Una de nuestras pretensiones en esta nueva etapa de LAR es la de dedicar cada cierto tiempo un número a un tema monográfico; sin ninguna periodicidad salvo la que pudiera marcar el número y calidad de los artículos. Este número que tienes entre las manos representa el inicio de esta idea.
Revisando los distintos números de la revista, descubrimos que sobre astrología y temas afines hemos publicado pocos artículos. Siendo uno de los principales caballos de batalla de los escépticos pensamos que ya iba siendo hora que los lectores de la revista tuvieran ‘munición’ para esos debates que, muchas veces sin querer, surgen en la sobremesa de una amigable comida o en esa tertulia improvisada alrededor de una botella de ponche, que se prolonga hasta altas horas de la madrugada. Y cómo no, cuando debamos defender nuestros puntos de vista en otros foros más o menos públicos. Éste es el espíritu que nos anima a continuar con esta idea de las 'monografías'. Esperamos que os guste
El estudio histórico de la astrología puede damos muchas pistas acerca de la evolución de la pseudociencia en el pensamiento humano. Como cualquier otra actividad humana, no podemos deslindarla del entorno cultural, sociológico y político en el cual se desarrolló (y se desarrolla). Esta pseudociencia no sólo fue importante durante la época clásica, sino que vivió momentos de gloria hasta la llegada del Renacimiento. Regiomontano, Brahe, Kepler, Servet, lord Brounker (primer presidente de la Royal Society) y otros muchos conocidos científicos no consideraban repugnante la idea de que el Sol, la Luna y los planetas influyeran sobre nosotros. Ni mucho menos las distintas religiones occidentales se encontraban totalmente en contra de ella. Pablo III pidió que le hicieran un horóscopo de Martín Lutero y éste pensaba que "la astrología es correcta. Sin embargo, su práctica es incierta". De forma marginal la astrología contribuyó a impulsar materias tales como las matemáticas y la astronomía. Por otro lado, en una época en que primaba la búsqueda del mecanismo que hace funcionar el Universo no es de extrañar que la "ciencia" astrológica tuviera seguidores. Era una prueba más de un universo estructurado. Es más, en los horóscopos compartían la idea determinista tan en boga entonces.
Por otro lado, al hombre de la calle le proporcionaba una explicación mucho más cercana y creíble. Le daba seguridad en aquello que no podía
controlar y la consideraba superior a todas las otras ‘mancias’. La astrología era una ciencia. ¿Por qué entró en decadencia a fines del siglo XVII? Señala Pierre Thuillier que podríamos caer en la tentación 'racionalista’: se demostró lo absurda que resulta. Cuando un saber se encuentra tan fuertemente ligado a la cultura no basta con criticarlo duramente para derribarlo ni señalar sus errores en las predicciones ("¿no se equivocan los médicos?". Este argumento se ha convertido en un ‘clásico' y debemos estar preparados para contestarlo rápida, demoledora y lapidariamente). Y, ya se sabe, "donde dije digo, digo Diego"... Podemos afirmar que dejó de haber demanda social porque cesó de interesar, "porque la mentalidad mágica estaba en regresión y dejaba lugar a una mentalidad más preocupada por la eficacia, más racional en el sentido moderno de la palabra" (Pierre Thuillier).
Evidentemente, hoy en día no podemos dudar de la nula validez científica de la astrología. Nuestros conocimientos astronómicos y psicológicos no dejan el menor resquicio para la duda. La ciencia no se ha quedado anclada en tiempos de Newton y las corrientes de pensamiento y culturales han cambiado. El determinismo se ha revelado un fantasma y la que fuera el adalid de esta forma de pensar, la física, ha negado su valor. Lo que posiblemente no haya cambiado es la motivación de las personas a creer en ella. Muchas veces los astrólogos recriminan a los astrónomos renegar de sus orígenes. Totalmente falso. Primero, porque no es cierto que la astronomía sea hija de la astrología. Segundo, porque son ellos los que han renegado de sus orígenes. Han renegado de la ciencia, de la metodología científica que usaron sus antecesores y se han aliado con videntes, médiums y psíquicos. El astrólogo ya no estudia astronomía ni matemáticas: se ha convertido en una quimérica sombra de lo que fue.
EN PORTADA: El gráfico de nuestra portada es, como todos habréis adivinado, una Carta Astral. Pero no es una Carta Astral cualquiera sino la de ARP -más o menos- según hemos podido averiguar después de duras investigaciones. Cualquier astrólogo avezado podrá contamos a partir de aquí cuál es nuestro carácter y qué nos depara el futuro. Nosotros no hemos tenido mucho tiempo para analizarlo, pero al menos si sabemos que es CAPRICORNIO: responsable, perfeccionista, trabajador, serio, obstinado... la mente rige el corazón...
Quizá por eso mismo no somos muy proclives a que sean los hados quienes rijan nuestros pasos, y nos fiamos más del trabajo cotidiano. Eso si, bañado con unos gotas de ironía para no desesperarse ante tanto ingenuo credulón, y tanto sinvergüenza dispuesto a sacarle los cuartos a aquel.
ESPECIAL
¿ESTÁ ESCRITO EN LAS ESTRELLAS? Una revisión crítica de la astrología.
El autor es astrofísico y coordinador en Aragón de A.R.P. Fue, junto con Javier E. Armentía, promotor del manifiesto 'Objeciones a la Astrología'. Es además ilusionista aficionado y secretario de la Asociación Mágica Aragonesa.
Miguel Angel Sabadell
"El hombre dejará de cometer barbaridades, cuando deje de creer en absurdidades" VOLTAIRE
Para aquellos que nos dedicamos a la astronomía, es bastante frecuente que nos pregunten acerca de la influencia de los cometas en el destino de los países, o si sabemos hacer cartas astrales, o si durante la carrera nos enseñan a hacer horóscopos. Muy pocos conocen la diferencia entre astronomía y astrología. Así, el presidente francés François Mitterrand alabó los descubrimientos de la astrología en un congreso de astrónomos celebrado en Francia hace algunos años. Esta confusión entre ciencia y pseudociencia se ha venido extendiendo debido al auge que ha experimentado todo lo relacionado con el ocultismo, la parapsicología y los extraterrestres en los últimos años. La diferencia entre ambas es notable. Según la definen los propios astrólogos, "La astrología es la ciencia que estudia la acción de los cuerpos celestes sobre los objetos animados e inanimados y la reacción de éstos ante esas influencias. Estudia también los ángulos entre planetas y sus efectos visibles sobre la humanidad." (March y McEvers, 1989)
La astronomía no tiene tales pretensiones. Se conforma con describir el Universo, intentar determinar su origen y su final y el de los objetos que en él existen: planetas, estrellas, galaxias... Difícilmente se podría encontrar a un astrónomo profesional o aficionado que crea que las posiciones relativas de los planetas determinan el carácter y el destino de las personas (astrología natal), o que influyan sobre la economía (astroeconomía) o la política de un país (astrología mundial). Por algo muy sencillo. El mayor logro de la ciencia, y en particular de la astronomía, es el haber descubierto que todo el universo se rige por las mismas leyes y está hecho con los mismos elementos químicos que los encontrados en la Tierra. La caída de una hoja, el movimiento de los planetas y el de las galaxias están recogidos por una única ley. El hidrógeno del Sol, la limonita de Marte o el anhídrido carbónico de Venus son idénticos a los encontrados aquí. Así que, ¿por qué el amoniaco de Júpiter puede influir en nuestro carácter y el que tenemos guardado en el armario de la cocina no?.
La astrología se basa en opiniones y en creencias más que en evidencias. Es consecuencia del pensamiento mitológico de las primeras culturas. Es consecuencia de una forma de ver el mundo, de una cosmología completamente diferente a la real. Resulta edificante repasar la historia de la astronomía, pues en ella encontraremos las razones por las cuales la astrología es indefendible.
EL ORIGEN DE LA ASTROLOGÍA
"Ahora que hemos tratado de la ciencia de los números, de la constitución de los cielos, pasamos a la astrología; y es una ciencia a los ojos de la mayoría de las personas, por más que nuestra opinión nos sitúe dentro de la minoría." AL BIRUNI (el más eminente astrónomo árabe)
Desde el comienzo de la civilización los hombres han mirado hacia e1 cielo. Descubrieron la existencia de determinados ciclos celestes que se superponían a otros ya conocidos como las estaciones, el día y la noche, la siembra y la cosecha, los movimientos migratorios de los animales... Por tanto, usaron esos ciclos celestes como vehículo para predecir, entre otras cosas, las épocas en las cuales debían cazar y recolectar. La existencia de muescas en huesos de animales del Paleolítico Superior revelan que los antiguos pobladores llevaban un registro de observaciones lunares que usaban para preparar la caza (ver Marshack, 1964). Idéntico uso de las fases lunares se han encontrado en China, India, Egipto, Babilonia, América Central... Junto con otros, este hecho invalida el conocido argumento, repetido hasta el aburrimiento, de que la astronomía es hija de la astrología. El prestigioso historiador de la ciencia Neugebauer (1957) afirma: "Normalmente se dice que la astronomía se originó de la astrología. No he encontrado ninguna evidencia para esta teoría".
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Los sucesos realmente relevantes sólo podían predecirse mirando al cielo -------
El origen de la astrología occidental debemos buscarlo en Mesopotamia, en la Babilonia y Asiria de hace 4000 años. Era ésta una civilización floreciente, y como todo pueblo que ha desarrollado un grado cultural suficiente, creó una mitología para explicar el mundo intentando dar respuesta a las eternas preguntas ¿Quienes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Inventaron dioses como Marduk para explicar tanto la caída de una hoja como el movimiento del Sol y las estrellas alrededor de la Tierra, centro del Universo. Residían en el único lugar para ellos inalcanzable: el cielo. Así que trasladaron toda su religión a la bóveda celeste. En ella encontraron ciertos cuerpos, los planetas (del griego "errantes"), que se movían por el firmamento. Identificaron al Sol, la Luna, Mercurio, Venus. Marte, Júpiter y Saturno con sus dioses y les atribuyeron características en función de su aspecto. Es el conocido razonamiento por analogía clásico del pensamiento mágico y mitológico. Marte (Nergal), de color rojo brillante, era el dios de la guerra; Venus (Ishtar), luminaria del atardecer y del amanecer, era la diosa de la fertilidad; Júpiter (Marduk), de color blanco, era el padre de los dioses. Que los planetas influyeran en los acontecimientos terrestres era algo evidente pues ¿no estaba acaso la Tierra en el centro del Universo?, ¿no influye el Sol en todos nosotros, marcando cuándo debemos levantarnos, cuándo debemos sembrar?
Los registros más antiguos que se conservan sobre los conocimientos matemáticos y astronómicos de los babilonios corresponden al reinado de la dinastía Hammurabi (del 1800 al 1600 a.C.). Los sacerdotes caldeos, depositarios de estos sabores, observaban cuidadosamente el cielo anotando las posiciones relativas de los planetas y la Luna, necesarias para el establecimiento del calendario lunisolar base de su cultura. Después de siglos de paciente observación, registrando minuciosamente todos los sucesos acaecidos en el reino, las posiciones de los planetas y la Luna, y de todos los fenómenos meteorológicos destacados (como puede ser la presencia de un halo alrededor del Sol) se comenzaron a dar las primeras predicciones. Curiosamente, no estaban
referidas al carácter o el comportamiento de las personas, sino que los primitivos informes se referían a predicciones sobre el tiempo meteorológico, inundaciones, cosechas y el futuro del reino: "Si el Sol poniente parece el doble de grande que de costumbre y tres de sus rayos son azulados, el rey del país está perdido" "Si la Luna es visible el décimo día, hay buenas noticias para la tierra de Akkad, malas noticias para Siria" (predicciones de Sargón el Viejo hacia el 2400 a.C.).
Para los sacerdotes babilonios el arte de la predicción era una parte fundamental de su quehacer diario. Usaban todos los métodos imaginables para ello: la interpretación de los sueños, el análisis de las vísceras de los animales sacrificados, el vuelo de las aves, los nacimientos anormales... Sin embargo, los sucesos realmente importantes sólo podían predecirse mirando al cielo. Únicamente el destino de los países y sus gobernantes podía ser obtenido interpretando los fenómenos astronómicos y meteorológicos (los caldeos no hacían distinción alguna entre ellos). Esta primitiva astrología no daba importancia a las constelaciones en que se encontraban los planetas, sino únicamente al brillo y posiciones relativas de éstos, a los eclipses de Luna y de Sol, a la aparición de estrellas fugaces... Fue hacia el 700 a.C. cuando nació la idea del Zodiaco. Como alguien dijo una vez, "si los planetas son las agujas del reloj, el Zodiaco proporciona los doce números de la esfera". La primera tablilla de una serie llamada Mul Apin menciona 'las constelaciones del camino de la Luna' que, traducidos a nuestros propios grupos de estrellas, son: Pléyades, Tauro, Orión, Perseo, Cochero, Géminis, Cáncer, Leo, Spica, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario, Piscis, Pegaso, Piscis más la parte media de Andrómeda y Aries. 18 signos en total. Los doce signos aparecieron hacia el 400 a.C., después de un periodo donde su numero había sido reducido a once. La constelación faltante era Libra, que se construyó a expensas de las pinzas del vecino Escorpión. El por qué a un conjunto de estrellas se la llamó Capricornio o Sagitario tiene su origen en diversos motivos: la muy vaga apariencia con algún animal (Tauro o Leo), las características climáticas de la región cuando el Sol se encontraba en esa constelación (Acuario, cuyo significado es el portador del agua porque Enero era el mes más húmedo en Mesopotamia) o algún otro tipo de razonamiento lógico.
-------- INSERTO Los dioses vivían en el cielo y enviaban señales a sus representantes --------
Es evidente que los sacerdotes caldeos encontrasen 'correlaciones' entre los eclipses lunares (objetivo prioritario de sus observaciones) y otros sucesos astronómicos con momentos relevantes de su historia. Igualmente las podrían haber hallado con el ciclo reproductor del escarabajo pelotero o con el de la metamorfosis de la rana. Hoy sabemos que esas relaciones aparentes son absolutamente casuales y conllevan un alto grado de componente psicológico (eliminar los errores y ensalzar los aciertos). Sin embargo, para ellos era una clara consecuencia de su propia cultura. Los dioses vivían en el cielo y, conocedores del futuro de los hombres enviaban a sus representantes (los sacerdotes) señales sobre los próximos acontecimientos que debían interpretar. Esta filosofía se encontraba sumergida en la idea de un tiempo cíclico, donde la historia siempre se repite. El pastel resultante es obvio: la predicción del futuro mirando las estrellas.
A partir del año 300 a.C. empiezan a aparecer algún tipo de predicciones particulares. El deseo que cada persona tiene de conocer su futuro hace que el negocio se amplíe. Todavía los horóscopos babilónicos no son como los que conocemos actualmente ni como los que conocían los griegos y romanos. La colección de predicciones astrológicas babilónicas traducidas por Sachs (1952) no mencionan ni el signo ni las posiciones planetarias secundarias de tanta importancia en el horóscopo grecorromano, aunque su estructura sigue siendo la misma (incluidas las clásicas afirmaciones banales y generales): "Júpiter en 18º Sagitario. El lugar de Júpiter significa: su vida será regular, buena; será rico, llegará a viejo". "Venus en 4º Tauro. El lugar de Venus significa: dondequiera que esté todo le irá bien; tendrá hijos e hijos. (Horóscopo de un nacido el 3 de Junio del 234 a.C.)
Con las conquistas de ALEJANDRO MAGNO (300 a.C.), toda esta tradición astrológica pasa al mundo griego. El camino
había sido preparado por las ideas de PLATON y PITAGORAS. Ambos habían unido matemáticas y misticismo, habían hecho una religión de las matemáticas. Enseñaban la unicidad entre el cielo y la tierra, la perfección de los cuerpos celestes, con los planetas moviéndose en esferas de cristal perfectamente transparentes ("la música de las esferas"). Con semejante bagaje filosófico no es difícil entender la rápida aceptación de la astrología: era la prueba palpable de esa unión mística con el universo.
La astrología llegó a Grecia por dos caminos: Babilonia y Egipto. Desde Babilonia gracias al sacerdote BEROSO que la enseñaba en la isla griega de Cos hacia el año 280 a.C. Allí escribió su monumental Babyloniaca, obra en tres volúmenes donde expone sus conocimientos y la información traída de su país. Beroso, muy interesado en los trabajos del médico griego HIPOCRATES, se cree que fue el fundador de la medicina astrológica, práctica perniciosa que relaciona cada parte del cuerpo con un signo astrológico. En pocas palabras, la culpa de las enfermedades la tienen los planetas. La astrología egipcia tiene su base en los llamados decanos, periodos de l0 días, cada uno de los cuales se hallaba bajo la protección de un dios representado por una estrella o grupo de estrellas. En total había 36 decanos y se usaban esencialmente para seguir el ciclo de Sirio (Sothis), cuyo levantamiento helíaco daba comienzo al año egipcio. El levantamiento helíaco del resto daba comienzo a distintas partes del año, las décadas. Como es natural, lo que comenzó siendo una forma de medir el tiempo se tornó en un sistema predictivo relacionado, además, con otros campos como la alquimia, las piedras y plantas mágicas... Esta escuela culminó en un libro escrito por dos personajes llamados PETOSIRIS y NEQUEPSO (probablemente legendarios) sobre el año 160 a.C. Sin embargo, los griegos las adoptaron a sus propias creencias.
Definitivamente la influencia de los astros se extiende a todos los seres humanos sin excepción (¿quizá porque no había reyes en Grecia y veían peligrar el negocio?); las acciones atribuidas a los planetas se hacen más humanas, pues los mismos dioses griegos tenían atributos humanos: cobraron importancia las constelaciones del Zodiaco pues no era lógico que la esfera de las estrellas fijas no sirviera para nada cuando el resto tenían un significado preciso.
ELEMENTOS DE UN HORÓSCOPO
"Es ilógico que tal planeta, al ver a otro se alegre. mientras que tal otro, al ver al primero, le sucede lo contrario. Porque, ¿qué hostilidad cabe entre ellos o sobre qué?" PLOTINO
Los griegos, como matemáticos que eran, sistematizaron y geometrizaron la astrología. Dividieron el círculo zodiacal en doce partes iguales reemplazando los irregulares signos babilonios. ¿Por qué doce? Sin duda fue por razones estéticas: el once es un número primo y no divide exactamente los 360º de una circunferencia.
Como enamorados de la geometría, la introdujeron en la astrología (ver figura 1). Unieron los distintos signos con triángulos y cuadrados. Los cuatro triángulos que así se obtienen los identificaron con los cuatro elementos clásicos o humores: tierra, aire, agua y fuego. Los tres cuadrados dan origen a la clasificación ternaria o cualidades, que divide a los signos en cardinales, fijos y mutables. Finalmente introdujeron las polaridades (negativa y positiva, o femenino y masculino) de
manera alternada en todo el espectro zodiacal. Las relaciones entre las posiciones angulares de los planetas (aspectos y su influencia reside en el concepto místico-geométrico de ángulos armónicos (60º, 120º), disarmónicos (90º, 180º) o neutros (0º).
Aún se introdujo una complicación más. Se subdividió la superficie terrestre en doce husos horarios (casas terrenales) que proyectados sobre la esfera celeste dieron origen a doce sectores de 30 grados llamados casas celestes. Tenemos pues a los signos recorriendo las casas, inmóviles en el cielo astrológico, y cada signo tiene una influencia determinada dependiendo de la casa en que se encuentre. A los arcos que dividen las casas se les llama cúspides. La cúspide de la primera casa, que coincide con el horizonte Este se denomina ascendente. La cúspide en el horizonte Oeste se llama descendente. Ambas son de una importancia crucial a la hora de realizar un horóscopo. A todo esto deberíamos añadir que los planetas tienen influencias especiales según los signos con los que tienen una relación particular: éstas son las dignidades. Tendremos entonces el domicilio, el exilio o detrimento, la exaltación y la caída. Con todo esto se construye una carta natal o estudio astrológico.
PTOLOMEO, el gran astrónomo alejandrino del siglo 2 d.C. recogió todas estas reglas y las escribió en el libro que es base de toda la astrología moderna: el TETRABIBLOS. Nada sustancial ha cambiado desde entonces.
CONTRADICCIONES INTERNAS
"Cuando mueren los pobres no aparecen cometas. Los cielos centellean por la muerte de los príncipes" WILLIAM SHAKESPEARE (en su obra "Julio Cesar")
Desde su origen la astrología ha tenido distintas escuelas. Incluso en la actualidad cada una tiene su propia interpretación. En 4000 años los astrólogos han sido incapaces de ponerse de acuerdo en aspectos fundamentales. La primera se encuentra en la propia definición de astrología. Para unos, la astrología nos muestra la tendencia futura, pero que puede ser cambiada por nuestros propios actos. Para otros lo dictado por las estrellas es inmutable y sucede irremisiblemente. Después de tantos siglos de investigación astrológica. ¿aún no han podido dirimir esta cuestión fundamental? La segunda es que no saben si la astrología es una ciencia. Para unos es un arte (p.ej., Leonor Alazraki) y las estrellas y los planetas les hablan. Para otros es una ciencia (p.ej.: José S.M. de Pablos). ¡Claro que si! ¿Acaso no usan el ordenador y las tablas de posiciones planetarias de la NASA para realizar sus trabajos?.
Bastedo (1978) ha puesto de manifiesto que los astrólogos ni siquiera se ponen de acuerdo en las características propias de cada signo solar. De las ¡catorce! escuelas astrológicas consultadas en la zona de la bahía de San Francisco reunió un total de 2375 adjetivos, de los cuales sólo 30 eran citados por dos o más escuelas.
------- FIGURA 2: El movimiento del sol a través de las constelaciones permite a los astrólogos elucubrar sobre pasado, presente y futuro. -------
Pero la contradicción esencial dentro del mundo astrológico es si se debe tener en cuenta la llamada precesión de los equinoccios que ha hecho que los signos no coincidan con las constelaciones. Unos astrólogos dicen que una persona es Leo porque en el momento de su nacimiento el Sol se encontraba en el signo de Leo. Pero en realidad estaba en la constelación de Cáncer. A este tipo de astrología se la conoce como astrología tropical y es la que aparece en todas las revistas y periódicos. ¡Qué absurda resulta! Esta astrología coloca los distintos planetas en un cielo IMAGINARIO, un cielo de hace 2000 años que nada tiene que ver con el actual, y desde ahí, sin saber cómo ni porqué, los planetas influyen sobre las personas. Sin
embargo hay otros astrólogos mas congruentes que si tienen en cuenta la precesión. A ésta se la conoce con el nombre de astrología sidérea. Así, quien haya nacido el 29 de Julio será un idealista, orgulloso, ambicioso, arrogante y jactancioso Leo para un astrólogo tropical, pero será un doméstico, sensible, autocompasivo y demasiado cauto Cáncer para un astrólogo sidéreo. ¿Quién tiene razón? Ni ellos lo saben. No extrañaría nada encontrar a alguien que explique así los problemas de doble personalidad.
Si una persona nacida en una ciudad situada a a altas latitudes geográficas decide hacerse una carta astral puede encontrarse con serios problemas. En estos casos, el Medio Cielo (punto en la que el primer vertical corta al Zodiaco por encima del horizonte) y el Cielo Inferior (el otro punto debajo del horizonte) no coinciden con las cúspides. Este importantísimo problema se ha intentado solucionar a lo largo de la historia. Se fueron proponiendo diversos sistemas, llamados domificación. Entre ellos destaca el de PORFIRIO del siglo III mejorado por AL KABISI en el siglo XI. El sistema REGIOMONTANO aparece en el XV y en el siglo XVII PLACIDUS TITUS propone el que se convertiría en el más usado. Y en 1939 KOCH desarrolló un nuevo sistema. Aún hoy, no existe consenso sobre cuál es el mejor. Y como ello repercute sobre la definición de los límites de las casas, no se puede estar seguro de cuál es el ascendente, de importancia vital a la hora de hacer el estudio astrológico.
¿Y qué ocurre con los lapones, esquimales y todos los nacidos por encima de los dos círculos polares? Allí la eclíptica no se encuentra en ninguna casa; el cielo se ve privado de planetas durante muchos meses, pues se encuentran todos por debajo del horizonte. Es una tierra de hombres sin horóscopo. ¿Quiere decir que todos los nacidos en esas latitudes son hombres con personalidad poco desarrollada, apáticos e incapaces de tales logros? Evidentemente no.
------ INSERTO En 4.000 años los astrólogos han sido incapaces de ponerse de acuerdo en aspectos fundamentales -------
Otro importante punto en el que los astrólogos no están de acuerdo es en el valor de los orbes de los distintos aspectos. Esto hace cambiar el resultado de una carta natal radicalmente. Por otro lado, el orbe mínimo aceptado por algunas escuelas para algún aspecto es de un grado (para la mayoría es de tres, pero tomemos el valor más conservador). Por tanto, la variación de un grado en la posición de un planeta en el cielo no modifica sustancialmente un horóscopo. Esto equivale a unos cien kilómetros de longitud geográfica y a unos diez minutos de tiempo. Esto quiere decir que los nacidos en los hospitales de Madrid y alrededores dentro de ese espacio de tiempo tienen todos el mismo horóscopo. Da igual que sean de familia pobre o rica, todos tendrán el mismo destino y el mismo carácter. Mas obvio es el caso de los gemelos. Nacidos al mismo tiempo, deben tener horóscopos idénticos. Sin embargo, sus destinos pueden ser totalmente distintos.
¿Y las guerras? En ellas mueren muchos hombres, cada uno con una fecha de nacimiento distinta. La astrología no puede explicar por qué todos ellos tienen el mismo destino e igual ocurre con los muertos en accidentes. ¿Tenían los seis millones de judíos asesinados por Hitler cartas astrales confluentes?
PREGUNTAS SIN RESPUESTA
"La obstinación por la astrología es una orgullosa extravagancia. Creemos que nuestros actos son lo bastante importantes como para merecer estar escritos en el gran libro del cielo" MONTESQUIEU
Las objeciones a la astrología han sido siempre las mismas, desde que el filósofo griego CARNEADES las planteara por vez primera. Con el avance del conocimiento se han ido añadiendo algunas, que si bien no son cuestiones definitivas, nos enseñan lo absurdo del planteamiento astrológico: no es otra cosa que convicciones personales y pensamiento mágico. Nada hay de realidad objetiva. Veamos algunas de estas preguntas embarazosas, no exentas de cierto sano humor escéptico.
• Si suponemos que las columnas astrológicas que aparecen en periódicos y revistas son ciertas, ¿quiere decir esto que la doceava parte de los habitantes del planeta (unos 400 millones) tienen todos el mismo tipo de día, cada día?
"Sagitario: Anímicamente te mostrarás muy nervioso y ansioso. Procura rodearte de gente apacible o busca una buena lectura. Cuidado con los viajes". Bogdanich (1993) "Virgo: Buen momento para poner en claro una situación personal, que desde hace mucho tiempo se encuentra en estado de confusión. Va a sentir la necesidad de comprender acerca del fundamental propósito de su vida y elevar el nivel de conciencia." Vicente (1990)
------ ILUSTRACION Mareas. La influencia de la Luna sobre ellas siempre se ha utilizado como argumento para justificar la astrología. ------
Este es el tipo de predicción clásica en astrología totalmente vacía de contenido y de carácter predictivo. Se trata más bien de consejos aplicables a multitud de personas independientemente de su signo. Esta astrología de opereta es denostada por los que se califican como astrólogos serios, aunque muchos de ellos tengan su propia columna en algún periódico o revista.
• ¿Qué les hace suponer a los astrólogos occidentales que nuestra astrología es la buena?. Las culturas hindú, china y japonesa tienen una tradición astrológica tan impresionante como la nuestra pero basada en un conjunto de estrellas totalmente diferentes. Así, una de las astrologías chinas consta de 26 signos. Si una es cierta, las otras tienen que estar equivocadas.
• ¿Qué tipo de influencia, de fuerza, es la que ejercen los planetas sobre nosotros? La única fuerza conocida que podría influir de alguna manera es la gravitatoria. Sin embargo, la atracción que ejerce la enfermera o el médico sobre el recién nacido es mucho mayor que la que puedan ejercer los planetas. Por ejemplo, la fuerza gravitatoria del médico es 400.000 veces mayor que la de la Luna. Incluso las fuerzas de marea a las que siempre aluden son también despreciables. La fuerza de marea ejercida por la madre es 12 millones de veces mayor que la ejercida por la Luna. Luego debe tratarse de una fuerza desconocida ¿qué tipo de fuerza es? ¿Por qué sólo la percibe el cerebro humano y es inaccesible para cualquier aparato de medida? ¿Por qué manifiesta sólo en la astrología? Los descubrimientos hechos en física no contradicen a los realizados en química o en biología o en geología. Todos ellos están relacionados Es más, se considera un fuerte espaldarazo a la validez de una teoría el que, además de explicar ciertos hechos conocidos y predecir otros desconocidos, no entre en contradicción con ninguna otra firmemente asentada. Pero la astrología está en contra de todo lo que conocemos. Es incapaz de explicamos por qué esa misteriosa influencia no se presenta en ninguna otra disciplina científica. ¿Depende esta fuerza de la distancia? Parece ser que no, ya que los planetas tienen la misma influencia sobre nosotros tanto si están cerca como si están lejos de la Tierra. Entonces ¿por qué la astrología no tiene en cuenta el efecto de otros objetos celestes que emiten muchísima más energía que cualquier planeta como los púlsares, novas, supernovas, galaxias activas o cuásares? ¿por qué no tienen en cuenta la existencia de otros planetas en otras estrellas o en otras galaxias? ¿Por qué sólo influyen los nueve planetas, la Luna y el Sol? ¿Por qué no lo hacen los más de 2000 planetoides y asteroides que se encuentran dentro del Sistema Solar?. Para soslayar este tremendo problema los astrólogos hablan ahora de sincronicidad, mal interpretando el conocido término jungiano ¿Cómo justifican que la sincronicidad se dé con un cielo de hace 2.000 años, y no por ejemplo, con el de hace 50.000 años?
• ¿Por qué es el momento del nacimiento y no el de la concepción clave para la astrología? Por la medicina sabemos que es la concepción el momento clave para la existencia de un nuevo ser humano, y no el momento del nacimiento. Las características del individuo quedan determinadas mucho tiempo antes de nacer aunque para la astrología esto no tiene ninguna importancia. ¿Quiere decir que el vientre de la madre apantalla el efecto de los planetas? ¿Qué fuerza es capaz de viajar cientos de millones de kilómetros de frío espacio y es incapaz de atravesar unos insignificantes centímetros de carne? ¿Podremos vernos libres del influjo planetario si forramos nuestra habitación con filetes de ternera? Aún suponiendo que es el momento del nacimiento, ¿cuándo empiezan a influir los planetas, cuando sale la cabeza o cuando salen los pies? ¿O cuando cortan el cordón umbilical? ¿Qué ocurre con las cesáreas? ¿Cuando podemos decir que es el momento del nacimiento? ¿Y si se cae la madre y el nacimiento es prematuro? ¿Estaba escrito en las estrellas? ¿Por qué los astrólogos son incapaces de predecir este suceso? ¿Qué pasa con la fecundación "in vitro"? Aquí no hay cuerpo de la madre que apantalle a los planetas. ¿O el cristal del tubo de ensayo también es capaz de impedir la acción de los planetas? La respuesta a estas preguntas es sencilla: es más fácil conocer el momento exacto del nacimiento que el de la concepción, aunque los astrólogos hablen de destinos compartidos de madre e hijo, o de influencia espiritual en el momento de la concepción y física en el del nacimiento.
------ INSERTO ¿Tenían los seis millones de judíos asesinados por Hitler cartas astrales confluyentes? ------
• ¿Son erróneos todos los horóscopos anteriores a 1930? Plutón, el último planeta (hasta ahora) fue descubierto en 1930. ¿Por qué los astrólogos de siglos pasados no se dieron cuenta de que sus predicciones estaban parcialmente equivocadas y dedujeron la existencia de nuevos planetas? La astronomía descubrió otros planetas por el efecto gravitatorio que tenían sobre el resto del Sistema Solar. Pero la astrología, como toda superstición , ha ido añadiendo a su bagaje los distintos descubrimientos científicos sin aportar absolutamente nada. Actualmente, algunos astrónomos postulan la posible existencia de un décimo planeta. ¿Qué nos dice la astrología al respecto? ¿es capaz de predecir si existe ese planeta y dónde se encuentra en estos momentos? Como siempre, obtenemos la callada por respuesta.
• Los signos tienen su origen en las constelaciones del Zodiaco. Pero éstas son 14 y no 12. Las dos que faltan son Cetus (la Ballena) y Ophiucus (Ofiuco). ¿Por qué los astrólogos no las tienen en cuenta? Durante mucho tiempo no fueron 12 los signos del Zodiaco ¿Cómo hacen los astrólogos actuales para construir la carta astral del rey babilonio Asurbanipal?
• ¿Por qué los signos tienen todos la misma extensión si las constelaciones que los originaron no son iguales?
• Las casas celestes están referidas al horizonte terrestre. ¿Qué relevancia tienen en el comportamiento de los astronautas en la Luna?
• Pronto mandaremos astronautas a Marte. ¿Qué efecto tendrá la Tierra sobre ellos? Cuando nazcan niños en otros planetas, ¿saldrán a la luz nuevas e inimaginables personalidades? Si realmente la Tierra ejerce algún efecto, ¿pos qué los astrólogos no la tienen en cuenta en sus horóscopos? ¿Por que si alguien se encuentra sobre la superficie de un planeta éste no influye para nada?.
LAS PRUEBAS A LA ASTROLOGÍA
"Los astrólogos debemos aprender a contrastar nuestras propias prácticas. La mayoría no sabe hacerlo..., la mayoría de los astrólogos desconocen por completo los aspectos básicos sobre la investigación en la astrología" ROBERT HAUD (astrólogo)
Muchas son las preguntas que la astrología deja sin responder. Aun con todo, puede ocurrir que la hipótesis astrológica sea cierta. Para verificarla basta con diseñar una serie de pruebas y ver si realmente funciona.
El análisis debe hacerse de tres formas. Una, estudiando características generales o particulares de cada signo y ver si responden a la realidad en una muestra extensa de personas. Dos, viendo si las predicciones hechas por los astrólogos se han cumplido en un porcentaje elevado, comprobando así el carácter predictivo de la astrología. Y tres, analizando si las cartas natales describen realmente la personalidad del individuo.
Comencemos por la primera. Según la astrología las personas van a tener unas características físicas, psicológicas, sociológicas, filosóficas.... en función del signo bajo el cual hayan nacido. Por ejemplo, los Leo son líderes por naturaleza, luego deberíamos encontrar un mayor número de ellos en puestos de responsabilidad en empresas, países, etc. que de Virgos, signo poco proclive para el liderazgo. R. W. Bastedo (l978) analizó 31 características distintas (liderazgo, liberalismo, inteligencia, creencia en el ocultismo, empleo, altura, forma física....) en una población de 955 personas del área de la bahía de San Francisco buscando si existía una distribución no casual entre éstas y los signos a los que pertenecía cada una de ellas. No encontró ninguna correlación entre ambos. Noblit (1978) en su tesis doctoral, estudió las relaciones angulares entre los planetas y aspectos de la personalidad de los sujetos. No encontró la relación pretendida por la astrología. Mechler, McDaniel y Mulloy (1980) intentaron reproducir el resultado obtenido por la revista sensacionalista National Inquirer (1980) con una muestra de 26Z estudiantes utilizando el mismo cuestionario que el del National. Los resultados obtenidos fueron los esperados por el azar.
------ INSERTO El 54% de los consultados se identificaba con la carta astral del asesino. ------
Roger Culver (1981) estudió la relación entre el signo de 300 personas y sus características físicas (forma de brazos, grupo sanguíneo, color de pelo...) Karl G. Jung (1983) estudió la suposición astrológica que, para las parejas, la posición del Sol en el momento de nacimiento de una de ellas corresponde a la de la Luna cuando nació la otra. Ninguno de estos estudios encontró las relaciones que la astrología afirma que existen. Tyson (1980) analizó las carreras escogidas por 10313 graduados. Por ejemplo, según la astrología los signos de Acuario, Sagitario, Aries, Géminis y Virgo son más propensos al estudio científico y racional. No encontró ninguna relación entre los signos y las carreras escogidas.
Se han realizado gran cantidad de estudios en esta línea. Snell, Dean y Wakefield estudiaron dos conjuntos de 1500 líderes. Si la hipótesis astrológica era correcta, se deberían encontrar menos Virgo que los esperados por el azar. Sin embargo no se encontraron diferencias significativas respecto a los otros signos. Farnsworth recogió las fechas de nacimiento de 2000 músicos para ver si encontraba alguna relación con el signo o el ascendente; Silverman, psicólogo de la Universidad de Michigan, estudió la compatibilidad e incompatibilidad zodiacal en 2978 parejas casadas y 478 divorciadas; también estudió las características de los signos de 600 estudiantes de psicología; Bennett y Barth, economistas de la George Washington University, analizaron estadísticamente la supuesta relación astrológica entre los signos regidos por Marte y los militares norteamericanos; el físico John McGervey de la Case Western Reserve University, estudió la relación entre el signo solar y la profesión de 6475 políticos y 6534 científicos. Ninguno de ellos encontró la pretendida relación astrológica.
Para finalizar debemos mencionar los trabajos del fallecido psicólogo francés Michel Gauquelin que durante años se dedicó a estudiar la astrología y ver si en ella encontraba alguna traza de credibilidad. Así estudió 15560 personas de lO profesiones diferentes y buscó si en realidad había alguna asociación con los signos, posiciones planetarias, ascendente...; también estudió lo que se conoce como herencia astrológica (los hijos tienden a nacer con iguales factores astrológicos que sus padres) sobre un total de 7964 y 3923 parejas padre e hijo; en ningún caso apareció el pretendido efecto astrológico. También puso a prueba a los astrólogos en su "experimento de destinos opuestos". Consistió en proporcionarles las fechas completas de nacimiento de cuarenta personas, veinte delincuentes conocidos y otras veinte personas que vivieron largas y pacíficas vidas, y ver si eran capaces de diferenciarlos. El resultado fue el esperado por azar. Igualmente intentó reproducir los resultados de las investigaciones de Paul Choisnard (Pruebas y bases de la astrología científica, l92l). Este astrólogo fue uno de los promotores de la astrología científica. Así se expresaba al hablar de los astrólogos tradicionales: "... esos coleccionistas de reglas que siempre hablan de la experiencia pero nunca la definen".
Choisnard estudió los aspectos de Marte respecto al Sol en el momento de la muerte de 200 personas encontrando que en un 36,5% ambos cuerpos estaban mal aspectados mientras que el cálculo probabilístico daba un valor del 22%. Gauquelin tomó una muestra de 7482 casos encontrando una proporción de 22,6%. Analizadas por otros autores las estadísticas de Choisnard (como Paul Courdec, entre otros), se ha visto que sus resultados se ajustan a las leyes del azar. Siguiendo con el planeta Marte, Gauquelin estudió su efecto negativo (rige las armas, la guerra, las heridas, la violencia) sobre 623 asesinos franceses, seleccionados como los más peligrosos. El número de las supuestas posiciones que debería ocupar el planeta para que este efecto se diera era inferior al esperado por el azar.
También estudió la vida de varios cientos de gemelos, los cuales deberían tener el mismo destino, y no encontró prueba alguna que apoyara la hipótesis astrológica. Después de todos estos estudios Gauquelin (1967) afirmó:
"Todos los esfuerzos de los astrólogos por defender su postulado básico han fallado. (...) Las estadísticas han demostrado la falsedad de los viejos argumentos de una vez para siempre. (...) Quienquiera que se diga capaz de predecir el porvenir consultando las estrellas se está engañando a sí mismo o está engañando a los demás".
PREDICCIONES ASTROLÓGICAS
"Para juzgar acerca de la veracidad o falsedad de tales predicciones habría que recoger una cincuentena; entonces se vería que son casi las mismas frases, que unas veces fallan y otras aciertan; pero que de las primeras no se habla y de las otras se habla mucho" LUIS XV
El segundo paso que debemos dar consiste en analizar las predicciones hechas por los astrólogos. Ellos siempre afirman que consiguen un alto porcentaje de aciertos y como prueba de ello presentan una serie de predicciones que se cumplieron. Sin embargo, lo fundamental es conocer el número de predicciones realizadas y el número de aciertos. Evidentemente siempre habrá algunos. Nadie tiene el "don" de equivocarse siempre.
Hunter y Derr (1978), comprobaron las predicciones sobre terremotos de astrólogos y videntes estadounidenses. De las 240 hechas por 27 astrólogos, los aciertos fueron inferiores a los esperados por el azar. Culver e Ianna (1984) analizaron 3011 predicciones hechas por astrólogos de los EE.UU entre 1974 y 1979 en revistas de astrología. Sólo 338 (el 11%) fueron correctas. Cualquier persona medianamente informada puede lograr un porcentaje de aciertos del 20%. Châtillon (1985) comprobó 30 predicciones hechas para Norteamérica en 1984 por HUGGETTE HIRSIG, una de las astrólogas canadienses más famosas. Sólo 2 fueron correctas. Reverchon (1973) estudió las predicciones hechas entre 1958 y 1963 en la revista Les Cahiers Astrologiques por el renombrado astrólogo francés ANDRÉ BARBAULT. Este astrólogo, considerado de los mejores de todos los tiempos, predijo por ¡11 veces! el final de la guerra Francia-Argelia, que Kennedy sería reelegido en 1964 (fue asesinado
en 1963), que Krushchev estaría en el poder hasta 1966 (fue depuesto en 1964) que De Gaulle dimitiría en 1965 (fue reelegido) Stearn (1972) estudió las predicciones hechas por astrólogos americanos en 1970. Los aciertos fueron mínimos. Entre otras cabe resaltar la siguiente predicción: "Nixon alcanzará lo cota máxima de popularidad en 1975" (El asunto Watergate fue en 1973 y dimitió en 1975).
Sobre astrólogos y videntes españoles hay un limitado estadio de Luís Angulo (1988). Aunque ellos afirmen que poseen un porcentaje de acierto del 90 ó 95% la realidad es bien distinta: solamente suelen acertar de un 20 a un 25%. Y apuesto que si se hiciese un estudio más amplio se vería bajar este valor de manera escandalosa.
Nos queda por recordar la famosísima Gran Catástrofe de 1983, debido a la "superconjunción planetaria". Se predijeron miles de desastres naturales, políticos, económicos... Fue el astrólogo Boris Cristoff (1979 y 1981) el profeta de la catástrofe. Otros dos libros nos informaban sobre la hecatombe: Katerina Colosimo (¿la conocen?) en "¿Sobreviviremos a 1982?" basado en los trabajos del mencionado Barbault, y Joaquín Lizondo en "El fin del mundo para 1985". Pese a tener el cielo en contra, seguimos aquí.
También es importante resaltar que hechos recientes, como la caída del muro de Berlín, la revolución de la Europa del Este o la crisis del Golfo Pérsico han pasado completamente desapercibidos para los astrólogos. Aunque haya algunos que afirman haberlas predicho (Pablos (1990) y Greene (1989) -la crisis del Este-), algo de tal magnitud debería haber sido detectado por todos los astrólogos que se dedican a la astrología mundial. No ha sido así. Incluso el astrólogo de la revista Más Allá recientemente fallecido, Helio Zendael (1989), escribió:
"Será este un mes (Noviembre) sin grandes sobresaltos a nivel internacional"
El día 9 caía el muro de Berlín.
¿SON LAS CARTAS ASTRALES CORRECTAS?
"Dado el modo sibilino en que se redactan las predicciones, lo raro es que no se cumplan con mayor frecuencia" CHARLES NODIER
Un último aspecto que podemos comprobar es si las cartas astrales de los individuos reflejan realmente su personalidad. Normalmente la gente que cree en la astrología se ha visto reflejada en la carta astral realizada por el astrólogo. Ve que se ajusta a su personalidad. Sin embargo, lo importante es que esa persona sea capaz de distinguir entre la carta astral propia y otra que no lo es. Si una persona ve reflejado su carácter en una carta cualquiera, entonces la capacidad de predicción que se supone tiene la astrología es nulo porque las afirmaciones vertidas son tan generales que se pueden aplicar a multitud de personas.
TABLA 1 MUESTRA Nº CARTAS ACIERTOS ESPER. AZAR Cummings et al 12 3 4 4 Neher 18 6 3 3 Lackey 38 2 19 19 Dwyer y Grange 34 3 10 11 Tyson 15 5 2 3 Carlson 83 3 28 28 Dwyer 30 2 15 15
Se han hecho diversos test que demuestran este extremo. Dean (1987) entregó la carta astral a 22 personas, pero donde había sustituido diversos frases por sus opuestas. Aún así, el 95% de las veces daban estas predicciones como correctas. La capacidad de discernir entre la carta buena y la errónea ha sido analizado en 7
estudios diferentes realizados por Cummings et al (1978), Neher (1980), Lackey (1981), Dwyer y Grange (1983), Tyson (1984), Carlson (1985) y Dwyer (1986) (ver tabla 1), dando como resultado que las personas son incapaces de distinguir entre su propia carta astral y otra completamente diferente. El psicólogo y astrólogo Niehenke (1984) entregó a 3150 alemanes un cuestionario para comprobar las afirmaciones de la astrología respecto a los aspectos planetarios. Un nuevo fracaso. Aunque la astrología afirma que las personas con más de cuatro aspectos de Saturno deben presentar una mayor tendencia a la depresión, Niehenke no encontró tal relación.
Carlson (1985), físico de Berkeley, introdujo un aporte original al experimento que condujo para comprobar si la posición de los planetas en el momento del nacimiento determina la personalidad: diseñó un test de doble ciego. Para ello dividió el experimento en dos partes. En la primera, entregó a los voluntarios tres cartas astrales hechas por astrólogos seleccionados por el National Council for Geocosmic Research, organización muy respetada por los astrólogos del mundo entero. De ellas, seleccionaron la que les pareció que mejor se ajustaba a su personalidad, además de decidir a cuáles les daban la segunda y tercera plazas. Los científicos pensaban que la elección de la carta correcta seguiría una distribución totalmente aleatoria: un 33% de acierto. Los astrólogos afirmaban que al menos acertarían la mitad. En la segunda parte fueron los 28 astrólogos quienes fueron puestos a prueba. Debían seleccionar entre tres perfiles psicológicos el que más se aproximaba a la carta del sujeto. De nuevo, los valores de acierto esperados eran por parte de los científicos el 33% y por parte de los astrólogos el 50% (realmente, poco confiaban en ellos mismos). El resultado fue demoledor: los datos obtenidos eran consistentes con la hipótesis científica. Sbawn Carlson concluye:
"La conexión entre la posición de los objetos celestes en el momento del nacimiento y la personalidad de los sujetos no existe."
Dean (1985) también puso a prueba a los astrólogos. Dirigió un experimento donde debían decidir si al sujeto era extrovertido o introveriido, una característica de la personalidad fácil de determinar mediante test psicológicos y estudios astrológicos. Cuarenta y cinco astrólogos estudiaron las cartas astrales de los sujetos (se empleó un conjunto de 1198 personas) indicando, además, el nivel de confianza que daban a su juicio. Por otro lado, otros 45 decidirían si e1 sujeto era o no introvertido por simple azar. El resultado fue desastroso. Los astrólogos acertaron incluso menos veces que las predicciones hechas por simple conjetura. Es más, el experimento reveló lo escasamente de acuerdo que están los astrólogos en sus predicciones. Estadísticamente se estima que una correlación media de 0,7 es buena, 0,4 pobre y 0,24 o menos.., penosa. Pues bien, el acuerdo en los juicios hechos por los astrólogos fue del 0,1 y en el nivel de confianza de 0,03. Curiosamente aparecía mayor acuerdo entre los astrólogos principiantes que entre los expertos (toda una revelación).
Otros experimentos han destacado este punto. Clark (1961) obtuvo un valor de 0,12 para 30 de los considerados mejores astrólogos del mundo, que intentaron decidir sobre la inteligencia de los sujetos: Macharg (1975) halló un 0,17 para los astrólogos que estudiaron la tendencia al alcoholismo; Ross (1975) encontró un valor de 0,23 entre dos astrólogos que habían recibido un entrenamiento similar, que habían enseñado en la misma escuela astrológica y que habían seguido un curso de especialización del famoso astrólogo Rudhyar, al analizar 5 características de la personalidad. Steffert (1983) obtuvo 0,03 para 27 astrólogos que debían decidir sobre la felicidad matrimonial de 20 parejas.
Como muy bien dice Den (1987) en un excelente articulo:
"Si los astrólogos no están ni siquiera de acuerdo en lo que la carta indica, entonces ¿qué valor tiene la astrología?
¿POR QUÉ SE CREE EN LA ASTROLOGÍA?
"La astrología es la ciencia por la que un imbécil llega a creer que es imbécil por culpa de las estrellas" ANÖNIMO
Las objeciones a la astrología demuestran la poca coherencia que presentan frente a conocimientos profundamente asentados y las múltiples pruebas que se le han hecho evidencian que la astrología no funciona. Sin embargo, la mayoría de la gente sigue creyendo en ella. ¿Por qué? Diversos son los mecanismos psicológicos que toman parte, pero quizá el principal es porque ven que la astrología (como otras artes adivinatorias) funciona en ellos mismos. Dean (1987) señala una serie de factores psicológicos que intervienen en el convencimiento interno de la validez de la astrología:
• La lectura fría: por las reacciones involuntarias del sujeto el astrólogo obtiene la información que desea (ver Hyman (1977); para un ejemplo curioso ver Feynman (1988)) • La validación ilusoria: si los argumentos están a favor de algo, aunque los datos apunten en dirección contraria, el sujeto se queda con lo que le parece mejor o correcto. • El "efecto procusteano": forzar al sujeto a ajustarse a la carta. • La memoria selectiva: acordarse únicamente de los aciertos. • El efecto placebo: es bueno lo que el sujeto cree que es. • El efecto Barnum: se aceptan como válidas afirmaciones aplicables a todo el mundo. • El efecto del Dr. Fox: cegar el espíritu critico del sujeto con ciencia y humor. • El efecto de proyección: encontrar significado a aquello que no lo tiene.
------ INSERTO Los astrólogos acertaron incluso menos veces que las predicciones hechas por simple conjetura ------
Un ejemplo clarísimo donde se demuestra la realidad de estos y otros mecanismos psicológicos lo encontramos en el experimento llevado a cabo por Gauquelin. En la primera parte de la prueba Gauquelin realiza el horóscopo del conocido doctor MARCEL PETIOT, que asesinó a cerca de 30 exiliados alemanes del nazismo y que fue guillotinado en 1946, según un programa preparado por el vicepresidente del Centro Internacional de Astrología (Santos, 1990). Al igual que ocurrió con otros asesinos, su horóscopo fue incapaz de revelar los rasgos criminales de su carácter. Posteriormente Gauquelin puso un anuncio en el periódico Ici-Paris donde ofrecía el horóscopo gratis a quien lo deseara. Junto con él adjuntaba un cuestionario donde el interesado debía comentar si el estudio astrológico (de diez páginas) se ajustaba a su carácter, si algún familiar o amigo compartía su opinión y si la carta acertaba a la hora de predecir los periodos buenos y malos. De las 135 contestaciones recibidas el 94% respondió afirmativamente a la primera pregunta, el 90% a la segunda y el 80% a la tercera. Conclusión: el 94% de los consultados se identificaban con la carta astral del mayor asesino francés de todos los tiempos. Tales mecanismos han sido confirmados en los experimentos realizados por Sayder (1974) y Stachnik y Stachnik (1984), donde demuestran un extremo altamente elocuente: si presentamos un texto cualquiera bajo la afirmación de que ha sido escrito teniendo en cuenta la fecha de nacimiento precisa del sujeto, es mucho mejor aceptado y "acierta muchísimas más cosas" que si se presenta simplemente como una descripción de su personalidad.
¿Por qué los astrólogos creen en la astrología? Esencialmente, todos sus argumentos pueden reducirse a los siguientes razonamientos:
• Para los astrólogos científicos, la suya es una ciencia porque utiliza el ordenador y tablas de posiciones planetarias de la N.A.S.A. (Aladrén y Bogdanich (1990)). • La astrología ha sobrevivido al paso del tiempo, luego algo debe tener de verdad (Pablos 1990), Zapater (1990)). • Sólo los astrólogos son los únicos capaces de juzgar la validez de la astrología (Pablos. (1990), Aladrén y Bogdanich (1990), Cassanya (1990), Alazraqui (1990), Aladrén (1990), Bogdanich (l990b), J. Cadena (1990)). • Está probada la influencia de los planetas sobre la Tierra, por ejemplo, la Luna y la lluvia, las manchas solares y las enfermedades cardiovasculares... (sic) (Aladrén y Bogdanich (1990), Áladrén (1990), Santos (1990))
• La astrología trabaja. No se acepta ningún experimento salvo el que se hace con el propio astrólogo (Pablos (1990), Aladrén y Bogdanich (1990b), Cassanya (1990)).
Esta última afirmación no deja de ser curiosa. En cualquier debate que se sostenga con cualquier astrólogo, éste afirmará que es de los pocos que se dedican seriamente a la astrología, que probablemente los experimentos realizados fueron hechos con pseudoastrólogos. Por eso, no aceptarán ninguna prueba (de resultados negativos, por supuesto) si no se realiza con ellos. Después de muchas discusiones uno se pregunta dónde diablos se encuentran esos pseudoastrólogos. Es evidente que cada cual tiene de sí muy alta estima.
El ataque personal también suele ser utilizado por el colectivo de astrólogos, como desgraciadamente han podido comprobar el autor y su colega Javier E. Armentia. Baste como muestra el manifiesto de los astrólogos, publicado parcialmente por el desaparecido periódico El Independiente (1990). He aquí alguno de los párrafos:
"... habría que ver cual sería el futuro profesional si se mostrasen reticentes al firmar y, tal como se está llevando a cabo la campaña, las posibilidades de promoción de los más jóvenes y poca pagados promotores."
"... queremos introducir por nuestra parte algunas matizaciones. Entre otras cosas, querríamos ver a los astrónomos, cuya mayor parte son funcionarios y tienen los garbanzos asegurados, tratando de investigar en un medio hostil y buscándose las fuentes de financiación para ello."
O también las declaraciones de uno de los más afamados astrólogos españoles, Vicente Cassanya, en una entrevista publicada en el número de Octubre de la revista Año Cero (1993):
"En España, un par de elementos que querían alcanzar notoriedad fueron pasando un manifiesto contra la astrología a diversos científicos, para que lo apoyasen"
Sobra todo tipo de comentario.
------ INSERTO El aumento de irracionalismo pasa por la claudicación del espíritu crítico ------
¿DEBEMOS CREER EN LA ASTROLOGÍA?
"Si encuentro a una persona muy tranquila y apacible con cinco planetas en Aries, ello no me hará dudar que Aries significa agresión. Puedo comentar que su ascendente es Piscis, o que su Sol está en conjunción con Saturno, o que tiene su regente en la duodécima casa. Si ninguna de estas excusas es posible, puedo comentar que aún no ha desarrollado su potencial Aries... Pero si al día siguiente me encuentro con un hombre muy agresivo que también tiene cinco planeas en Aries, cambiaré mi rollo: diré que debía ser así debido a esta configuración." D. HAMBLIN (ex-presidente de la Asociación Astrológica Británica).
La cita anterior extraída del Astrological Journal, una de las revistas más prestigiosas sobre astrología, nos muestra la verdadera naturaleza de la predicción astrológica.
Hemos visto contradicciones fundamentales en el seno de las distintas corrientes astrológicas. Hemos visto las objeciones que nos muestran la estructura arbitraria de la astrología. Hemos visto las numerosas pruebas a que ha sido sometida con resultados invariablemente negativos. Hemos visto, en fin, que la astrología no funciona. ¿Por qué los medios de comunicación no se han hecho eco de estos experimentos? ¿Por qué siguen siendo cajas de resonancia de creencias pseudocientíficas? Una posible razón es que la pseudociencia vende, el gusto por lo misterioso y lo fantástico que todo hombre lleva en su interior; el abandono de las religiones tradicionales junto con la búsqueda de otras vías que intentan explicar los porqués y el sentido del Universo de forma mágica y supersticiosa; la mala enseñanza de la ciencia que hizo de ella 'la varita mágica arreglalotodo' capaz de solucionar nuestros problemas, y lo que ha provocado es un desencanto hacia ella. Éstas son algunas de las causas del ascenso de todas estas creencias.
Thomas (1978) presenta otra posible respuesta al ascenso (y descenso) de las prácticas mágicas: son una forma de enfrentarte a situaciones en las cuales los métodos usuales no ofrecen ninguna posibilidad de éxito. Así, la astrología no es eficaz en el sentido estricto del término, pero proporciona seguridad y una sensación de control sobre el desarrollo de los acontecimientos futuros. "La magia prevalece cuando el control ejercido sobre el entorno es escaso" afirman G. y M. Wilson. De todas formas, no podemos separar los componentes sociológicos, culturales, históricos y tradicionales cuando queramos hacer un análisis sobre las motivaciones por las cuales aumentan las creencias pseudocientíficas. Como muy bien señala Pierre Thuillier en su estudio sobre la decadencia de la astrología durante el Renacimiento (ver Thuillier, l990), "esta supuesta ciencia no llegó a refutarse: sencillamente cayó en desuso". No podemos convencer a nadie con argumentos racionales si no quiere convencerse racionalmente. El aumento del irracionalismo pasa por la claudicación del espíritu crítico. Se fuerza a que el mundo sea como nos gustaría que fuera y nos negamos a aceptarlo tal y como es. Por eso, en 1990 los científicos españoles se adhirieron a la declaración que en el año 1975 firmaron sus colegas estadounidenses. Una declaración que invita a que pensemos por nosotros mismos, a que analicemos las cosas antes de aceptarlas, a que comprendamos la ciencia y cómo trabaja. No se trata de imponer ninguna forma de pensar, sino todo lo contrario.
La astrología es una grave enfermedad. Hace a las personas conformistas y apáticas, sin capacidad de reacción y decisión. Es una excelente excusa cuando las cosas salen mal o se tuercen. "Está escrito en las estrellas y no puedo luchar contra el destino". Con ella podemos justificarlo todo, incluso las mayores atrocidades.
"Si nuestra sociedad necesita de toda su capacidad racional para resolver los importantes problemas que tiene planteados, ¿Qué ocurrirá si empresarios, economistas y políticos confían el destino de empresas, capitales y naciones a los oscuros designios de los dioses-planetas?" (Armentia, Sabadell, Zamorano, Aragón y Montesinos. 1990).
La astrología hace a las personas manejables por charlatanes y visionarios. Pretenden que volvamos 4000 años atrás, cuando se creía que la Tierra era el centro del Universo y los dioses gobernaban hasta la caída de una hoja.
Puestos a elegir prefiero soñar leyendo El Señor de los Anillos
LA JETOLOGIA
Una forma de hacer ver la completa irrelevancia del planteamiento astrológico es mediante la creación de otra ciencia sin el bagaje histórico de la astrología. Franknoi (1989) propone la JETOLOGIA: el destino y carácter de las personas puede conocerse a partir de la posición de los aviones jumbo en el cielo. Evidentemente, los jumbos más cercanos al bebé en el momento de su nacimiento influirán más que los lejanos.
Podemos crear relaciones entre ángulos, alturas..., de los aviones y por la forma en que están pintados atribuirles unas características determinadas. Con ayuda de un potente ordenador que archive todos esos datos le damos la envoltura de ciencia necesaria para estos menesteres y ya estaremos en condiciones de lanzar este "arte" al mercado
JURAMENTO HIPOCRÁTICO DEL ASTRÓLOGO
No podía dejar pasar sin transcribir este juramento para los lectores de LAR (como reza en la carta astral del Observatorio de Greenwich realizada por el astrónomo John Flamsteed, "contened la risa, amigos míos"):
1. No practicaré la adivinación ni la predicción para satisfacer los mórbidos anhelos de los curiosos.
2. No intentaré sorprender ni jugar con la credibilidad de otro, únicamente daré satisfacción a las consultas de aquellos que tengan un problema que no puedan resolver ellos solos y busquen ansiosamente ayuda; en lugar de avanzar un propósito, me esforzaré por estimular el pensamiento recto, que contribuya a evitar y mitigar una condición desfavorable que vea en actividad, interpretándola en términos de influencia, antes que en términos de hechos; enseñando
siempre una doctrina de libre albedrío y autocontrol emocional que sea antítesis de fatalismo o predestinación implacable. 3. No daré consejo a persona alguna que contribuya a perjudicar a terceros, o que se aproveche o pretenda aprovecharse injustamente de ellos.
4. Nunca efectuaré manifestación o interferencia que vaya en detrimento de cualquier manera, de otro astrólogo.
5. Si un astrólogo me llamase a consulta le ayudaría con la plenitud de mi saber.
6. Siempre trabajaré por enriquecer mis conocimientos y por enseñarlos a quien considere digno de seguir mis pasos.
7. Consagraré mis energías sin escatimarlas a mejorar la comprensión humana y las relaciones de las personas, en beneficio de un mejor entendimiento y servicio de la sociedad.
8. Quiera el Creador que colocó los planetas en sus órbitas para guiar los destinos del hombre, preservarme proporcionalmente a la fidelidad en que yo siga las leyes que se me han ordenado enseñar.
REFERENCIAS
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NOTAS
1- También llamado principio de correspondencias se mantiene vivo hoy día como eje vertebrador de toda corriente ocultista que se precie. Baste con leer, por ejemplo el Tratado Elemental de Magia Práctica de Papus (seudónimo del Dr. Encausse) (Ed. Humanitas. 1985), Dogma y ritual de Alta Magia de Eliphas Levi (Ed. Humanitas, 1985) o El Mago de W E. Butler (Luis Cárcamo Editor, 1985). Tal 'principio' es producto exclusivamente de la mente humana y no existe ninguna base física que lo apoye. En la magia ritual es la voluntad del mago la encargada de 'transportar' las propiedades del amuleto al objeto correspondiente, pero en la astrología el paso es automático. 2- Mencionados por primera vez en el documento VAT 4924 (419 a.C.). 3- Quizá la mejor traducción fuera decanatos, pero eso llevaría a error al confundirse con un concepto del mismo nombre de la astrología moderna con el que no guarda relación alguna. Esto no deja de ser curioso ya que los decanos son la razón actual para la división en doce horas de la noche, y de aquí de nuestro día de 24 horas. Ver Neugebauer (1957) y Pannckock (1961). 4- Salida de una estrella cuando el Sol se pone. 5- Desplazamiento que el punto vernal (que marca el comienzo de la primavera) sufre debido al efecto gravitatorio combinado del Sol y la Luna, que intenta poner al eje terrestre perpendicular a la eclíptica. Debido a esto el eje terrestre describe un movimiento cónico con un periodo de 26.000 años. Actualmente la estrella polar se encuentra en la constelación de la Osa Menor, pero en el 2800 a.C. estaba en el Dragón y para el 4000 d.C. estará en Cefeo. Así, la Tierra se comporta dinámicamente igual que una vulgar peonza y por eso los signos, definidos a partir de la posición del punto vernal hace 2000 años, no coinciden hoy con las constelaciones que les dieron nombre. La tan manida Era de Acuario es debida a que el punto vernal ha atravesado la constelación de Piscis y se encuentre a punto de entrar en Acuario. 6- El astrónomo aficionado Ben Mayer ofreció un premio de 10.000 dólares al astrólogo que le mostrase una fotografía sin ningún tipo de trucaje donde se viera el Sol en Cáncer en lugar de en la constelación de Géminis (donde realmente se vio) durante el eclipse de Julio de 1991. 7- El orto es el error máximo admitido para poder afirmar que dos o más planetas se encuentran aspectados. Cuando un astrólogo dice que dos planetas se encuentran en oposición (un ángulo de 180 grados) es cierto dentro de un arco de 7 grados (March y McEvers, 1989). 8- Un discípulo de Beroso llamado Archinapolo propuso que fuera la concepción el dato clave para la construcción de la carta astral. Parece ser que el pobre
no tuvo mucha suerte.
9- Gauquelin es usado por los astrólogos como prueba estadística de sus creencias. Lo que en realidad hizo fue crear lo que llamó Cosmobiología o, ya hacia el final de sus días, Neoastrología, basada en una serie de estadísticas altamente sesgadas y que contradecían las posturas tradicionales de la Astrología. Para una discusión de este nuevo tipo de creencia pueden verse la serie de artículos aparecidos en la revista Skeptical Inquirer vol. 4 nº 2 o bien Pecker (1983), Kelly (1981) o Toharia (1993).
10- Vicuña (1993) ha realizado un análisis más reducido sobre un grupo de predicciones realizadas por videntes españoles. El resultado sigue siendo el mismo: negativo. Sin embargo, introduce una modificación muy original: el uso de un grupo de control integrado en su mayoría por miembros de ARP. El resultado es que aciertan muchísimo más los escépticos que los videntes.
11- Incluso dos astrofísicos, Gribbin y Plagemann (1974) profetizaron la tragedia debida a que las fuerzas de marea de los planetas provocarían un aumento en la actividad solar. Su libro, claro ejemplo de prosa pseudocientífica, se vendió como rosquillas y los astrólogos lo usaron como "prueba" de su "ciencia". No perderse los sabrosos comentarios de Gardner (1987). Para un corto análisis del 'efecto Júpiter' ver Tempesti (1982).
CRÍTICA Transcribimos a continuación íntegro el manifiesto "Objeciones a la Astrología", proclamado por numerosos científicos en 1976, y promovido en España hace tres años por nuestros compañeros Javier E. Armentia y Miguel Angel Sabadell.
OBJECIONES A LA ASTROLOGÍA
Científicos de diversos campos estamos preocupados por el incremento en la acogida de la astrología en muchas partes del mundo. Nosotros, los abajo firmantes, -astrónomos, astrofísicos y científicos de otras ramas del saber- queremos prevenir al público sobre la aceptación incondicional de las predicciones y consejos dados privada o públicamente por los astrólogos.
Aquellos que quieran creen en la astrología deberían saber que no existe fundamento científico para su creencia.
En la antigüedad las personas creían en las predicciones y consejos de los astrólogos porque la astrología formaba parte de su visión mágica del mundo. Veían los objetos celestes como moradas y presagios de los dioses, y por tanto íntimamente conectados con los sucesos que ocurrían aquí en la Tierra: No tenían idea de las grandes distancias que nos separan de los planetas y las estrellas. Ahora que estas distancias pueden ser y han sido calculadas, podemos ver lo infinitamente pequeñas que son las influencias gravitacionales y de cualquier otro tipo producidas por los lejanos planetas y las aún más lejanas estrellas. Es simplemente un error imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento pueden de alguna forma determinar nuestros futuros. Tampoco es verdad que la posición de los objetos celestes haga que ciertos días o periodos del tiempo sean más favorables para emprender algún tipo de acción, tales como negocios, trabajos, viajes..., o que el signo bajo el cual uno ha nacido determine la compatibilidad o incompatibilidad en su relación con otras personas.
¿Por qué cree la gente en la astrología? En esta época de incertidumbres es muy reconfortante tener quien dirija la toma de las propias decisiones. Gusta creer en un destino predeterminado por fuerzas astrales más allá de cualquier control. Sin embargo, somos nosotros los que debemos enfrentarnos al mundo, debemos darnos cuenta que nuestros futuros dependen de nosotros mismos, y no de las estrellas.
Imaginábamos, en estos días en que la cultura y la educación se encuentran muy difundidas, que sería innecesario desenmascarar creencias basadas en la magia y la superstición. Con todo, la aceptación de la astrología es cada vez mayor en la sociedad moderna. Estamos especialmente inquietos por la continuada proliferación de cartas astrales, predicciones y horóscopos por los medios de comunicación social tanto visuales como escritos. Esto sólo puede contribuir al crecimiento del irracionalismo y el oscurantismo. Creemos que ha llegado el momento de rechazar vigorosamente las afirmaciones pretenciosas de los astrólogos charlatanes.
Es claro que esas personas que continúan teniendo fe en la astrología lo hacen a pesar de que no hay ninguna base científica para sus creencias, y sí hay una fuerte evidencia de lo contrario.
EL OJO ESCÉPTICO.
Revista del Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CÁIRP). 4 números US $ 20.00. Podéis subcribiros enviando un cheque a nombre de Alejandro Jorge Borgo, a la siguiente dirección:
Casilla de Correos 26, Sucursal 25 1425 Buenos Aires República Argentina.
HISTORIA DE UN MANIFIESTO...
Javier E. Armentia Vicepresidente de ARP y director del planetario de Pamplona. Junto con Miguel Ángel Sabadell fue promotor del manifiesto "Objeciones a la Astrología"
El 23 de mayo de 1990 un grupo de científicos, en su mayoría astrónomos que investigan o educan en nuestro país, lanzó a los medios de comunicación un manifiesto titulado "Objeciones a la Astrología". Se trataba de aquel famoso comunicado de 1976, que había sido entonces suscrito por casi doscientos científicos estadounidenses. incluyendo 20 premios Nobel. En la versión española no había grandes laureados, pero los 258 firmantes equivalían a la virtual totalidad de la Astronomía española. Más de tres años después, puede ser un momento adecuado para ver qué ha sucedido desde entonces.
Pero permítaseme antes comentar que todo ello no hubiera sido posible sin el coraje del astrofísico Miguel Ángel Sabadell y el apoyo de muchos astrónomos, en especial del Departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, donde Miguel Ángel y yo trabajábamos por aquella época.
Revisando lo publicado sobre el tema, al menos lo que he ido almacenando de manera un tanto caótica, podemos señalar dos épocas diferenciadas. La primera abarca los dos meses siguientes a la aparición en EL PAÍS de la noticia. Hago la mención de este diario por su amplia difusión. Al día siguiente, ya estábamos colapsados por requerimientos de todos los medios de comunicación: habíamos creado una noticia.
En honor la verdad, en aquella iniciativa, aunque Miguel Ángel y yo éramos ya miembros de ARP, procuramos que -en un principio- no fuera ARP la responsable directa, sino que se presentara al público como lo que era, el aviso preocupado de los científicos. De hecho, los permisos de reproducción del manifiesto se habían gestionado directamente con Paul Kurtz, del CSICOP.
------ INSERTO En general, los astrólogos se defendían como gato panza arriba ------ Aparte de la noticia, aparecieron columnas de opinión en muchos diarios, incluso algunas a favor... La mayoría de los debates que se promovieron en aquella primera época en radio y televisión incluyeron tanto a astrónomos como a astrólogos, en la típica idea de algunos medios de conceder igualdad de opiniones cuando un escéptico se queja. Pero, hay que reconocerlo, en aquella época casi nunca aparecía un escéptico en los medios, así que creímos que era un buen comienzo.
Sobre las críticas, y aun a riesgo de ser injustos por la generalización, cabe comentar su escaso peso. En general, los astrólogos (y otros adivinadores que se vieron puestos en el mismo saco) se defendían como gatos panza arriba, pues al fin y al cabo estaban defendiendo sus lentejas. Pero no había grandes argumentos: el principal se refería al consabido dogmatismo de los científicos oficiales. Nada especial que comentar al respecto, pues era algo esperado. A veces se comentaba que además de dogmáticos, los españoles eran tan poco imaginativos que habían copiado el manifiesto a los americanos. A este respecto, obvia decirse que no se trataba de una copia, sino exactamente del mismo manifiesto, traducido al castellano. Si lo habían dicho tan bien tantos científicos, no creíamos necesario cambiar ni una palabra.
Otro argumento, aunque realmente sea un abuso del término, era que los astrónomos no
sabían nada de astrología, y por lo tanto, sólo quienes sabían de ella, es decir, los que viven de ella, estarían capacitados para su crítica. Gran aforismo, que equivale a decir que sólo los violadores de púberes pueden juzgar o criticar a quien viola a una niña. Por otro lado, en nuestro lado teníamos unos cuantos grandes conocedores de la astrología. De hecho, cualquier estudiante de astronomía puede levantar una carta astral, cualquier lego puedo hacerlo si dispone del programa informático adecuado, pero además el astrónomo sabe a qué se refiere eso... Vamos, una completa estulticia, que mostraba una vez más el bajo nivel intelectual de muchos videntes y comerciantes de futuros.
Estaban aquellos que se desmarcaban de la crítica diciendo que lo suyo, la astrología no era una ciencia, sino un arte, o que era más dominio de la psicología jungiana. El hecho de que mostráramos una y mil veces cómo sistemáticamente todos los tests correctamente realizados sobre las afirmaciones astrológicas fallaban en contra de esta adivinación, digo yo, lo considerarían un cruel castigo de la sincronicidad o un fallo en los registros akhásicos.
Todos los críticos eran, a su modo de ver, unos galileos o brunos luchando contra la nueva inquisición. ¿Megalomanía? Incluso algunos comentaron que los autores de la idea habíamos coaccionado a nuestros colegas para que suscribieran el manifiesto. Miguel Ángel Sabadell en esa época luchaba por conseguir una beca de investigación, yo gozaba (es un decir) de un contrato temporal como ayudante LRU; por decirlo de otra forma, éramos quizá los menos capaces de influenciar a doctores. catedráticos y directores de instituto de todos los astrónomos españoles. Da igual, porque tras unos años, me he visto acusado de manipulador, agente de la CIA y demás cosas inimaginables sin más que ponerme en frente de tanto charlatán.
MUY Interesante, en aquella primera época, se posicionó claramente a favor de la razón, y por lo tanto, frente a la adivinación. CONOCER fue algo más tibio: daba una de cal y otra de arena, en la habitual línea del periodista que firmaba la crónica, Abelardo Hernández. Tribuna de Astronomía también nos dejó un hueco. Ni qué decir tiene que Más Allá o Año Cero se alinearon del otro bando. No podría ser de otra forma en revistas con sección fija de astrología.
------- INSERTO Todos los críticos eran, a su modo de ver, unos galileos luchando contra la nueva inquisición -------
En aquella época iba a nacer Espacio y Tiempo. A pesar de que las cabezas visibles del invento eran bien conocidas por su irracional apoyo a todo lo "para" (el Dr. Jiménez del Oso y el escritor Benítez), se nos propuso hacer un artículo crítico sobre el tema. Ya que voy citando nombres fue el Dr. Manuel Berrocal quien lo intentó. Ni que decir tiene que el artículo nunca apareció en E&T, aunque fue incluido por Berrocal en PSI-Comunicación.
Por su parte, los astrólogos, en sus congresos llegaron a mencionarnos y comentar el tema. Para muchos de estos creyentes fue quizá la primera vez que llegó a su conocimiento que había gente que opinaba que la astrología era insustancial.
Animados por el eco, estuvimos tentados de promover entre los astrónomos aficionados y demás amantes de la astronomía, la idea de un segundo manifiesto: en las Jornadas Nacionales de Astronomía del 90 en Murcia se incluyó una ponencia crítica, aunque al final tal manifiesto no llegó a realizarse. El texto de esta ponencia apareció en LAR, aunque los hados de la autoedición le condenaron a perder la división de párrafos.
Pero eso era el comienzo de la segunda época, que dura más o menos hasta nuestros días. Desde entonces, las publicaciones críticas de la astrología no han abundado, salvo -claro- en LAR. Quizá la excepción más importante es la del libro de Manuel Toharia (Astrología ¿Ciencia o creencia?) y un artículo sobre el tema en CONOCER el año pasado, motivados ambos por la sorprendente decisión de una editorial francesa de temas científicos de retirar del mercado un maravilloso libro crítico de la astrología de Paul Couderc y sustituirlo por uno claramente defensor de los postulados ptolemaicos.
El libro de Toharia merece más espacio del que le voy a dedicar aquí, como obra única en nuestro país, proveniente de un gran divulgador y, sobre todo, muy clara. De todas formas, considero que los lectores ya lo conocerán, y si no es así, no entiendo qué hacen sin correr a por
un ejemplar. A mi modo de ver, es obligatorio disponer de uno...
En la segunda época ha habido un cierto interés sobre el tema, pero de manera esporádica, por parte de diversos medios de comunicación. La difusión de la postura racional en esta segunda época ha recaído más en ARP, que ha aportado -cuantas veces ha sido necesario- una voz experta y una opinión contundente sobre el tema. Aunque la astrología ha seguido siendo el tema principal de debate, se han incorporado también las demás mancias. Y ello ha conseguido que unos y otros nos hayamos visto muchas veces las caras, conllevando la lógica -es un decir- radicalización de nuestros oponentes.
Ya lanzamos la primera piedra...
Un caso a este respecto clarificador es el de la tarotóloga (perdón por el palabro) Leonor Alazraqui. En un reciente debate televisivo (Rifi-Rafe, ETB) cada vez que intentaba hablar, la pitonisa me insultaba... Que si yo no era nadie, que si no había hecho ningún bien por el mundo... ¿Patético? Creo que sí, pero evidencia un desquiciamiento sólo inteligible porque les hemos dado donde más les dolía. A esta señora, y a todos los espectadores del programa, les recordé el seguimiento de sus predicciones realizado por Luis Angulo (LAR, No. 11) y otras famosas metidas de pata posteriores. Eso, digo yo, tiene que doler un poco, aunque el efecto sobre la clientela de la vidente sea nimio.
Comentaba recientemente Toharia que desde que se metió a principios de año con Rappel en su columna dominical del Diario 16, éste se ha hecho más famoso. Sin querer aplicar una relación causa-efecto, es cierto que en estos tres últimos años hemos visto cómo estas (y otras) irracionalidades han aumentado en popularidad, en vez de disminuir.
La verdad es que cuando se lanzó el manifiesto ya sabíamos que era muy difícil que el público se hiciera más crítico de la astrología. Al menos, como ya contenté en una columna en LAR, hemos conseguido que se oyera la voz racional. Si esto ha servido para que una sola persona se lo piense dos veces antes de caer en las garras de estos sacacuartos, creo yo que mereció la pena.
He de terminar, pero no quiero hacerlo sin dejar antes unas palabras escritas para que el posible lector se anime, que esta pequeña llama no decaiga. Con estas y otras acciones, ARP empieza a ser conocida un poco más allá de esa pequeña catacumba que formamos sus socios y suscriptores. Eso es bueno, no porque se puedan conseguir más socios, sino porque al menos desde algunos medios de comunicación se empieza a valorar la opinión racional. Aunque al conectar la telebasura cualquiera pueda pensar que estoy siendo demasiado optimista, les aseguro que algo ha ido cambiando.
Como decíamos en el manifiesto, seguimos preocupados por el incremento en la acogida de la astrología, y hemos intentado que se sepa nuestra opinión. Ya lanzarnos una primera piedra...
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INVESTIGACIÓN
PON UNA LUNA EN TU VIDA Capítulo 1: Luna llena y cabezas vacías Harry Williams
Es creencia común que diversos fenómenos sociales están asociados con las fases de la Luna. Es tal su fuerza, inmersa en el folklore de muchas sociedades, que es aceptada sin ningún tipo de crítica, especialmente por los medios de comunicación.
Por lo menos hay dos posibles razones por las que esta creencia se encuentra tan arraigada: puede que sea cierta, o puede que haya algún otro factor en juego que la haga aparecer como cierta. Han sido realizados diversos estudios para comprobar la realidad del fenómeno, algunos de los cuales dan a entender que existe cierta relación entre las fases de la Luna y los nacimientos, suicidios, accidentes e inestabilidades emocionales. Muchos otros son incapaces de mostrar que existe esta pretendida conexión. Sobre estos últimos puede consultarse "The Moon and the Maternity Ward" (Abel y Greenspan) en Paranormal Borderlands of Science (Prometheus, 1981) y "The Moon is Aquitted of Murder in Cleveland" (N. Sanduleak) en Science Confronts the Paranormal (Prometheus, 1986) y en diversos números del The Skeptical lnquirer.
Sondeos informales realizados entre la plantilla de trabajadores del servicio de urgencias de diferentes hospitales, han revelado que se encuentra muy extendida la creencia de que si hay Luna Llena se incrementa el número de accidentes y durante las operaciones los pacientes sangran más. Otras encuestas muestran que muchas de las personas consultadas (al igual que la mayoría de la población) desconocen cuál es la fase de la Luna en un momento determinado. Esto hace sospechar que ante un incremento de actividad, la tradición popular culpa a la Luna Llena, sin saber si la Luna se encuentra en esa fase. Si esto es así, la pretendida influencia de la Luna sería simplemente un mito automantenido, que no necesita de ningún hecho para sobrevivir. Aunque no sería fácil probarlo, hay fuertes indicios de que esta explicación tan simple pueda dar cuenta de la mayoría del folklore asociado a la supuesta "Influencia Lunar".
Antes de buscar si es una suposición razonable considerar el efecto de la Luna, debemos tener en mente algunos hechos sobre la Luna y su relación con la Tierra.
La Tierra es el único de los cuatro planetas interiores (rocosos) que tiene un satélite grande. Mercurio y Venus no lo tienen y Marte tiene dos muy pequeños. Los cuatro planetas gigantes gaseosos tienen un séquito de satélites grandes y pequeños, y a Plutón se le ha descubierto tan sólo uno. Nuestra Luna tiene un tamaño respetable, mayor incluso que el planeta Plutón. La Luna describe uno órbita elíptica alrededor de la Tierra, o para ser más exacto, la Tierra y la Luna orbitan alrededor de un punto llamado baricentro, situado en la línea que une los centros de los dos cuerpos y aproximadamente a un tercio de la distancia entre la superficie de la Tierra y su centro. El punto de máxima aproximación de la Luna (perigeo) está a 354.000 km del centro de la Tierra y el más lejano (apogeo) a 404.000 km. La Luna rota sobre su eje y da una vuelta a la Tierra cada 27,3 días, pero debido al movimiento de la Tierra alrededor del Sol, una lunación (1) es de 29,53 días.
La órbita de la Luna esta inclinada 5 grados con respecto a la eclíptica (2) lo que es una suerte para los amantes de la Luna Llena. Si esto no fuera así con cada Luna Llena tendríamos un eclipse lunar y con cada Luna Nueva un eclipse solar.
La luz de la Luna es reflejo de la luz del Sol. La Luna no tiene luminosidad propia, y es tal su albedo (3) que sólo refleja aproximadamente el 7% de la luz solar incidente como 'luz de luna’.
Todos conocemos el efecto de marea de la Luna sobre los océanos de La Tierra debido a la atracción gravitacional entre los dos cuerpos. Este efecto es directamente proporcional a la masa de los cuerpos e inversamente proporcional al cubo de la distancia que los separa. Efectos menos conocidos causados por la fuerza de marea son la sincronización o movimiento de captura de la Luna, que supone que presenta siempre la misma cara hacia la Tierra, y que la disipación de la energía de marea signifique que el periodo de rotación de la Tierra decrezca 0,02 segundos por siglo. Esta deceleración de la velocidad de rotación de la Tierra es transferida (por conservación del momento angular) a la Luna, lo que causa una aceleración y un alejamiento de la Tierra de 4,5 cm. por año.
Este es el principal efecto físico de los dos cuerpos. No menciono aquí el efecto psicológico de la luz de la Luna en los más románticos habitantes de Tin Pan Alley, que queda fuera de la órbita de este articulo.
En el contexto de los hechos mencionados anteriormente, ¿qué significa el término 'Luna Llena'? Como la luz de la Luna es reflejo de la luz del Sol, cuando el Sol, la Tierra y la Luna se encuentran alineados con la Luna entre los otros dos cuerpos, tendremos Luna Llena, ya que la luz del Sol incide directamente sobre la cara que vemos de la Luna. Cuando el Sol brilla sobre la cara de la Luna que no vemos tendremos Luna Nueva, y entonces se hace invisible a nuestros ojos. Otras veces vemos una tenue luz en la Luna debido a la luz reflejada por la Tierra (4). Las otras fases se encuentran entre estos dos extremos y dependen de los ángulos que forman los tres cuerpos.
------ INSERTO No hay que malgastar el tiempo explicando un fenómeno si todavía no se ha comprobado que suceda ------
Sólo hay un efecto en el cual sea claro que la Luna afecta a la Tierra: la altura de mareas. Cuando el Sol, la Luna y la Tierra están alineados, ya sea Luna Llena o Nueva, nosotros tenemos las mareas de primavera, más altas de lo normal. Esto ocurre porque las influencias del Sol y de la Luna se suman.
Mientras que el efecto de marea entre la Tierra y la Luna puede ser importante, en una persona es insignificante y esto es lo que debemos pensar cuando investigamos la influencia de la Luna en las personas. El efecto marea como fue mencionado al principio es una consecuencia gravitacional. La gravedad en la Tierra sobre cada uno de nosotros es tan débil que podemos levantarnos, saltar, subir una escalera, a pesar de la masa de la Tierra que trata de evitarlo. La Luna sólo es 1/81 de la masa de la Tierra y está seis veces más lejos de nosotros que el centro de la Tierra, no olvidemos que la gravedad va con el inverso del cuadrado de la distancia, mostrando que el efecto gravitacional de la Luna es despreciable. Hay que añadir a esto que el efecto de marea de la Luna es aumentado cuando los tres están en línea, entonces si la gravedad tiene algo que ver, sería más fuerte en Luna Nueva que en Luna Llena. Deberíamos tener también un "Efecto Solar" porque mientras el efecto marea del Sol es menor que el de la Luna, no es despreciable. Y no debemos olvidar el hecho de que algunas veces la Luna está 50,000 km más cerca de nosotros (perigeo) que otras (apogeo). El perigeo y el apogeo no tienen nada que ver con las fases de la Luna. Esta diferencia en la distancia (recordemos la regla del inverso del cuadrado de la distancia), verdaderamente debería tener un efecto mayor que las diferentes fases. ¿Por qué el 'Efecto Perigeo' no forma parte de nuestro folklore? Pienso que porque nadie, excepto unos pocos astrónomos, tiene idea de cuándo la Luna está en perigeo (o incluso que algo como el perigeo exista), mientras que cualquiera ha experimentado el efecto mitológico de la Luna Llena, y sólo hemos de mirar el cielo por la noche para ver cuando la hay.
A menos que aceptemos misteriosos energías desconocidas para la ciencia, lo cual ya ha sido discutido anteriormente en esta revista (Vol 10, nº 1) y de las cuales no hay evidencia externa,
salvo en la calenturienta imaginación de aquellos que postulan una visión paranormal del mundo, debemos afirmar que ni la gravedad ni la radiación electromagnética pueden provocar este supuesto efecto. La gravedad, tal como mostramos anteriormente, sería un pobre candidato y la radiación electromagnética sería aún peor. La única variación en el flujo de radiación electromagnética recibida de la Luna durante sus distintas fases es la cantidad de luz solar reflejada que podemos ver. Si la luz solar es capaz de producir tal efecto, deberíamos experimentar una mayor influencia durante el día que por la noche. Es más, recibimos una cantidad de luz solar reflejada por nuestro propio planeta durante cualquier día del año varios órdenes de magnitud superior a la trémula luz que podamos recibir de la Luna, sin importar si es o no Luna Llena.
A pesar de lo irracional que esta idea pueda parecer, si de hecho existe una influencia lunar de alguna manera deberíamos ser capaces de encontrar su causa. Los hombres hemos conseguido resolver problemas mayores que éste, y cualquiera que no sea científico y haya leído algo de relatividad y física cuántica estará de acuerdo. Pero, como tantas veces se ha repetido en esta revista, no hay que malgastar el tiempo buscando e1 origen de cierto fenómeno si todavía no se ha establecido que suceda realmente. Mientras no haya evidencia de que hay un efecto de la Luna, tenemos perfecto derecho a considerar que no es más que "Brillo de Luna".
NOTAS. (1) El periodo de tiempo que transcurre entre dos lunas llenas. (2) La proyección de la órbita de la Tierra sobre la esfera celeste o el desplazamiento del Sol sobre el fondo de las estrellas. (3) La fracción de luz incidente reflejada. (4) Llamada luz cenicienta (N. de los T.)
------ Aparecido originalmente en The Skeptic (Otoño, 1991), órgano de difusión de Australian Skeptic Inc. Se reproduce en LAR con autorización. Traductores: Eva Mª García y Miguel Ángel Sabadell.
------ FOTOGRAFIA La Luna durante el eclipse de Noviembre de 1992 (Eduardo Bayona) ------
Capítulo II Influencia de las fases lunares en el empleo de sangre en un hospital de Sidney. John Smyrk y Roslyn Fekitoa
ANTECEDENTES
Existe la creencia ampliamente extendida de que la luna llena está asociada con fenómenos de todo tipo.
OBJETIVO
Los autores decidimos estudiar las evidencias de un mayor trauma asociado a la luna llena, a través de la distribución del empleo de sangre en un hospital metropolitano de Sidney. Se obtuvo información sobre el consumo sanguíneo diario (en bolsas) del hospital Homsby & Kuringgai durante el periodo transcurrido entre el 1º de Julio de 1989 y el 30 de Junio de 1990. Si, como se asegura, los accidentes tienden a ocurrir con mayor frecuencia, o los pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas tienden a sangrar con más facilidad, durante la luna llena, es de suponer que ello se vería reflejado en los niveles de consumo sanguíneo.
El hospital escogido es uno de los mayores de la región metropolitana de Sidney. Situado junto a la autopista del Pacífico, en las afueras de la ciudad, dicho hospital atiende a las víctimas de un gran número de accidentes de tráfico.
PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO
Se confeccionó una sencilla hoja de cálculo en Excel para la gestión de todos los datos y la realización de las operaciones estadísticas necesarias. Se crearon cinco columnas donde almacenar los datos de interés primario:
• Fecha/Día de la semana: identificados de "Lunes" hasta "Domingo".
• Consumo de sangre: Muestra el consumo total diario expresado en número de bolsas.
• Indicador de luna llena: Comprende una única secuencia de "1" y "0" donde los "1" indican los días en que tiene lugar la luna llena.
• Consumo sanguíneo total en semanas de luna llena: Contiene doce totales, cada uno asociado a un periodo de siete días contados a partir de luna llena. Cualquier impacto de los traumas inducidos por la luna llena, debería evidenciarse en estos períodos como un incremento de consumo.
• Consumo sanguíneo total en semanas sin luna llena: Contiene doce totales, cada uno de ellos asociado a un periodo de siete días contados desde quince días antes de la luna llena. Se seleccionó dicho periodo de forma que empezase media lunación desfasado con la luna llena. Dichos intervalos deberían quedar libres de efectos lunares.
OBSERVACIONES
Entre las características reveladas por la hoja de cálculo destacaremos las siguientes:
De hecho, el consumo semanal promedio de los periodos "sin luna llena" fue superior al mismo valor calculado durante los períodos "con luna llena" (61,08 contra 57,83 bolsas por semana).
Los días iniciales de las semanas de luna llena se distribuían aceptablemente al azar entre los posibles días de la semana: (Lunes = 1, Martes = 2, Jueves = 3, Viernes = 2, Sábado = 1, Domingo = 2).
Existe un consumo inferior, significativo estadísticamente, durante los fines de semana (6,21 contra 9,14 bolsas diarias). Dicho efecto (denominado estacionalidad intrasemanal) puede atribuirse a la programación de las operaciones de cirugía facultativas durante los días laborables. Para la segunda fase de nuestro análisis se escogieron aquellos periodos de siete días que minimizasen dicho efecto estacional.
INTRODUCCION A LA TOMA DE DECISIONES ESTADISTICAS
Nos encontramos frente a una situación habitual a la hora de la verificación de una hipótesis. ¿Hasta qué punto son coherentes nuestros resultados con la propuesta de que el consumo de sangre tiende a ser superior debido al trauma asociado con la luna llena?. El procedimiento estadístico convencional nos ofrece el siguiente método de respuesta: Formúlese la propuesta a verificar como dos afirmaciones mutuamente excluyentes. La primera de ellas, denominada "Hipótesis nula" afirma la no existencia de diferencias en los dos conjuntos de datos que se investigan. La segunda sería una "Hipótesis Alternativa" que afirmase que sí existe alguna diferencia subyacente.
Empléense entonces los datos para comprobar la credibilidad de la hipótesis nula. Para ello bastará con asumir que la hipótesis nula es correcta y preguntarse por la coherencía entre los resultados obtenidos y dichas hipótesis.
Si no aparece ninguna sorpresa, y los resultados encajan a la luz de la hipótesis nula, entonces no tendremos ninguna razón para abandonarla en favor de otra, y deberemos aceptarla como una explicación adecuada de los datos disponibles.
Si por el contrario, los resultados observados resultan inesperados dentro de la hipótesis nula, deberemos rechazarla en favor de la hipótesis alternativa, considerando esta última como una mejor explicación para los datos existentes.
Nosotros escogimos como valor estadístico sobre el que aplicar dicho procedimiento, el promedio semanal tanto en "luna llena" como "sin luna llena". Y adoptamos las siguientes hipótesis a comprobar:
# Hipótesis nula: No existe diferencia entre el consumo sanguíneo promedio durante las semanas "en luna llena" y "sin luna llena".
# Hipótesis alternatíva: El consumo promedio durante las semanas "en luna llena" y "sin luna llena" es diferente.
Nótese que nosotros no afirmamos en ningún momento haber probado alguna de ambas hipótesis. Lo más que podemos afirmar es si una u otra hipótesis está apoyada por los datos. En el caso de que fuera la hipótesis alternativa la favorecida, aquellos que promueven un efecto "luna llena" deberían cumplir dos requisitos más:
- Encontrar nuevos datos que puedan utilizarse para replicar el resultado inicial.
- Ofrecer un modelo que describa la naturaleza del mecanismo causa-efecto que explique el fenómeno observado.
ANÁLISIS Y CONCLUSIONES
Para evaluar la coherencia de nuestros resultados con la hipótesis nula, utilizamos el método de valor t para comprobar la igualdad de las medias calculadas en muestras obtenidas de poblaciones con unas varianzas desconocidas. Ello nos permite determinar lo inesperada que es la diferencia observada entre los dos valores de consumo promedio de sangre (61,08 - 57,83 = 3,25) si la hipótesis nula fuera cierta. Si nosotros definimos "sorpresa" como una ocurrencia de cada 20, entonces necesitaríamos una diferencia de consumos alrededor de 14,5 antes de poder rechazar la hipótesis nula.
En consecuencia, debemos concluir que no existen pruebas, a partir de los consumos sanguíneos en el hospital Hornsby & Kuringgai, que apoyen la idea de que existe un mayor trauma asociado a un supuesto Efecto Luna Llena.
APENDICE A
Para el beneficio de aquellos lectores con conocimientos de estadística, adjuntamos el resumen formal de nuestra prueba de hipótesis.
Hipótesis: NULA Promedio (Luna Llena) = Promedio (No Luna Llena) ALTERNATIVA Promedio (Luna Llena) <> Promedio (No Luna Llena)
Donde: Promedio (LL) = (Verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas siguientes a la luna llena. Promedio (NLL) = (Verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas iniciadas 15 días antes de la luna llena.
Nivel de Significación: 0,05
Test Estadístico: t = (promedio (LL) - promedio (NLL)/s(d) t(22)
Donde: Promedio (LL) = estimación del promedio (LL) Promedio (NLL) = estimación del promedio (NLL). s(d) = estimación de la desviación estándar de la diferencia entre los dos promedios. t(22) = distribución "t" de Student con 22 grados de libertad.
Normas de decisión:
Aceptar la Hipótesis Nula y rechazar la Hipótesis Alternativa si -2,704 > t > +2,704.
Aceptar la Hipótesis Alternativa y rechazar la Hipótesis Nula si -2,704 < t < +2,704.
Cálculos:
Estimación de la varianza conjunta = 17,18 s(d) = 7,01 Razón crítica t = 0,46
Decisión:
El resultado obtenido requiere la aplicación de la primera regla de decisión y por tanto aceptamos que los datos son coherentes con la Hipótesis Nula.
APENDICE B
Se realizó una prueba adicional sobre el denominado "Efecto Marea". Se afirma que ciertos fenómenos sociales estarían influidos por la colinearidad del Sol, la Luna y la Tierra. Según dicho modelo, los efectos marea serían significativos, llevando a un incremento en sucesos tales como accidentes, durante la Luna Llena y la Luna Nueva. Comprobamos esta hipótesis examinando cuatro grupos de datos: los dos usados para el estudio primario y otras dos series de "cuarto de ciclo". Estas últimas se obtuvieron tomando dos períodos de siete días
que comenzaban respectivamente, nueve días antes ("ciclo 3/4") y siete días después ("ciclo 1/4") de la Luna Llena. Las cuatro series resultantes corresponden aproximadamente a la Luna Llena, Cuarto Menguante, Luna Nueva, Cuarto Creciente.
En esta segunda investigación decidimos comprobar la hipótesis de que el consumo medio de sangre sería igual para las cuatro series, frente a la alternativa de que fuesen diferentes.
Indicaremos que los promedio de consumo para nuestras dos nuevas series de siete días eran respectivamente 57,08 para el "ciclo 1/4" y 58,00 para el "ciclo 3/4".
En esta ocasión, se trataba de aplicar un análisis de varianza usando el test F para la igualdad de procesos muestrales. Como antes, los datos son consistentes con la Hipótesis Nula, por la que todos los promedios (verdaderos) de cada serie serían iguales.
En consecuencia, debemos concluir que no existen pruebas, a partir de los consumos sanguíneos en el hospital Homsby & Kuringgai, que apoyen la idea de que existe un mayor trauma asociado a un supuesto Efecto Marea.
Nuevamente, facilitamos el planteamiento formal de nuestro procedimiento estadístico:
Hipótesis Nula Promedio(LL) = Promedio(NLL) = Promedio(H1) = Promedio(H3)
Hipótesis Alternativa Los cuatro promedios son distintos.
Donde: Promedio(LL) = (verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas siguientes a la luna llena. Promedio(NLL) = (verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas iniciadas 15 días antes de la luna llena. Promedio(H1) = (verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas iniciadas 7 días después de la luna llena. Promedio(H3) = (verdadero) promedio de consumo sanguíneo durante las semanas iniciadas 9 días antes de la luna llena.
Nivel de Significación: 0,05
Test Estadístico F = MSC/MSE F(3,44) Donde: MSC = promedio de variación entre series. MSE = promedio de variación dentro de cada serie. F(3,44) = distribución "F" de Student con 3,44 grados de libertad.
Normas de decisión: Aceptar la Hipótesis Nula y rechazar la Hipótesis Alternativa si F < 2,80. Aceptar la Hipótesis Alternativa y rechazar la Hipótesis Nula si F > 2,80.
Cálculos: MSC = 37,50 MSE = 218,13 F(3,44) = 0,1719
Decisión: El resultado obtenido requiere la aplicación de la primera regla de decisión, y por tanto aceptamos que los datos son coherentes con la Hipótesis Nula.
------ Traducción: Luis R. González
SKEPTICS SOCIETY El papel del escepticismo en la cultura actual; las diferencias entre ciencia y pseudociencia; el uso y abuso de la teoría y la estadística en las pseudociencias; las limitaciones de la ciencia y la tecnología; fraudes científicos; la vida después de la muerte y la búsqueda de la inmortalidad... Todo esto y mucho más en
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Capítulo III Un examen de los efectos de la Luna en los tiempos y rendimientos de germinación de cultivos
Drew Meek
El grupo "Canberra Skeptics" ha completado recientemente el análisis de los supuestos efectos de la Luna y las estrellas en el crecimiento de las plantas. Empezamos a interesarnos en este asunto cuando el "Canberra Times" comenzó a informar, en su columna de jardinería sobre las mejores épocas para plantar verduras según las fases de la Luna y su paso aparente por los signos del zodiaco. La Sociedad de Cultivadores Orgánicos de Canberra, COGS, aportaba la información. Nuestra presidenta respondía, en una carta al director del periódico sugiriendo que eso eran tonterías y entonces aparecieron varias cartas más atestiguando la veracidad de las "plantaciones lunares" (Moon planting). Esta correspondencia condujo a Betty Cornhill (presidenta) y a David Evans de COGS, a discutir la teoría en una reunión del grupo Skeptics.
En el decenio de 1920, Rudolph Steiner desarrolló el Método Biodinámico de agricultura. Plantar de acuerdo a las fases lunares y a la posición del zodiaco forma parte de esta teoría. Steiner también es conocido por su pertenencia a la sociedad teosófica y como fundador de la desaparecida Sociedad Antroposófica.
La asociación de los signos del zodiaco con los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) y el movimiento de la Luna, en varias fases y atravesando los signos, fue utilizado para explicar, de manera diferenciada, los mejores momentos para plantar, abonar y recolectar hojas, raíces y frutos. Plantar en los "buenos" momentos, se decía, incrementaba la cosecha, provocaba un mayor crecimiento y proporcionaba productos de mejor calidad. "Buenos" y "malos" momentos podían estar separados por menos de 24 horas.
Con la ayuda de la COGS, de Greg Tanner (un bioquímico que tenía un invernadero) y de Warren Mueller (un estadístico especialista en estudios biológicos), los "Canberra Skeptics" pusieron en marcha un estudio sobre este asunto.
MÉTODO Al principio se proyectó seleccionar 14 pares de momentos de plantación, cada par con un periodo favorable y otro desfavorable, determinado por la COGS. Así, la comparación podría hacerse dentro de cada par y cualquier efecto de retraso en los tiempos de plantación quedaba minimizado.
Desafortunadamente, debido a circunstancias incontrolables, este plan no fue seguido y sólo se hicieron 22 plantaciones, con patrones irregulares de "buenos" y "malos" momentos. En este caso, un análisis estadístico permitía estar tranquilos en cuanto a minimizar los efectos de plantaciones tardías.
Debido a su rápido crecimiento, fueron seleccionados rábanos para hacer este experimento. La COGS proporcionó las semillas y los pajotes. Greg Tanner, que plantó y controló el crecimiento, dispuso de una lista con los momentos para plantar, pero no sabía cuales eran "buenos" o "malos". Esa información se le dio a Warren Mueller, nuestro estadístico, una vez que hubo procesado los datos en bruto.
Las plantas crecieron en un invernadero con los parámetros ambientales controlados. Catorce semillas fueron plantadas en cada momento indicado. Las plantaciones fueron hechas siguiendo un patrón de tablero de ajedrez para minimizar los efectos de sombra y de la localización de cambios ambientales.
De cada planta se obtuvo la siguiente información: Tp = momento de plantación (momento del día y fecha) Tg = día en que la planta germinó (sólo fecha) Th = momento de recogida (momento del día y fecha) R = peso y cosecha de raíz fresca L = peso y cosecha de hoja fresca
La cosecha se recogió, aproximadamente, en torno a los 35 días después de la plantación. Los pesos fueron determinados a los 35 días para simplificar la comparación.
Peso ajustado = 35 x peso/(tiempo de crecimiento)
RESULTADOS Las investigaciones estadísticas incluyen: primero, análisis de todos los datos, después eliminación de afloramientos (resultados individuales anormales) y por último análisis covariado. Los "Canberra Skeptics" disponen de una descripción completa de estos análisis. Las figuras que se presentan abajo están basadas en un resumen de los datos obtenidos después del análisis covariado.
PESOS MEDIOS DE RAICES Y HOJAS
El cuadro muestra los pesos medios de las raíces y las hojas ajustados a un tiempo de crecimiento uniforme de 35 días.
Pesos Medios (gm) Buenos Malos Raíces 37,7 41,1 Hojas 10,02 10,30 Total 47,7 51,4
No hay diferencias estadísticas significativas en la media de pesos entre los "buenos" y los "malos" momentos de plantación. Para la cosecha se puede argumentar que en la producción total puede ser más importante la variación de los pesos medios. Por tanto, fue comparada la producción total de hojas y raíces. Los resultados revelan que no hay evidencia de que la fase de la Luna y los signos del zodiaco, en el momento de la plantación tengan efectos sobre el peso en fresco de los rábanos cosechados. La distorsión del proyecto original, por no haber plantado en los momentos escogidos por COGS, no puede ser usada razonablemente como posible explicación del resultado, especialmente cuando los pesos medios y totales de los días "malos" fueron mayores (pero no significativamente) comparados con los de los "buenos".
TIEMPO DE GERMINACION
Hay una tendencia general de descenso en los tiempos de germinación según el mes avanza. Esto enfatiza la necesidad de los análisis covariados para corregir los efectos del crecimiento tardío.
El estudio de los tiempos de germinación produjo algunos resultados significativos en torno al 5 por l00. Sin embargo, esto debe ser tratado con cuidado por dos motivos. Primero, los datos de algunas plantas no fueron recogidos debido a una enfermedad y una plantación ocurrió en un momento que no fue definido ni como "bueno" ni como "malo". Usando sólo estos datos restringidos, y considerando la plantación desconocida como "mala", la diferencia se aproxima significativamente (P=0,063). Segundo, la germinación fue controlada sólo una vez por día, cuando el periodo de germinación dura entre 2 y 3 días. Este periodo de observación era insuficiente para establecer diferencias adecuadas entre distintos grupos. Si se realizaran más estudios sobre los posibles efectos astrológicos en la germinación, deberían hacerte observaciones más frecuentes, entre 4 y 6 horas.
CONCLUSION
En este experimento no hubo una diferencia significativa en el tiempo de germinación o en el peso de los productos, aunque las semillas fueron plantadas en "buenos" y "malos" momentos de acuerdo a la supuesta influencia astrológica.
ANALISIS ESTADISTICO
Warren Mueller explica como analizó los datos: el análisis de varianza es una técnica mediante la cual los datos son examinados para determinar si factores conocidos han variado causando diferencias observables en los datos. La hipótesis nula se establece con la afirmación de que no existe diferencia entre los aspectos comparados, en este caso "bueno" y "malos" momentos para plantar. El análisis, entonces, examina esta hipótesis para determinar la probabilidad, o casualidad, de que los datos obtenidos puedan deberse al azar sin que haya diferencias reales entre los aspectos comparados. Si la probabilidad es muy baja, por convención menos de 0,05, entonces la hipótesis nula se rechaza y se acepta que los aspectos son "significativamente diferentes". En este experimento, la probabilidad significativamente baja indicaría diferencia entre "buenos" y "malos" momentos para plantar.
El análisis de la covarianza funciona de manera similar al de la varianza, pero con una complicación adicional. La hipótesis nula se sigue manteniendo, pero después de probar para diferentes aspectos el efecto de alguna otra variable, generalmente poco relevante, sin mucho interés para el experimento, se elimina. En este experimento, la variable poco relevante o covariable es la fecha de plantación; en las plantaciones tardías tendería a proporcionar mayores pesos después de 35 días independientemente de si las fases de la Luna o los signos del zodiaco son favorables o desfavorables. Del análisis de la covarianza se deduce la importancia de la covariable en la variación eliminada por poco relevante y la diferencia entre los aspectos comparados.
------ Traducción: Antonio Calvo Rey
------ ILUSTRACION Sempiternos sobre nuestras cabezas, los astros pretenden guiar nuestros destinos. ------
Capítulo IV ¿Les gusta a los niños nacer los días de Luna Llena? Eduardo Giménez González
Si hay un cuerpo celeste (aparte del Sol) cuya influencia sobre la Tierra nadie duda, ese es la Luna. Discutiendo sobre astrología es habitual oír algo parecido a esto: "Si la Luna influye sobre los océanos y provoca las mareas, ¿cómo no va a afectamos, si estamos compuestos por un setenta por ciento de agua?".
La respuesta correcta (y negativa) nos la da la Ley de la Gravitación Universal de Newton, puesto que no sólo hay que contar el sistema Luna-Humano, sino el sistema Luna-Tierra-Humano-Casa en lo que vive-Camión que pasa por allá-etc. Objetos pequeños pero cercanos superan la influencia de la Luna, masiva, pero lejana.
A pesar de ello, una tradicional afirmación sobre astrología lunar dice que se producen más nacimientos durante la fase de Luna llena. Pues bien, eso es algo fácil de confirmar; y a pesar de haber leído sobre estudios similares decidí verificarlo por mi cuenta. Mi intención no era hacer una investigación estadísticamente rigurosa. Sólo pretendía ver si era cierto que se producían más nacimientos en alguna fase lunar o si había alguna clase de relación.
Ignoro si en otras comunidades lo harán, pero en uno de los diarios de mi tierra, el "Heraldo de Aragón", se publican ciertos datos estadísticos, entre los que figuran los nacimientos registrados el día anterior. Así que fui a una hemeroteca y busqué los datos de todo el año 1990. Encontré algunos pequeños inconvenientes: en algunos ejemplares aparecía el dato acumulado de dos días, por haber sido festivo el anterior. En ese caso tomé la decisión de usar la media para ambos días, lo que no afectaría al total de nacimientos en torno a la fase correspondiente.
El obvio resultado fue que el número de nacimientos no dependía para nada de la fase lunar. Por ejemplo, durante la fase de Luna llena, únicamente se produjeron máximos de nacimientos en tres ciclos lunares de los doce anuales. Por contra, entre esos doce ciclos, se produjeron cuatro mínimos; es decir, que hubo más nacimientos en creciente, menguante o nueva que durante la luna llena. No se observa predominio en cuanto a número de nacimientos en ninguna de las fases lunares con respecto a las otras.
Lo que me sorprendió fue encontrar ¡un ciclo semanal!. Muchas de las semanas siguen una curva de lunes a domingo, similar a una M, y cuyos picos coinciden con el martes, y el jueves o viernes. ¿Algún fenómeno astrológico? Claro que no. No hay ningún ciclo celeste que dure exactamente una semana. Ni siquiera esto sirve para apoyar la tesis del ciclo lunar, cuyo periodo es de 29,53 días, lo que supone que la luna llena puede coincidir tanto con un máximo como con un mínimo del ciclo semanal.
¿La explicación? Pues que los médicos hoy pueden controlar ligeramente la fecha del parto, y por cuestiones obvias los reservan para la semana laboral, y no para el fin de semana. Curiosamente, hay algunas semanas en que este ciclo no sigue la norma antes descrita; pero no es difícil explicar también este fenómeno, si descubrimos que coincide con momentos destacados del calendario, como la Semana Santa... En estas fechas se observa un mínimo pronunciado Jueves y Viernes, y un máximo el Domingo siguiente.
Como veis, comprobar esta afirmación concreta es algo fácil de hacer. Animo a los lectores a realizar pruebas similares y a comunicarnos sus resultados.
Quiero terminar con algo importante: se puede leer sobre pruebas y estadísticas probando la astrología, pero cuando es uno quien las hace, aun en este caso tan sencillo, el escepticismo crece de forma es-pec-ta-cu-lar.
DEBATE
Astrología y Ciencia dos opiniones
Reproducimos a continuación dos cartas, publicadas anteriormente en la revista Tribuna de Astronomía, expresando dos puntos de vista antagónicos acerca de la astrología. Quizá no sea, como podréis juzgar, lo más representativo de la munición usada en esta vieja contienda, pero a juicio de LAR, supone al menos una pincelada sobre el actual estado de las cosas, tras el manifiesto promovido por nuestros compañeros Javier Armentia y Miguel Ángel Sabadell contra la astrología, que fue firmado por 258 astrónomos, astrofísicos y altos científicos españoles en mayo de 1990.
Agradecemos la cortesía de Tribuna de Astronomía por permitir su publicación en estas páginas.
UN DEFENSOR DE LA ASTROLOGÍA Josep Rossell (La Coruña)
Distinguidos Sres.:
Me ha causado uno cierta satisfacción el artículo "Por qué combatir la astrología", pero también me ha causado lástima. Lo mismo que el manifiesto de los 258 firmantes (el manifiesto es "científico", mientras que el artículo es pasional). Ciertamente, se puede y se debe desenmascarar la miseria humana, la ilusión y el engaño. Y es de agradecer este "rechazar vigorosamente las afirmaciones de los astrólogos charlatanes". Aparte de que "Vox populi, vox dei", dejemos que hable la ciencia.
El animal intelectual -asimismo llamado hombre- no conoce lo que está más allá de los sentidos, los afectos y la mente. Y lo que es peor, ignora que ignora. Este es el estado lamentable del común de los seres humanos. Y para más inri, cada quién cree tener la razón. Sólo la ciencia, en su vocación de iluminar la existencia humana, tiene la palabra. En boca del científico... aquel intelectual superior que primero ha reconocido que no sabe, que es receptivo a los hechos que su observación registra. Y por lo tanto primero ha hecho e vacío en sus prejuicios para no alterar la percepción de sus observaciones (...).
Esta "limpieza" tiene que llevarnos naturalmente a la ciencia "materialista", pues los hechos concretos y más fácilmente observables son los sensibles, los materiales. Y las observaciones siempre pasan por los sentidos físicos. No valen, absolutamente, a la hora de concluir su trabajo, la imaginación o la intuición; aunque si, podemos decir que siempre, haya sido el arranque de una investigación. Pero un hecho connatural a esta ciencia -a estos científicos, mejor dicho- de la materia es haber dado por no cierto o no real, inexistente, todo aquello que no ha sido demostrado por ella. Y esto es un grave error, trágico. Los hechos hablan.
A causa de limitarse a los sentidos y no tocar para nada aquello que es propiamente lo que caracteriza al ser humano, el "pneuma", su "psiquis" ha perdido a todos los diablos que se justifican en la mente del animal intelectual, usar la ciencia para su interés y beneficio. El resultado es lo presente.
Hasta ahora, lo que ha hecho la ciencia es habernos dado más poder sobre la materia. Sin haber ayudado a que el ser humano resuelva sus conflictos de siempre; lo trascendente, el sentido de su existir, de su ser. Así, podemos decir que aún ha colaborado a la decadencia moral y espiritual de nuestra cultura, si bien de forma indirecta, como consecuencia. Al pretender como único cierto lo que la ciencia reconoce como tal -ciencia materialista porque no puede ser otra cosa- se ha caído con firmeza en la civilización de los valores materiales, la gratificación de los sentidos, la cultura del ego, la satisfacción inmediata, la hipoteca de cualquier otra valoración que por no ser material no puede ser reconocida por la "ciencia".
Reconocemos a la ciencia en su absoluto valor, absolutamente relativo a lo material. Por lo tanto, si hablan de lo que forma parte de la llamada ciencia oculta -como la Astrología o la Cábala- deben ser circunspectos, absolutamente. Se podría caer en el error de la atrevida ignorancia. Y si hablan en contra de los "astrólogos charlatanes" aduciendo abusos y deshonestidad, les damos las gracias, eso también lo firma un servidor y "astrólogos graves"... pero dense cuenta de que si hablan de estos valores, como honestidad, moral, religión... están hablando de un tema que se escapa de su ciencia, que por ser limitada es sólo "material".
En este tiempo que la Astrología nos presenta como un eje de la Historia, el final de la Era de Piscis y el inicio de la Era de Acuario, es precisamente la "ciencia material" -necesariamente estricta y limitada a los hechos demostrables y por lo tanto tan fiable- la que nos sirve los indicios de la ciencia oculta. Indicios paralelos, que nos hablan del Todo y de todo, como Unidad Múltiple Perfecta, el "súmmum" de la Ciencia Oculta. Quizá sea ahora, en el final -inicio del ciclo Urano-Neptuno- que la ciencia de la tercera dimensión -la ciencia oficial- pueda informar con su insólita precisión de la existencia probada de otra dimensión y, en definitiva pueda entrar en lo "oculto" (...)
De la Astrología, lo que dificulta su conocimiento en profundidad es que requiere del estudioso un conocimiento que no es sólo de datos acumulables, es decir erudición, sino de comprensión de la simbología, profunda comprensión de estas energías personificadas en los astros. La Astrología es difícil, muy difícil, en tanto que nos habla de la vida de una persona y cada persona, al tiempo que forma una masa anónima que es lo social, también es única en su conciencia. De manera que un astrólogo será tanto mejor cuanto mejor se conozca a si mismo. No me refiero al "adivino", al "showman", sino al que realmente puede ayudar a una persona a orientarse en sus coordenadas de existencia, a encontrarse y a aceptarse (...).
Y esto a su vez es lo que hace que la Astrología perviva en los siglos. No solamente -y mínimamente- como posibilidad de diversión; no solamente -aunque si mayoritariamente y por desgracia de la condición humana- como posibilidad de proyección de las ilusiones y compensaciones egóticas. A pesar de los charlatanes y los horóscopos de los periódicos (que tienen el valor de la tira cómica), la Astrología pervive porque entronca en la inquietud íntima del ser humano.
Y como siempre, es lo humano lo que condena lo divino, el científico, no la ciencia quien yerra (...), es el astrólogo quien hace Astrología, la que sabe o la que puede, siempre la que conviene y siempre, seguro, a imagen y semejanza de lo que es él. Si no hay una facultad, si no hay código ético, se crea una situación que llega a justificar estas "objeciones de los 258 firmantes... y más que encontraríamos. Pero estos firmantes están errados en su concepto de astrología (...). Una ciencia, arte, religión, filosofía o síntesis de todo ello, tan antigua como la humanidad (...). La inteligencia dice que se puede hacer algo mejor que condenar o prohibir. Lo más serio, quizá lo único serio, es estudiar, investigar (...).
El cientifismo y los cientifistas, ¿no será que están atrapados en su propia erudición? Atrapados mirándose el ombligo. ¿No tienen crítica mejor que hacer en estos campos? ¿No ven la decadencia en que hemos entrado como civilización? Y no tiene culpa la Astrología.
------ ILUSTRACION Grabado de Robbert Rudd (1617) Correspondencia entre signos del Zodiaco y partes del cuerpo. ------
EL PROBLEMA DE LA ASTROLOGÍA Pablo A. Bermejo (Gijón)
Es algo archisabido que España no es un país de gran erudición científica, todos lo sabemos. Sin embargo, y precisamente por esta razón, ya iba siendo hora de que se expusiesen alegatos como el publicado en el número Julio/Agosto de Tribuna. Me refiero al artículo "¿Por qué combatir la Astrología?"
Para desgracia de la ciencia, y del conocimiento humano en general, el fenómeno de la pseudociencia (astrología, parapsicología, ufología, quiromancia, etc.) está cobrando nuevos bríos en los últimos tiempos, tal vez el final del milenio sea algo propiciatorio, aunque desde luego es algo que no arranca de ahora sino que ha estado siempre presente a lo largo del desarrollo cultural humano.
Quizás muchos piensen que por este motivo esa supuesta rama de la cultura merezca ser respetada.
En mi opinión, tal vez desde un punto de vista antropológico o histórico es algo que deba ser estudiado. Cuando la pseudociencia amenaza con retrasar, no sólo el avance científico y tecnológico, sino el desarrollo social y político, el asunto se torna muchísimo más grave.
La pseudociencia no es en absoluto inocua, como vemos, sino que es un auténtico negocio que está moviendo millones en todo el mundo (pensemos únicamente en las sectas cuyos principios se basan en doctrinas paracientíficas). Los curanderos y chamanes, los echadores de cartas y brujos adivinadores no sólo estafan sino que, en ocasiones, por negligencia y sugestión ponen en peligro vidas humanas. Es el mundillo que rodea a la pseudociencia y no la pseudociencia misma lo que debe preocuparnos, ya que ésta no tiene méritos propios para alzarse por encima de la razón.
La humanidad, la sociedad, no puede, no debe quedar apática bajo ninguna circunstancia frente a la amenaza de lo que algunos sociólogos señalan como nueva Edad Media en la que el saber quede reducido a una elite y los dragones, los duendes y las profecías vuelvan a estar a la orden del día.
Los astrónomos españoles ya han lanzado su voz de protesta. Su aviso. Desde estas líneas, modestamente y con sinceridad, quisiera enviar un ferviente apoyo a tal acción. Probablemente muchos astrófilos y amantes de la ciencia en general se unirán a mi, y para que conste ahí va mi firma; estoy seguro de que le seguirán muchas más.
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DESDE EL SILLÓN ESCÉPTICO, RECOMENDAMOS: Luis Alfonso Gámez y Miguel Ángel Sabadell
LIBROS Cabria, Ignacio: Entre ufólogos, creyentes y contactados. Una historia social de los ovnis en España. Edita Cuadernos de Ufología. Santander 1993. 306 páginas. No existía ninguna historia de la ufología española, e Ignacio Cabria (Santander, 1955) se puso a trabajar en ella a mediados de la década pasada. Entre ufólogos... no es un trabajo dirigido al público en general, sino una obra para iniciados en el tema de los platillos volantes en la que el autor intenta mostrarse crítico y, al mismo tiempo, no granjearse enemigos. Ufólogos, chalados y escépticos son blanco de los comentarios de este antropólogo que cree que "han sido los ufólogos quienes han generado la creencia en los ovnis" y que "no hay que mirar a lo alto para ver aparecer ovnis, sino que hay que dirigir lo vista a nuestro alrededor para ver cómo se producen socialmente los ovnis". El mensaje no es nuevo; es el que defendemos desde hace años los integrantes del movimiento escéptico español, algunos de los cuales también aparecemos en e1 libro. Cabria, que fue antes ufólogo que antropólogo, ha escrito una obra interesante y polémica, que inexplicablemente incluye un apéndice bibliográfico que no aporta nada. Javier Sierra hace una lista de más de 200 libros sin entrar en ningún tipo de valoraciones, quizá porque la palabra basura es el único calificativo apropiado para la mayoría de los trabajos reseñados (cuando digo la mayoría, quiero decir que de 224 títulos sólo tres o cuatro merecen ser abiertos).
Carandell, Luis: Vida y milagros de Monseñor Escrivá de BaIaguer, fundador del Opus Dei. Deriva Editorial. Barcelona 1992. 262 páginas. Sabrosa biografía del marqués de Peralta, editada por primera vez en 1955 y actualizada con motivo de la beatificación del sacerdote aragonés que fundó el Opus Dei y se convirtió en 1968 en el único clérigo en la historia de la Iglesia que ha reivindicado un titulo nobiliario. La obra de Carandell, la única biografía objetiva de Josemaría Escrivá es de fácil lectura, está bien documentada y cargada de ironía. Todo lo contrario que Camino, el texto de un autor español que ha alcanzado una mayor difusión y el libro de cabecera del franquismo. Como dice la escritora Lourdes Ortiz, el cura de Barbastro "es el santo por antonomasia del nuevo orden mundial. Escrivá fue el profeta de los 'yuppies' y el Opus Dei es una organización que persigue el poder. Por eso, la lectura del trabajo de Carandell es imprescindible para todos aquéllos que quieran conocer las entretelas de la vida del creador de la secta española más universal.
Manuel Toharia. ASTROLOGIA ¿Ciencia o creencia? MacGraw Hill (Madrid, 1993) xiii + 204 pags. Este es el primer libro escéptico escrito por un español. La sequía de libros escépticos suministrados con cuentagotas por parte de nuestras editoriales, es, cuando menos, llamativa. Aunque parece que eso va a cambiar un poco. Tengo noticias de que cierta editorial (déjenme que me guarde el nombre) va a lanzar
al mercado algunos libros dedicados al tema OVNI escritos por Philip J. Klass y Robert Sheaffer, publicados inicialmente por Prometheus. Por lo menos, esas son las noticias que poseo, ha comprado sus derechos. Esperemos que no se echen atrás (siendo mal pensado, ¿quizá compran los derechos para impedir su publicación en castellano?).
Nuestro asesor y amigo Manuel Toharia ha escrito un libro precioso sobre la tomadura de pelo que es la astrología. Escrito con el agradable estilo al que nos tiene acostumbrados, no exento de cierto humor irónico, recorre la historia de la astrología cuando caminó junto a la astronomía, examina el origen del Zodiaco y compara las distintas suposiciones astrológicas con nuestros conocimientos actuales. Pero donde he disfrutado realmente es en aquellos momentos en los que, de manera absolutamente maravillosa desmonta los clásicos argumentos pro-astrológicos y revisa las barbaridades que han dejado escritas para la posteridad nuestros más insignes astrólogos.
La revisión de las pruebas estadísticas se me antoja algo breve y creo que en ese punto podría haberse extendido más. Sin embargo, me parece perfecta la crítica realizada a los experimentos de Gauquelin. Debemos prestar atención a este punto: los astrólogos hacen uso de sus experimentos como "prueba" de que la astrología funciona, cuando en realidad "estos datos son absolutamente contrarios a las doctrinas astrológicas porque aparecen influencias allí donde no debería haberlas" (pag. 136).
Los capítulos finales están dedicados a analizar la presencia de la astrología en la sociedad moderna y marcar la diferencia entre la ciencia y la no ciencia. En un breve capítulo describe su presencia en los medios de comunicación escritos nacionales y en la conclusión defiende una tesis con la que muchos estamos de acuerdo. La astrología ni es ciencia ni es arte, es simple impostura.
El origen de este libro es debido, según declara Toharia, a la publicación por la importante editorial PUF francesa de un librito titulado "L'Astrologie" por Suzel Fuseau-Braesch, bioquímica y aficionada a la astrología. Anunciado como una revisión mejorada del conocido libro del astrónomo Paul Couderc, totalmente crítico con la astrología, es en realidad una apología de la misma. Los que hemos tenido la desgracia de leerlo no podemos más que lamentar su publicación. Pienso que los responsables editoriales franceses o tuvieron una pesadilla el día que decidieron lanzarlo al mercado o decidieron que "la pela es la pela". Yo apuesto por lo último, aunque siempre queda eso de lo que tan poco tenemos los escépticos: "mente abierta".
Como me comentaba el editor de MacGraw Hill, Antonio Garcia Brage, el libro de Manuel Toharia ha escocido mucho a los astrólogos y le han dedicado diferentes lindezas en su revista Mercurio-3. Seguro que no han aprendido nada de su lectura, claro, como Toharía no es astrólogo no sabe lo que dice... Pero los escépticos tenemos un libro básico para nuestra biblioteca. Aún diría más: NO DEBE faltar en ninguna biblioteca.
ARTÍCULOS Agencias: "Salman Rushdie pide apoyo al Gobierno español contra el terrorismo islámico" El Correo Español - El Pueblo Vasco (Bilbao), l0 de Septiembre de 1993. Todavía no he leído ningún manifiesto en defensa de Salman Rushdie firmado por escépticos y eso que hace tres años que el autor británico vive en peligro por haber escrito una novela que disgustó a los fanáticos de turno. Fue condenado a muerte por Jomeini a raíz de la publicación de la obra Versos satánicos y, aunque hubo en aquel entonces importantes reacciones intelectuales y políticas, el tiempo ha hecho que Occidente asuma la situación del literato, víctima del terrorismo fundamentalista iraní ¿Cómo puede permitir Europa que una persona tenga que autosecuestrarse para evitar caer en garras de asesinos pagados por un Estado? Quizá, la explicación sea que ni Rushdie ni Bosnia tienen nada que ver con el petróleo, mientras que Irán si.
Almeida, Frances: "New Cures for New Times" Moscow Guardian (Moscú). Vol. 3, Nº 32 (3 de Septiembre de 1993), 8-11. Moscú acogió una convención de unos 900 sanadores espirituales y practicantes de medicinas alternativas a finales de agosto de 1993. Debido a la grave situación económica y social de Rusia, una gran cantidad de charlatanes -astrólogos, sanadores, brujos...- se ha echado a la calle para
asaltar a una población ingenua y desesperanzada. La responsabilidad del Moscow Guardian lleva a los editores a presentar varias recetas naturistas; aunque la publicación no asume la responsabilidad por los efectos perjudiciales que puedan derivarse de la aplicación de los anteriores remedios. Sin comentarios.
Benítez, Juan José. "¿Quién estuvo aquí?". Suplemento Semanal (Madrid). Nº 308 (19 de Septiembre de 1993). El novelador navarro vuelve a asuntos tan manidos como las pistas de Nazca, el triángulo de las Bermudas o el sudario de Turín, entre otros, para decirnos lo que ya sabemos: que para él todos esos temas están rodeados de misterio. Benítez, como siempre, no aporta nada nuevo en este artículo síntesis de su penúltimo engendro, un libro titulado Mis enigmas favoritos. La obra, que ocupa los primeros puestos en las listas de ventas, podía servir a los escépticos españoles para hacer un libro al estilo de El fracaso de los brujos, editado en Francia como replica a El retorno de los brujos. En su libro, Benítez presenta treinta misterios; ¿acaso no hay treinta escépticos lo suficientemente cualificados como para echarle por tierra el montaje de una vez por todas?
Calvo Hernando, Manuel: "Congreso nacional de pseudociencias". Colpisa (Madrid). 1 de Noviembre de 1993. El presidente de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico destaca la importancia del I Congreso Nacional Sobre Pseudociencia, celebrado en la Universidad de Zaragoza, y califica las materias tratadas de "plagas y males que causan tantos perjuicios a la salud y al bolsillo de los incautos". Aprovecha la oportunidad para elogiar un artículo de Félix Ares aparecido en El Ojo Escéptico y anunciar la publicación del número 4 de El Investigador Escéptico.
Corbella, Josep: "Frank Drake: 'Hay mucha vida en el universo'". En "Ciencia y Tecnología". Suplemento de La Vanguardia (Barcelona). Nº 161 (11 de Septiembre de 1993), 4-5. Frank Drake, el padre de la famosa ecuación de Green Bank, espera "que antes del año 2000 encontremos signos de inteligencia extraterrestre". El director del programa SETI admite que los radiotelescopios terrestres han recibido unas 200 señales "cuyo origen todavía no hemos podido determinar". A pesar de su optimismo, Drake es tajante cuando habla de los ovnis. "No creo que un solo platillo volante cargado de extraterrestres haya visitado la Tierra", sentencia.
Esteban, Luís: "La ‘milagrosa' agua de una fuente de El Escorial no es potable, según Salud". El País (Madrid). 5 de Septiembre de 1993. Parece que los lugares de veneración y negocio mariano estan gafados. El agua milagrosa de la madrileña fuente de El Escorial contiene bacterias perjudiciales para la salud, según las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid. Aún así, los ignorantes que acuden al santo lugar popularizado por Pitita Riduejo siguen consumiéndola, como lo hacen los peregrinos que en Vizcaya visitan el santuario de Umbe, donde tampoco el agua es potable. ¿Será que la Virgen María tiene debilidad por los arroyos contaminados?
Gámez, Luís Alfonso. "Denuncia por abusos deshonestos al dueño de una librería esotérica de Barakaldo". El Correo Español - El Pueblo Vasco (Bilbao), 30 de Agosto de 1993. Una vecina de Barakaldo denunció en julio al dueño de un establecimiento esotérico, al que acusaba de haber cometido abusos deshonestos en la persona de su hija, una joven de 16 años. El parapsicólogo asegura, sin embargo, que se limitó a realizar "una limpieza de aura sin mala intención". A la inauguración de la librería del acusado acudió, hace tres años, lo más granado del mundillo parapsicológico y ufológico vasco. Ahora, todos los charlatanes se hacen los locos. Para su desgracia, las fotografías y los apoyos públicos al sospechoso están en las hemerotecas y en algún que otro archivo escéptico.
Haro Tecglen, Eduardo: "Los marcianitos", El País (Madrid), 27 de Agosto de 1993. El autor le saca punta a la conspiración montada por los engañabobos de siempre para explicar la desaparición de la sonda Mars Obserer. "Lo que me gusta -dice Haro Tecglen- es la idea de la conspiración: la neurosis del poder secreto, la angustia del engaño". Estoy de acuerdo con el insigne columnista; pero lo que a mí me preocupa más es la desfachatez de las revistas propagadoras de basura paranormal, que están
idiotizando a buena parte de la juventud española. Javier Sierra -que parece que todo lo sabe- concede crédito en Más Allá a fabricantes de paradojas como Zecharia Sitchin, y Jorge Munnshe se dedica en Espacio y Tiempo a establecer las bases para "una paleontología marciana". Y yo me pregunto: ¿Está la Tierra habitada por seres inteligentes~
Lobo, Ramón: "Crisis en la ‘industria religiosa' de Medjugorje". El País (Madrid). 13 de Octubre de 1993. La salvaje guerra racista que se desarrolla en la antigua Yugoslavia sólo ha tenido una cosa positiva, se ha cargado el negocio montado por los sinvergüenzas de siempre en torno a las presuntas apariciones marianas de Medjugorje. Los combates, que están tan sólo a 20 kilómetros del santuario donde se supone que se aparece la Virgen cada día desde hace más de 12 años, han ahuyentado a los grandes autocares cargados de devotos y arruinado una próspera industria turística", escribe el autor del reportaje.
Miret Magdalena, Enrique: "El retorno de los brujos". El País (Madrid) 3 de Septiembre de 1993. Interesante reflexión de un teólogo sobre la moda paranormal que se ceba en la España de fin de siglo. "La televisión -dice Miret Magdalena- nos invade a veces con toda suerte de programas esotéricos, astrológicos, de curanderismo y de filosofías pretendidamente orientales, que fomentan el lado morboso de muchos seres humanos en programas que lindan a menudo con la superstición. Nuestra época de racionalismo a ultranza se ha venido abajo, pero lo malo es que la hemos sustituido por lo peor. No se trata de saber, como señaló Hamlet: 'Hay en el cielo y en la tierra más verdades que las que descubre tu filosofía' es, en cambio, la tergiversación de ese afán de superación y trascendencia que todo ser humano tiene, sirviéndole frecuentemente una deteriorada mercancía que engañosamente pretende satisfacer ese anhelo interior".
HISTORIAS EXOTERICAS
El viaje astral por Cherna Roc
- Agencia de viajes "El Séptimo Cielo", ¿dígame? - Sí, buenas tardes. - Sí, de acuerdo, un viaje astral para dos personas en clase turista. ¿Ha pensado en la duración del viaje y en qué época quieren realizarlo? - Muy bien, ¿Ha tenido en cuenta que eso es temporada alta? El mismo viaje le puede salir mocho mejor de precio si lo retrasa o lo adelanta un par de meses. - Como usted diga. No hay problema. ¿A nombre de quién hago las reservas? - Perfecto. ¿Piensa efectuar el pago por giro telepático o al contado? - No, lo siento pero me temo que no podemos aceptar un abono en amuletos recortables. Tiene que comprender que resulta para nosotros demasiado arriesgado tal y como está el mercado internacional en estos momentos. - Muy bien, de acuerdo. Una cosa más. Necesitaremos una fotografía de su aura y de la de su acompañante. Es para el pasaporte interdimensional ¿sabe? - No se preocupe, si son tan amables de pasar por nuestras oficinas disponemos de una cámara Kirlian para las fotografías, y nuestro Departamento de Relaciones con el Otro Lado (D.R.O.L.) se encargará de todos los trámites. - A usted. Buenas tardes. Que las fases lunares le sean favorables.
- Perdone si le he hecho esperar. ¿En qué puedo servirle? - Pues verá, yo he oído hablar mucho de esto de los viajes astrales, siento cierta curiosidad, y me preguntaba si sería muy complicado probarlo. - Complicado en absoluto, caballero, ha acudido usted al lugar más apropiado. ¿Tiene alguna idea sobre qué tipo de viaje quiere hacer? En qué categoría le gustaría viajar, por cuántas dimensiones ha pensado moverse, etc. - Pues no, oiga. De todas formas, para que se haga una idea, yo de pequeño quería ser astronauta. Incluso llegué a examinarme para conseguir la licencia, pero me suspendieron al aparcar el módulo lunar. - Una verdadera lástima. - Y que lo diga. Aunque me han dicho que esto de los viajes astrales es mucho mejor, y además sin el incordio del traje espacial con esos cascos tan incómodos. Lo que no me han explicado es eso de las dimensiones y las categorías. - Entiendo. Verá, como usted ya sabe, cuerpo y alma están unidos por un cordón de plata que posibilita el retorno del viaje astral. Sin embargo, nuestra agencia, en su afán por servir al público, ha creado una nueva modalidad más económica y asequible -lo que nosotros llamamos "clase turista"- en la que el cordón es de cobre y no de plata. Evidentemente no es lo mismo, pero las diferencias son mínimas y esto nos permite ajustar mucho más los precios. Los viajes convencionales, con el cordón de plata -de ley, por supuesto- entran en "primera clase", y para clientes especiales tenemos los viajes "only for VIPs" en los que el cordón es de oro. Los quilates van en proporción a lo especial que sea el cliente.
- Muy interesante. Creo que comienzo a entenderlo. ¿Me podría explicar también eso de las dimensiones si es tan amable? - Faltaría más. Usted puede elegir el número de dimensiones por las que se va a desplazar en su viaje astral. En mi opinión viajar por menos de tres dimensiones le resultaría terriblemente monótono. Yo cero que como iniciación lo ideal sería un viaje tridimensional con alguna pequeña incursión en la cuarta dimensión, o incluso en la quinta. - Parece divertido. Oiga, y ¿podré dirigirme por donde yo quiera y hacer alguna acrobacia sencillita como si estuviera pilotando? - Caballero, un viaje astral es una cosa seria y totalmente espiritual. En un viaje astral no se pilota ni se hacen acrobacias. - Vaya, que lástima.
- Disculpen que intervenga en la conversación, pero creo que puedo ayudar a este señor. -¿Y usted qué deseaba? - He hablado con usted por teléfono hace un momento, y venía a que me hicieran las fotografías del aura, pero no he podido evitar oírles y me parece que tengo la solución al problema de este caballero. -¿No me diga? - Usted lo que quiere es hacer viajes parecidos a los que haría si fuese astronauta pero un poco más creativos e imaginativos y, a ser posible, más baratos. - Me ha leído el pensamiento. - Oiga, que el de las facultades extrasensoriales soy yo. - Perdone, era una forma de hablar. Continúe, por favor. - Usted tiene la posibilidad de hacer viajes por otros mundos, conocer criaturas extrañas que a veces pueden resultar hostiles, enfrentarse a lo desconocido. -¿Y cómo puedo hacer eso? Por favor, sea mas explícito. - Venga conmigo. -¡Eh!¡Oigan! ¿Qué pasa con sus viajes astrales? - Lo siento, ya volveré en otro momento. ¿En serio voy a poder hacer lo que me ha dicho de visitar mundos, conocer criaturas y todo eso? -Se lo aseguro. Conozco un sistema para hacer todo eso y mucho más. -¡Increíble! ¿Y cómo se llama esa maravilla, si es que tiene algún nombre? - Creo que lo llaman videojuego.
ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS
La asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) trata de fomentar la investigación crítica de las supuestas manifestaciones de lo paranormal y los hechos presuntamente situados más allá de los limites de la ciencia siempre desde un punto de vista racionalista, científico y responsable, y dar a conocer los resultados de tales investigaciones a la comunidad científica y al público en general.
Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) es una entidad cultural y científica sin ánimo de lucro. La Alternativa Racional es el órgano informativo oficial de la asociación.
A.R.P. Apartado de correos 17.026 E-28080 MADRID ESPAÑA