Edición 2012 - Número 251
Entrevista realizada al responsable de la Editorial Laetoli
1º. ¿Cómo surge la idea de implantar la colección "Libros abiertos"?
De hecho, los primeros títulos de Laetoli fueron dos de esta colección (si dejamos a un lado un libro de combate y anti-guerra de Irak que fue "El libro bobo de Bush", una antología de disparates de aquel presidente disparatado). Aquellos primeros libros fueron "La maldita trinidad. El FMI, el Banco Mundial y la OMC", de Richard Peet, y "Blowback. Costes y consecuencias del imperio americano", de Chalmers Johnson. La colección es multidisciplinar. Economía, política, ecología, sociología, historia, siempre desde un punto de vista crítico.
En la solapa de los últimos títulos aparece una frase de Noam Chomsky que dice: "...lo que yo llamaría los valores de la Ilustración: valores de verdad, libertad, independencia y justicia". Y estos son los valores que quieren ser los fundamentos de la colección. Esa referencia a la Ilustración recuerda a otra colección de Laetoli, "Los ilustrados", e incluso también a la colección ahora más conocida, "¡Vaya timo!". Y puestos a relacionar, también lo hace con la colección de ciencia, "Las dos culturas". De hecho, todas las colecciones de Laetoli (menos la de literatura, que por el momento está parada) remiten unas a otras. Me gusta la imagen de un juego de espejos o de ecos. Los títulos se reflejan o hacen eco en otros títulos de la misma colección u otras colecciones. Y así se construye el fondo editorial.
Por ejemplo, en "Libros abiertos" está publicada la "Reivindicación de la Ilustración" de Stephen Bronner, ¿y qué mejor reivindicación que la colección "Los ilustrados"? También, en "Libros abiertos" hemos publicado el "Alegato contra el cristianismo" de Michael Martin. Y en "Los ilustrados", "El cristianismo al descubierto" y las "Cartas a Eugenia", del barón de Holbach o la "Memoria contra la religión" de Meslier. En "¡Vaya timo!", "La religión ¡vaya timo!", de Gonzalo Puente Ojea y "La inmortalidad ¡vaya timo!", de Gabriel Andrade. Etcétera.
Me gustan las editoriales coherentes que responden a un proyecto cultural, que es también político. Vamos, que nunca aparecerán en Laetoli, ni regaladas, las memorias de Aznar. Laetoli quiere ser una editorial coherente, espero que los lectores así lo vean.
Tanto esta colección como la de ciencia, "Las dos culturas", donde se publica la Biblioteca Darwin, fueron anteriores a la colección "¡Vaya timo!". Sucede que ésta es ahora mucho más conocida y algunos piensan que es la única de la editorial.
2º. Los temas de "Libros abiertos" son más de corte filosófico y político pero, ¿se mantiene la idea de divulgar el pensamiento crítico?
Sí, así es. Por ejemplo, el primer libro fue un texto muy crítico, y de enorme actualidad ahora, sobre las políticas neoliberales (y diría criminales) del Fondo Monetario Internacional y esos otros dos organismos hermanos. Y ese trasfondo crítico es la columna vertebral de la colección, desde el primero hasta el último publicado, que es "A favor de los toros", de Jesús Mosterín, un alegato contra las corridas de toros.
3º. ¿Qué puede contarse sobre los primeros títulos de la colección?
Haré un pequeño repaso de los primeros títulos.
"Blowback. Costes y consecuencias del imperio americano" es un libro de un historiador norteamericano, Chalmers Johnson, muy crítico con la política exterior de su país. Es un gran libro que pasó muy desapercibido.
"Ecocidio. Breve historia de la extinción en masa de las especies", de Franz Broswimmer, es una obra de ecología, y ecologista, que analiza la actual pérdida de biodiversidad en el planeta. Vivimos en lo que se llama la "sexta extinción", que Broswimmer llama "ecocidio". Es un libro desolador.
"El fetiche del crecimiento", del sociólogo australiano Clive Hamilton, coincidió en su aparición con otros libros procedentes de Francia que estudian el llamado "decrecimiento". Pone en cuestión las ideas dominantes sobre el crecimiento económico.
El "Alegato contra el cristianismo" es obra del filósofo norteamericano Michael Martin, y en él analiza minuciosamente todos los absurdos dogmas de la religión en la que hemos crecido. Este libro es también puro "pensamiento crítico" y si su tono fuera diferente podría haberse publicado en "¡Vaya timo!"
Un librito hipercrítico y arrasador es el "Panfleto contra la estupidez contemporánea" de Gabriel Sala, que quizá si hubiese salido un poco más tarde habría sido lectura de cabecera de los indignados del 15-M.
Así pues, como ves, libros de economía, historia, ecología, filosofía o simplemente política...
Quien quiera saber algo más de esos u otros títulos, puede encontrar información en la web: www.laetoli.es.
4º. ¿Y qué puedes decir sobre los próximos títulos?
Los próximos títulos son "El discreto encanto de la subversión. Una historia cultural de la gauche divine", de Alberto Villamandos, un libro de historia y también de crítica literaria y cultural de un profesor de la Universidad de Kansas; "Sangre y tierra. Historia del genocidio desde Esparta hasta Darfur", de Ben Kiernan, una monumental historia de los genocidios; y un libro de Chomsky que sólo se había editado en España de forma parcial, "Prioridades radicales".
De Chomsky ya se había publicado en Laetoli "Sobre el anarquismo", y también uno de los mejores libros sobre él, "Chomsky. Lenguaje, mente y política", de James McGilvrey.
5º. Una de las obras que más llama la atención es “Alegato contra el cristianismo” ¿No es quizá un título un tanto “fuerte” para un país en el que tres cuartas partes de su población se declaran católicos?
En este país todo nos parece fuerte en cuanto hablamos del cristianismo y así nos va, besando los zapatitos rojos al papa. De hecho, mucho más fuertes, más airados, más cabreados, son los libros de Holbach publicados en la colección "Los ilustrados", y no digamos el de Meslier, "Memoria contra la religión", que es una auténtica bomba de alguien que, además, toda su vida fue cura. El "Alegato", sin embargo, es un libro de filosofía racional, razonado y razonable, medido, mesurado, que simplemente analiza ese cúmulo de simplezas y despropósitos al que se llama religión cristiana. ¿Tres cuartas partes de los españoles se declaran católicos? Puede ser. Lo que desde luego es cierto es que cada vez practican menos, cada vez hacen menos caso a las directrices de sus prelados, y entre los jóvenes el grado de quienes se declaran ateos es cada año mayor. En eso estamos.