Edición 2012 - Número 258
Daniel Millet
(Noticia publicada originalmente en el diario La Opinión de Tenerife).
Lenguas de vacas, velas a medio consumir, sábanas blancas con restos de sangre, tripas de animales, cáscaras de cocos... Un guarda privado del coto de caza de San Andrés se ha encontrado en los últimos meses indicios de que el Barranco de El Cercado se ha convertido en un foco de prácticas de santería y brujería, incluido el sacrificio de animales.
El último caso, ocurrido el pasado martes, es el más grave, subraya este guarda: él mismo y la Policía Local han denunciado a dos mujeres y un hombre por maltrato de animales tras sacrificar a cuatro gallinas y dejar los cuerpos decapitados al lado de la carretera.
Al guarda y a los agentes que localizaron a estas tres personas les extraña que muchas de estas prácticas se realicen a plena luz del día y en zonas cercanas a la carretera. Tampoco saben qué tiene el Barranco de El Cercado, en pleno barrio de San Andrés, que atrae a los seguidores de la religión afrocubana. De hecho, dos de los tres denunciados iban vestidos completamente de blanco, señal de que realizaban una promesa para ahuyentar algún mal o enfermedad. Se trata de una mujer de 57 años, su hija de 27 y un hombre de 26.
El guarda vigilaba por la mañana el coto de caza, que también coge parte del barranco, cuando vio a estas tres personas reunidas alrededor de los cuerpos ya degollados de las gallinas. Al percatarse de la presencia del guarda, estas tres personas abandonaron el ritual y se marcharon en un coche hacia el pueblo de San Andrés. Fue allí donde los localizó la Policía. Tras interrogarlos, reconocieron ser los responsables de las muertes de las gallinas. En el coche llevaban restos de animales, cuchillos y palos.
Indicios de la celebración de este tipo de rituales aparecen con cierta frecuencia en barrancos y montes de toda la Isla, pero el Barranco de El Cercado se ha convertido en un lugar predilecto especialmente para los santeros. La santería no está prohibida, si bien sus practicantes se exponen a una sanción por el sacrificio de animales como gallinas, cerdos o cabritos.
Las tiendas que venden velas, sándalos y amuletos han proliferado en la capital en los últimos años con la llegada de inmigrantes de Cuba y Venezuela que siguen esta religión que mezcla las creencias católicas con la cultura yoruba y surge de un sincretismo de elementos europeos y africanos. Otra causa de la fuerte implantación es que precisamente se practica en los países predilectos de la emigración tinerfeña.
Solo en la calle San Sebastián, de Santa Cruz de Tenerife, hay cuatro establecimientos de esoterismo. Que en menos de 50 metros hayan abierto tantos locales dedicados a esta y otras doctrinas es un claro síntoma de que este tipo de prácticas están en auge en la capital y se han convertido en un negocio.
URL: http://www.laopinion.es/tenerife/2012/06/10/santeros-san-andres/417675…