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Invierno 2024
En julio
volvieron
los ovnis
Prof. Dr. Félix Ares de Blas
Ovnis, fanis y Bing-ChatGPT
De oca a oca
Foto de Albert Antony en Unsplash
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E
l 26 de julio de 2023, en Estados Unidos
comenzó una audiencia en el Subcomité de
Seguridad Nacional, Fronteras y Asuntos
Exteriores titulada
Fenómenos anómalos no
identificados: implicaciones para la seguridad nacio
-
nal, la seguridad pública y la transparencia guberna
-
mental
1
.
Esta audiencia ha hecho que el mundillo ovni se
haya avivado. Me resulta imposible exponer ni siquie-
ra una pequeña parte de las muestras de avivamiento
que se han producido. Por poner algunas de las signi-
ficativas, destaco que en el Parlamento de México el
conocido farsante de los ovnis Jaime Maussan ha pre-
sentado en la Cámara de diputados dos cajas conte-
niendo cuerpos extraterrestres
2
y que nuestra querida
NASA «… nombra un director de investigación sobre
ovnis ante “uno de los mayores misterios de nuestro
planeta”»
3
. Parece que el periódico
El País
, con una
clásica seriedad científica, ha sucumbido al más bur
-
do de los mitos. ¿Qué credibilidad podremos dar a
El
País
cuando nos hable del cambio climático —o lo
que se dice ahora: catástrofe climática— o cuando nos
hable de energía o, por ser mucho más político, cuan-
do nos hable de Sánchez o de Feijoo?
En algunos sitios he visto que los creyentes en ex-
traterrestres consideran un gran triunfo la audiencia
en EE. UU., puesto que significa un reconocimiento
implícito de que los extraterrestres existen. Incluso he
leído que era la primera vez que se hacía una audien-
cia gubernamental sobre este tema, lo que es palpa-
blemente falso. Lo que sí es cierto es que hacía más de
cincuenta años que no se hacían, pero en el pasado se
habían hecho varias. La última acabó en 1969, aunque
había comenzado en 1966 y había sido organizada por
el entonces senador Gerald Ford, que fue luego el tri-
gésimo octavo presidente de Estados Unidos
4
Hay algunas cosas que debemos observar. La pri-
mera es el subcomité en el que se hace: Seguridad
Nacional y Fronteras. ¿Qué tiene de raro que, si al-
gunas personas han visto en el cielo cosas que no son
capaces de explicar, el subcomité quiera saber si son
peligrosos para la seguridad del país? No solamente
querrá saber, es su obligación saberlo.
La segunda cosa es que no han hablado de ovnis
sino de Fenómenos Anómalos No Identificados (
fa-
nis
). Hace ya varios años que organismos oficiales en
Estados Unidos, incluyendo la NASA
5
, han huido de
la palabra
ovni
y se han decantado por
fani
. Hay ra-
zones técnicas; por ejemplo, que no siempre se trata
de objetos, a veces son otras cosas, por eso el nom-
bre más genérico de
fenómeno
parece más apropiado.
Con la A de anómalo ocurre lo mismo, no solo se trata
de fenómenos que vuelan; con la nueva denominación
se hace más general, lo que —en mi opinión— creo
que es malo, pues abre tanto el abanico de posibles
«cosas de estudio» que va a ser absolutamente impo-
sible saber qué van a investigar, aunque creo, lo he
leído en algún sitio, que tras el cambio de nombre está
el hecho de evitar que se asocie a naves extraterrestres
y a teorías de la conspiración
6
. Una prueba indirecta
de ello es que al principio de la audiencia el republi-
cano Tim Burchett dejó claro que «no [iba a] traer a la
audiencia hombrecitos verdes ni platillos voladores»
7
.
Comprendo el motivo de cambiar de ovni a
fani
,
pero creo que con ello han hecho un flaco favor a la
ciencia. Me explico. Para poder estudiar de un modo
serio
algo
, lo primero que debemos tener claro es qué
es ese
algo
, o al menos describirlo de tal modo que
otros investigadores sepan si están ante ese
algo
o
ante otra cosa. Ahora vean ustedes «No Identificado».
¿De qué hablamos? ¿De una bruja con escoba?, ¿de
una virgen que se aparece en el cielo?, ¿de un objeto
astronómico?, ¿de un desconocido fenómeno meteo-
rológico?, ¿de un avión experimental?… Las posibi-
Hace ya varios años que organismos oficiales
en Estados Unidos, incluyendo la NASA, han
huido de la palabra ovni y se han decantado por
fani
. Tras el cambio de nombre está el hecho de
evitar que se asocie a naves extraterrestres y a
teorías de la conspiración
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lidades son inmensas. Y no hay ninguna forma de que
diversos investigadores sepan si investigan lo mismo.
Ese era el problema con
ovni
, ahora compliquémoslo
más con
Fenómeno Anómalo
. Si un individuo dice do-
blar cucharas con la mente, ¿lo tienen que investigar o
no? Si un individuo dice que mueve dados con el pen-
samiento, ¿hay que investigarlo o no? Y así un casi in-
finito etcétera. Así que mi pregunta es evidente,
¿qué
demonios estudian los que estudian los
fanis
?
¿Hay
alguna forma de que grupos independientes lleguen a
investigar los mismos objetos o fenómenos? Adelanto
la respuesta: sin una definición positiva,
NO
. Y
No
Identificado
es una respuesta negativa.
Aunque ahora se haya avivado el avispero, en rea-
lidad los ovnis no se habían ido nunca. El ovni, enten-
dido como nave extraterrestre, es un mito totalmente
consolidado y enraizado en nuestra cultura y, haga-
mos lo que hagamos, no va a desaparecer. En el final
de mi libro
La Sábana Santa: ¡Vaya Timo!
sostengo:
«Un buen mito nunca muere». No me cabe la menor
duda de que los ovnis-extraterrestres son un magnífi
-
co mito. Por lo tanto, un cambio de nombre no lo hará
desaparecer.
Llevo más de cincuenta años siguiendo la histo-
ria de los ovnis. Si fuera un poco más cínico, en vez
de
siguiendo
diría que
perdiendo el tiempo
.
Ovni
era
aséptico. Era una buena palabra para describir Ob-
jetos Volantes No Identificados. El problema surgió
cuando
ovni
se identificó con
PONEBID
(Portentosa
Nave Extraterrestre con Bicho Inteligente Dentro)
8
.
Ya saben ustedes de nuestra innecesaria dependen-
cia del inglés para casi todo. No podíamos decir ovni
sino la
más culta
UFO. Y a los que estudiábamos los
ovnis nos llamaban ufólogos, lo que, sin duda, me
causaba urticaria. Yo no estudiaba la cultura estadou-
nidense, mal llamada
americana
. Yo estudiaba Obje-
tos Volantes No Identificados. Un estudio digno y del
que no había que avergonzarse. Yo era
ovnílogo
. A
mucha honra. Estudiaba ovnis, no naves extraterres-
tres, alienígenas verdes o abducidos.
Harto de tanta estupidez, en un artículo propuse que
a los ovnis los llamáramos por su nombre inglés: UFO
y que pusiéramos delante la palabra PORTENTOSO
[o
portentous
]. Es decir, hablar de los Portentosos
UFOS, o más corto, de los
PUFOS
. Sé, por desgra-
cia, que mi juego de palabras jamás será traducido al
inglés y que «se perderá como lágrimas en la lluvia».
El lenguaje evoluciona de un modo vertiginoso.
Por eso estoy seguro de que, por mucho que se esfuer-
cen, en muy poco tiempo, para la mayoría de la gente
fani
será equivalente a
PONEBID
. ¿Se apuestan algo?
El consenso actual de que no hay que ofender a nadie
es equivalente a que hay que aceptar sin inmutarse lo
que piensa la mayoría. No puede haber voces diso-
nantes. O sea, que negar que haya prueba de que los
fanis
sean
PONEBID
, te sumerge en el mundo de los
que ofenden, de los marginados, de los condenados al
ostracismo, o algo peor. Sufro por la humanidad, pues
su progreso siempre fue el producto de personas que
no pensaban como la mayoría. Personas raras y es-
trambóticas que opinaban
otras cosas
. Estamos ante
una nueva «inquisición» que dice lo que es correcto
pensar y lo que no.
Pero volvamos a los
PUFOS
. Estos días, siendo ab-
Imagen de ksallen010 en Pixabay
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solutamente masoquista, he estado viendo los TikTok
sobre los ovnis. ¡Demencial! Salvo rarísimas y escasas
excepciones, siempre repiten los mismos argumentos,
que podríamos resumir así:
Con lo enorme que es el
universo, ¿crees que somos la única vida inteligente?
Mi respuesta siempre es la misma: No, no tengo ni
la menor idea de si somos la única vida inteligente o
no. Pero como no sabemos cómo se originó la vida en
la Tierra, considerarla enormemente extendida o limi-
tada a un puñado de planetas es igual de defendible;
que haya vida no significa que haya vida inteligente;
que haya vida inteligente no significa que haya vida
tecnológicamente avanzada; y que haya vida tecnoló-
gicamente avanzada no significa que nos visiten como
si fuéramos Benidorm. Y, sobre todo, lo que defiendo
es que
no hay pruebas
.
TikTok —salvo rarísimas excepciones, como ya
he dicho—, en mi humilde opinión, nos hunde en lo
chabacano. Es la exaltación de lo vulgar, de lo barrio-
bajero, de lo carcelario y de lo cutre. Si me permiten
la discrepancia, es lo contrario a la Ilustración. Es el
triunfo de la anticiencia.
Hoy, miremos donde miremos, nos encontramos
con fes de nuevo cuño. La fe en el extraterrestre es
una de ellas, pero no es la única. La fe en el
cam-
bio climático
como origen de todos nuestros males.
La lucha contra el CO
2,
es heroica. Ignorantes, con
diploma de ignorante
cum laude
, como Greta Thun-
berg, se permiten pontificar sobre lo malos que so
-
mos los humanos y lo bueno que es el planeta. ¿Qué
planeta? ¿Qué narices le importa a nuestro planeta la
actividad humana? Esa visión sesgada, inocente, no
permite identificar, de verdad, los problemas reales de
la humanidad. Y me gustaría que quedase claro que a
nuestro planeta le importa un comino la humanidad.
Los planetas no tienen sentimientos. ¿O usted había
pensado otra cosa?
Permítanme que hable de otro de los mitos de nues-
tra época, la inteligencia artificial (IA), cuyo elemento
más destacado es ChatGPT.
Siempre he defendido la inteligencia artificial como
una forma de ayudar en las actividades humanas. De
hecho, hace doce años que escribí un libro, que se pu-
blicó en la editorial Ariel, que se titulaba
El robot ena-
morado. Una historia de la Inteligencia Artificial
9
.
Realmente el título fue una
sugerencia
del editor. Yo
lo había titulado
¡Que inventen ellas (las máquinas)!,
pero al editor no le gustó. Observen que mi título su-
giere que las máquinas pueden tener inventiva y crear
cosas nuevas, por lo que me convierto, para la ortodo-
xia, en un nuevo hereje un poco gilipollas.
Estos últimos meses he leído tanto y tan contradic-
torio sobre las IA generativas (estilo ChatGPT) que
quiero dar mi opinión.
—Pero, Félix, ¿no estábamos hablando de ovnis y
fanis
?
Sí, así es, pero dame un poco de espacio. Por un
lado, he leído muchas veces que los nuevos progra-
mas estilo ChatGPT se van a cargar cientos de profe-
siones y que los humanos vamos a quedar para hacer
de camareros, barrenderos o poco más. Por otro lado,
he leído que ChatGPT no es nada más que un
loro
estocástico
. Añadiría a ese
nada más
un
y nada me-
nos
. Porque es tremendamente sorprendente lo que es
capaz de hacer un
loro estocástico
.
Mi primer
loro estocástico
lo programé en For-
tran, cuando estudiaba
Teleco
, en 1965, siguiendo
una idea de Claude Shannon, el padre de la teoría de
la información. El segundo lo programé en APL
10
en
1972, cuando trabaja como becario de posgrado en la
Universidad Autónoma de Madrid en el
Madrid IBM
Scientific Centre
. Mi loro hacía poesías, algunas de
las cuales fueron publicadas en las revistas técnicas
de la época. De aquellas, en las que el algoritmo se
inventaba palabras tales como
acuazul
o
gracilen
-
cios
, hasta la coherencia lingüística que proporciona
¿Qué demonios estudian los que estudian
los
fanis
? ¿Hay alguna forma de que grupos
independientes lleguen a investigar los mismos
objetos o fenómenos? Adelanto la respuesta: sin
una definición positiva, NO
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ChatGPT —y que estrictamente hablando no me atre-
vería a llamar algoritmo—, hay un largo trecho. Tan
solo
hemos necesitado cincuenta años de desarrollo.
Permítanme que me explique con lo de
algoritmo
.
Se supone que un algoritmo es una receta inamovi-
ble. Las redes neuronales generativas aprenden de la
experiencia. Por supuesto que el aprendizaje lo hacen
uno o varios algoritmos, pero a diferencia de un algo-
ritmo clásico, aquellos se van modificando de acuerdo
con su aprendizaje, con su experiencia vital. Si nos
empeñamos en llamar a eso
tan solo un algoritmo
,
les ruego que mediten un momento en qué hacemos
nosotros. ¿No aprendemos de nuestra experiencia?
¿Ese aprendizaje no lo hacen algoritmos neuronales,
tal vez algoritmos bioelectroquímicos, pero algorit-
mos al fin y al cabo? Una cosa es que no conozcamos
en detalle esos algoritmos y otra muy distinta que no
existan. Y mucho menos invocar a seres espirituales
como el alma, o las estupideces de mecánica cuántica
de Roger Penrose y su búsqueda
científica
del alma
11
¿Por qué será que sus
ideas
me recuerdan a Madame
Blavatsky?
Pensaba que los catastrofistas que veían en ChatGPT
el fin del mundo o, al menos, el fin de muchas profe
-
siones, estaban equivocados, y que sí podían ayudar a
los humanos a ser más productivos.
Lo quise probar y traté de hacer que Bing-ChatGPT
me ayudara a hacer una de mis columnas semanales
en el
Diario Vasco
. Le planteé el tema y me hizo una
columna excelente. Pero, como sé de la tendencia de
ChatGPT a inventarse datos, tuve que verificar cada
una de sus afirmaciones. Verificarlo me llevó más
tiempo del que dedicaba habitualmente a cada una de
mis columnas. Es decir, ni siquiera como ayuda dis-
minuye mi carga de trabajo.
—Perdón, Félix, y toda esta cháchara, ¿qué tiene
que ver con los ovnis y los
fanis
?
¡Calma! Perdón, ya voy al tema. Quise que Bing-
ChatGPT me hiciera una entrada en mi blog —sí, ca-
ramba, también tengo varios blogs— sobre la audien-
cia que tuvo lugar en la Cámara de Representantes
de Estados Unidos en la que se habló de ovnis y de
fanis
. La respuesta fue desconcertante e hilarante. Lo
que me dijo es que en la Cámara se enfrentaron dos
senadores: uno que se llamaba Ovnis y otro que se
llamaba Fanis y que se enzarzaron en una gran discu-
sión. Preguntando lo mismo en inglés, la respuesta fue
mucho más coherente. Seamos serios, ¿creen ustedes
que un
loro
que es capaz de cometer semejantes bu-
rradas puede sustituirnos en algo?
Ya acabo, pero antes de hacerlo quiero introducir
un último tema. Si nos atenemos a lo que se publica
mayoritariamente, la única inteligencia artificial que
existe son las redes neuronales
transformers
genera-
tivas, los
loros estocásticos
. Permítanme recurrir de
nuevo a mi libro
El robot enamorado
. Las redes neu-
ronales son
una
forma de hacer inteligencia artificial,
pero hay otras que han demostrado sus valores. Por
ejemplo, los llamados
sistemas expertos
, en los que
mediante reglas lógicas (
IF THEN
) se consigue intro
-
ducir el saber de los expertos en un programa. Una de
las enormes diferencias entre los sistemas expertos y
las redes neuronales es que los primeros son capaces
de explicarse y decir por qué han dicho lo que han
Foto de Oliver Bataille en Flickr (https://www.flickr.com/photos/obataille/)
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dicho, mientras que las redes neuronales son una
caja
negra
que contesta, pero en las que es sumamente difí-
cil saber por qué lo ha dicho. Aunque hay que recono-
cer el mérito de IBM que en su jugador de Jeopardy
12
utiliza un sistema híbrido, redes neuronales-sistemas
expertos que permite, hasta cierto punto, saber por
qué la máquina ha decidido lo que ha decidido.
Y no quiero que se nos olvide la
programación ge
-
nética
, con la que se han hecho miles de dispositivos,
desde antenas para satélites hasta redescubrir las leyes
de Kepler. Voy a dedicar un poco de espacio a esto
último. A un algoritmo de programación genética, que
basa su teoría en la selección natural de Darwin, se le
suministraron los datos del movimiento de Marte en
las tablas de Tycho Brahe. Los algoritmos genéticos
fueron evolucionando y en la generación 600 produ-
jeron las leyes de Kepler en la notación newtoniana y
todas las generaciones posteriores dieron lo mismo;
es decir, ya habían llegado a la mejor fórmula posible.
A Kepler le costó decenas de años de estudio. Al pro-
grama genético, unas horas.
Si esto no es
creatividad
, como dicen los detrac-
tores, que venga Dios, o los dioses, —en los que no
creo— y lo vean. Y no, no eran redes neuronales
transformers
generativas.
Hay inteligencia artificial más allá de las redes neu
-
ronales.
Un fuerte abrazo.
Notas
:
1. Comunicado de prensa del gobierno americano.
Comité de Vigilancia y Responsabilidad. https://over
-
sight.house.gov/release/national-security-subcom
-
mittee-to-hold-hearing-on-unidentified-anomalous-
phenomena%EF%BF%BC/
2. Guerreros, Teresa
. Un ufólogo muestra en la Cáma-
ra de Diputados de México dos supuestos extraterrestres:
“Es una farsa, un burdo montaje”.
El Mundo. Madrid. 14
de septiembre de 2023.
3. Jiménez, Miguel. «La NASA nombra un director
de investigación sobre ovnis ante “uno de los ma-
yores misterios de nuestro planeta”»
.
El País
. 14 de
septiembre de 2023.
4. https://en.wikipedia.org/wiki/2022_United_Sta
-
tes_Congress_hearings_on_UFOs
5. Redacción Newtral.
Los FANI sustituirán a los
ovnis: qué son y por qué ahora la inteligencia de Estados
Unidos quiere llamarlos así. https://www.newtral.es/fani-
ovnis-inteligencia-estados-unidos/20230213/
6. Redacción Mag US.
Qué son los FANI o UAP y
en qué se diferencian de los ovnis | RESPUESTAS | MAG.
(elcomercio.pe)
https://mag.elcomercio.pe/respuestas/
us/que-son-los-fani-o-uap-y-en-que-se-diferencian-
de-los-ovnis-nnda-nnlt-noticia/
7. Epstein. Kayla.
UFOs and aliens bring a divi-
ded US Congress together
BBC News. 26 de julio de
2023.https://www.bbc.com/news/world-us-cana
-
da-66320498?
8. Ciencia 15 (Blogalia.com). http://ciencia15.blo
-
galia.com/historias/4147
9. Ares, Félix (2008)
El robot enamorado. Una historia
de la inteligencia artificial
. Editorial Ariel.
10. https://es.wikipedia.org/wiki/APL
11. Infobae.
Científicos confirman la existencia del
alma y aseguran que ésta no muere sino que regresa al uni-
verso.
https://www.infobae.com/mix5411/2018/03/26/
cientificos-confirman-la-existencia-del-alma-y-asegu
-
ran-que-esta-no-muere-sino-que-regresa-al-universo/
12. Redacción BBC Mundo.
Supercomputadora de
IBM vence a campeones de Jeopardy.
https://www.bbc.
com/mundo/noticias/2011/02/110217_ibm_computa
-
dora_jeopardy_en
Las redes neuronales generativas aprenden de
la experiencia. Por supuesto que el aprendizaje
lo hacen uno o varios algoritmos, pero a
diferencia de un algoritmo clásico, aquellos se
van modificando de acuerdo con su aprendizaje,
con su experiencia vital