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esde que en 2008 fue concebido el
bitcoin
,
se han desarrollado varios cientos de crip-
tomonedas cuya capitalización, a día de
hoy, está en torno a un billón (un millón
de millones) de euros. Para comparar, el oro está en
torno a los siete billones, mientras que el dinero «nor-
mal» está entre los 6 y los 90 billones, según si solo
se cuentan los billetes y monedas físicos o si se in-
cluyen también las cuentas corrientes y los depósitos,
que es la medida más usada. Con todo, este valor no
da una idea de la importancia de cada activo, puesto
que depende también de su uso. Si una moneda se usa
mucho y cambia de manos una media de cien veces
en un año, será más importante que otra que cambia
solo una vez.
Antes de entrar a valorar si las criptomonedas son,
efectivamente, dinero u otra cosa, conviene entender
qué papel pueden tener como medio de pago, y para
ello necesitamos saber de dónde salen y por qué al-
guien puede preferirlas antes que el dinero oficial. An
-
tes todavía debemos entender qué es el dinero.
No trataré otras características de las criptomo-
nedas, como los costes y tiempos de transacción, la
energía consumida en su minado, la descentralización
o vulnerabilidad frente a ciberataques. Son temas im-
portantes, pero de naturaleza distinta y susceptibles de
cambiar con el diseño de nuevas monedas.
Qué es el dinero
Dinero es cualquier cosa que es aceptada como me-
dio de pago. De esta primera característica se siguen
otras más, como que sea depósito de valor para poder
ahorrar y también unidad de cuenta para poder seguir
la pista de quién tiene cuánto y quién debe a quién.
Una moneda puede dejar de ser dinero si se deja de
aceptar como medio de pago. Esto puede suceder, por
Criptomonedas
Criptomonedas
José Luis Ferreira
Departamento de Economía
Universidad Carlos III de Madrid
¿Moneda, inversión o estafa piramidal?
El anonimato de las transacciones hace
que las criptomonedas sean atractivas
para los pagos en la economía sumergida,
incluidas las actividades ilegales, y en el
blanqueo de capitales
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ejemplo, si la moneda pierde casi todo su valor de-
bido a la inflación o si desaparece el país cuyo ban
-
co central la emitía. Distintas monedas tendrán dis-
tinto nivel de aceptación. Hoy en día, cualquier país
consigue que su moneda sea aceptada dentro de sus
fronteras sin más que imponer un par de normas: su
aceptación obligatoria para cancelar deudas dentro
del país a no ser que se contrate otra cosa y la obli-
gatoriedad de pagar impuestos en esa moneda. Aun
así, en muchos países con monedas débiles hay tran-
sacciones que se prefieren hacer en alguna moneda de
uso internacional o precios marcados en esa moneda.
El nivel de aceptación depende de factores como la
inflación (cómo se deteriora su valor con respecto a
otros medios de pago), la volatilidad (cómo varía su
valor de un periodo de tiempo para otro), el tamaño y
fortaleza de la economía en la que se usa esa moneda
y la credibilidad de las políticas del banco central que
la emite. En el caso del oro, su fortaleza ha venido
dada por su escasez y su apreciación en la orfebrería,
que se ha trasladado desde épocas primitivas a una
apreciación general.
Cuando las monedas dejaron de estar vinculadas
al oro tras la crisis de 1929, los precios aumentaron
en los países occidentales (mayor inflación), pero lo
hicieron de una manera más previsible, sin fuertes
variaciones (menor volatilidad). Esto se debe a que
el banco central puede ajustar mejor la cantidad de
dinero en circulación a las circunstancias de cada mo-
mento (el tamaño de la economía, los cambios en las
tasas de ahorro, etc.). Así se consiguió disminuir la
volatilidad de precios que había con el patrón oro y
que en cada país dependía de sus flujos comerciales
—superávits y déficits— que hacían variar la cantidad
de oro que mantenía y, con ella, cuánta moneda podía
respaldar. De hecho, la posibilidad de estos ajustes es
lo que hizo que el momento del abandono del patrón
oro por parte de las grandes economías tras la crisis
de 1929 sea el mejor predictor de su rapidez en salir
de la crisis
1
.
Qué es una criptomoneda
Casi todas las criptomonedas tienen dos caracterís-
ticas: el minado y el
blockchain
. Veamos cada uno.
Por minado se entiende la manera en que se adquiere
una unidad de la moneda. En el caso del
bitcoin
, cual-
quiera puede obtener una unidad o una fracción de
la moneda sin más que ser el primero en resolver un
problema matemático. En su diseño hay un número li-
mitado de problemas, cada uno más difícil de resolver
que el anterior. Son problemas que se resuelven con
fuerza bruta, por capacidad de computación. Adquirir
bitcoins
se equipara a encontrar oro a base de excavar
en una mina.
Foto de Art Rachen en Unsplash
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El
blockchain
es el sistema de encriptado que per-
mite la asignación de una moneda digital a una per-
sona tras el minado, el reconocimiento de esta asig-
nación, la compra o venta de esta moneda y su uso
como medio de pago, todo ello de manera anónima,
pero manteniendo la seguridad de que las transaccio-
nes son válidas. No puede haber
bitcoins
falsos. El
anonimato de las transacciones hace que las cripto-
monedas sean atractivas para los pagos en la econo-
mía sumergida, incluidas las actividades ilegales, y en
el blanqueo de capitales
2
.
Cuál es el uso de una criptomoneda
En cualquier página dedicada a las criptomonedas
se leerán toda suerte de usos y características de la
moneda. Todo puede ser muy cierto, pero está supe-
ditado a su aspecto económico. La pregunta clave es
cuál es la aceptación de una moneda como medio de
pago. Habiendo cientos de criptomonedas, no será fá-
cil hablar de todas a la vez, pero sí hay dos caracterís-
ticas comunes a todas ellas. La primera es que ninguna
tiene una economía bien definida en la cual funcione
como medio de pago, ni se espera que la tenga en el
corto o medio plazo. La segunda, que el sistema de
minado es ajeno a cuál sea el conjunto de transaccio-
nes en las cuales se emplee la moneda. Es decir, que
el aumento o disminución de su uso tiene muy poco
que ver con la cantidad de monedas que haya. Cual-
quiera de estas dos características es una invitación a
la volatilidad y, en la medida en que el tamaño de la
economía alrededor de una moneda aumente más que
su cantidad, a la deflación (el fenómeno contrario a la
inflación). Ambas cosas se han observado en las mo
-
nedas principales desde su comienzo.
La alta volatilidad hace que la moneda vea dismi-
nuida su demanda como medio de pago. La deflación
de la criptomoneda, al ser un incremento de su valor,
aumenta su demanda como medio de inversión. Por
supuesto, hay más variables que inciden en el valor
de la moneda y su fluctuación, pero las aquí señaladas
son especialmente importantes en las criptomonedas.
Esto es lo que un sencillo análisis económico nos per-
mite predecir y es lo que se observa en la práctica.
Ahora podemos contestar, en la medida de lo posible,
a la pregunta planteada en el título de este artículo.
¿Son dinero las criptomonedas?
Sí, pero su uso como tal es muy limitado. Son muy
pocas las transacciones hechas con estas monedas en
relación a la cantidad de criptomonedas que hay. A pe-
sar del atractivo para las actividades ilegales, la gran
mayoría de los tenedores de criptomonedas lo hacen
como inversión, no para usarlas en actividades ilíci-
tas. Además, las actividades delictivas que usan las
criptomonedas se hacen junto con las monedas tradi-
cionales
3
.
¿Son una inversión?
Son una inversión, en el sentido de que el uso ma-
yoritario de las criptomonedas es mantenerlas como
activo financiero en espera de que su valor suba. Toda
la publicidad alrededor de estas monedas hace mucho
más hincapié en su valor como inversión que como
instrumento de cambio. Por supuesto, la publicidad
siempre es acerca de las bondades del sistema de en-
criptación, el incremento esperado de su valor, la fa-
cilidad para hacer las transacciones y las estrategias
de inversión, nunca acerca de si el valor de la moneda
está garantizado por su uso en una parte bien delimi-
tada y creciente de la economía.
¿Son una estafa piramidal?
En una estafa piramidal, los primeros inversores
tienen beneficios respaldados únicamente por los in
-
versores siguientes. En la medida en que haya nuevos
inversores, su dinero servirá para pagar los beneficios
de los anteriores. Como el número de inversores es
finito, en algún momento dejará de haber inversores y,
sin ellos, los anteriores dejarán de cobrar beneficios.
En ese momento la pirámide se derrumba. En Espa-
ña hemos visto cómo ocurría en el Fórum Filatélico,
donde el aspecto piramidal se escondía en la supuesta
Ninguna tiene una economía bien definida
en la cual funcione como medio de pago,
ni se espera que la tenga en el corto o
medio plazo
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apreciación de los sellos en el mercado mundial. En el
caso de las criptomonedas, no se promete ninguna ga-
nancia. Todo inversor sabe que hay un riesgo asocia-
do, aunque tal vez no tenga una idea clara de la natu-
raleza y magnitud de ese riesgo. Si una criptomoneda
consigue establecerse como moneda, es decir, como
medio de pago en una parte definida de la economía,
su valor puede mantenerse en algún nivel (mayor o
menor que el actual) sin que haya un derrumbe como
en las inversiones piramidales. Si no lo consigue, su
valor seguirá fluctuando y tal vez subiendo durante un
periodo de tiempo imposible de prever antes de que
la gente se pregunte qué es lo que respalda su valor
exactamente (el Fórum Filatélico se mantuvo durante
casi treinta años). Hagan sus apuestas.
¿Y las monedas digitales de los bancos centra-
les?
Varios bancos centrales han creado monedas digi-
tales y otros más están estudiando su emisión, entre
ellos el Banco Central Europeo. Estas monedas difie
-
ren sustancialmente de las criptomonedas privadas.
Basta entender que, por ejemplo, la rupia digital india
está ligada en valor a la rupia india. Que sea digital
únicamente implica unas propiedades distintas, como
distintas son las propiedades de una rupia en billete,
en un monedero electrónico o en una cuenta corrien-
te. Las monedas digitales de los bancos centrales no
tendrán los problemas de fluctuación de las criptomo
-
nedas y podrán ofrecer comodidad, anonimato y segu-
ridad en las transacciones, según la manera concreta
en que se diseñen.
Notas:
1.
Hay muchos estudios sobre de ese periodo de la
historia. Un buen resumen del estado de la cuestión
es: Bernake, B. y H. James (1991), The Gold Stan
-
dard, Deflation, and Financial Crisis in the Great De
-
pression: An International Comparison». Capítulo 2,
en
Financial Markets and Financial Crises.
R. Glenn
Hubbard, editor. University of Chicago Press. Se pue
-
de consultar en https://www.nber.org/system/files/
chapters/c11482/c11482.pdf.
2. Por ejemplo: Leuprecht, C., E. Jenkins y R. Ha
-
milon (2023), Virtual Money Laundering: Policy Im
-
plications of the Proliferation Use of Cryptocurrency.
Journal of Financial Crime
, 30:4.
3. Por ejemplo: C. Dion-Schwarz, D. Manheim, P.
B. Johnston (2019),
Terrorist Use of Cryptocurren-
cies
. Rand Corporation. https://books.google.es/boo
ks?hl=es&lr=&id=92yRDwAAQBAJ&oi=fnd&pg=PP1
&dq=use+of+cryptocurrency&ots=kJBZg_gUZS&sig
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