Edición 2010 - Número 11 (245) - 4 de diciembre de 2010
(Noticia publicada originalmente en el Diario Digital de la Universidad de La Laguna)
En opinión de la directora del departamento de internacional de Farmaindustria, Icíar Sanz de Madrid, es un mito pensar que las patentes impiden la distribución de medicamentos en los países en vías de desarrollo, ya que el 95% de los fármacos considerados como esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS) no están protegidos por patente. Sanz participó ayer jueves 2 de diciembre en las III Jornadas Científico-Culturales de la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Laguna, con motivo de la conmemoración de su patrona, que en esta edición estuvieron dedicadas al sector farmacéutico de Canarias y su relación con África.
La ponente añadió incluso que en los casos de amenaza de pandemia en un país, si éste no dispone de la vacuna pertinente, puede pedirle el genérico a otro Estado a través de uno de sus laboratorios. En estos casos, señaló, el trámite de patente queda al margen.
¿Es razonable que una industria farmacéutica busque oportunidades de negocio en África? A esta pregunta la experta no quiso responder tácitamente, pero sí advirtió que se trata de un continente donde, especialmente en la zona subsahariana, no hay cultura sanitaria ni sistemas financieros estables, y donde el acceso a la salud no está garantizado, por lo que mucho menos lo está el acceso a los medicamentos.
Investigar y poner en circulación un nuevo medicamento es costoso, arriesgado y muy lento, aseguró Sanz. La fase de investigación cubre unos diez años, tiempo en el que la solicitud y concesión de patente va corriendo, por lo que, cuando llega al mercado, la empresa ya ha consumido casi dos tercios del tiempo de explotación de la patente. Y resulta también arriesgado porque la probabilidad de que la molécula llegue a medicamento es mínima, ya que en la fase investigadora pueden detectarse múltiples problemas que hacen que la investigación no llegue a prosperar.
En opinión de la representante de Farmaindustria, hay que diversificar el riesgo de internacionalización acudiendo a mercados emergentes, como China, Brasil, Turquía, Indonesia o Corea, para lo cual se necesita un nivel importante de liquidez y adentrarse en los nuevos destinos de manos de una empresa local, verdadera conocedora de este mercado. “La industria farmacéutica salva vidas, es cierto, pero no es menos cierto que es una industria que necesita ganar dinero para seguir invirtiendo en investigación”, agregó.
Fármacos falsificados
La experta añadió en su intervención que la falsificación de medicamentos es un verdadero problema, ya que se ha detectado la venta de fármacos sin el principio activo, lo que ha provocado millones de muertos en países africanos afectados por alguna pandemia. “Todavía no existe consenso en el mundo occidental sobre qué es un fármaco falsificado, pero lo cierto es que hasta que este problema no llegue a Europa no será un problema real”.
La responsable del departamento internacional de Farmaindustria sostuvo que el modelo de investigación tradicional, basado en la síntesis de moléculas, está agotado. “Urge investigar en el genoma humano”.
Tras su intervención tuvo lugar una mesa redonda centrada en la visión del sector farmacéutico de Canarias, con la participación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, la Federación de Farmacéuticos de Canarias, el Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de la Universidad de La Laguna y la Cooperativa Farmacéutica de Canarias.
El acto se cerró con una intervención del responsable de la Unidad de Planificación, Participación y Cooperación Internacional del Servicio Canario de Salud, Joaquín O’Shanahan, sobre las estrategias sanitarias de Canarias hacia África y, finalmente, una mesa redonda entre todos los ponentes.
URL: http://www.ull.es/viewullnew/institucional/prensa/Noticias_ULL/es/15160…