria, pues su contenido lo dicta la 

Conferencia Episcopal Española (CEE), y sirven para 

la obtención de la Declaración Eclesiástica de Compe-

tencia Académica (DECA), el título que la propia CEE 

exige a los docentes de Religión en los colegios del 

Estado. Es el título requerido para un eficaz adoctri

-

namiento religioso a los niños y niñas en los colegios.

En UNI Laica somos conscientes de que esta ofer-

ta confesional viene exigida por los inicuos Acuerdos 

de España con la Santa Sede de 1979. Las imposicio-

nes establecidas en ellos hacen que las Facultades y 

Escuelas de Educación vean constreñida su libertad 

y autonomía a la hora de confeccionar sus planes de 

estudios, al estar obligadas a supeditar los intereses 

formativos y académicos a los de otro Estado (teocrá-

tico). En el colmo de la complacencia sumisa con la 

Iglesia, algunas universidades ofertan cursos para la 

La Iglesia se interesa por el cuidado de -en 

su lenguaje- las almas. Pero del cuidado se 

pasa de hecho al control de las almas

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obtención de la DECA al margen de los grados, sin 

que lo exijan los Acuerdos.

Es evidente que en una Universidad pública como 

es debido, democrática y aconfesional, no existirían 

enseñanzas confesionales, y más aún cuando están 

dirigidas a preparar adoctrinadores católicos (cate-

quistas) para la escuela. Les hemos recordado a los 

decanos/as de Educación y al Consejo de Rectores/as 

la gravedad extraordinaria de esta intromisión externa 

que pervierte y prostituye la digna tarea educadora en 

otra adoctrinadora. Les hemos pedido que se pronun-

cien formal y públicamente en defensa de la libertad 

de conciencia en la educación infantil, y, en definitiva, 

de la aconfesionalidad y la dignidad universitarias, y 

que reclamen el cese inmediato de la imposición de 

asignaturas de religión en los planes de estudio para la 

formación de maestros/as. En definitiva, que se com

-

prometan en la formación de personas más libres y 

críticas, lo que sin duda contribuirá a un mundo con 

mayor igualdad, justicia, racionalidad y democracia. 

Seguimos esperando una respuesta.

Las universidades privadas

En este apartado solo quiero destacar el aumento 

desmedido de las universidades privadas, que desde 

2000 se han multiplicado por más de dos hasta acer-

carse a las 40 (la mitad, de la Iglesia), frente al estan-

camiento de las públicas (50 desde 1998). 

Parece obvio el poder económico que subyace, y 

cómo se relaciona el control de las arcas con el con-

trol de las aulas. En un estudio reciente

4

, se destaca la 

amplia presencia de las escuelas de negocios católicas 

en la formación de quienes componen los órganos de 

gobierno del Ibex 35.

El asunto requiere un análisis extenso, pero de en-

trada digamos que el Estado debe exigir unos mínimos 

a  estas  universidades,  y  financiar  exclusivamente  la 

Universidad pública, ya sea de manera directa o indi-

recta (terrenos, becas…).

Símbolos religiosos y capillas

Sobre las capillas y templos adscritos, ¿qué pode-

mos añadir a estas alturas? No debería haber ningún 

espacio de culto en la Universidad. Pero, después de 

las protestas de 2011, ahí siguen más de treinta (la ma-

yoría en Madrid), y eso sin contar las capillas de los 

hospitales universitarios.

También permanecen aún, al margen de las capillas, 

símbolos religiosos en espacios públicos de la Univer-

sidad. Estos espacios son de todos, no de los afectos 

a ninguna creencia concreta. Desde UNI Laica hemos 

hecho denuncias que en pocos casos han prosperado; 

se nos suele responder que los símbolos están a la vis-

ta por su valor artístico y patrimonial. No lo negamos, 

pero pedimos que se reubiquen en espacios museísti-

cos.

«Queremos una ciencia católica, esto es, una 

ciencia que por sometida a la razón suprema 

del universo, por armonizada con la fe…»

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Otros símbolos menos excusables son los belenes 

de Navidad. La rectora de la UGR los defiende ape

-

lando a la tradición, pero le recordamos que, si por la 

tradición nacional-católica fuera, ella no sería rectora.

Actos litúrgicos, patronos y asociaciones religiosas

Evidentemente, no es lícito que desde la Univer-

sidad se promuevan o convoquen actos como misas, 

procesiones o funerales religiosos. Las autoridades 

académicas no deben participar en cuanto tales en 

este tipo de actos. Pero todo esto sigue ocurriendo, y 

hemos denunciado casos como estos: misas por pa-

tronos (eso sí, cada vez menos frecuentes), la partici-

pación del rector y una vicerrectora de la UGR en la 

beatificación de Fray Leopoldo, la participación de la 

Universidad de Valladolid en la Coronación Canóni-

ca de la Virgen de los Dolores, de la Universidad de 

Salamanca en la fiesta sacramental de la Octava del 

Corpus, del rector de la Universidad de Castilla-La 

Mancha en la procesión del Corpus, etc. 

El caso más espeluznante es el de la Universidad 

de Sevilla: el Rectorado se convierte en capilla y sede 

cofrade durante la Semana Santa, el paraninfo se uti-

liza para un acto proselitista católico y el rector pro-

cesiona.

A menudo los actos religiosos tienen que ver con los 

patronos. Los patronos universitarios, ¿no deben serlo 

por méritos ligados a los estudios correspondientes, 

y no por mera tradición religiosa? ¿Qué sentido tiene 

la Inmaculada como patrona de Farmacia? (En todo 

caso, si funcionaran los rezos, servirían para ahorrar 

en farmacia). ¿Les extrañará saber que muchos de los 

patronos más tradicionales (San Lucas, San Isidoro, la 

Inmaculada, San Alberto Magno…) estén refrendados 

por decretos franquistas? Afortunadamente, los cen-

tros nuevos sí suelen adoptar patronos laicos o días 

internacionales relevantes.

Con frecuencia, los actos litúrgicos los organizan 

las asociaciones universitarias de carácter religioso. 

Es evidente que en una Universidad pública 

como es debido, democrática y aconfesional, 

no existirían enseñanzas confesionales, y más 

aún cuando están dirigidas a preparar adoctri

-

nadores católicos (catequistas) para la escuela

Acto inaugural de la Cátedra de Teología de la  UGR.  (7-11-2011)

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Aquí tenemos las denominadas «Pastorales Universi-

tarias», dependientes de los obispados. No deberían 

tener privilegio alguno respecto a otras asociaciones 

universitarias ligadas a otros tipos de convicciones, 

pero a menudo los tienen. Además de las Pastorales 

Universitarias, aparecen otras asociaciones, como el 

Seminario Newman de la UGR, que promueven con 

charlas y cursos (a veces con créditos académicos) el 

pensamiento cristiano y, de paso, el creacionismo, la 

homofobia y la misoginia antiabortista.

Es habitual que haya convenios entre las universi-

dades y las diócesis para establecer servicios de asis-

tencia religiosa, que suelen incluir capellanes y cesión 

de espacios. Así tenemos, como muestras, el Sarus de 

la Universidad de Sevilla, o el Saruh de la Huelva.

Irracionalidades pseudo- o anticientíficas

La Universidad debe oponerse a todo tipo de irra-

cionalidades  anti-  o  pseudocientíficas,  aun  cuando 

tengan un notable respaldo popular (y quizás en este 

caso con mayor vigor). Podemos distinguir entre las 

creencias irracionales que se promocionan en la Uni-

versidad pública dos clases (que a veces se entremez-

clan): las creencias religiosas y las pseudociencias.

No todas las creencias religiosas son pseudo- o an-

ticientíficas, pero muchas, y de las más centrales, lo 

son. Sobre todo hay creencias creacionistas y en mila-

gros (anticientíficos, por definición). De esta catego

-

ría ya hemos hablado.

Desde UNI Laica hemos denunciado también nu-

merosos casos de promoción de pseudoterapias y 

pseudociencias en general. Muy a menudo se ha tra-

tado de talleres y cursos relacionados con la medici-

na tradicional china ofrecidos a toda la población. A 

nuestro ámbito de acción también llegó, cómo no, la 

homeopatía, en este caso a través de la Facultad de 

Veterinaria de la Universidad de Córdoba; afortuna-

damente, ya es historia. También hemos denunciado 

pseudopsicoterapias, como cursos de constelaciones 

No es lícito que desde la Universidad se 

promuevan o convoquen actos como misas, 

procesiones o funerales religiosos. Las 

autoridades académicas no deben participar en 

cuanto tales en este tipo de actos

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familiares o un máster de arteterapia.

Bajo  la  coartada  de  la  libertad  de  expresión,  se 

concede crédito al adoctrinamiento, la propaganda, lo 

irracional y la pseudociencia, poniendo en ocasiones 

a esta última en un plano de igualdad con la ciencia 

(serían dos «opiniones»). Es especialmente peligrosa 

la validación universitaria de la superstición y la char-

latanería.

Pero hay que reconocer que, en general, y aunque 

a veces cueste, en el terreno de las pseudociencias 

conseguimos avanzar mucho más que en el del con-

fesionalismo. Quizás contribuya el que en ocasiones 

hayamos organizado cursos de divulgación científica, 

charlas y debates sobre laicismo. A veces hemos co-

laborado en este sentido con ARP-SAPC y Círculo 

Escéptico; hace unos meses, con este curso de verano 

sobre laicismo y escepticismo

5

 organizado conjunta

-

mente en la Universidad de Castilla-La Mancha. Tam-

poco olvidemos que, para la denuncia de pseudocien-

cias en la Universidad, ha destacado la iniciativa de 

un miembro de ARP y Círculo Escéptico, Fernando 

Frías, que creó la magnífica Lista de la vergüenza

6

.

Todo esto sirve para resaltar que el escepticismo y 

el laicismo deben ir de la mano también en la Univer-

sidad, que sigue estando muy necesitada de su vigi-

lancia y sus propuestas.

Notas:

1 https://laicismo.org/campana-por-una-universi-

dad-publica-y-laica/356

2 https://investigacion.ugr.es/informacion/docu-

mentos/legislacion/catedras

3 https://www.desarrolloconsciencia.org/catedra/

4 https://www.lamarea.com/2018/05/18/el-alma-

mater-del-ibex-35/

5 https://www.uclm.es/noticias/noticias2022/junio/

albacete/cv_laicismo_escepticismo

6 https://listadelaverguenza.naukas.com/

El rectorado de la Universidad de Sevilla, convertido en capilla.

Bajo la coartada de la libertad de expresión, 

se concede crédito al adoctrinamiento, la 

propaganda, lo irracional y la pseudociencia, 

poniendo en ocasiones a esta última en un 

plano de igualdad con la ciencia

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UNI Laica denuncia ante el 

Senado la confesionalidad 

del Proyecto de Ley de 

Universidades y reclama 

que esta ampare una 
Universidad pública y laica

El Pleno del Congreso de los Diputados 

aprobó el 22-12-2022 el Proyecto de Ley de 

Ordenación del Sistema Universitario (LOSU) 

por una apretada mayoría absoluta, y ahora 

continuará su tramitación en el Senado. UNI 

Laica (Asociación por la Defensa de una 

Universidad pública y Laica) ha enviado a 

todos los grupos parlamentarios del Senado 

un escrito en el que denuncia que el Proyecto 

de Ley contiene disposiciones confesionales 

y discriminatorias, y que no incluye artículos 

o disposiciones que terminen con el 

confesionalismo universitario actual, ni que 

defiendan  suficientemente  la  Universidad 

pública de intereses privados, ya sean 

religiosos o mercantiles.

Denunciamos, en primer lugar, que exis-

ten disposiciones discriminatorias por razón 
de religión, que por tanto chocan con el art. 
37 del propio Proyecto de Ley, y con el art. 
14 de la Constitución y los art. 2 y 7 de la 
Declaración Universal de Derechos Huma-
nos: en la Disposición adicional cuarta y 

en  la  Disposición  final  décima  primera  hay 

prerrogativas para la Iglesia católica y para 
otras confesiones sobre el reconocimiento 
de determinados planes de estudios y títulos 
académicos.

En segundo lugar, el Proyecto de Ley no 

hace nada por eliminar la confesionalidad 
de la Universidad española actual, en la que 
perviven capillas, simbología cristiana, par-
ticipación de autoridades en actos de culto, 
patronos del santoral, servicios de asistencia 
religiosa, centros episcopales, etc. Además, 
en ocasiones se promocionan ideas y acti-

vidades  de  carácter  pseudo  o  anticientífi

-

co, todo un fraude a la ciudadanía. Incluso 
persisten asignaturas de religión católica en 
los grados de Educación Infantil y Primaria, 
dictadas por la Conferencia Episcopal Espa-

ñola, que habilitan a las y los maestros para 
impartir las asignaturas de religión católica 
en los centros escolares.

En tercer lugar, en el proyecto de LOSU 

no se prioriza el sistema público de universi-
dades, que se halla en decaimiento frente al 
privado, guiado por intereses confesionales 
y/o mercantiles.

Por todo lo expuesto, además de la eli-

minación de las disposiciones confesionales 
mencionadas, pedimos que la LOSU recoja 
artículos o disposiciones en los que conste 
que la Universidad pública será laica. Sin en-
señanzas confesionales, o de promoción de 
cualquier ideología o creencia particular de 
tipo religioso, político o ideológico en gene-
ral, más allá de las convicciones que repre-
sentan valores universales. Se debe excluir 
expresamente la promoción de creencias o 
prácticas de carácter confesional, pseudo-

científico o anticientífico, y prohibir la conce

-

sión de espacios, financiación, presencia de 

simbología, adscripción de centros, partici-
pación de autoridades en actos, emisión de 

comunicados  oficiales  y  otras  actuaciones 

en favor de aquellas convicciones y creen-
cias particulares.

Desde el Estado se potenciarán las Uni-

versidades públicas, por el bien de toda la 
ciudadanía. Tendrán total prioridad frente 

a las privadas en términos de financiación, 

concesión de becas y otros aspectos. Se 
asegurará que la transferencia de conoci-
miento a la sociedad revierta en el bien co-

mún y no en el beneficio empresarial directo.

Actualización (1/2/23): En el día de hoy, 

UNI Laica ha solicitado su comparecencia 
en la Comisión de Ciencia, Innovación y 
Universidades del Senado que trabajará el 
proyecto de LOSU. El senador del Grupo 
Parlamentario Socialista que preside esta 
Comisión mostró interés en la denuncia re-
cibida y, ante la repercusión mediática de 
la denuncia y el apoyo que ha recibido la 
asociación laicista desde diferentes ámbitos 
de la comunidad universitaria, UNI Laica ha 
decidido realizar esta solicitud para poder 
explicar sus propuestas y resolver las dudas 
que tengan sus señorías sobre ellas.