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s frecuente denominar 

negociación

 a sim-

ples estrategias que buscan crear confusión 

y conseguir beneficios para unos con pérdi

-

das para otros. La negociación es una técnica 

que comprende un conjunto de partes necesarias para 

resolver situaciones conflictivas 

negociables

. Una ac-

titud escéptica respecto al valor de las maniobras de 

engaño  consigue  acuerdos  más  beneficiosos  incluso 

para los que pretenden solo ganar manipulando emo-

ciones.

En octubre de 1962, la presencia de misiles atómi-

cos en suelo cubano marcó el instante más peligroso 

de la Guerra Fría. Durante la crisis se intercambiaron 

declaraciones de los gobiernos de Estados Unidos y 

de la Unión Soviética. Una de ellas, procedente de 

Jruchov, decía lo siguiente: «Estamos dispuestos a re-

tirar de Cuba los medios que ustedes consideran ofen-

sivos […] por su parte, considerando la incomodidad 

y el nerviosismo del Estado soviético, retirará[n] sus 

medios análogos en Turquía»

1

. ¿Era esto una negocia-

ción?  No, 

era solo una parte

, era el comienzo de una 

negociación compleja. Poco antes parecía imposible 

negociar.

El 24 de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania. 

Regatear 

no es negociar

Augusto González Ispizua

Profesor de cursos de negociación

El arte de buscar la satisfacción

de intereses contrapuestos

A finales de los setenta se empezó a 

estudiar la negociación como una disciplina 

integrada en otras ciencias sociales, con 

metodología concreta y muy diferente al 

simple e insuficiente regateo

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Algunos políticos de varios países declararon ante los 

medios que esa guerra debía pararse cuanto antes 

ne-

gociando

. ¿Acabar con esa situación era 

negociable

No

; faltaban los componentes indispensables para que 

existieran negociaciones.

«Todo es negociable». Esta afirmación, muy divul

-

gada porque es fácil de recordar, es falsa. Para que un 

conflicto de intereses tenga una solución negociada, 

han de darse condiciones concretas que hagan posible 

la negociación.

Desde  1960  existió  en  Colombia  el  conflicto  ar

-

mado más antiguo de Latinoamérica. Las FARC-EP 

(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-

Ejército  del  Pueblo)  mantuvieron  con  el  estado  co

-

lombiano una lucha armada con grandes daños huma-

nos y materiales para todas las partes. Durante esos 

terribles años se organizaron secuestros, extorsiones, 

atentados terroristas, asesinatos, ejércitos paramilita-

res y además había aumentado el cultivo y tráfico de 

drogas. Ninguna de las partes se impuso militarmente 

a la otra. Después de un débil intento negociador, se 

consultó a la población si estaba de acuerdo en seguir 

ese  camino  para  parar  el  conflicto.  El  resultado  fue 

que no se aceptaba —aunque por pequeña mayoría— 

tal y como se planteó la consulta. Parecía imposible 

un enfoque negociador para terminar con el conflicto 

armado. Ese posible enfoque estaba dificultado por la 

existencia de diversos intereses contrarios. 

Las conversaciones sobre una solución negociada 

continuaron en La Habana —habían empezado años 

antes en Oslo— y terminaron el 24 de diciembre de 

2016  con  un  acuerdo  complejo  pero  definitivo  que 

puso fin a tantos años de durísima lucha armada. El 

27 de junio de 2017 los guerrilleros de las FARC en-

tregaron las últimas armas, según lo acordado con el 

gobierno de Colombia en representación del estado 

colombiano

2

.

¿Por qué entonces si se podía negociar y pocos 

años antes no? ¿Qué había cambiado?

Hay muchas situaciones conflictivas que afectan a 

gran número de personas a la vez y otras muchas y 

cotidianas que, aunque implican a grupos pequeños, 

producen graves dificultades para las actividades pro

-

fesionales e incluso privadas de los seres humanos.

Todos sabemos que las personas somos egoístas, 

salvo excepciones, y, aunque son evidentes los bene-

ficios de la cooperación en vez de la competición para 

resolver  conflictos,  a  menudo  se  utiliza  la  competi

-

ción o la fuerza en vez de la negociación cooperativa. 

Howard Raiffa afirmaba «No somos una sociedad de 

suma cero, no es verdad que lo que uno gana otro ten-

ga necesariamente que perderlo. El problema es que a 

menudo actuamos como si ese fuera el caso»

3

.

Una actitud escéptica respecto a la búsqueda de so-

luciones que no se conforma con estilos tradiciona-

les —que se han mostrado ineficaces— debe tomarse 

la molestia de localizar enfoques más útiles para las 

partes implicadas en conflictos más beneficiosos in

-

cluso para los que acostumbran a competir en vez de 

cooperar. 

Aunque la negociación es muy antigua, el estudio 

y desarrollo de habilidades para mejorar resultados 

es reciente, la mayoría de los esfuerzos académicos 

o profesionales estaban enfocados a obtener ventajas 

Foto de Sora Shimazaki en Pexels

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con trucos y mañas que funcionan si la otra parte no 

tiene experiencia y que no garantizan que se respeten 

los acuerdos alcanzados de esta forma. A finales de 

los setenta se empezó a estudiar la negociación como 

una disciplina integrada en otras ciencias sociales, 

con metodología concreta y muy diferente al simple 

e insuficiente regateo.

John Nash, matemático premiado en 1994 con el 

galardón de Economía, equiparado a los premios No-

bel, por su generalización de la Teoría de Juegos, fue 

muy útil para el análisis de la negociación

4

, así como 

Thomas C. Schelling, laureado en 2005 con el mismo 

premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas 

en memoria de Alfred Nobel, por sus aportaciones so-

bre la naturaleza y tratamiento de los conflictos, polí

-

ticos, internacionales o personales

5

.

A menudo se utiliza intuitivamente la locuacidad o 

solo el regateo en negociaciones complejas y es fre-

cuente medir el éxito del resultado con la «sensación 

de haber vencido a alguien». Las experiencias con ne-

gociaciones «emocionales» pero sin técnica adecuada 

resultan en que no se ha identificado todo el valor dis

-

ponible y que los acuerdos no se respetan. Frecuente-

mente no se utiliza un método eficaz para negociar y a 

veces ninguna de las partes tiene un método.

Negociar no es una técnica para conseguir que la 

otra parte haga lo que yo quiero. No es solo la habili-

dad de persuadir a otros o de manipularlos. No es algo 

basado en la locuacidad o en el manejo interesado de 

palabras y trucos. Ante estas intenciones lo óptimo es 

una actitud escéptica confiando en 

razones 

y

 eviden-

cias

, no en emociones.

¿Qué es negociar? ¿Cómo negociar?

Negociar es un proceso para encontrar un acuerdo 

que satisfaga los intereses de las partes mejor que si 

no negocian. 

Es un proceso

Una buena técnica de negociación 

requiere varias etapas que no se pueden obviar si se 

desean resultados duraderos y suficientes. Una de las 

partes menos atendidas es la 

preparación

. La prepa-

ración incluye no solo lo que se dirá durante la ne-

gociación y cómo persuadir a la otra parte para que 

ceda a nuestro favor, sino que se debe aprovechar para 

analizar con precisión nuestros límites y estimar, lo 

mejor posible, los de la otra parte

6

.

Para encontrar

.

 No es vencer a nadie. Es localizar 

de forma creativa soluciones para las partes. Se trata 

de buscar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Es 

un juego de análisis e ingenio.

Que satisfaga los intereses de las partes.

 

Porque

 

al

 

hacerlo así

 

se está trabajando a favor de que se respe-

ten los acuerdos que se alcancen. Aunque es evidente 

que los acuerdos complejos han de ser bien descritos 

y documentados con los requisitos legales necesarios, 

la mayor fuerza que hace que los acuerdos negociados 

se cumplan y perduren es que las partes estén intere-

sadas en cumplirlos por razón de satisfacción de sus 

intereses, aún más que por razones legales.

Mejor que si no negocian

Las partes están nego-

ciando para mejorar su situación, no para admitir un 

acuerdo que no mejore lo que tienen sin negociar. Este 

razonamiento, aparentemente trivial, es a menudo no 

tenido en cuenta por aquellos que se dejan impresio-

nar por trucos basados en amenazas o falso desinte-

rés; si estamos negociando es porque nos necesitamos 

mutuamente, y no hay negociación si alguna de las 

partes no puede decir que no. También en esto se tie-

nen mejores resultados por el camino de la razón y de 

las evidencias, en vez de solo por el de las emociones.

Interdependencia

El origen de este concepto está 

en el trabajo de Neumann que analiza la toma de de-

cisiones de forma matemáticamente predecible. En su 

origen el concepto de Teoría de Juegos era de difícil 

aplicación a la práctica empresarial, pero gracias a las 

aportaciones de J. Nash y T. Schelling  se hizo utili-

zable en aspectos concretos de decisiones estratégicas 

—en el sentido de actuaciones planeadas— en el en-

torno de las negociaciones complejas.

Negociar no es una técnica para conseguir 

que la otra parte haga lo que yo quiero; es 

un proceso para encontrar un acuerdo que 

satisfaga los intereses de las partes mejor 

que si no negocian

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Existe 

interdependencia

 entre varias partes cuando 

los valores conseguidos dependen de la combinación 

de las decisiones tomadas. Ninguna parte puede ob-

tener valor por sí sola sin las decisiones de las otras 

partes.  Esta  situación  (de  interdependencia)  no  está 

originada por la voluntad de las partes, es un hecho 

resultado de razones y condiciones externas a los par-

ticipantes. Si no hay interdependencia, no tiene sen-

tido iniciar una negociación y es importante destacar 

que, aunque la interdependencia es imprescindible, no 

es suficiente para negociar. Han de existir otras condi

-

ciones necesarias también

7

.

En  definitiva,  desconfíe  de  quienes  afirman  que 

«todo es negociable» o de aquellos que argumentan 

que «es la otra parte la que no quiere hacer lo que yo 

necesito». La negociación es una técnica de búsqueda 

de satisfacción de intereses contrapuestos, distintos, 

aparentemente incompatibles, pero que, 

si son nego-

ciables

, tienen siempre espacio suficiente para resol

-

verse satisfactoriamente para las partes. 

Un político experto en negociación nunca pediría 

a  ningún  gobierno  democrático  (legal)  que  negocie 

la independencia de una parte del territorio, si eso no 

está en el poder de decisión de cualquier gobierno, por 

razones concretadas en las leyes y la Constitución del 

país. Las ideologías de cualquier carácter son opues-

tas a la razón y a las evidencias. Negociar es una téc-

nica, nunca una imposición de fuerzas para que los 

acuerdos perduren. 

Solo se puede abordar la resolución de un conflicto 

con negociación cuando las partes tienen el poder de 

decidir, todas las partes saben lo que es negociar y por 

lo tanto el resultado final no será vencer sino encon

-

trar satisfacción suficiente de intereses de todos.

¿Es complicado? No. Es que todo lo que merece la 

pena requiere un esfuerzo.

Notas:

1. Serhii Plokhy. 

Locura nuclear.

 Ed. Turner. 2022.

2. Aquella  negociación  no  incluyó  a  otra  guerrilla 

activa  en  Colombia:  el  ELN  (Ejército  de  Liberación 

Nacional). Desde el año 2022 se conocen ciertos in

-

tentos de las partes para iniciar una posible negocia-

ción de paz. Es importante destacar que no todos los 

detalles  del  conflicto  han  podido  ser  resueltos  pero 

la parte más intensa de la guerra interna si se paró 

definitivamente.

3. Raiffa, Howard. 

El arte y la ciencia de la Nego-

ciación

. Fondo de Cultura Económica. 1991.

4. Nasar, Sylvia. 

Una mente prodigiosa

. Debolsillo. 

2012.  Con  amplia  biografía  que  incluye  descripción 

de sus teorías

5. Thomas C. Schelling.

 The Strategy of Conflict. 

Harvard Univ. Press. 1981.

6. Uno de los puntos que un buen análisis inicial 

debe aclarar es si las partes tienen poder real de de-

cisión sobre lo que se negocia. Un ejemplo es exigir a 

un gobierno que negocie algo que no es constitucio-

nal en su país y por tanto no puede decidir negociar 

en ningún caso.

7. Schelling  identifica  tres  situaciones  de  inter

-

dependencia: a) Puro conflicto, b) Cooperación y c) 

Mixta.  En  situaciones  b)  y  c)  es  posible  cooperar  y 

negociar; en la a) no es posible.

John Forbes Nash, foto de Peter Badge en Wikimedia Commons