Edición 2012 - Número 251
Rosa M. Tristán
(Noticia publicada originalmente en el diario El Mundo del S. XXI)
El esqueleto fosilizado de un pequeño animal, similar a una musaraña, que ha sido encontrado en el nordeste de China, viene a llenar un agujero en la historia de los mamíferos. Se trata del animal placentario más antiguo que se ha encontrado hasta ahora y vivió hace 165 millones de años, en el Jurásico, compartiendo el terreno con los gigantescos dinosaurios.
La especie, bautizada como 'Juramaia sinensis', la madre jurásica de China, atrasa la aparición de los mamíferos con placenta unos 35 millones de años, respecto a otros fósiles. Con esta nueva fecha cuadrarían mejor la información que se había obtenido con el ADN respecto al momento en el que los euterios (con placenta para el alimento del embrión en el interior del cuerpo) y los marsupiales (que llevan una bolsa exterior para las crías) se separaron en dos ramas evolutivas diferentes.
El fósil del 'Juramia sinensis', que tiene una conservación excepcional, como otros muchos encontrados en la provincia de Liaoning, tiene el aspecto de una pequeña musaraña. Se ha conservado su cráneo incompleto, buena parte del esqueleto e incluso la huella de tejidos suaves, como el pelo que cubría su cuerpo. Pero sobre todo conserva los dientes y las patas delanteras, por cuya morfología los expertos han podido establecer con claridad que es más un animal placentario que un marsupial, como los canguros.
Para uno de sus descubridores, el paleontólogo Zhe-Xi Luo, del Museo de Historia Natural de Carnegie, sin duda este roedor sería "la tatarabuela de todos los mamíferos placentarios que existen hoy en el planeta", entre ellos los seres humanos.
"Comprender el momento en el que aparecieron los placentarios es muy importante para el estudio de la evolución de los mamíferos", asegura Luo, consciente de que conocer la fecha en la que una especie ancestral se separa en dos ramas para dar lugar a linajes diferentes es uno de los datos más importantes para un científico que estudie la evolución.
De hecho, por ello se había buscado ese momento con métodos moleculares modernos, que sirven para calcular aproximadamente cuando dos especies divergieron, pero es este un reloj que necesita ser verificado, a ser posible con fósiles, algo que no resulta fácil.
Una nueva fase en la historia evolutiva
Esta es la razón por la que antes de que se encontrara a Juramaia, ese fecha de divergencia entre marsupiales y placentarios generaba polémica entre los expertos: el ADN indicaba que ese momento fue hace unos 160 millones de años, pero sin embargo el fósil de placentario más antiguo que se había encontrado era el de la especie Eomaia, que tiene 125 millones de años y fue descrita hace nueve años por el mismo Luo.
La pequeña especie de musaraña llena ese boquete, ayudando a fijar una nueva fase en la historia evolutiva.
Además, el esqueleto permite conocer cómo aquellos recién llegados placentarios pudieron sobrevivir en el Jurásico. Sus caderas se adaptaron perfectamente para subir a los árboles. Casi todos los mamíferos de aquella época vivieron solamente en tierra, por lo que los científicos argumentan que esa adaptación para escalar y subir a los árboles, explorando las ramas, pudo servirles para explorar un espacio que estaba sin ocupar, puesto que entonces no había aves.
"La divergencia de mamíferos euterios y marsupiales, que hizo aparecer la placenta y una nueva forma de reproducción, fue crucial en su éxito evolutivo, pero la adaptación al medio, que les permitió explorar los árboles, fue una característica que ayudó a su éxito", señala Luo.
De hecho, cuando los dinosaurios desaparecieron hace 65 millones de años, tras el posible impacto de un meteorito, fueron precisamente los mamíferos placentarios los que acabaron por triunfar sobre la Tierra. Sólo de una especie, la humana, este año se alcanzarán los 7.000 millones de ejemplares que empezó con una quasi-musaraña.
URL: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/08/24/ciencia/1314201345.html