Edición 2012 - Número 251
(Noticia publicada originalmente en Actualidad Universitaria de la Universidad de Alicante)
El uso de un frigorífico de clase A, un aislamiento correcto en la vivienda, regletas extras de apagado y encendido y la sustitución del alumbrado de bajo consumo son las cuatro normas básicas que apuntan los expertos para conseguir un ahorro energético privado que podría estimarse alrededor del 30%, según se desprende de los datos medios de una auditoría energética básica. Esta es una de las cuestiones que se abordan estos días en el curso La eficiencia, clave en el sector energético de la Universidad de Verano Rafael Altamira, que ha reunido en la Universidad de Alicante a expertos de todo el país. El curso, según explica uno de sus promotores, Manuel Vicente Gascó, “surge del triple20, un paquete de medidas aprobado por el Parlamento Europeo contra el cambio climático destinadas a reducir un 20% las emisiones de gases contaminantes, aumentar un 20% la energía procedente de fuentes renovables y aumentar la eficacia energética”.
Gascó, que es ingeniero industrial, director General de Shamash Energía e Instalador de Energía Solar Térmica y Fotovoltaica, asegura que en la actualidad se ahorra más energía “porque somos conscientes de que es imprescindible, en el plano industrial para ser más competitivos y en el doméstico, para aumentar la calidad de vida por la reinversión del ahorro”, que insiste en que la clave está en “crear una conciencia colectiva de ahorro y eficiencia”. En este sentido, igual que ya ocurrió con los electrodomésticos, se están creando una serie de etiquetas con la calificación energética para vehículos, en función del consumo de combustible, y en viviendas, basado en los recursos necesarios de calefacción/refrigeración.
Según datos hechos públicos durante el curso, una familia tipo española (compuesta por cuatro miembros) consume 4.000 kilowatios de energía al año y 1.200 euros anuales en gasolina. Si a esto se añade que el 80% de los trayectos urbanos se hacen en coche y el 75% de los mismos con un solo pasajero y que en menos de cuarenta años hemos pasado de 70 a 500 coches por cada mil habitantes, “estamos en una situación bastante crítica en el plano energético”, afirma el profesor de la Universidad Europea de Madrid y experto en energías renovables, Alberto Ríos, otro de los especialistas que participa en el curso. “¿Cuántos planetas necesitamos para mantener este ritmo?”, se pregunta el profesor, para quien la falta de respuesta obliga a la toma de medidas urgentes que pasan por la creación de una conciencia colectiva a base de incentivos, por lo que reclama el compromiso de políticos y mandatarios del mundo.
Ríos considera el AVE como “el derroche energético más grande que puede existir”, por la destrucción de biodiversidad que conllevan las obras de un trazado “en línea recta”, pero también por el consumo de combustible a velocidades tan altas. En su lugar, propone la creación de “autopistas del mar, a semejanza del plan estratégico existente en otros puntos de Europa”. Como medidas generales, exige la mejora de infraestructuras públicas de trasporte y el fomento del uso de la bicicleta.
El curso, que ha contado con 45 matriculados, la mayor parte de ellos de distintas ramas de la ingeniería y la arquitectura, termina mañana viernes.
URL: http://web.ua.es/es/actualidad-universitaria/julio2011/julio2011-25-31/…