Edición 2012 - Número 255
Aula Cultural de Divulgación Científica de la Universidad de La Laguna
La denominada asociación médico-homeopática de Santa Cruz de Tenerife ha organizado un curso de introducción a la homeopatía; el curso se celebrará en la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Laguna (ULL) los días 26, 27 y 28 de marzo de 2012.
Lo anterior sorprende y preocupa porque la homeopatía es una pseudociencia pura y dura, con el mismo fundamento científico que la adivinación del futuro mediante el tarot, el feng shui o la grafología: ninguno. Por ello, resulta como mínimo inquietante que el curso haya sido organizado en colaboración con la Facultad de Farmacia de la Universidad de la ULL, y de los colegios oficiales de médicos y de farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife. Lo que no sorprende en absoluto es que entre los colaboradores figure la empresa multinacional Boiron, fabricante de productos homeopáticos.
El hecho de que la Facultad de Farmacia de nuestra universidad colabore en un curso de esas características resulta asombroso, precisamente porque una de las funciones de esa facultad es la de formar al alumnado en la promoción de la salud mediante el conocimiento científico. Siendo así, surge una pregunta: ¿acaso es posible promover la salud en Canarias (o en Mongolia, o en Camerún, o donde fuere) mediante la homeopatía? Ciertamente no, porque la homeopatía no cura nada, y el efecto terapéutico de la homeopatía no está avalado científicamente.
La homeopatía no es una ciencia sino una creencia carente de cualquier base científica; sencillamente porque no cumple con ninguno de los requisitos que debe tener una disciplina para ser considerada como científica. No es nuestra intención atacar a las creencias, pero exigimos que no traten de mezclarse con la ciencia. Y denunciamos que tal mezcolanza proceda de una facultad universitaria de nuestra propia casa, como ocurre en el caso que nos ocupa.
La homeopatía es el mejor ejemplo de que el efecto placebo existe, como consecuencia del particular funcionamiento de nuestro cerebro y de los mecanismos que provocan la autosugestión, pero no existe ningún indicio que demuestre que con unas cantidades infinitesimales de producto (en el mejor de los casos) se puedan obtener los resultados que dice obtener la homeopatía. Supuestos conceptos como el de la "memoria del agua", la "dinamización", la “potenciación” o aquello de que “lo similar cura lo similar”, a estas alturas del siglo XXI, lo único que producen es una leve, distante y escéptica sonrisa.
Por otro lado hay que reconocer que la homeopatía tiene una gran ventaja: no hace daño a nadie (salvo a la economía del paciente)… siempre que no se abandone el tratamiento convencional. Es muy, pero que muy difícil, sufrir una intoxicación con nada. La homeopatía es, simplemente, la ausencia de tratamiento.
También sorprende y preocupa que algunos licenciados en Medicina y Cirugía y en Farmacia hayan olvidado tan fácilmente lo que durante años necesariamente les tuvieron que enseñar en las facultades en las que realizaron sus estudios, ya que la práctica homeopática y la de la medicina científica son absolutamente incompatibles.
Por todo lo anterior queremos comunicar a la opinión pública nuestro rechazo hacia estas actividades anticientíficas, para que quede claro que en la ULL no se llevan a cabo sólo actividades tan rechazables desde el punto de vista científico como esa. Desde hace ya doce años un grupo muy numeroso de profesores, con financiación de la propia ULL y de muchas otras instituciones y organizaciones, hacemos justamente lo contrario: organizamos un curso interdisciplinar de divulgación científica, difusión del pensamiento crítico y análisis objetivo de las pseudociencias, entre las que tiene un papel muy destacado la homeopatía. Se trata del curso Ciencia y pseudociencias de la ULL http://www.cienciaypseudociencias.es/#
Además vale la pena consultar el metaestudio publicado hace unos años en The Lancet, una de las más prestigiosas revistas internacionales de Medicina, donde aparecen un artículo editorial, otro de investigación y otros con comentarios sobre la homeopatía, en los que no sale bien parada esta práctica que convirtió en dogma hace más de 200 años un médico de cabeza desorganizada llamado Samuel Hahnemann:
1. Editorial. “The end of homeopathy”. Lancet 2005; 366:690.
2. Shang, A.; Huwiler-Müntener, K.; Nartey, L.; Jüni, P.; Dörig, S.; Sterne, J.A.C.; Pewsner, D. and Egger, M. “Are the clinical effects of homeopathy placebo effects? Comparative study of placebo-controlled trials of homeopathy and allopathy”. Lancet 2005; 366:726-731.
Si se desea una información también rigurosa, pero más asequible para el público general, puede consultarse la siguiente obra:
“La homeopatía ¡vaya timo!”. (2010). Víctor-Javier Sanz. Editorial Laetoli, Pamplona.
José María Riol Cimas.
Director del Aula Cultural de Divulgación Científica de la ULL.
http://www.divulgacioncientifica.org/
El texto íntegro de este escrito ha sido aprobado por sus miembros como comunicado oficial del ACDC.
La Laguna, 26 de marzo de 2012.